sábado, 28 de noviembre de 2015

Overlord v9 c4

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Traductor: Erb
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Capítulo 4
Masacre


Parte 1

Los dos ejércitos formaron sus líneas de batalla a lo largo de las suaves laderas de las llanuras carmesí, mirándose el uno al otro.

El imponente ejército del Reino era de 245 000 hombres fuertes, dividido en un flanco izquierdo de 70 000 hombres, un flanco derecho de 70 000 hombres y una columna central de 105 000 hombres, repartidos en formación de batalla a través de la topografía de tres colinas. Sin embargo, no era tanto una formación disciplinada, sino más bien era brutalidad en forma de números abrumadores.

Las cinco filas de infantería más al frente llevaban picas de dos manos, cada una fácilmente de más de seis metros de largo, y se habían posicionado en una formación en línea de lanzas

Su trabajo era servir como una pared de pinchos para el resto del ejército con el objetivo de contrarrestar la caballería que componía el núcleo de la fuerza de batalla del Imperio. No usaban empalizadas anti-caballería por una simple razón; proteger a tanta gente requeriría demasiada madera. En contraste, el despliegue y uso hábil de picas de largo alcance sería más efectivo.

Aunque esta formación era bastante sólida y presentaría muchos problemas para cualquier atacante, también tenía sus debilidades.

Ya que la formación era densa y las armas que llevaban eran bastante pesadas, lo único que podían hacer era mantener su posición y prevenir el avance del enemigo. Como tal, carecían de la habilidad de reaccionar con rapidez a las maniobras enemigas, y si el Imperio usaba arqueros o magia, sufrirían muchas bajas.

Pero por otro lado, no se esperaba mucho más de simples campesinos. Todo lo que se requería de ellos era que desviaran el primer ataque del enemigo.

Al otro lado, el Imperio tenía 60 000 hombres.

Sus números eran muy inferiores a los del Reino.

Sin embargo, los caballeros Imperiales estaban relajados, sin siquiera una pizca de miedo. Sentían que era imposible que pudieran perder.

Su confianza nacía del conocimiento de su propia fuerza.

Aun así, era un hecho que había una gran diferencia entre el poder militar de ambos lados. Porque a pesar de que no sería un problema si pudieran luchar por siempre sin fatigarse, esto no era algo posible para los seres humanos. Una vez que se cansaban, incluso la brecha entre las habilidades individuales de dos hombres podía cerrarse fácilmente.

El Reino también tenía otra ventaja, y ésta era inmensa

Era el valor de una vida individual.

La mayor parte de las tropas del Reino estaban compuestas de campesinos reclutados. En contraste, el Imperio había desplegado soldados profesionales llamados caballeros. Había una gran diferencia en el tiempo y el dinero usados para entrenar a un campesino ---que se consideraba listo para la batalla si era capaz de tomar un arma y de seguir órdenes--- y lo que se necesitaba para producir un caballero. Cada baja era sentida más profundamente por el Imperio que una baja similar para el Reino. El Imperio simplemente no podía permitirse el lujo de malgastar sus caballeros en ataques o en guerras de desgaste estúpidas.

Con eso en mente, una batalla de desgaste a campo abierto entre el Imperio y el Reino sería una ventaja para el Reino.

Debido a esto, las guerras luchadas entre el Imperio y el Reino habían sido típicamente pequeñas escaramuzas.

El objetivo del Imperio estaría completo simplemente con arrastrar a los vasallos del Reino al campo de batalla. No había necesidad de desperdiciar las vidas de nobles o de soldados calificados, y el Reino sabía esto también.

Este espectáculo con guión era lo que pasaba como la guerra entre el Imperio y el Reino.

Incluso si ese lanzador de magia llamado Ainz Ooal Gown participaba, de igual modo todo terminaría con una pequeña escaramuza. Eso era lo que la mayoría de nobles del Reino pensaba. Después de todo, los caballeros del Imperio no eran sólo una fuerza militar, sino también una fuerza de policía. Bajas innecesarias amenazarían la estabilidad del Imperio.

Y así, los nobles esperaron por el siguiente movimiento del Imperio.

Por tradición, las fuerzas Imperiales desfilarían ante las tropas del Reino, y luego se retirarían. El Reino entonces haría sonar un grito de victoria.

Así era como había sido siempre.

Sin embargo…

El ejército imperial no se movía.

No había señales de movimiento desde el fuerte que parecía fortaleza, ninguna maniobra de tropas para hacer formaciones frente a las fuerzas del Reino. Era como si esperaran que el Reino hiciera el primer movimiento, o por algo más.

“No está pasando nada. ¿Qué sucede?”

Eso fue en el campamento principal, donde se encontraba el Rey. El campamento principal estaba ubicado cerca a la parte posterior de la columna central, detrás de un ejército de 105 000 soldados.

El Marqués Raeven estaba de pie al lado de Gazef, hablándole mientras inspeccionaba a los inmóviles caballeros Imperiales desde un punto de observación en la cima de una colina que estaba ligeramente más elevada que las otras.

Si el Imperio no se movía, entonces tampoco lo haría el Reino.

Un ataque de parte del Reino en este momento sería extremadamente estúpido, dado que ya habían hecho su formación en línea de lanzas. Por supuesto, ya anteriormente lo habían intentado; un ataque preventivo contra los nobles del Imperio. Sin embargo, los atacantes habían sido masacrados en poco tiempo, y el reino había sufrido pérdidas significativas como resultado.

Desde entonces, la táctica preferida del Reino contra el Imperio había sido formar una línea de lanzas y prepararse para recibir el primer ataque. Si podían provocarlos para que vinieran, no habría necesidad de incursiones arriesgadas.

“De acuerdo entonces. Parece que están esperando por nosotros…”

“Las negociaciones finales ya se han roto, así que pronto deberían iniciar la batalla…Capitán Guerrero--- Gazef-dono, ¿tienes idea de lo que el Imperio podría estar esperando?"

Hace treinta minutos, los representantes de ambos ejércitos habían comenzado las negociaciones en el área central entre ellos. Por supuesto, era simplemente una declaración de las condiciones ridículas de ambos lados que difícilmente podrían considerarse una negociación. Su verdadero propósito era mostrar que cada parte estaba dispuesta a evitar la guerra hasta el último momento.

Por supuesto, las negociaciones fracasarían, y ésa sería la señal para dar comienzo a la batalla.

En circunstancias normales, el Ejército Imperial debería haber comenzado a moverse de inmediato. Sin embargo, éste no fue el caso y se mantuvieron en sus posiciones.

“Incluso si me lo pregunta, no tengo respuesta que darle. ¿Sabe algo sobre esto?”

“Como si lo supiera. No estoy muy familiarizado con los asuntos militares. Usualmente dejo que mis subordinados se encarguen de eso.”

“Encuentro difícil de creer que el culto Marqués Raeven no sepa nada de su enemigo.”

“‘No sepa nada’… Gazef-dono no se anda con rodeos.”

“¿Lo he ofendido? Me disculpo si lo hice.”

“Jajaja, no, nada de eso. Es un tono mucho mejor a comparación de antes.”

Gazef frunció el ceño, al mismo tiempo que la irritación se apoderaba de él.

“Jajaja. Tómalo por como es. Es un hecho que no soy un general y eso no es mentira. Tengo suerte de que mis subordinados son buenos líderes de hombres, así que les dejo los asuntos militares a ellos.”

“¿Podría estar hablando de… uno de los antiguos aventureros que trabajan para usted, que se hizo famoso durante el disturbio demoniaco en la capital?”

“Ah… no. Ellos están por allá.”

Raeven apuntó hacia un grupo de hombres parados juntos.

Aunque todos eran de edad madura, y su fuerza no era la que solía ser, ellos habían sido aventureros de nivel orichalcum en su mejor momento, y había algo en la forma en la que se comportaban que hizo que Gazef sintiera que debía tomarlos en serio.

“Ellos serán mis guardaespaldas durante la batalla.”

“Con hombres como esos protegiéndolo, Marqués Raeven, estoy seguro de que no tendrá problemas para regresar a salvo a la capital… Bueno, siempre y cuando no se enfrenten a ese gran lanzador de magia. Bien, entonces ¿qué hay sobre ese estratega?”

“No creo que Gazef-dono lo conozca, ya que es un plebeyo de mis dominios. Escuché sobre él cuando usó una milicia de pueblo para derrotar el ataque de una fuerza de goblins que era del doble de su tamaño. Desde entonces, le he confiado el mando de mis tropas y otras varias tareas. La mayor sorpresa es que nunca ha perdido una batalla. También es mi asistente.”

“… Me gustaría conocer al comandante al que el Marqués Raeven alaba tanto. Si realmente es todo lo que dice que es, podríamos entregarle el mando de las fuerzas armadas del Reino.”

“Si se lo entregaran… si le dieran el mando completo del ejército Real, y éste se moviera bajo sus órdenes, podríamos ser capaces de hacer que nuestros enemigos se pongan en guardia y digan, ‘El ejército del Reino de Re-Estize no debe subestimarse’…”

Gazef intercambió una mirada con Raeven, suspiró, y sonrió.

“Los nobles nunca permitirían que un plebeyo se eleve a tal posición. No es más que una fantasía por el momento.”

“Ciertamente no mientras los nobles estén divididos en facciones.”

El Imperio organizaba sus legiones mediante el nombramiento de un general sobre cada una, bajo el cual servían los comandantes de división, comandantes de brigada, y otros oficiales, todo en estricta regimentación.

En contraste, los ejércitos del Reino estaban compuestos de las tropas de casa y conscriptos que cada noble podía reunir de sus dominios. El Rey era el comandante general, pero cada ejército actuaría según le parecía.

En otras palabras, era un grupo variopinto y difícilmente podían trabajar juntos.

Aunque Gazef tenía el título de Capitán Guerrero, al final, sólo era el comandante de las tropas personales del Rey, y no tenía la autoridad para darles ordenes a los nobles. Si bien era posible que el Rey les diera órdenes en lugar de Gazef, muchos nobles se ofenderían por haber recibido órdenes de un plebeyo, y esto sembraría las semillas de futuros rencores. El Rey estaba al tanto de eso, y no daría ninguna orden en ese sentido.

Ambos hombres consideraron sus roles dentro del Reino, y suspiraron pesadamente. Luego intercambiaron miradas, y se rieron.

Ésta era una conversación para otro lugar, y no en vísperas del cloque de espadas y el derramamiento de sangre.

“Incluso si regresamos con vida, hay otro campo de batalla aguardándonos allá…”

“He oído que eso es lo que significa ser un noble.”

“Luego de que esto acabe, le pediré al Rey que te convierta en noble. Me enfurece que el campeón del Rey no pueda enfrentarse a los nombres tan activamente como debiera.”

Aunque parecía que Raeven bromeaba, Gazef podía decir por la luz en sus ojos, que hablaba en serio.

Revelar las emociones de uno era motivo de celebración si venían de alguien que escondía muy bien sus sentimientos, pero era otra la historia si no eran emociones positivas. Gazef cambió rápidamente de tema.

“… Dejemos eso a un lado por ahora. ¿Por qué no trae a ese estratega suyo, y oímos su opinión?… ah, llamarlo sería difícil.”

“Así es, después de todo, tiene encargado mi campamento base. No me atrevo a moverlo innecesariamente mientras no sepamos lo que trama el Imperio.”

Aunque los nobles se habían comprometido a trabajar juntos por el Reino, al final, las tierras de Raeven eran su mayor prioridad. Era natural que se negara.

“Aaa…aunque lo hemos hecho tantas veces que se ha convertido en rutina, tal vez éste no es el camino correcto para esta situación particular. Aunque nadie quiere que el Imperio luche de verdad, si realmente van a atacar, lo mejor para nosotros y nuestra moral sería si acabamos de una vez con esto.”

Gazef podía sentir el malestar en el ejército del Reino. Mientras intentaba entender el motivo, frunció las cejas.

“…Ya veo. Cuando lo piensas, ésta podría ser una estratagema del Imperio; hacer que nos preocupemos lo suficiente para que realicen su movimiento. Es difícil coordinar y controlar a tantos soldados, así que incluso el más leve temor en cualquier unidad, dado el tiempo suficiente, podría resultar magnificado y terminar en una derrota. Las tropas agrupadas son difíciles de atacar, pero una vez que se dispersan y huyen, podrían ser fácilmente cazados y asesinados. Es el mismo principio usado para cazar animales.”

Un Raeven sorprendido siguió la mirada de Gazef hacia las tropas de apariencia preocupada en el flanco izquierdo, y luego su rostro mostró que estaba de acuerdo.

“Eso… parece que están rotando las tropas del interior a las líneas del frente.”

“Ojalá sólo se tratase de una reorganización de las formaciones…”

“Ésa es la bandera del Marqués Bowlrob. Parece que el comandante de la banda izquierda se está moviendo al frente.”

El Reino había colocado a los nobles de la facción de Nobles a ambos extremos, mientras que los de la facción Real estaban concentrados al medio.

El Rey Ranpossa III era el comandante general de la columna central, mientras que el Marqués Bowlrob comandaba la banda izquierda.

“Es extraño, moverse a comandar a la cabeza de la formación. ¿Lo ves, Gazef-dono? El Marqués está usando sus tropas de élite que le son directamente leales a él mismo. Su plan es distinguirse en el combate contra los caballeros Imperiales. Bajo los ojos de todos los nobles reunidos. De esa manera se va a hacer una reputación para sí mismo como el señor de la unidad más fuerte en el Reino".

Raeven lanzó una mirada desafiante a Gazef. ¿Dejarás que alguien más obtenga una gloria mayor que tu amada banda de guerreros? Parecía decir.

Gazef no mordió el anzuelo.

“El deber de la banda de guerreros es proteger al Rey. No nos moveremos sin antes recibir órdenes directas del Rey, incluso si el Imperio da inicio al ataque. No hay mayor deber para nosotros que asegurar que el Rey regrese a salvo a la capital.”

Gazef tocó la espada en su cintura.

“O tal vez, debería rechazar los ataques del enemigo yo solo."

“Ésa es… una de las cuatro reliquias del Reino, Filo de Navaja (Razor Edge)… ah, ya veo.”

El Marqués Raeven dio un paso atrás, y estudió a Gazef de arriba abajo.

Los Guanteletes de Vitalidad (Gauntlets of Vitality), que negaban la fatiga. El Amuleto de Inmortal (Amulet of Immortal), que le permitía regenerar sus heridas. Una armadura hecha de adamantita, el metal más fuerte conocido por el hombre, y encantada con magia que desviaría los golpes mortales, Guardián (Guardian). Y finalmente, Filo de Navaja (Razor Edge), una espada mágica hecha con el filo absoluto en mente, que podía cortar metal encantado como si fuese mantequilla.

“Tal vez el mayor tesoro del Reino eres tú mismo, completamente equipado con los otros tesoros. Oí una vez que el Reino en realidad poseía cinco tesoros, pero parece todos han sido reunidos desde el comienzo.”

Gazef se sonrojó mientras era elogiado como un tesoro, incluso aunque sabía que era sólo un cumplido.

“Ah, deme un respiro, Marqués. El Rey es mucho mejor que yo. Su Majestad me ha confiado, a un plebeyo, estos ítems, a pesar de que sabía lo que significaba.”

“Ésa es una opinión razonable. Hablando francamente, yo pensé que era una imprudencia haberte entregado los tesoros a ti, un plebeyo. Lo único que lograría es hacer que más personas abandonan la facción Real. Sin embargo, ahora que estamos luchando juntos, no puedo dejar de pensar que en realidad podría ser un golpe maestro por parte del Rey, pero esa es sólo una fantasía mía."

“Si sólo pudiera estar a la altura de sus expectativas…”

Gazef miró hacia las apretadas filas de los caballeros imperiales.

No había a nadie en el Imperio a quien reconociera como a un oponente fuerte, además del Lanzador Triple de Magia, Fluder Paradyne. Completamente equipado como estaba, tal vez incluso podría ser capaz de derrotar a Fluder, pensó sombríamente.

Por otro lado, no sentía que tuviera posibilidad alguna de derrotar a Ainz Ooal Gown.

Ni siquiera podía imaginar la posibilidad.

Sin importan que tanto trataba de ser optimista, de pensar en cómo podría triunfar, lo único que le venía a la mente era él mismo siendo aniquilado instantáneamente por el misterioso lanzador de magia.

“¿Sucede algo?”

“No nada...”

Sabía que era el guerrero más grande del Reino. Permitirse parecer débil sólo bajaría la moral del ejército.

“Ah, no… sólo pensaba en el pobre Príncipe Barbro…”

“Pobre Príncipe… podría ser que… ya veo. ¿Es así? Gazef-dono también siente que… ya veo.”

“¿Qué está tratando de decir?”

“Quiero decir, ¿no me digas que Gazef-dono siente que el Rey envió al Príncipe al Pueblo de Carne para que no pudiera distinguirse en batalla…?”

“¿No es ése el caso?”

Raeven sonrió levemente.

“Mhm, bueno, no estoy de acuerdo. Siento que Su Majestad ha puesto verdaderamente su confianza en Gazef-dono.”

El Marqués Raeven decidió explicarlo cuando vio el rostro completamente despistado de Gazef.

“El Rey ha reconocido el poder de Ainz Ooal Gown, el oponente del que no se fía su más confiable vasallo, el Capitán Guerrero. En lugar de poner en peligro a su amado hijo en una batalla con una incógnita como ésa, el Rey decidió enviarlo a un lugar seguro donde podría lograr algo con relativa seguridad… Aunque, para ser honestos, mi antiguo yo hubiese estado molesto por la forma en que un hombre pone en resguardo a su hijo, mientras todos los demás están enviando a los suyos al campo de batalla.”

Raeven sonrió de una manera paternal.

“Por supuesto, ahora entiendo por qué el Rey haría algo así. Yo hubiera hecho lo mismo para asegurar el bienestar de mi hijo.”

“Ah, Marqués. Eso que dijo es algo muy paternal.”

Raeven sonrió. Era una sonrisa en partes iguales amable, feliz y orgullosa, una sonrisa que Gazef sintió era bastante poco característica de ese hombre.

“Bueno, soy padre, después de todo. Le prometí a mi hijo que, luego de esta batalla, jugaría con él tanto como él quisiera, como un padre normal. Ah--- nos desviamos del tema. Dejémoslo en eso. Aunque… parece que el Príncipe Barbro no entiende muy bien el punto de vista del Rey. Es un poco triste ver que un padre no pueda transmitir sus sentimientos a su hijo.”

A Gazef le costó mucho pensar en cómo responderle. Era difícil para él, que no tenía hijos propios, pensar de ese modo.

“Bien bien. Por cierto, ¿es posible que puedan lanzar un ataque a E-Rantel con una fuerza separada? Aunque sería mal visto, no podemos descartar esa posibilidad.”

Gazef sintió que el cambio de tema había sido increíblemente forzado desde el momento en que comenzó a hablar, pero para su sorpresa, Raeven le siguió la corriente.

“Atacar E-Rantel no es un asunto sencillo, defendida como está por sus tres capas de paredes exteriores. Incluso si las dos legiones que le quedan al Imperio se movilizaran en su totalidad, sería una tarea difícil para ellos. Mi estratega dice que no es posible.”

“¿Lo es? ¿Y si tuvieran bestias voladoras, o un ejército secreto de algún tipo?’

“Aún así es improbable. Es muy difícil tomar control de una ciudad con un pequeño número de hombres… Hablando de ello, Gazef-dono. ¿Sabes cuál es la condición necesaria para conquistar E-Rantel?”

Gazef negó con la cabeza.

“Uno necesitaría enfrentar al Reino en una batalla abierta y obtener una victoria aplastante. Si los agresores apenas lograran triunfar, gobernar al pueblo conquistado sería difícil, por decir lo menos. Los ciudadanos no responderían bien a los invasores y se levantarían en armas en cualquier oportunidad. Así que incluso si el Imperio usa otra fuerza para atacar E-Rantel, mientras que nuestros soldados conserven sus fuerzas, lucharían inmediatamente con uñas y dientes para tomar de vuelta la ciudad. Por tanto, el Imperio necesita una victoria total. Con eso los ciudadanos sentirían tanto miedo que se someterían abatidos.”

En otras palabras, el Imperio tenía que ganar en este lugar. Y adicionalmente, tenían que lograr una victoria tan aplastante y absoluta, que el Reino no se arriesgaría a tratar de recuperar E-Rantel.

De repente, Gazef tuvo el presentimiento de que tenía todas las piezas del rompecabezas. Sin embargo, ponerlas en orden era algo de lo que no era capaz.

Una ligera molestia atormentó a Gazef.

“¿Qué sucede, Gazef-dono?”

“No…”

Gazef quería decirle a Raeven sobre las piezas dispersas del rompecabezas que había logrado reunir en su cabeza. Creía que Raeven, con su intelecto superior, podría extraer ideas de donde él no podía. Sin embargo, en ese momento, los ojos del Marqués se volvieron hacia la formación Imperial.

“Gazef-dono. Parece que están comenzando a moverse.”

El ejército Imperial se dividió en dos. Mientras Gazef se preguntaba si estaban planeando atacar por el extremo izquierdo y derecho del ejército del Reino, vio una bandera desconocida elevándose en el aire.

Era una bandera que Gazef no había visto antes, adornada con un emblema que no le pertenecía ni al Reino ni al Imperio. El batallón izando la bandera avanzó.

Todas las miradas estaban sobre ese batallón.

Y entonces… el corazón de Gazef se congeló de terror. Raeven, que estaba de pie a su lado y había visto lo mismo, tragó con fuerza. Sabiendo que no era el único con esos sentimientos, sintió una amargura en aumento en la parte posterior de su boca, y su corazón latía furiosamente.

Era un regimiento monstruoso.

Lo que había aparecido era un grupo de aproximadamente quinientos jinetes. Parecía insignificante en comparación con los dos ejércitos enfrentados.

Pero esos caballeros… eran muy inusuales. Parecían despedir un aura opresiva que podía sentirse incluso desde tan lejos.

La visión despertó los recuerdos de Gazef sobre la última vez que estuvo en el Pueblo de Carne. Ainz dijo que era un caballero que había creado, pero en realidad era un monstruo. Había aproximadamente doscientos de ellos, llevando escudos gigantes y vistiendo armaduras con pinchos como recordaba de aquel entonces.

El resto eran soldados igualmente inhumanos, pero llevaban armadura de cuero, y estaban armados con hachas, picas, ballestas y armas similares.

Si los primeros eran caballeros, entonces los otros podrían ser llamados guerreros.

Pero cualquier cosa que fueran, no eran humanos. Eran monstruos, hasta la médula de los huesos.

Y luego estaban las criaturas que montaban. Eran bestias hechas de hueso, con zarcillos de niebla en lugar de carne y sangre. La niebla brillaba por todos partes con colores pus amarillo y verde esmeralda.

Todo su cuerpo se puso de piel de gallina.

Esto era malo.

Era muy malo.

Gazef simplemente no tenía las palabras para describir la situación con mayor claridad que estas.

“… Parece que, el Imperio ha alistado monstruos en sus filas. Esto es bastante sorprendente. Me ha puesto la piel de gallina.”

“… No. No, Marqués Raeven. Ése no es el caso. Lo que el Marqués está sintiendo ahora… lo que produce en su cuerpo dicha piel de gallina… definitivamente no es sorpresa.”

“¿Entonces qué podría ser?”

Gazef respondió secamente al Marqués, que parecía haberse quedado sin palabras.

“La muerte. El miedo a la muerte, que arde en el alma de todo lo vivo.”

Apartando la vista del visiblemente afectado Raeven, Gazef miró al Ejército Imperial.

“Los caballos están temerosos. Incluso estos caballos de guerra entrenados y endurecidos no pueden decidirse a avanzar contra ese miedo."

“… ¿Qué son? ¿Una división secreta del Imperio?”

“… Imposible. Esos monstruos no son cosas que los humanos puedan controlar, ¡y mucho menos usar!”

Gazef no conocía la verdadera identidad de estos monstruos, pero su instinto de guerrero le suministró la información suficiente para hablar de manera concluyente.

“¡Esos… esos deben ser los caballeros de Ainz Ooal Gown!”

“¿Es ése… el ejército del lanzador de magia al que temías?”

“¡Marqués Raeven! ¡Por favor reúna inmediatamente a los antiguos aventureros! ¡Con el fin de planificar nuestro próximo movimiento, necesitamos la experiencia de aquellos que han enfrentado a muchos monstruos y sobrevivido!”

“En---”

Quería responder que lo entendía, pero antes de eso, sus guardaespaldas ya habían entrado en acción. Sin embargo, eso era de esperarse. Ellos conocían la amenaza que enfrentaban mejor que lo hacía Gazef.

“¡Marqués!”

Los antiguos aventureros se acercaron montando a caballo.

“¿Vieron eso? ¿Lo sintieron?”

A la cabeza de los aventureros estaba su líder, un paladín del Dios de Fuego, Boris Axelson.

En su voz podía distinguirse un escalofrío de miedo que no pudo ocultar.

Raeven no podía hablar. Gazef entendía por qué.

Murmullos de inquietud estaban surgiendo de los aventureros y los ejércitos reunidos en el lugar.

Ya no era momento de seguir la etiqueta. Gazef le habló.

“--- ¡Dime! ¿Qué es eso? ¡No hay necesidad de saludarme! ¡Por favor, dime todo lo que sepas, ahora!”

Boris sostuvo el símbolo divino que colgaba de su cuello. Era un gesto de protección.

“… No podemos estar seguros, pero creemos que esas criaturas que montan son monstruos legendarios conocidos como Devoradores de Almas (Soul Eater). Son criaturas no-muertas con hambre por las almas de los vivos. De acuerdo a las historias, alguna vez devastaron una ciudad en los Reinos de los Hombres Bestia.”

“Entonces… ¿Cuántas víctimas hubo allí?”

En el silencio que siguió, las palabras en voz baja de Boris siguieron sintiéndose, por un largo tiempo.

“--- Cien mil.”

El aliento de Gazef quedó atrapado en su garganta.

“… Tan sólo tres Devoradores de Almas devastaron por completo la ciudad en la que aparecieron. Noventa y cinco por ciento de la gente que vivía allí, más de cien mil personas, fueron asesinadas. La ciudad fue abandonada y pasó a las leyendas como la Ciudad Silenciosa.”

Un pesado silencio cayó sobre el grupo.

“… ¿Y ahora hay quinientos de ellos por allá?”

Nadie pudo reunir la fuerza necesaria para responderle a Raeven.

Gazef se obligó a romper el silencio.

“Como dije, me resulta difícil de creen que el Imperio pudiera someter a monstruos de ese nivel con su propio poder. Incluso ese poderoso lanzador de magia, Fluder Paradyne, no debería ser capaz de hacerlo. Eso significa---”

No le hacía falta terminar la frase. El Marqués Raeven lo entendió.

“¿Ése… es el poder de Ainz Ooal Gown? Entonces, entonces… ¿Qué clase de criaturas son las que montan en la espalda de esos monstruos?”

“Eso…”

Los aventureros se miraron nerviosamente el uno al otro.

“Eso, no lo sabemos. Sólo sabemos que deben ser muy peligrosos. No, me disculpo. No debería estar usando términos tan vagos como ‘peligrosos’. Sin embargo, no puedo pensar en otras palabras que puedan describir a lo que nos estamos enfrentando ahora.”

“Entonces, ¿entonces qué deberíamos hacer? ¿Gazef-dono?”

Gazef respondió sin desperdiciar palabras.

“Retirarnos.”

Ellos entendieron que el enemigo había preparado una fuerza impresionante. Con eso en mente, ¿qué otra cosa podían hacer más que correr?

“Aconséjele al Rey que ordene la retira---”

Gazef no pudo terminar la frase.

Eso fue porque un lanzador de magia enmascarado estaba a la cabeza del enemigo. A su derecha estaba una persona de estatura baja en capa y túnica. A su izquierda estaba uno de los Cuatro Caballeros del Imperio.

Incluso a esa distancia, Gazef no podía confundir a ese hombre con ningún otro…

“… Gown-dono.”

“¿Es ése el lanzador de magia, Ainz Ooal Gown?”

“¿Es ése el que invocó a los Devoradores de Almas? ¿Él? Marqués Raeven, en qué---”

El intrépido guerrero de incontables campos de batalla tragó con dificultad, y continuó en voz baja.

“--- ¿En qué demonios nos hemos metido?”

Ainz agitó los brazos. En respuesta, un círculo mágico de forma similar a un domo de alrededor diez metros de radio, cobró existencia. Con él al centro. Las personas a su izquierda y derecha también estaban dentro del círculo pero parecieron estar bien. Era probable que no le haría daño a sus propios aliados.

Este espectáculo surrealista llamó la atención de todo el mundo, incluso aunque sabían que era una emergencia.

El círculo mágico brilló con una luz blanca pálida, y unos símbolos translúcidos aparecieron en toda su longitud y anchura. Los sellos mágicos cambiaron con velocidad caleidoscópica, cambiando entre runas y letras que nadie había visto antes.

Las tropas del Reino jadearon por la sorpresa. Era como ver un espectáculo de luces, y no había miedo o tensión en sus voces. Sin embargo, los hombres más perspicaces entre ellos comenzaron a observar sus alrededores con evidente incomodidad.

“Voy a regresar a mi unidad. No hay tiempo que perder. El poder de Ainz Ooal Gown es inconmensurable. Luchar contra él fue un error desde el principio. Todo lo que podernos hacer ahora es minimizar el número de víctimas, y al mismo tiempo necesitamos regresar a E-Rantel tan rápido como podamos. Gazef-dono, por favor protege a Su Majestad. ¡Después de eso, retírate sin demora!”

La desesperación nublando el rostro de Raeven había desaparecido.

“¡Sí! Aunque no confío mucho en mis habilidades, pero definitivamente protegeré la persona de Su Majestad. Entonces, por favor retírese con la debida pri---”

“Lo haré. Correremos--- no, huiremos como conejos.”

“¡Entonces, le deseo lo mejor, Marqués Raeven!”

“¡Lo mismo digo, Gazef-dono!”

Los hombres que estaban en la cima del poder militar y del pensamiento estratégico del Reino pasaron a la acción apresuradamente. Sin embargo---

---Ya era muy tarde.

♦ ♦ ♦

No hay nadie.

Luego de desplegar su círculo mágico, eso fue lo que había pensado.

No había jugadores en el Reino.

La magia de súper-nivel de Yggdrasil era increíblemente poderosa.

Debido a ello, durante una batalla a gran escala, derribar a la persona que estaba lanzando un hechizo de súper-nivel era la prioridad absoluta.

Había muchas formas de interrumpir el lanzamiento. Emboscadas de teletransportación. Bombardeos mágicos de saturación. Tiros de francotirador desde distancias extremadamente alejadas.

Sin embargo, ningún ataque como estos había venido hacia Ainz. A su vez, eso demostraba que no habían jugadores de Yggdrasil presentes.

Bajo su máscara, Ainz sonrió, un hecho que pasó desapercibido por todos. Por supuesto, el esquelético Ainz no podía sonreír.

La amarga sonrisa, con leves rastros de felicidad, ponía de manifiesto la lucha en el corazón de Ainz.

“¿Así que, ya no es necesario servir de carnada, entonces?”

Su alegría venía del hecho de que no había encontrado a ningún jugador de Yggdrasil.

Ainz no se encontraba entre los más poderosos entre los jugadores de Yggdrasil. Había otros que eran mejores que él, y las probabilidades de sobrevivir contra jugadores más fuertes que él, no eran buenas. Cuando jugaba, la fuerza de Ainz provenía de su conocimiento. Aunque ganaba batallas PVP con sorprendente regularidad, eso sólo era luego de perder la primera ronda de todos los encuentros.

Ya que era muy hábil usando la información que había reunido, las habilidades técnicas de Ainz eran inesperadamente altas. Por el contrario, si luchaba contra un oponente al que nunca había visto antes, sus posibilidades de perder serían también muy altas.

Ainz estaba plenamente consciente de sus habilidades, y estaba profundamente agradecido de no haber encontrado a un enemigo poderoso del que no sabría nada.

Pero al mismo tiempo, también sintió algo de pesar.

Pesar por el hecho de no poder encontrar entre sus enemigos al que le había lavado el cerebro a Shalltear, al que poseía un ítem de Clase Mundial.

Un odio, espeso y empalagoso, se reunió al fondo del corazón de Ainz. Aunque las emociones fuertes eran suprimidas por su habilidad pasiva, las más débiles aún persistían dentro de él.

Ainz abrió la mano, y dentro se encontraba un reloj de arena en miniatura.

Si usaba el ítem de pago, podría lanzar inmediatamente el hechizo de súper-nivel. La razón por la que no lo había hecho era para atraer a cualquier posible jugador de Yggdrasil. Sin embargo, incluso si no hubiera ninguno, no era necesario seguir esperando el largo tiempo de lanzamiento del hechizo. Se sentía bastante tonto por tener que quedarse quieto dentro del círculo mágico sin poder moverse.

Durante la batalla con Shalltear, él no había tenido ese lujo.

Contra los hombres lagarto, no había usado un hechizo de ataque.

Entonces---

“Ahora, ¿Cuál será el resultado? Casi no puedo esperar.”

--- ¿Qué sería exactamente lo que haría un hechizo de súper-nivel contra los ejércitos del Reino?

Aunque no era un hechizo particularmente fuerte en Yggdrasil, ¿qué efectos tendría en este mundo?

De pronto, Ainz frunció sus cejas inexistentes.

Estaba ligeramente asustado de sí mismo. Sabía que mucha gente estaba a punto de morir, pero todo lo que quedaba en él era una vaga sensación de lástima. No había ni siquiera la sensación de crueldad que sentiría si aplastara hormigas bajo los pies. No había nada parecido a eso.

Todo lo que sentía era el deseo de ver lo que provocarían sus acciones. Y por supuesto, los beneficios que obtendría para sí mismo ---para la Gran Tumba de Nazarick.

Ainz apretó sus manos.

Las partículas del reloj de arena roto fluyeron contra el viento y dentro del círculo mágico que rodeaba a Ainz.

Con eso--- el hechizo de súper-nivel se activó.

“「¡la Shub-Niggurath!」”

Un viento negro voló hacia el ejército del Reino, que acababa de cambiar su formación.

O más bien, no hubo viento. Nada se movió, desde las malas hierbas que crecían en las planicies, a los cabellos en las cabezas de los soldados del Reino.

Había 70000 hombres en el ala izquierda del ejército del Reino.

Todos y cada uno de ellos murieron en el acto.




Parte 2

¿Qué demonios había pasado?

Nadie pudo responder esa pregunta.

Cada ser viviente que conformaba el ala izquierda del ejército del Reino ---caballos, conscriptos, caballeros, nobles, todos--- de pronto cayeron de rodillas y se desplomaron al suelo como marionetas cuyos hilos habían sido cortados.

Los primeros que entendieron la respuesta fueron las tropas Imperiales, situadas al frente de ellos.

Tomó un tiempo para que las mentes humanas pudieran procesar correctamente los eventos que acababan de ocurrir. Así que luego de un corto retraso, mientras la terrible comprensión de los hechos asomaba sobre ellos, el ejército Imperial rompió en gritos de pánico.

Luego de observar a Ainz Ooal Gown desplegar un círculo mágico, ellos habían asumido que iba a lanzar algún tipo de hechizo. Hasta ahí lo podían entender.

Sin embargo, ¿quién lo hubiera podido imaginar?

¿Quién hubiera podido imaginar el aterrador hechizo que había sido lanzado aquí?

El hechizo que había sido lanzado había matado a 70 000 personas ----más que todo el ejército Imperial--- en un instante, extinguiendo sus vidas total y completamente.

Incapaces de creer lo que veían sus ojos, los caballeros Imperiales oraron a cualquier de los dioses en los que creían.

Oraron para que la gente del Reino no estuviera muerta.

Oraron para que tan terrible magia no exista en este mundo.

Por supuesto, en el momento en observaron la verdad ante sus ojos ---que ni una sola persona se había puesto de pie de donde habían caído--- fueron plenamente conscientes de que no era más que una esperanza infantil.

Incluso así, no había forma de que pudieran aceptarlo. No había forma de que aceptaran esto como un hecho.

El hombre aclamado como uno de los más fuertes en el Imperio, uno de los Cuatro Caballeros, Nimble, sólo podía mirar con horror mudo y hacer rechinar los dientes en abierto terror ante la de pronto despoblada ala izquierda del ejército del Reino.

Nadie se puso de pie. Era una realidad demasiado, demasiado horrible de aceptar.

Pero la terrible verdad no podía ser descrita usando sólo estas simples palabras.

Ainz Ooal Gown ---este lanzador de magia, por sí solo--- era un monstruo capaz de tomar las naciones forjadas por los hombres y arrasar con ellas de la forma en la que un niño podía derribar un castillo de arena.

Era una realidad que estaba más allá de la capacidad de descripción de cualquier palabra.

El pánico que envolvía al ejército Imperial, se drenó gradualmente como agua. Al final, todos simplemente se quedaron callados, incapaces de hablar.

Sin embargo un extraño ruino se oía entre el silencio de las formaciones del ejército Imperial. El ruido tenía su origen en muchos sonidos mezclándose en un barullo estruendoso. Era el sonido de todos y cada uno de los caballeros haciendo rechinar los dientes.

Éste era el terror nacido al darse cuenta de que el Imperio, en donde vivían sus familias, se encontraba al borde de la extinción, al igual que el Reino.

Era el entendimiento de que si se atrevían a levantar el puño contra Ainz Ooal Gown, la misma magia horrible podría ser usada contra ellos…

Sin mover el rostro, Nimble espió al monstruo junto a él, Ainz Ooal Gown, pero todo lo que vio fue indiferencia.

(¿Cómo puede ser esto? ¿Cómo es posible? ¿Cómo puede alguien estar así… como él… tan tranquilo? ¡¿Incluso luego de tomar 70 000 vidas?! Por supuesto, el campo de batalla es un lugar de muerte. Que los débiles pierdan la vida es sólo cuestión de tiempo. ¡Pero incluso así, ¿no debería sentir algo en el corazón luego de matar a tanta gente?!)

Pesar o culpa serían la respuesta natural. Incluso si sintiera alegría o emoción, eso podría ser comprensible, aunque se trataran de reacciones retorcidas.

Sin embargo---

(¿Es esta indiferencia algún tipo de habilidad defensiva para proteger su consciencia? ¡No, para un monstruo como éste, debe tratarse de una escena familiar! ¡¡Ya sea lástima por pisotear hormigas o alegría sádica, ninguna de estas emociones están presentes!! ¡¡¡Qué… qué es esto!!! ¡¡¡¡¿Por qué está pasando esto? ¿Por qué alguien así existe en el mundo?!!!!)

“--- ¿Qué sucede?”

“¡Aieee!”

Su cuerpo se sintió como si estuviese revestido en acero helado. En respuesta a la súbita pregunta, Nimble respondió con un grito de pánico.

“No-no pasa nada malo. Ese, ese hechizo de hace un momento, fue magnífico.”

Nimble agradeció en silencio porque aún era capaz de hablar. Más que eso --- el hecho de haber podido elogiar a Ainz bajo tales circunstancias no era nada menos que loable.

“Jajaja---”

Y lo que Nimble obtuvo a cambio no fue nada más que una trisa tranquila.

“¿Lo he, lo he ofendido?”

“No, en absoluto. Dijiste que el hechizo de ahora fue magnífico, ¿no?”

“S-sí.”

¿De qué se estaba riendo? El sudor caía por la frente de Nimble como un río. Luego de ver las terribles consecuencias de enojar a esta persona, no tenía intención de incurrir en su ira.

“Por favor, tranquilízate. Aunque debo decir, que mi hechizo aún no está completo. Ahora comienza el verdadero espectáculo. Después de todo, cuando uno hace una ofrenda a la Cabra Negra de los Bosques con el Millar de Retoños, ella a cambio responderá con un regalo de su descendencia. Esos lindos y adorables niños…”

Era cierto.

Y así, como una fruta madura caería a la tierra dado el debido tiempo---

♦ ♦ ♦

Los caballeros Imperiales fueron los primeros en verlo.

Era de esperar que fueran ellos, observando desde una distancia segura, los que lo vieran primero. Ya que se sentían a salvo, se atrevieron a mirar por entre las estrechas rendijas de sus cascos.

Luego de que la tormenta de muerte había cobrado la vida de los soldados del Reino, algo apareció en el cielo, una esfera negra azabache que hizo sentir escalofríos en la espalda a todos los que la vieron. Parecía contaminar el mundo con su sola presencia.

Entonces, ¿quién en el lado del Reino pudo verlo? Lo más seguro es que fueron las tropas del extremo derecho, quienes no tenían línea de visión directa con lo que había sucedido al otro lado. Tal vez sintieron que algo extraño estaba pasando, pero no sabían los detalles de lo que había ocurrido, y mientras miraban alrededor para averiguarlo, lo vieron.

Como si sus ojos hubiesen sido guiados hasta allá, los soldados de ambos bandos, y los soldados al lado de ellos se dieron cuenta. De esta forma, todos en las Planicies Kattse, quienes se habían reunido para la guerra, terminaron observando en silencio la esfera que flotaba en el cielo.

La esfera ---la cual se parecía más que nada a un agujero en los cielos--- era como una telaraña abierta; una vez que uno posaba la vista en ella, no podía apartarla.

La esfera negra creció lentamente.

Ya sea luchar o huir, ningún humano pudo realizar cualquier pensamiento o actividad significativa. Todo lo que podían hacer era mirar tontamente.

En poco tiempo --- la fruta madura cayó.

Como dictaban las leyes del universo, la esfera se rompió al tocar la tierra.

Estalló como un globo golpeando el suelo, o tal vez como una fruta demasiado madura haciendo lo mismo.

Estaba llena de algo que se esparció hacia afuera desde el punto de impacto. Era algo parecido al asfalto. Absorbía la luz, como una ola de oscuridad hambrienta. Era pegajoso y fluido y se tragó los cuerpos de los soldados muertos del Reino.

Informados por algún instinto desconocido, nadie pensó que terminaría allí.

Tal vez sólo había comenzado.

Éste era el comienzo de su desesperación.

De repente, un gran árbol creció de entre el alquitrán negro que cubría la tierra.

No, no era nada tan agradable como un árbol.

Al principio, sólo había un tronco, pero luego se multiplicó. Dos, tres, cinco, diez… se agitaban bajo un viento que no estaba presente. Lo que estaba creciendo allí… eran tentáculos.

“¡¡MEEEEEEEEEEEE!!”

De pronto, oyeron el balido adorable de una cabra. Y no era sólo una. El sonido de un rebaño de cabras pareció estar viniendo de algún lugar.

Como si fuese atraído por el sonido, el asfalto se retorció, y dio nacimiento a algo.

Era algo demasiado extraño, demasiado antinatural.

Tenía diez metros de altura. Si se agregaba la longitud de los tentáculos, esa cifra dejaba de ser clara.

A simple vista, parecía una especie de nabo. En lugar de hojas tenía incontables tentáculos negros, y su cuerpo era una masa de carne cubierta de protuberancias. Debajo había cinco patas, con pezuñas negras en las puntas, como las de una cabra.

Unas fisuras aparecieron en su cuerpo ---esa gruesa masa de carne cubierta de protuberancias--- pelándose y partiéndose con el sonido de algo al romperse. Estas grietas no estaban limitadas a una sola área. Y entonces…

“¡¡MEEEEEEEEEEEEEE!!”

Los adorables balidos de las cabras resonaron desde aquellas aberturas. Eran unas fauces salvajes que babeaban sin cesar.

Eran cinco de ellos.

Revelaron sus formas escalofriantes a todos en las Planicies Kattse.

Los Retoños Oscuros (Dark Young) de la Cabra Negra.

Nacidos del hechizo de súper-nivel “la Shub-Niggurath - Sacrificio a la Cosecha Negra”, eran monstruos invocados por las muertes de los hombres. Aunque no poseían habilidades especiales, eran extraordinariamente resistentes.

Y su nivel era superior a 90.

Era el presagio de una tormenta de masacre.

Además de su adorable balido, tan asquerosamente dulce y lindo que hacía que la gente quisiera vomitar, no habían otros sonidos. Esto era debido a que nadie podía hablar, negándose a aceptar o a creer que los eventos desarrollándose ante sus ojos estaban sucediendo realmente. Más de 300 000 ---o si uno contaba sólo a los vivos, 235 000---- personas estaban reunidas allí, y ninguna de ellas podía decir nada.

Bajo esas circunstancias, Ainz se rió de buena gana.

“Maravilloso. Es un nuevo récord. En toda la historia, debería ser el único que logró invocar a cinco a la vez. Notable. Debo darle las gracias a todos los que murieron aquí hoy.”

Bajo circunstancias normales, cada invocación de Retoños Oscuros sólo produciría una entidad, lo que era en sí mismo causa de celebración. Ser capaz de invocar a dos era una rareza.

Y ahora, había cinco.

Al igual que un jugador que celebraba el haber vencido su propia puntuación, Ainz estaba contentísimo por haber conseguido un nuevo récord. ¿Así que qué importaba si habían muerto miles para conseguirlo?

“Aunque… sería mejor si hubieran más… ¿no será que cinco es el límite? Si logré alcanzar el límite del hechizo, entonces sería toda una hazaña.”

“¡Felicidades! ¡Como era de esperar de Ainz-sama!”

Ainz sonrió bajo la máscara mientras Mare lo elogiaba.

“Gracias, Mare.”

Luego de eso, Nimble se volvió como por reflejo, su rostro era algo entre las lágrimas y la risa al mismo tiempo que también elogiaba a Ainz.

“Fe-felicidades.”

“Gracias.”

Ainz respondió de buen humor.

La apariencia de estar honestamente conmovido que mostraba Nimble alimentó el hormigueo en el corazón de Ainz.

Entonces, Ainz recordó sus días como jugador de Yggdrasil, de la misma oleada de emociones que tuvo cuando había visto por primera vez el lanzamiento de ‘la Shub-Niggurath’.

(Como un llamativo hechizo de súper-nivel, parece que ha robado los corazones de todos. Bueno, era de esperarse de uno de los hechizos más populares en Yggdrasil. Cuando dije que lo iba a usar, Albedo y Demiurge no podían dejar de prodigarme elogios.)

Un sonido *gachigachi* surgió de entre las filas del ejército Imperial.

Era el sonido de las armaduras traqueteando contra sí misma.

Los cuerpos de los soldados temblaban de miedo, pero nadie podía reírse de ellos.

No había nadie que no tuviera la piel de gallina luego de oír la risa del Rey Hechicero que había lanzado ese hechizo escalofriante.

Cada hombre entre los caballeros Imperiales tuvo el mismo deseo.

Desearon que la ira de Ainz Ooal Gown no cayera sobre ellos.

En ese sentido, era más como una oración.

Mientras los soldados imploraban fervientemente la ayudad de sus dioses, Ainz comenzó con la siguiente fase. Sintió que ya había hecho suficiente, pero por otro lado, no estaba de más asegurarse.

En esta ocasión, el objetivo había sido proclamar el poder de Ainz Ooal Gown, un practicante de magia de súper-nivel, a las naciones reunidas.

Ese objetivo ya había sido cumplido. Sin embargo, dejar que estos subordinados se desvanezcan sería un desperdicio.

Es cierto, sería un desperdicio muy grande.

Ainz resopló.

Si hubiera tenido lengua, hubiera lamido sus labios en anticipación.

Ésta era una alegría que no podría sentir en Yggdrasil, la alegría de ser capaz de dirigir simultáneamente a los cinco Retoños Oscuros.

“---Ah, probémoslo. Arrasen con ellos mis queridos corderos.”

Cuando recibieron las ordenes de su invocador Ainz, los Retoños Oscuros comenzaron a moverse con lentitud pesada.

Con una desconcertante, marcha de cinco patas, se lanzaron en un movimiento ágil. En lugar de elegante, sin embargo, era más como maraña frenética de movimiento y energía, y desde cierto punto de vista, incluso podría parecer cómico.

Siempre y cuando no estuvieran viniendo por ti.

Sus grandes cuerpos se movieron ligeramente, y los cinco Retoños Oscuros comenzaron a correr más rápido mientras se lazaban hacia el ejército del Reino.

「Ah, cierto, hay tres --- no, cuatro personas a las que no pueden matar. Les prohíbo absolutamente que les hagan daño.」

Mientras recordaba a las tres personas que Demiurge deseaba que fueran salvadas, Ainz envió una orden mental a los Retoños Oscuros.

♦ ♦ ♦

“¿Es un sueño?”

Los soldados del Reino murmuraron entre sí, a alguna distancia de los demonios inhumanos. Por supuesto, nadie les respondió. Los ojos de todos estaban fijos en la escena que se desarrollaba ante ellos, y habían perdido la capacidad de hablar. Era como si sus almas les hubiesen sido robadas.

“Hey, es un sueño, ¿cierto? Debo estar soñando ¿no?”

“Ahh. Es una maldita pesadilla.”

La segunda vez que se hizo la pregunta, algunos lograron responder. Pero sus respuestas llevaban en ellas un rastro que daba a entender que querían escapar de la realidad.

Era imposible.

No querían creerlo.

Pensamientos como estos se esparcían por entre la infantería. A pesar de que las pesadas formas se hacían más y más grandes, a pesar de que los seres inhumanos se acercaban a ellos, no podían aceptar que ésta era la realidad.

Si fueran simples monstruos tal vez podrían haber reunido el coraje de levantar sus armas. Sin embargo, las cosas que habían aparecido luego de que un ejército de 70 000 hombres había sido masacrado en un instante no podían ser simples monstruos. Era como ver avanzar a un huracán, y nadie pudo reunir el valor para desafiar la tormenta.

Los seres gigantescos, y sin embargo ágiles, galoparon en sus gruesas y regordetas patas, avanzando hacia ellos a una velocidad increíble.

“¡Levantes sus lanzas!”

Una voz resonó.

Venía de la boca de un noble, un estridente y agudo grito que era como un falsete* nacido de la desesperación. Sus ojos estaban inyectados de sangre y de las comisuras de su boca salpicaba espuma.
(*Voz más aguda que la natural que se produce haciendo vibrar las cuerdas superiores de la laringe)

“¡Lanzas arriba! ¡Levanten sus lanzas! ¡Levanten sus lanzas si quieren vivir!”

Aunque ya casi se había vuelto loco del miedo y era difícil entender lo que decía, aún era claramente capaz de dar la orden “Levanten sus lanzas”. En retrospectiva, ésa era probablemente la mejor orden que podía haber dado.

Actuando por reflejo, los soldados levantaron y prepararon sus lanzas, formando una línea reforzada de lanzas.

Plantaron los extremos firmemente al suelo, para que la velocidad de sus oponentes los hiera a sí mismos cuando cargaran contra el cerco de puntas.

Aunque esta formación era prácticamente impenetrable por los caballeros Imperiales, los soldados del Reino se preguntaron ---en una pequeña y apartada esquina de sus mentes que aún se aferraba a la lucidez--- ¿qué cosa podrían lograr con las pequeñas lanzas que sostenían? Tal vez pensaron que ésta era su única forma de salvación.

Era imposible escapar de debajo de las pezuñas de las criaturas que se aproximaban a una velocidad sobrenatural. Incluso si corrían con todas sus fuerzas, serían pisoteados hasta quedar convertidos en papilla roja.

Deseando como uno sólo ser que los monstruos no vinieran por ellos, los soldados prepararon sus lanzas y esperaron el ataque.

Los monstruos ---que debería haber sido muy pequeños a la distancia--- cubrieron la distancia a una velocidad increíble.

Mientras se hacían más grandes, y la tierra comenzaba a temblar bajo sus atronadores cascos, los corazones de los soldados comenzaron a latir con locura.

Entonces, mientras sentían que sus corazones estallarían en sus pechos, las enormes siluetas aparecieron ante sus ojos.

Era como un camión de carga estrellándose contra un enjambre de ratas.

Los soldados del ejército del Reino levantaron sus lanzas con manos temblorosas. ¿Pero de qué servirían contra los inmensos y sólidos cuerpos de los Retoños Oscuros? Las lanzas se partieron en dos como palillos de dientes sin siquiera arañar sus pieles monstruosas.

Los Retoños Oscuros pisotearon los cuerpos de los soldados de Reino bajo sus pies.

Incontables astillas de una multitud de lanzas volaron por el aire.

A pesar de que aplastaron la resistencia que ni siquiera podía considerarse como resistencia, los Retoños Oscuros de la Cabra Negra eran misericordiosos a su manera.

No había dolor.

Sus víctimas no tenían tiempo de sufrir antes de ser aplastadas debajo del peso titánico de los Retoños Oscuros.

Los soldados con lanzas ni siquiera tenían tiempo de darse cuenta que las picas que sostenían habían sido pulverizadas y convertidas en astillas. Todo lo que veían eran sombras negras apareciendo ante ellos.

Gritaban y gritaban y gritaban.

Trocitos de carne volaban por el aire. No venían de sólo una o dos personas, sino de decenas, cientos de víctimas. Eran pisoteados por las enormes pezuñas, y tirados--- no arrojadas lejos por los tentáculos ondulantes.

Ya fueran nobles o plebeyos, ahora todos eran los mismos trozos de carne sanguinolenta.

Algunos tenían familias en sus pueblos. Algunos habían dejado amigos atrás. Algunos tenían personas que esperaban por ellos. Una vez que sus cuerpos irreconocibles eran molidos en el barro, nada de eso importaba más.

A todos, los Retoños Oscuros daban el mismo trato igualitario ---la muerte.

Aplastaron incontables humanos bajo sus pezuñas hasta quedar satisfechos con el derramamiento de sangre, pero incluso así no tenían intención de detenerse.

Los Retoños Oscuros de la Cabra Negra comenzaron a correr.

Siguieron corriendo. No se detendrían a mitad de las fuerzas de Reino.

“Iyaaaaaaaaaaaaaaa!”

“¡Abbaaaaaaahhhhhh!”

“¡Altoooooooooooooooo!”

“¡Sálvenmeeeeeeeeeeeeee!’

“¡Noooooooooooooooo!”

“Uwaaaaaaaaaaaaahh!”

Los gritos surgían cada vez que las pezuñas caían. Se mezclaban con los sonidos de la pasta húmeda de los cuerpos destrozados bajo los cascos de los Retoños Oscuros, y los gruesos y carnosos tentáculos se agitaban por todos lados de una manera lúdica y salvaje enviando volando los cuerpos humanos con crujidos repugnantes.

El sonido nunca antes oído siguió y siguió sin fin.

Pisoteado.

¿Qué mejor palabra había para describir esta escena?

Muchas personas atacaban desesperadamente con sus picas. Los Retoños Oscuros, cuyos cuerpos eran enormes y que no tenían ninguna intención de evadir los ataques, eran golpeados sólidamente por las púas. Sin embargo, las picas no podían penetrar lo suficiente como para causar daño a sus cuerpos parecidos a trozos de carne. Era como si unos músculos de hierro sólido estuvieran recubiertos de una piel gruesa y elástica.

Sin burlarse de su resistencia inútil, los Retoños Oscuros avanzaron con un solo propósito.

Antes de que los soldados se dieran cuenta que su determinación fatal no tenía sentido, los Retoños Oscuros ya habían llegado a la parte más central de ejército del Reino.

“¡Huyan! ¡Huyan!”

Oyeron los gritos a la distancia. En respuesta, todos los soldados comenzaron a escapar. Era exactamente como un enjambre de arañas dispersándose en todas direcciones.

Pero por supuesto, los Retoños Oscuros eran mucho más rápidos que los seres humanos.

Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat. Splat.

El sonido de los humanos siendo pisoteados hasta quedar hechos pulpa, el sonido de los pedazos de carne volando por el aire, y el sonido de los gritos siguió y siguió.


♦ ♦ ♦

Como si hubieran llegado a un área desértica, tres de los monstruos atravesaron la columna central del ejército y corrieron hacia el ala derecha en medio de chorros de sangre y partes humanas.

“¡Retirada! ¡Retirada!”

La forma en la que Raeven gritaba estas órdenes era más cercana a un gemido.

Uno no podía luchar contra ellos.

Uno no debería perder la vida sin razón.

Cuando oyeron las palabras de Raeven, los soldados alrededor arrojaron sus armas y huyeron presas del pánico.

Por supuesto, ya que eran demasiadas personas, era imposible que pudieran moverse libremente.

Al principio él había pensado en dar una señal y ordenar una retirada ordenada. Ellos estarían en guardia contra ataques desde atrás y demás, pero perder el tiempo en ése tipo de cosas ahora sería un gran error.

“¡Ainz Ooal Gown, ¿qué tipo de ser, qué clase de lanzador de magia eres?!”

Lo había subestimado. No, al principio no tenía la intención de hacerlo.

Luego de tomar en consideración las palabras de Gazef Stronoff, había planeado tomarlo como a un enemigo del mayor calibre imaginable. Sin embargo, todo lo que podía decir ahora es que había subestimado groseramente las habilidades de ese hombre.

Su imaginación simplemente no había sido suficiente.

¿Quién en la tierra podría haber predicho que Ainz Ooal Gown poseería un poder tan increíble? ¿Quién podría haber sabido que tales poderes existían en este mundo?

Viendo las siluetas de los monstruos creciendo y acercándose contantemente, las tropas que rodeaban al Marqués Raeven gritaron órdenes.

“¡Este ya no es un campo de batalla, es un matadero! ¡Sólo corran!”

“¡Mi señor!” dijo un caballero mientras se quitaba el casco. “¡El Rey! ¿Qué hay sobre el Rey?”

“¡Idiota! ¡No hay tiempo para eso! ¡Mi señor! ¡Están viniendo por nosotros!”

Mientras miraban en dirección de los gritos, aunque lo más emprendedores ya habían huido, el aplastamiento del resquebrajado flanco derecho ya había comenzado. Aunque parecía como si los monstruos estuvieran dirigiéndose hacia ellos en línea recta, en realidad su objetivo no era Raeven sino que pisoteaban por donde les daba la gana. En realidad, los otros Retoños Oscuros estaban bastante lejos de donde estaba Raeven.

“¿Dónde está el Rey?”

“¡Está allá!”

En el momento en que miró en dirección de la bandera real a la que el soldado apuntaba, un Retoño Oscuro ya estaba acercándose a ella.

Raeven vaciló. ¿Qué podría hacer si iba a ayudar? Pero, si el Rey Ranpossa III moría aquí, todo el país podría hacerse pedazos.

Sin embargo---

“¡Déjenselo a Gazef-dono!”

Raeven tenía fe en Gazef.

Era un guerrero digno de las alabanzas del Rey. Aunque incluso él no sería capaz de derrotar a esos monstruos parecidos a cabras negras, al menos, sería capaz de traer a salvo al Rey de vuelta de este infierno.

“¡Marqués Raeven! ¡La situación es mala! ¡Por favor retírese a toda prisa!”

Las voces de los antiguos aventureros de orichalcum, los subordinados en los que más confiaba, interrumpieron la indecisión de Raeven.

“--- ¡Mi señor!”

Fue más un alarido que un grito. Raeven gritó en respuesta.

“¡Entendido! ¡Ya voy!”

Ya --- en éste momento, a esta distancia, no tenía sentido discutir la retirada con palabras bonitas.

“¡Por favor déjeme la tarea de movilizar a los hombres! ¡Mi señor, usted debe escapar de aquí ahora, y dirigirse a E-Rantel!”

El grito vino de un hombre de ojos somnolientos. A pesar de que parecía poco fiable, Raeven no le habría podido confiar el mando a una mejor persona.

“¡Te lo encargo! ¡Usa mi nombre como creas necesario! ¡Asumiré las consecuencias!”

El sonido de las pezuñas estaba muy cerca. Por temor, no se atrevió a dase la vuelta para mirar qué tan cerca estaban. Raeven clavó sus espuelas a los lados del caballo con todas sus fuerzas. Sin embargo, el caballo no se movió. Aún cuando lo pateaba con todas su fuerzas, seguía sin moverse. El caballo aplanó las orejas contra su cabeza y se quedó quieto.

En ese momento, en medio del caos, un grupo de caballos que habían arrojado a sus jinetes pasó cerca. Los hombres en sus espaldas se aferraban con fuerza a los cuerpos de los caballos, al parecer, ignorando las riendas que colgaban libremente.

Qué irónico, pensar que los caballos de guerra entrenados serían incapaces de moverse debido al miedo, mientras que los caballos no entrenados correrían descontrolados por el pánico.

“¡Pensar que el entrenamiento tendría el efecto contrario!”

En primer lugar, los caballos eran animales tímidos. Era sólo luego del entrenamiento que podían considerarse caballos de batalla sin miedo. Sin embargo, era precisamente debido a su entrenamiento que no podían moverse. El hecho de que no se habían doblegado y huido bajo los efectos de este temor era prueba de que el entrenamiento era efectivo.

“¡Perdóname! ¡「Corazón de León」!”

El sacerdote del Dios del Viento, Yorlan Dixgort, lanzó un hechizo de resistencia al miedo sobre el caballo. El caballo tranquilizado relinchó ruidosamente.

“¡Mi señor! ¡Nosotros lo guiaremos!”

“¡Por favor háganlo!”

Con las voces de sus subordinados deseándole bien a sus espaldas, Raeven espoleó al caballo en un movimiento salvaje, escoltado por los antiguos aventureros de orichalcum.

Montar un caballo a través de una multitud violenta y caótica era muy difícil. Como tal, sólo fue posible gracias a los antiguos aventureros de orichalcum, que estaban cerca a la cima de la humanidad.

Dando la espalda a las voces que le deseaban bienestar, Raeven logró penetrar entre el flujo de personas bajo la vigilancia de los aventureros.

“¡Ese lanzador de magia es un monstruo! ¡¿Cómo puede permitirse que alguien como él exista?!”

Raeven maldijo a Ainz mientras su caballo saltaba arriba y abajo debido al galope de alta velocidad.

“¡Maldita sea! ¡Tenemos que hacer algo! ¡Necesito pensar en alguna manera de proteger nuestro mundo--- nuestro futuro!”

El miera era probablemente la razón del porqué murmuraba inconscientemente para sí mismo. Si no decía nada, si no distraía su consciencia, ese cerebro inteligente de él probablemente esbozaría horribles pesadillas del peligro que se le acercaba.

Cuando volviera, tendría que sentarse con el Príncipe y la Princesa y preparar alguna forma de contramedida contra ese lanzador de magia que desafiaba las expectativas puestas en su tipo.

(Si esto continua, toda la humanidad será conquistada… No, ese sería el mejor de los casos. En el peor, toda la humanidad se convertirá en juguetes para Ainz Ooal Gown, para ser atormentados hasta el final de sus miserables vidas.)

El sonido del chasquido de su lengua, lleno de tensión y frustración, anuló el sonido del galope del caballo.

“¡No es bueno! ¡Mi señor, por favor guie a su caballo a la derecha! ¡Nos está alcanzando!”

“¡¿Cómo nos encontró si no tiene ojos?!” gritó Lockmeyer, el ladrón. “¡Lund! ¿Tienes algún tipo de magia para esto?”

“¡Por supuesto que no! ¿Crees que algún hechizo podría funcionar contra ese monstruo, Lock?”

“A pesar de eso, cómo lo sabremos si no lo inten---”

“¡Suficiente! ¡Intentaremos eso si nos vemos obligados! ¡Podría ser que sólo está avanzando en la misma dirección que nosotros! ¡Mi señor! ¡Muévase al frente de nosotros! ¡Vamos a formar una sola fila!”

Sus voces vacilaban.

De acuerdo con las instrucciones, Raeven avanzó con su caballo a la posición delantera. Luego, hizo girar su caballo hacia la dirección por la que huía menos gente.

Por la distancia, el balido del Retoño Oscuro ahogó el latir de su corazón.

“¡MEEEEEEEHHH!”

----Estaba cerca.

El sudor caía como cascada de la cabeza de Raeven. No se atrevía a darse la vuelta por el miedo, pero podía sentir el aire detrás de él volviéndose más y más cálido.

Entonces, otro---

“¡MEEEEEEEHHH!”

"¡Maldita sea! ¡No es bueno! ¡Todo este tiempo venía en esta dirección! ...¡Todos! ¡Prepárense!"

En respuesta, el líder del equipo, Boris, gritó y lanzó un hechizo.

“¡「Reforzar Armadura」!”

“¡「Fuerza Menor」!”

“¡Bien! ¡Entonces, Mi señor! ¡Permítanos recibir el ataque del enemigo! ¡No mire atrás bajo ninguna circunstancia y continúe escapando!”

Sólo había algo que podía decirles a los aventureros, quienes habían conquistado su miedo.

“… ¡Cuento con ustedes!”

“¡Entendido! ¡Vamos!”

“Ohhhhh!”

Pudo oír como la distancia entre él y los aventureros se hacía cada vez mayor.

Raeven agachó la cabeza, estaba haciendo lo mejor que podía para minimizar la resistencia del viento. Aunque no sabía cuánto tiempo podía ganar, todo lo que podía hacer era escapar con todo el empeño que podía --- regresar vivo sería la única forma de pagar su lealtad.

“¡Vuela! ¡「Bola de Fuego」!”

“¡「Fortaleza Invulnerable」!”

Mientras se alejaba montando en la espalda de un caballo a todo galope, Raeven pensó que podía oír el sonido de los antiguos aventureros uniéndose a la batalla, incluso a pesar del viento pasando a toda velocidad por su cara y orejas.

Y entonces --- en dos segundos ya no pudo oír más a los aventureros.

Lo que pudo oír fue el sonido de una enorme pezuña cayendo.

Su corazón dio un vuelco en su pecho.

En el campo de visión desde su cabeza agachada, la sombra gigante que vio debajo de él hizo que Raeven gimiera con desesperación silenciosa.

Reconoció que debajo de sus pies --- su cuerpo siendo llevado por el caballo a toda velocidad --- un tentáculo grueso y largo se dirigía hacia él.

“No…”

El caballo corrió como si se hubiera vuelto loco. Era más rápido de lo que Raeven jamás lo había montado. Tal vez era lo más rápido que jamás había viajado.

Incluso así, la poderosa sombra seguía estirándose a través de la tierra.

“¡No quiero esto!”

Gritó. Contra su voluntad gritó con todo su corazón.

Una cálida y húmeda sensación se extendió en su entrepierna.

Raeven se forzó a abrir los ojos, y sin mirar atrás, forzó al caballo hacia adelante.

No podía morir. El país no importaba. Si todo iba a caer entonces que caiga.

Si levantarse en armas contra Ainz Ooal Gown significaba la muerte, entonces abandonar el país y huir también estaba bien.

Idiota.

Qué idiota había sido.

Venir a este campo de batalla fue realmente estúpido.

Si hubiera sabido lo poderoso que era Ainz Ooal Gown, se hubiera quedado en la capital sin importar qué.

“¡No quiero esto!”

No podía morir aún.

No podía morir mientras su hijo siguiera siendo tan pequeño. Y… no podía morir y dejar a su amada esposa sola.

“Yo no---”

Raeven imaginó la forma de su amado hijo ante él.

(Mi encantador muchacho.)

Una pequeña vida había nacido. Crecido lentamente. Se puso enfermo. En aquel entonces, él había hecho un gran escándalo debido a eso. La imagen de sí mismo corriendo medio loco, gritando órdenes, mientras su esposa se sentaba en silencio, lo avergonzaba.

Esas suaves y delicadas manos y esas mejillas rosadas. Cuando creciera, todos en el Reino hablarían de él. Creía que las habilidades de su hijo sobrepasarían las suyas. Ya podía ver ese potencial emergiendo de vez en cuando.

No lo estaba mimando, como su esposa paraba diciendo.

Raeven le estaba profundamente agradecido a la mujer que había criado a su amado hijo. Sin embargo, rara vez se lo decía porque le avergonzaba hacerlo.

Ya era tiempo de un segundo niño.

Si no hubiera venido a este campo de batalla, sería capaz de abrazarlos a ambos.

“… ¿Eh?”

El sonido de las pezuñas se detuvo de pronto.

Impulsado por la curiosidad más que por el valor, Raeven se dio la vuelta. En sus ojos vio al Retoño Oscuro inmóvil, como si estuviera congelado donde estaba.




Parte 3

No tenía idea de donde estaba. Era como si hubiera sido arrastrado a una pesadilla.

El título de uno de los Cuatro Caballeros ---el título que le pertenecía a los más poderosos guerreros del Imperio Baharuth--- parecía ahora tan asombrosamente superficial.

¿Cómo había podido una criatura tan impotente como él haber estado orgulloso de aquel título? Así de grande era la conmoción que sentía.

El llanto incapaz de ser contenido llegó a los oídos de Nimble. Era el llanto de personas que habían sido empujadas más allá de sus límites por el miedo y la desesperación. Era infantil ---no, eran los lamentos agonizantes de hombres que habían sido reducidos a niños. Los que lloraban, eran los caballeros Imperiales.

Oyó suplicas de “Huyamos”.

Era la oración de los caballeros que ---con miradas llenas de lástima--- observaban la miserable masacre de sus congéneres por esas máquinas de matanza.

Tan desgraciada era esta tragedia que incluso los enemigos de Reino, los caballeros Imperiales, ofrecían plegarias por ellos.

Oraban para que al menos algunos sobrevivieran. Mientras más, mejor.

Habían venido aquí para matar al enemigo. Sin embargo, nadie podía permanecer impasible y no sentir compasión de cara a la masacre teniendo lugar frente a ellos. Cualquiera que permaneciera impasible tendría que ser un demonio con el rostro de un hombre, un ser que no podía ser considerado humano.

Nimble y los caballeros se dieron cuenta de que esto no se trataba simplemente de un asunto de ‘nosotros contra ellos’.

Ciertamente, desde el punto de vista del Imperio y el Reino, este desastre les estaba sucediendo a ‘ellos’. Pero mirándolo desde la perspectiva de los monstruos y humanos, esta brutal masacre le estaba sucediendo a ‘nosotros’.

“Bueno entonces, creo que es tiempo.”

Todos los ojos se volvieron hacia Ainz mientras hablaba en voz baja.

Con 60 000 personas presentes, no todos podían oír su voz. Sin embargo, podían ver cuando las otras personas a su lado volvían las cabezas. Y sabiendo que los rostros de sus vecinos miraban a Ainz Ooal Gown, ellos también serían atraídos por esa acción.

Después de todo, cada movimiento y gesto hecho por el hombre que había orquestado esta masacre ---Ainz Ooal Gown--- llenaba a todos los presentes con un terror incontrolable.

Ainz se quitó la máscara lentamente.

Expuso su cráneo sin piel ni carne, su blanco y pulido cráneo, a todo el mundo.

Si las circunstancias hubiesen sido diferentes, tal vez habrían pensado que llevaba una máscara bajo su máscara. Sin embargo, al ver esto, los corazones de Nimble y de los caballeros del Imperio se hundieron.

Esto se debía a que habían vislumbrado claramente el verdadero rostro de Ainz Ooal Gown, el monstruo.

Cualquiera que pudiera ejercer tal poder no podía ser humano. Era debido a esta forma de pensar que fueron capaces de aceptar esto como la realidad.

Ainz lentamente extendió los brazos. Parecía como si estuviera abrazando a un amigo --- ¿o era un demonio extendiendo sus alas? Bajo la mirada de todos los que observaban, pareció duplicar, triplicar su tamaño, tal vez más.

En el silencio --- interrumpido únicamente por los gritos de angustia de los soldados del Reino a la distancia --- la voz suave y apacible de Ainz resonó con una claridad excepcional.

“--- Un aplauso entonces.”

¿Qué está diciendo?, pensó Nimble mientras observaba a Ainz con la boca abierta.

Todos los que pudieron oírlo pensaron lo mismo, y mientras las palabras de Ainz eran repetidas en voz baja a lo largo del ejército, más y más personas volvieron sus miradas hacia él.

Entonces, cuando la atención de todos estaba sobre él, habló de nuevo.

“Aplausos en celebración de mi poder supremo.”

El primero en moverse fue Mare, de pie frente a Nimble, al lado de Ainz. Como si hubiese sido provocado por esto, los sonidos de aplausos comenzaron a surgir de entre los soldados, hasta convertirse en una estruendosa ovación.

Por supuesto, realmente no aplaudían por él.

Nadie quería aplaudir a una persona que había traído con él este tipo de matanza cruel. Ésta no era una guerra. Era una carnicería. Una masacre.

Era sólo que, ninguno de los presentes podía decir estas palabras. Nadie se atrevía.

El aplauso que hacía temblar la tierra era la materialización del temor que sentían los caballeros.

Y entonces la intensidad de los desenfrenados aplausos que nadie pensaba que podría ser mayor, se incrementó en varios niveles.

Eso se debió a que uno de los Retoños Oscuros había cambiado la dirección de su avance. Su nuevo camino lo llevaría directamente hacia el ejército Imperial.

En respuesta a eso, se oyeron gritos de alegría.

Eran las alabanzas a gritos de los caballeros de Imperio hacia Ainz Ooal Gown. Eran gritos desesperados que les hacían sangran las gargantas.

Sin embargo, el Retoño Oscuro no redujo su ritmo.

Y así, los caballeros gritaron incluso más fuerte. Pensaban que la bestia se acercaba porque el volumen de sus voces no era el suficiente.

Pero aún así, no se detuvo.

Y por tanto, sus tensos nervios se quebraron.

Nadie supo como comenzó. Tal vez había sido la vacilación de un solo caballero. El terror que los llenaba hasta el límite podría estallar fácilmente, después de todo.

“¡Aieeeeeeeeeeee!”

Un grito que desgarraba el alma hizo eco a través de las filas y conmocionó al ejército Imperial.

Los caballeros abandonaron sus caballos, que no podían moverse, para huir a pie. Éste movimiento sin sentido nació por el miedo a uno de aquellos monstruos ---el mismo monstruo que había aplastado al Ejército Real bajo sus patas--- acercándose. Habían visto demasiadas de esas visiones infernales. Incluso aquellos carecían de imaginaciones vívidas sabían exactamente lo que pasaría cuando fuera su turno debajo de los cascos de esa bestia.

Y por supuesto --- el miedo era contagioso.

Aunque menos de cien personas había huido al principio, pronto se convirtió en un éxodo de sesenta mil.

Sí.

El ejército Imperial había sido derrotado, su jactanciosa disciplina militar hecha trisas.

Era una retirada vergonzosa.

Obviamente los caballeros habían aprendido a como retirarse ordenadamente. Sin embargo, ya no había tiempo para obedecer reglas tan superfluas. Si esto les permitiría dejar este lugar un segundo antes, si podían dar un paso más en retirada hacia un lugar seguro, empujarían a sus camaradas con todas sus fuerzas y correrían.

Al ser empujados desde atrás, era inevitable que la gente perdiera el equilibrio y cayera. Y una vez que caían, la multitud en pánico detrás de ellos no les darían la oportunidad de levantarse.

Los que cayeran serían pisoteados por los que estaban detrás de ellos.

Aunque todos ellos llevaban armaduras de metal, todos los demás también lo hacían. No tomaría mucho aplastar el acero y la carne en un solo bulto apelmazado de sangre.

Escenas como ésta sucedían por todos lados.

Las bajas del ejército Imperial no eran causadas por el enemigo sino por sí mismos.

Sin saber qué hacer, Nimble vaciló con inquietud.

También quería correr. Sin embargo, no tenía permitido hacerlo, y no todos los caballeros habían escapado de todas formas.

Al mirar atrás hacia el ejército Imperial, vio a unos cuantos de ellos, permaneciendo inmóviles sobre sus caballos.

La razón por la que no habían escapado no era por el miedo. Más bien, era porque estaban hipnotizados, de la misma forma que la humanidad estaba fascinada por un poder abrumador contra el que no podían hacer nada.

Por ejemplo, la gente normal huiría al ver un enorme tornado barriendo con todo mientras se acercaba a ellos. Sin embargo, habían algunos individuos que admiraban la belleza del tornado y permanecían inmóviles aún aunque se daban cuenta de que les costaría la vida. Los que se quedaban podían ser considerados anormales.

El Retoño Oscuro llegó ante Ainz, dobló las rodillas, y bajó sus tentáculos. Probablemente estaba mostrando sumisión ante su amo.

Nimble sonrió, con espasmos en el rostro, mientras el monstruo actuaba de una manera que sería más apropiada en un cachorro.

La parte frontal del Retoño Oscuro estaba bañada en sangre fresca, y lo que no podía verse ya había sido absorbido por su piel.

Uno de sus tentáculos envolvió a Ainz por la cintura, luego extendió varios más para tomar firmemente su cuerpo antes de levantarlo. Luego lo colocó sobre su cabeza.

“Creo que el plan original era que yo lanzaría un hechizo para abrir una brecha, y luego el ejército Imperial se lanzaría al ataque por detrás, pero no parece haber movimiento de parte del ejército Imperial.”

Nimble no tenía nada que decir.

Simplemente así. El Imperio había roto los términos del acuerdo que ellos mismos habían hecho con el Rey de su país aliado.

Sin embargo, uno no podía culpar a los caballeros por perder los nervios. Nimble probablemente los defendería incluso frente a Jircniv, porque sabía la magnitud del terror que se había apoderado de ellos.

“Ah, no tengo intención de reñirte. Soy consciente de que si decidieran lanzar un asalto, existe la posibilidad de que sean pisoteados junto al enemigo. Hablando sinceramente, si eso sucediera, estaría en apuros para explicar esas muertes a su Emperador. Bueno, en ese caso, supongo que me encargaré también de su parte del trabajo.”

Nimble observó al batallón de no-muertos, que había permanecido inmóvil.

“¿Las… las… las tropas no-muertas participarán del asalto, entonces?”

“Oh, no, estos queridos y pequeños corderos ya han hecho la mayor parte, mi intención es simplemente hacer la limpieza. Mare, no bajes la guardia.”

“¡Sí, sí! ¡Por favor déjemelo a mí, Ainz-sama!”

Nimble no podía hablar.

Aún quería seguir con el ataque, a pesar de todo esto. Él mismo que había lanzado el hechizo.

(¡¿Acaso tiene la intención de exterminar personalmente a todos en el campo de batalla?! ¡¡¿Es que su apetito de masacre no conoce límites?!!)

“Pensar que… no es suficiente. ¿Se trata de un demonio?”

Aunque murmuraba para sí mismo, las palabras de Nimble fueron más fuertes de lo que pensaba, y desde donde estaba sentado sobre el Retoño Oscuro, Ainz volvió su terrible rostro hacia él .

Negó con la cabeza ante el tembloroso Nimble.

“No te equivoques. Soy un no-muerto.”

Lo que Ainz debía estar intentando decir era que no un demonio que glorificaba la idea del mal, sino un no-muerto que odiaba la vida. Como tal, no dejaría escapar ni a uno solo de los soldados de Reino. Y parte de ello era tomar aún más vidas de las que ya se habían perdido.

Esta respuesta era tanto la más probable como la más desastrosa.

Al ser un no-muerto, si Ainz decidía matar todo lo que vivía, entonces era posible que su mira cayera algún día sobre el Imperio, que estaba lleno de seres vivos.

No, ese futuro horrible era inevitable.

Mientras se preguntaba qué debía hacer, asaltado por el caos y el miedo y carente de toda habilidad para lograr concentrarse, Nimble oyó las palabras finales que Ainz dijo.

“… Y parece que he encontrado a mi objetivo.”

♦ ♦ ♦

El campamento del Rey Ranpossa III estaba localizado al centro del ejército Real. Estaba rodeado de estandartes pertenecientes a los numerosos nobles del Reino de Re-Estize.

Aunque antes había habido muchos nobles reunidos en este lugar, ahora sólo quedaban unos pocos. La mayoría de ellos ya había huido, y el número de personas que quedaban en este campamento podían contarse con ambas manos. Pero por supuesto, nadie podría enojarse ante la huida de los nobles.

“¡Déjenme y huyan!”

“¡Su Majestad no es momento para bromas! Por favor escape a toda prisa. ¡Una vez que nos alcance, no tendremos posibilidades de sobrevivir!”

El subordinado de Gazef, el vice-capitán de la banda de guerreros, era el que hablaba.

“¿Siendo el Rey, cómo podría huir?”

“Incluso si Su Majestad se queda, no habría nada que pudiera hacer. ¿No debería regresar a E-Rantel y planear el contraataque?”

Ranpossa III sonrió amargamente. Era doloroso oír esas palabras.

“Es cierto. Incluso si permanezco aquí, no queda nada que pueda hacer.”

Era imposible reunir a su destrozado ejército bajo estas circunstancias. Ésta no era una ofensa a Ranpossa III; ningún otro comandante podría haberlo hecho tampoco.

“¡Su Majestad! ¡No hay tiempo! ¡Escuchen, incluso si tienen que arrastrarlo de vuelta encadenado, deben llevar a Su Majestad a casa!’

Con eso, los subordinados de Gazef pasaron a la acción.

Perder más tiempo sólo pondría en peligro no sólo a sí mismo sino a la gente alrededor de él. Con eso en mente, Ranpossa III tomó su decisión y se puso de pie.

“Bien. Vamos. ¿Pero qué cambiará si huimos ahora?”

Las pisadas sacudían la tierra como terremotos mientras se acercaban. Pero incluso bajo estas circunstancias, Ranpossa III permanecía calmado. Era algo muy distinto de los caóticos ruidos que habían hecho los nobles.

“Para empezar, no podemos cabalgar. Si intentamos huir a caballo, nos alcanzarán. Parece ser que toman de primer objetivo a grupos de hombres huyendo. Como tal, no hay otra forma de podernos salvar.”

Era sólo ahora que Ranpossa III se daba cuenta de que estos hombres de las tropas montadas de los nobles habían venido aquí precisamente por esta razón.

“Así que todo lo que podemos hacer es huir a pie.”

Algunos de los guerreros comenzaron a quitarse y descartar sus armaduras.

“Estos hombres cargarán a Su Majestad mientras huyen.”

“¿Y que hay sobre el resto?”

No todos se habían quitado la armadura. El vice-capitán y sus compañeros aún las llevaban puestas.

“Nosotros actuaremos como distracción y huiremos a caballo en la dirección opuesta.”

Ranpossa III entendió su determinación por las claras sonrisa en los rostros de los guerreros.

“Imposible. ¡Ustedes son los tesoros de nuestro Reino! ¡Sin importar qué, deben sobrevivir! ¡Aún necesito que sirvan a mis hijos!”

“Por supuesto. ¡Aunque intentaremos servir de carnada, no tenemos la intención de morir!”

Era mentira. Ellos planeaban morir. O más bien, habían aceptado que su destino era morir.

Ranpossa III intentó pensar en algo convincente que decir, pero las palabras no salieron. Enfrentado a las sonrisas de los guerreros, cualquier cosa en la que pensaba parecía marchitarse y volar lejos.

Los guerreros ayudaron a quitar la armadura de Ranpossa III.

Un guerrero en una armadura de color blanco puro se acercó. Era Climb, el leal subordinado de su hija, Renner, y el único que se había quedado aquí hasta ahora.

“Permítame ayudar en la distracción. Aunque no sé si esos monstruos tengan ojos, pero si agitamos nuestras banderas sin parar, deberíamos ser capaces de llamar su atención. Y esta armadura debería ser bastante llamativa.”

Climb sostuvo la bandera del Reino en su mano. Estaba sucia por las pisadas de los soldados al huir, y parecía ser una pista sobre cómo hacer frente a la situación actual.

“Bien. Entonces también iré.”

A su lado estaba Brain Unglaus. Aparentemente se trataba de un guerrero de primera categoría al igual que su vasallo de confianza, Gazef Stronoff. Brain había entrado a esta guerra como subordinado de Renner. En otras palabras, estaban en posiciones similares.

“¿Estás seguro? Ustedes dos no son exactamente los subordinados de la Princesa.”

“¿Ah? Bueno, no te preocupes por eso. Durante el disturbio demoniaco nosotros estuvimos en la primera línea, y de algún modo logramos regresar con vida. Esta vez, sólo esperaremos que la suerte esté de nuestro lado. Y esperamos que también esté con ustedes.”

“Los dioses no observarán en silencio. Durante ese disturbio, un héroe vino a salvarnos. Confío en que también hoy cambiaran nuestros destinos.”

Frente a Ranpossa III, Brain unió sus nudillos en señal de saludo, para despedirse del vice-capitán.

“¿Cómo terminaron las cosas así…?”

¿Dónde se habían equivocado?

Ranpossa III gimió suavemente. Él sabía que ninguno de los hombres frente a él sobreviviría.

El vice-capitán y Climb morirían como carnada.

Y Gazef, que había desaparecido entre el caos luego de decir que intentaría detener al Retoño Oscuro, ¿quién sabía lo que le había sucedido?

Sus ojos le ardían.

Olvídense de mí, quería decir.

Iban a perder la vida, por él, un hombre viejo.

Pero no podía decir eso. Estaban luchando desesperadamente mientras eran consientes de sus inminentes muertes.

Entonces---

“Regresen a salvo a E-Rantel, y les concederé cualquier recompensa que deseen.”

Climb y Brain se detuvieron a medio camino y se dieron la vuelta.

“No hay necesidad de una recompensa, Su Majestad. Yo existo para servir a Renner-sama. Ésa es recompensa suficiente.”

“En cuanto a mí, bueno, ¿qué tal si casa a la Princesa más hermosa del país con este chico de aquí?”

“… Jajajaja. Bueno, ésa es una recompensa espléndida.”

“¡Brain-san! ¿Qué está diciendo?”

“Bueno, tendremos que comenzar por darle al chico un título de nobleza. ¡Trabaja duro!”

“Entonces debes regresar con vida, Climb-kun.”

Los ojos vacíos y la boca abierta de Climb ya no poseían el espíritu de guerrero que poseían hace un momento. El Rey sin embargo, había permitido inadvertidamente que una brillante sonrisa se mostrara en su rostro.

“Entonces, estamos partiendo, Su Majestad.”

“Se los encargo.”

El ahora desprovisto de armadura Ranpossa III fue llevado en alto por un soldado.

“Su Majestad. Incluso ahora, nuestra huida sigue siendo una cuestión de suerte. Si pasa lo peor… Le ruego que pueda perdonarme.”

“Muy bien. Fue mi decisión usar tu idea. Si falla debido al infortunio, no tendré quejas.”

“¡Entonces! ¡Su Majestad! ¡Ojalá nos veamos nuevamente en E-Rantel!”

El vice-capitán se alejó galopando en su caballo. Y como si hubiera estado esperando por ellos, uno de los Retoños Oscuros cambió de dirección.

“¡Muy bien! ¡Partamos mientras los están atrayendo!”




Parte 4

En medio de la caótica oleada de hombres en retirada huyendo en direcciones al azar, Gazef fijó la vista al frente, y lentamente sacó el arma que era un tesoro del Reino, Filo de Navaja. Mientras sostuviera esta brillante espada entre sus manos, la victoria de Gazef estaba asegurada. En otras palabras, esta espada era la prueba de su triunfo.

Sin embargo, hoy parecía ser demasiado pequeña y débil.

Parecía débil y patética a comparación del gigantesco cuerpo del Retoño Oscuro que se dirigía directamente hacia él.

“Si este lugar cae, el campamento del Rey será el siguiente. Tengo que detenerlo aquí.”

Mientras decía eso, Gazef sonrió, como si estuviera burlándose de sí mismo.

No había forma de que Gazef venciera a ese monstruo. Incluso ser capaz de retrasarlo por un segundo sería algo digno de alabanza.

Incluso para un hombre aclamado como el Capitán Guerrero del Reino, ---un guerrero de renombre en todas las naciones--- eso era todo lo que podía hacer.

“Tomen a Su Majestad y huyan. Preparen su camino a casa con sus vidas.”

Estas órdenes fueron susurradas ---casi como una plegaria--- a sus subordinados que no estaban presentes. Los soldados más fuertes del Reino se habían quedado atrás para proteger a su Rey. Sin embargo, incluso si se quedaban detrás, frente a estos monstruos, no serían lo suficientemente fuertes como para servirle de escudos al Rey. Aún poner sus vidas en juego sólo les permitiría recibir un solo golpe de sus enemigos antes de desmoronarse.

Sin embargo, eso era suficiente.

Ellos morirían si el enemigo los golpeaba, pero mientras se aseguraran de que el golpe fuera desperdiciado en ellos, la vida del Rey podría extenderse un poco más. Tal vez funcionaría si hubiera 80 hombres para servir de escudos, pensó con optimismo.

“Lo siento.”

Gazef se disculpó con sus subordinados al mismo tiempo que el monstruo se acercaba a una velocidad asombrosa, arrojando chorros de sangre y partes humanas a su paso. Él sabía que una disculpa a sus compañeros ausentes no era más que satisfacer su propio ego. Aún así, no quería morir sin haber dicho esas palabras.

Cuando sintió la tierra temblar bajo sus pies, Gazef exhaló con fuerza.

Apretó con fuerza la espada en sus manos, y la levantó.

Su espada parecía tan inútil frente a ese cuerpo enorme que había aplastado seres humanos hasta convertirlos en pasta roja.

Si fuese un carruaje de caballos desbocado, podría controlarlo con facilidad. Si un tigre feroz se le abalanzaba, podría evadir su primer golpe y cortar su cabeza. Sin embargo, frente al Retoño Oscuro, sus oportunidades de sobrevivir parecían ser realmente muy bajas.

“Huuuu---”

Mientras Gazef exhalaba, un cambio dramático pareció sucederle al flujo de gente alrededor de él. Hasta ahora se habían movido en cualquier dirección, pero ahora parecía como si se estuvieran moviendo para evitar a Gazef. Se veía como si estuvieran creando un camino entre Gazef y el Retoño Oscuro.

El monstruo se acercaba cada vez más, salpicando seres humanos bajos sus pezuñas con cada paso que daba.

Al mismo tiempo que Gazef levantaba su espada, estudió su cuerpo. ¿Dónde podría atacar para obtener los mejores resultados?

Activó una habilidad marcial --- ‘Sentir Debilidad’ (Sense Weakness).

Sin embargo---

“--- No tiene puntos débiles.”

Ya fuera que realmente no tenía debilidades, o que cualquiera de las que se mostraba no podían ser vistas por la sobrecogedora diferencia entre sus fuerzas, Gazef no lo sabía.

Aun así, no se desesperó. Había esperado un resultado como éste, después de todo.

Activó otra habilidad marcial.

Éste era un movimiento secreto que realmente era digno de llevar ese nombre, una técnica que reforzaría su percepción extrasensorial, ‘Sentido de Posibilidad’ (Possibility Sense).

Con la astronómica diferencia entre sus habilidades físicas, no habría diferencia si acortaba una brecha de millas por una pulgada o dos a través del reforzamiento de sus propias habilidades físicas. En ese caso, decidió confiar en algo más --- si fuera su sexto sentido podría ser más eficaz.

“Ven, bestia.”

El Retoño Oscuro pareció oír el reto, y dirigió su rumbo directamente hacia Gazef. La distancia entre los dos se redujo dramáticamente.

A decir verdad---

---Gazef tenía miedo.

Si pudiera, habría querido huir como los soldados alrededor de él.

Incluso luego de activar ‘Sentido de Posibilidad’ no pudo sentir nada. Era como si estuviese envuelto de una impenetrable pared de oscuridad.

Mientras el Retoño Oscuro se acercaba, Gazef estudió su forma con mayor detalle.

A juzgar por la forma en que sus pezuñas estaban intactas, lo más seguro era que las espadas normales no serían capaces de provocarle daño alguno. Por las profundas huellas que dejaba en el suelo al andar, su peso podría matar a cualquiera debajo de él.

A medida que su comprensión de la bestia se profundizaba, también crecía el miedo que sentía hacia ella.

En este momento, Gazef estaba expuesto a un terror mucho más intenso que el de los soldados que huían alrededor de él.

Pero no podía echarse para atrás.

El guerrero más fuerte del Reino no podía huir. Canceló ‘Sentido de Posibilidad’, y tranquilizó su respiración.

El Retoño Oscuro se acercaba.

Estaba lo suficientemente cerca como para que Gazef pudiera sentir las tierra que salpicaban sus pezuñas.

El monstruo ignoró a los soldados a su alrededor, como si no fueran más que gusanos arrastrándose, y se dirigió directamente hacia Gazef.

O no.

El Retoño Oscuro dio media vuelta como si hubiese chocado contra una pared, pasando a toda velocidad al lado de Gazef. Debido a que había sucedido tan rápido, el Retoño Oscuro había dado un mal paso, y si no fuese porque tenía varias patas hubiera perdido el equilibrio.

El enemigo había huido. Esto era imposible e incluso Gazef lo sabía.

Simplemente había considerado donde podría encontrar más presas y había cambiado de dirección hacia ese lugar donde podría pisotear más victimas bajo sus pezuñas apelmazadas con restos humanos.

El Retoño Oscuro se alejó corriendo de Gazef, haciendo que la tierra temblara a su paso.

Debido a que había alrededor de un metro de separación entre ellos, la tierra bajo sus pies tembló como un terremoto. Cualquiera excepto Gazef habría caído.

Tomó como objetivo la pezuña gigante del Retoño Oscuro al mismo tiempo que pasaba frente a él---

“---¡Haaah!”

Gazef blandió su espada. A esas velocidades, la velocidad propia del enemigo sería convertida en un arma que se desgarraría en el filo de su espada.

En el instante en que la pezuña tocó la espada, un impacto masivo recorrió el arma hacia los brazos de Gazef. Sintió como si su sus brazos se hubiesen dislocado.

Sus pies plantados firmemente en el suelo, dejaron dos zanjas en la tierra mientras era arrastrado hacia atrás.

“Gwaaargh!”

De algún modo, había logrado sostener la espada en sus manos, pero el dolor se espació a través de todo su cuerpo. Ya sean sus músculos, sus tendones, cada parte le dolía debido al esfuerzo al que había sometido su cuerpo.

Gazef respiró con fuerza, y observó el cuerpo gigante que había pasado ante él.

No muy lejos de Gazef, uno de los Retoños Oscuros finalmente se había detenido en lugar de seguir corriendo como loco.

Uno de sus tentáculos se había vuelto borroso.

Un escalofrío que nada tenía que ver con la temperatura llenó su cuerpo. Gazef levantó su espada.

Y en ese instante, un impacto misterioso irradió desde la espada, y su cuerpo flotó en el aire.

Gazef no podía ver nada, pero supuso que había sido golpeado por uno de los tentáculos. Su cuerpo había sido enviado volando por el amplio cielo que se extendía por encima de él.

Luego de navegar por el aire por un tiempo sorprendentemente largo, el cuerpo de Gazef finalmente golpeó la tierra. Rodó y rodó y rodó, pero éste no era el desplome de un cadáver al ser arrojado. Era un movimiento deliberado de un ser humano que estaba tratando de desgastar la energía de su rotación.

Gazef se puso de pie lentamente, obligando a su cuerpo a moverse. Se quedó mirando al lejano Retoño Oscuro.

Un golpe.

El brazo que había soportado el golpe estaba roto. Fue sólo por suerte que su espada no se hubiera roto también.

La emoción en el rostro de Gazef había desaparecido.

¿Por qué? ¿Por qué había sido perdonado? ¿Por qué el monstruo no había seguido con su ataque?

Porque no era un oponente digno, probablemente. Ésa parecía ser la respuesta más apropiada.

Ni siquiera podía considerar ésta como una derrota total. Para que fuese una derrota, él tendría que haber luchado, y no había estado siquiera cerca de dar pelea.

Sangre fresca fluyó de su labio mordido.

Después de eso, Gazef suprimió el intenso dolor que lo llenaba y atacó con todas sus fuerzas.

Incluso si no podía derrotar a su enemigo, incluso si sólo podía darle un solo golpe más, aún así, tenía que proteger a su Rey.

Sin embargo, los pasos que había dado con plena convicción y determinación, vacilaron luego de dar varios pasos.

Miró al Retoño Oscuro que había cambiado de dirección hacia él ---no había duda--- y se dio cuenta de por qué había logrado sobrevivir.

Sobre el Retoño Oscuro, alguien estaba sentado sobre lo que parecía ser un trono hecho de tentáculos, con postura real, como un rey ejerciendo su autoridad. Por supuesto, su rostro era anormal. Era un esqueleto, y no había duda de que era un monstruo no-muerto.

No era lo suficientemente tonto como para no reconocer quién era ese rey.

“Ainz Ooal Gown… dono. Así que no era humano después de todo.”

Las fuerzas especiales de la Teocracia. Gazef no tenía esperanzas de derrotarlas, sin embargo, habían sido arrasadas con facilidad. Ningún ser humano podría haber logrado eso, lo que hizo que este descubrimiento fuera fácil de aceptar.

Sí. ¿Por qué siquiera había pensado que alguien así podría ser humano para empezar?

“¡Stronoff-sama!”

Incluso antes de mirar atrás, supo quién lo llamaba por la aspereza de su voz. El dúo familiar vino corriendo hacia él.

“Ustedes dos también están bien.”

Climb y Brain no estaban heridos, y Climb ni siquiera había recibido una mancha en esa armadura de color blanco puro. Teniendo en cuenta que los dos no habían intentado escapar inmediatamente, éste era un golpe de suerte considerable.

“¡Me alegro de que esté a salvo!”

“No pensé que morirías, y resulta que no fue así. Sin embargo, aún no ha acabado, ¿cierto?”

Los dos dirigieron sus miradas al lugar al que Gazef seguía mirando.

“Ése es…”

“Sólo puede tratarse de una persona, Climb-kun. El monstruo que gobierna sobre otros monstruos. Ése es Ainz Ooal Gown.”

“Eso es… eso es… Como podría decir esto…lo, lo siento.”

A simple vista, el cuerpo de Climb temblaba. Lo congelada y rígida de su expresión traicionaba el hecho de que no temblaba de emoción o de anticipación.

“No te preocupes, Climb-kun. No es nada de lo que avergonzarse. O más bien, ¡no hay nada que hacer sobre ello! ¡Una tercera persona cuya fuerza sobrepasa toda razón! ¡En qué se ha convertido mi vida desde aquel día!”

Brain irradiaba un aura malévola mientras asumía una postura. Gazef estaba sorprendido por la expresión de su rostro, que era informal y relajada y no correspondía a la circunstancias.

“¡N-no escaparé!”

Climb y Brain se pararon al lado de Gazef.

En medio de trozos de carne volando por el aire, el Retoño Oscuro se detuvo frente a Gazef.

Se oyeron gritos resonando en la distancia, solamente este lugar estaba en silencio.

Era como si esta área ya no fuera parte del mundo.

La línea de visión de Ainz se apartó de Gazef, pasó descontenta sobre Brain, y luego se detuvo en Climb. Se encogió de hombros y miró de vuelta a Gazef.

"... Te ves bastante animado, Stronoff-dono."

“Podría decir los mismo de usted, Gown-dono… juju. ¿Sería eso un problema, decir que se ve vivaz? Después de todo, si dejó de ser humano luego de que nos despidiéramos en ese entonces, podría ser terriblemente grosero.”

"Jajaja. No, no he cambiado recientemente”.

El sonriente Ainz flotó hacia abajo desde arriba del Retoño Oscuro. Debía de haber estado usando algún tipo de efecto mágico, dada la forma en que flotaba lentamente desafiando la gravedad.

Aunque él pensó que se trataba de ese famoso hechizo ‘Vuelo’, luego de tomar en cuenta que Ainz Ooal Gown era un poderoso lanzador de magia, concluyó que debía ser una versión superior de ese hechizo --- aunque cuán superior era, o qué tipo de hechizo era, Gazef no lo sabía.

“Ha pasado un largo tiempo, Stronoff-dono. Desde el Pueblo de Carne.”

“De hecho es así, Gown-dono. Entonces… permítame preguntarle, ¿por qué me ha buscado? ¿Podría ser que vio mi rostro familiar en el campo de batalla y decidió saludarme?”

“Bueno, sí, no me gusta usar palabras rebuscadas, y tergiversar las palabras no sería apropiado para este lugar. Así que… voy a ir al grano.”

Ainz levantó lentamente una mano esquelética.

No había enemistad en el gesto, más bien era de camaradería.

“Conviértete en mi vasallo.”

En ese instante, los ojos de Gazef se abrieron como platos.

Al mismo tiempo, uno podía oír a Brain y Climb tragando saliva sonoramente a ambos lados de él.

¿Quién habría imaginado que un lanzador de magia tan poderoso como éste le diría algo así a él?

“Si te conviertes en mi vasallo---”

Ainz chasqueó los dedos. Exactamente cómo lo había logrado con sus dedos esqueléticos continuó siendo un misterio.

Y como si le hubiesen hecho algo, el cuerpo de Gazef se estremeció.

Sin embargo, no hubo cambios en su mente o cuerpo. No sintió nada.

“Mira a tu alrededor.”

Gazef volvió los ojos a su entorno. Todo estaba----

“Ya veo. Se han detenido.”

Los Retoños Oscuros habían dejado de moverse, como si estuvieran congelados donde estaban. La forma en que sus pezuñas se habían detenido a mitad de un pisotón era una pose digna de una estatua.

“Esto es sólo temporal. Lo que suceda luego dependerá de tu decisión. Si te niegas, le daré órdenes a los corderos una vez más. ¿Confío en que no necesito decirte cuales serán esas órdenes?”

Gazef miró en silencio a Ainz.

Incluso si tomaba de vasallo a Gazef mediante el uso de rehenes, el lazo carecería de lealtad, y sólo estaría invitando una traición desde dentro. Seguramente Ainz debía haber considerado todo esto antes de hacer su oferta.

Entonces, eso significaba que debía haber otra razón detrás de sus palabras.

Pero de qué se trataba, Gazef no lo sabía.

Aun así debía haber alguna razón por la que él ---un ser que podía comandar un ejército como éste--- buscara especialmente a Gazef.

“¿Qué te parece? Gazef Stronoff, convierte en mi vasallo.”

Ainz extendió la mano.

Si tomaba esa mano, salvaría muchas vidas.

El corazón de Gazef vaciló poderosamente.

Le había sido concedida la oportunidad de salvar las vidas de la gente del Reino.

Sin embargo--- Gazef no podía tomar esa mano.

Era una mala decisión.

Esa opción sólo serviría para satisfacer su ego.

Cien de cada cien personas maldecirían a Gazef por estúpido.

Aún así, Gazef no traicionaría al Reino.

Gazef negó firmemente con la cabeza.

“Me niego. Soy la espada del Rey. En su nombre, con mucho gusto daría mi vida. En ese punto no puedo hacer concesiones.”

“¿Incluso si, al final, tu elección cuesta más vidas? Un hombre valiente arriesgó su vida desafiando a un enemigo poderoso en el Pueblo de Carne. ¿Será que ahora, ese mismo hombre sacrificará las vidas que podría haber salvado?”

El corazón de Gazef se sintió como si estuviera siendo cortado con un cuchillo.

Pero aún así, Gazef Stronoff no podía tomar la mano de Ainz.

El Capitán Guerrero del Reino no podía traicionar al Rey.

La lealtad de Gazef llegaba hasta ese punto.

Ante la irritación acumulándose en el rostro de Gazef, Ainz se encogió de hombros.

“Qué hombre tan tonto. Entonces---”

Gazef no le permitió completar la frase, sino que volvió su espada hacia Ainz.

"--- ¿Qué?"

Había sido herido por el Retoño Oscuro, y a pesar del talismán de curación no se había recuperado completamente. Sin embargo, incluso en este estado, el espíritu de lucha de Gazef brillaba como el sol.

“Gown-dono. Por favor permita que éste que se ha beneficiado por su amabilidad pueda expiar su mala educación… Deseo solicitar un duelo uno contra uno con usted.”

El rostro de Ainz era un cráneo sin piel. Debido a esto, uno no podría decir qué tipo de expresión tenía, o discernir en qué estaba pensando.

Sin embargo, por alguna razón, parecía haberse quedado sin palabras. Eso fue lo que los otros dos pensaron cuando examinaron la situación después de los hechos. Aunque permaneció en silencio, la ansiedad que sentía era claramente visible.

“… ¿Hablas en serio?”

“Naturalmente.”

“… Morirás.”

“No hay duda de eso.”

“¿Si lo sabes, entonces por qué hacerlo? Al principio no tenía intención de matarte… ¿es que quieres morir?”

“No creo quererlo, no.”

“… ¿Qué estás pensando? No puedo entender tu lógica. Si creyeras que podrías ganar y me retaras, podría entenderlo. Si pensaras que tienes una oportunidad de ganar bajo las circunstancias actuales, eso también sería razonable. Sin embargo, crees firmemente que perderás. ¿Has perdido la razón?”

“El Rey enemigo se encuentra ante mí, y ésta dentro del alcance de mi espada. ¿No es algo natural querer ver si puedo tomar la cabeza que se presenta por sí misma?”

“Es verdad que nuestra distancia física es bastante cercana. Sin embargo, me parece que hay una gran brecha entre nosotros. ¿Estoy equivocado?”

Con un silbido, los flácidos tentáculos del Retoño Oscuro detrás de Ainz se sacudieron hacia adelante, generando terrones de tierra al lado de Gazef.

Los ojos de Gazef no podían seguir los movimientos de los tentáculos golpeando el suelo a su lado.

“Puede que sea así, Gown-dono.”

“¿Estás abusando de tu suerte porque dije que no quería matarte?”

Gazef rió desde el fondo de su corazón.

“Ciertamente no. Simplemente deseo hacer lo que yo, como Capitán Guerrero del Reino, debería hacer. Eso es todo lo que estaba pensando.”

“… Si acepto tu reto, ¿te das cuenta que te mataré sin contemplaciones? Sin duda sería lo lógico.”

“En efecto, así es.”

“Entonces será así… aún luego de decir todo esto, te niegas a cambiar de opinión. Qué lástima. Hablando como un coleccionista, es una pena tener que destruir un espécimen excepcional.”

Gazef no tenía intenciones de echarse para atrás.

Éste era un golpe de suerte increíble. Para comenzar, Ainz, que se rodeaba a sí mismo con subordinados increíbles, estaba ahora frente a él sin ningún guardaespaldas.

Además de eso, su orgullo al ser un individuo poderoso significaba que no ordenaría pasar a la acción al Retoño Oscuro detrás de él.

Él nunca tendría una oportunidad como esta nuevamente.

Su enemigo estaba en una posición elevada a la que él nunca podría alcanzar con ambas manos. Sin embargo, ahora, tenía la oportunidad de cerrar la brecha entre ellos.

La siguiente vez que se encontraran, probablemente estaría rodeado de diez o veinte capaz de guardias, como correspondía a un lanzador de magia sin habilidad para el combate cuerpo a cuerpo. Gazef nunca podría tener a Ainz dentro del rango de su espada nuevamente. Debido a eso, había desafiado a Ainz a un duelo.

Y también había otra razón.

Aunque las posibilidades a las que apostaba eran demasiado remotas, aún así---

Gazef emitió su desafío formal.

“¡Rey Hechicero Ainz Ooal Gown-dono! ¡Mi nombre es Gazef Stronoff, el Capitán Guerrero del Reino de Re-Estize! ¡Solicito formalmente un duelo con usted!”

“Capitán Guerrero…”

“¡Gazef!”

Incapaz de seguir conteniéndose, Brain gritó. Pero Gazef continuó sin dudarlo.

“Si lo encuentra aceptable, Rey Hechicero-dono. Ruego por que acepte a estos dos como testigos adecuados para nuestro combate.”

Ainz se encogió de hombros.

Continúa, parecía estar diciendo. Cuando Gazef se dio cuenta de esto, asintió.

“¡Espera, espera un minuto! ¡Espera, Gazef! ¡Siempre podría morir a tu lado! ¡No vayas solo! ¡Mi señor Rey Hechicero! ¡Por favor, se lo ruego! ¡Sé que esto es extremadamente desvergonzado, pero es un pedido de corazón! ¡Por favor permita que ambos lo enfrentemos! ¡Sé que de ninguna manera le causará molestias!”

Mientras oía la ahogada súplica de Brain, Gazef pensó, Como esperaba…

La expresión que había visto entonces en el rostro de Brain era la de un guerrero que había aceptado su destino.

Era la determinación de que sería asesinado junto a Gazef por Ainz Ooal Gown.

Sin embargo, él no lo aceptaba. No podía aceptarlo.

“¡Brain Unglaus! ¿Quieres manchar mi convicción como guerrero?”

El rostro de Brain era la viva imagen del desconcierto.

“--- Está bien, Stronoff-dono. No me importa enfrentarme a ambos a la vez.”

“Por favor no, Rey Hechicero-dono. Este duelo es conmigo. Ruego que le perdone la vida a estos dos.”

Los puntos de luz roja flotando dentro de las órbitas oculares de Ainz brillaron con más fuerza.

“… ¿Qué es esto? He visto esos ojos antes. Son los ojos de un hombre que ha aceptado su destino y corre a encontrarlo. Ojos firmes e inflexibles. Qué admirable.”

Ainz estaba hablando como un ser humano.

“Muy bien. Acepto tu propuesta. Lucharé en PVP contra Stronoff-dono.”

Brain cayó de rodillas, impotente.

No se podía ver su rostro, pero gotas de lluvia salpicaron la tierra carmesí debajo de él.

Lo siento.

Gazef le dijo a Brain en su corazón.

“El cadáver les será regresado luego de preservarlo apropiadamente. Eso facilitará el uso de la magia de resurrección---”

“---- No hay necesidad de ello.”

Las palabras de Gazef dejaron sin palabras tanto a sus amigos como a sus enemigos.

“No deseo ser devuelto a la vida. Puede deshacerse del cuerpo aquí mismo si lo desea.”

No era que la magia de resurrección fuera mala. Sin embargo, Gazef no gustaba de ella.

Todos tenían una sola vida.

Era debido a eso, que la decisión de apostar la vida de uno podía tener significado.

Y era por ello que él, incluso por su Reino, no volvería de entre los muertos.

Si Gazef moría, entonces el Rey podría difundir las noticias de que había perdido un súbdito importante. De esa forma, tal vez podría suavizar la tormenta y el odio que nacerían por la pérdida de tantas de las personas del Reino.

Éste era el acto final de lealtad del Capitán Guerrero del Reino, que había escogido actuar por su propia voluntad egoísta.

Ignorando las miradas de sorpresa alrededor de él, Gazef sonrió con calma.

“Entonces, comencemos. Ustedes dos, espero que puedan dar testimonio de mi batalla final.”

Climb no podía haber imaginado que el hombre llamado Brain Unglaus pudiera mostrar un lado tan tierno y sensible de sí mismo.

Él sabía que Brain era poderoso, vigoroso y de voluntad libre. Sin embargo, el hombre agachando la cabeza en absoluto daba la impresión de serlo. Aunque, aún si era así, no parecía suave o débil tampoco.

“Brain, ¿no cumplirás tu misión?”

Gazef dijo estas palabras sin mirar atrás.

Brain no se movió. La forma en que sus manos arañaron el suelo le transmitió su pesar a Climb. Aún así, Climb tenía que decirlo.

“… Éste es el último deseo de Stronoff-sama.”

No creía que Gazef Stronoff podría ganar en absoluto.

Era por ello que Climb y Brain tenían que cumplir el pedido final de Gazef.

Lentamente, Brain se puso de pie.

Hacía calor.

Hizo que Climb quisiera dar media vuelta y huir.

Parecía que había algún tipo de aire caliente impulsando a Brain hacia arriba.

“… He hecho que veas un lado vergonzoso de mi, Climb-kun. Está bien. Grabaré la noble imagen de Gazef en mis ojos.”

"...Gracias."

(¿Qué tipo de relación tenían Brain Unglaus y Gazef Stronoff?)

Climb no podía entender el vínculo entre ellos, sobre todo del lado de Brain.

Luego de perder ante Gazef, él se había embarcado en un viaje para incrementar sus habilidades con la espada. Éste era el Brain que Climb conocía. Sin embargo, sentía que las cosas no eran tan simples.

“Entonces, Stronoff-dono. ¿Podrías dejarme darle un vistazo a esa espada? Hay algo que deseo saber.”

Ainz hizo el pedido como si estuviera preguntando por el clima. Las espadas encantadas podían tener todo tipo de habilidades imbuidas en ellas. Examinar la espada de uno era como revelar el funcionamiento interno de la estrategia de uno. Por sentido común, nadie jamás estaría de acuerdo con esa propuesta.

Climb no había sido la única persona que había pensado eso, fue por ello que los ojos de Brain se abrieron de par en par ante lo que sucedió después.

Gazef le dio un giro de 180 grados a su espada y presentó la empuñadura a Ainz.

“¡Gazef! ¡¿Has renunciado completamente a ganar?!”

“¡Brain! ¡No digas cosas tan vergonzosas! El Rey Hechicero no es ese tipo de hombre.”

Ainz sostuvo la espada y usó un hechizo. Después de eso, rió.

“Bueno, esta espada es bastante impresionante.”

Ainz le regresó la espada a Gazef con la empuñadura en frente, de la misma forma en que se la habían entregado.

“Stronoff-dono. ¿Tienes alguna idea del poder de esa espada?”

“Lo entiendo completamente. Esta espada posee un filo irreal que puede cortar metal como si fuera papel.”

“Qué lástima. Ésa es sólo una parte de su poder.”

“--- ¿Qué? ¿Qué significa eso, Rey Hechicero-dono?”

“Bueno, resumiendo, esta espada es un arma que podría matarme. Algo como eso es la condición mínima absoluta para un duelo PVP. Sin un arma que pudiera herirme, esto no sería más que una ejecución.”

“Perdona por compararte a las ratas que ingresaron a mi fortaleza,” murmuró Ainz al mismo tiempo que hacía aparecer una espada corta de algún lado.

Sin dudarlo, arrastró el filo de esa magnífica espada a través de su rostro cortando con fuerza.

No dejó ni un rasguño.

“Objetos débilmente encantados como éste no pueden herir mi cuerpo. Como referencia, esta espada corta está imbuida con la misma cantidad de datos ---o mejor dicho, la misma cantidad de mana--- que la espada que llevas, Stronoff-dono. Sin embargo, tu espada puede herirme, en claro desafío de lo que sé que es verdad. ¿Puedo pedir esa espada como trofeo luego de ganar?”

Gazef sonrió levemente.

“Perdón por rehusarme, pero esta espada es un tesoro nacional.”

“Mm. ¿No habrá ningún botín para el PVP, entonces? Muy bien. Voy a honrar ese pedido.”

"Mi más profundo agradecimiento, Rey Hechicero-dono."

Luego de regresarle la espada a Gazef, Ainz acarició su mentón mientras pensaba. Retrocedió, un paso a la vez, como si estuviera colocándose a una distancia reglamentaría entre ellos.

“Creo que estos deberían ser unos cinco metros. Y… debido a que no hay un contador, necesitaremos una señal. Tú, el de la armadura blanca. Busca algo con lo que dar la señal de partida.”

Habiendo sido nombrado repentinamente, Climb se estremeció.

“Climb, por favor.”

“Entonces, entonces tengo una campana mágica conmigo. La haré sonar, y eso señalará el comienzo.”

Ambos asintieron en silencio a la propuesta de Climb.

Gazef levantó su espada, apuntándola a los ojos de su enemigo. Cada fibra de su ser se impregnó de fuerza, ante la mirada de Climb que estaba detrás de él, el cuerpo de Gazef pareció volverse más grande ante sus ojos.

Era un aura de espada abrumadora. Él nunca había visto la verdadera presión que podía ejercer el Capitán Guerrero del Reino. Sin embargo, su cuerpo parecía distante e ilusorio, como un espejismo.

“Stronoff-sama…”

Ésta era la última vez que vería a Gazef con vida.

“No está garantizado.”

“--- ¿Eh?”

De pronto, Brain emitió una negación a Climb desde donde estaba parado, a su lado.

“No hay garantía de que Gazef perderá. Las probabilidades son extremadamente bajas, pero hay una pequeña posibilidad de victoria. Ese tipo tiene un movimiento asesino, ¿lo sabías? Un arte marcial que usa como su carta del triunfo.”

“¿El Corte Sextuple de Luz?”

Brain sonrió tranquilamente.

“No. Es un arte marcial definitivo que sobrepasa a ése por mucho. Ese tipo lo aprendió.”

“¿Qué, de qué se trata?”

Mientras Climb preparaba la campana, miró la espada en alto, y la cara de Gazef, llena de una concentración similar a la de un láser

La cara de acero del hombre aclamado como el Capitán Guerrero, por todos los países vecinos.

“Ah. Vino de un antiguo aventurero de nivel adamantita del Reino. Fue un arte marcial inventado por Vestia Croft Di Lofan, pero éste no podía usarlo por su avanzada edad. Si mi movimiento secreto más grande, el ‘Cortaúñas’ es el resultado de usar muchas artes marciales a la vez, la carta del triunfo de Gazef es la técnica más poderosa por sí sola. Quién sabe, ese golpe… podría ser capaz de alcanzar a Ainz Ooal Gown.”

Tal vez era por ello que había solicitado un duelo uno contra uno, dijo Brain sin apartar los ojos de la escena ante él.

Climb tragó saliva. La mano sosteniendo la campana se sentía pesada. Una vez que sonara, sellaría el destino de Gazef.

“¿Quieres intercambiar conmigo?”

“… Gracias. Pero… yo lo haré.”

Qué, murmuró Brain, pero no dijo nada más.

Climb levantó la campana. Sólo podía rogar porque Gazef obtenga la victoria.

Y entonces ---más fuerte de lo esperado--- la campana sonó.

Con la consciencia concentrada hasta el límite absoluto, Gazef avanzó a una velocidad increíble---

---y mucho más rápido que cualquiera de ellos, el mundo se detuvo.

“Como estaba diciendo… las medidas contra la detención del tiempo son importantes.”

Ya que Ainz había lanzado un hechizo de ‘Detención de Tiempo Silenciosa’, Gazef, con la espada en alto, estaba congelado frente a él.

Ningún ataque funcionaría mientras el tiempo estaba detenido. Incluso si usaba magia de ataque para bombardear a Gazef, no le causaría ningún daño. Debido a esto, Ainz lanzó un hechizo mientras tomaba en cuenta el tiempo.

“「Retrasar Magia: Muerte Real」 (Delay Magic: True Death).”

Era un hechizo del noveno nivel.

Debido a que ‘Tomar Corazón’ era un hechizo más conveniente, él no usaba éste otro muy seguido.

Si ningún hechizo podía afectar al enemigo mientras el tiempo estaba detenido, entonces todo lo que uno tenía que hacer era demorar la activación del hechizo hasta el momento en que terminara la ‘Detención del Tiempo’. Aunque en teoría era una simple combinación de ataque, el truco consistía en estimar adecuadamente el tiempo, lo que era extremadamente difícil. Como tal, sólo alrededor del 5% de todos los usuarios de magia podían lograrlo.

Luego de mucho entrenamiento y práctica, Ainz también se encontraba dentro de ese 5%.

“… Adiós, Gazef Stronoff. Nunca te odié.”

El hechizo llegó a su fin, y el tiempo regresó al mundo.

Justo después de eso, el otro hechizo se activó antes de cualquier otra cosa.

---Gazef cayó lentamente.

“¿Eh?”

“¿Qu-Qué?”

Ni Climb ni Brain tenían idea de lo que acababa de pasar.

En el momento en que Gazef se había lanzado a atacar, de pronto se había derrumbado.

Ainz avanzó hacia adelante para atrapar el cuerpo de Gazef.

Su espada se separó de sus dedos sin vida, y cayó al suelo.

La batalla había terminado.

Sin embargo, no había forma de comprenderlo.

Nadie sabía lo que estaba pasando.

“¿Qué demonios sucedió…?”

“¡¿Cómo diablos voy a saberlo?!”

Brain dejó escapar un grito de rabia.

“¿Qué sucede? ¡Levántate! ¡Gazef!”

Y entonces las más sinceras esperanzas de Brain fueron negadas rotundamente.

“Está muerto.”

Respetuosamente, o tal vez incluso con reverencia, el Rey Hechicero Ainz acostó a Gazef sobre el suelo. Luego de eso, lentamente cerró los ojos abiertos del hombre.

Mientras miraba la cara de Gazef, habló con las dos personas cercanas.

“… Ver como hizo un desafío sin posibilidades de ganar me recordó a aquel tiempo. En honor al Capitán Guerrero, le ordenaré los Retoños Oscuros que se retiren. Luego les enviaré el cuerpo.”

“… No, no hay necesidad de eso. Estamos dispuestos a llevar de vuelta a Gazef. No hay necesidad de que se moleste con eso.”

Climb exhaló pesadamente.

¿Desafiaría Brain a Ainz a una batalla inútil? Se preguntó, sin embargo, no había necesidad para ello.

“¿Es así?”, respondió Ainz antes de ponerse de pie.

“El hechizo de muerte instantánea que usé, ‘Muerte Real’, anulará cualquier magia de resurrección. Díganle eso a la gente del Reino. Díganles que seré misericordioso con aquellos que se sometan respetuosamente.”

Ainz flotó suavemente en el aire.

Incluso cuando vieron su espalda indefensa, los dos sabían que no podían cometer un acto tan vergonzoso como atacarlo desde atrás.

Ainz se sentó en un tentáculo del Retoño Oscuro.

Realmente era un trono aterrador.

“Entréguenme E-Rantel y sus áreas circundantes y estos corderos no juguetearan en la capital real. Díganle esto a su Rey, cuando lo vean nuevamente.”

El Retoño Oscuro se dio la vuelta y se marchó, y los otros cuatro Retoños Oscuros comenzaron a regresar de vuelta al fuerte Imperial.

“Climb-kun. Tengo un pedido… ¿podría ser yo quien lleve a Gazef de vuelta?”

“… Muy bien. Entonces yo llevaré a casa la espada de Stronoff-sama.”

“Mucha gente ha muerto.”

“Sí, demasiados para contarlos.”

“… ¿Qué acaba de pasar?”

“No lo sé. Pero, si alguien como ése se hace llamar Rey y reclama este territorio…”

“En el futuro, definitivamente se desatará una guerra. Y quién sabe, los muertos podrían ser más numerosos que los de este día.”

Caminando al lado de Brain, que cargaba a Gazef en la espalda, los pensamientos de Climb se volvieron hacia el futuro del Reino, rodeado de nubes.

Las palabras de Brain definitivamente se harían realidad. Lo importante era lo que él podía hacer, y luego, lo que haría.

Y lo más importante era---

(---Tengo que proteger a Renner-sama.)

Climb apretó un puño, y se armó de valor. Cuando menos, tenía que proteger a su señora, sin importar el costo.




41 comentarios :

  1. Que bueno que ya salio dejaras para mañana el epilogo, muchas gracias por el aporte

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  2. lo sabiaaaaa!!! saabia que ese mensaje que puso erb se referia al cap 4 pero no quise suponerlo abiertamente xd

    gracias erb y cuidate

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  3. y con esto y lo el prologo se acaba todo .. hasta que salga el vol 10 espero .. :( se siente triste ..

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  4. genial gracias ya me quedare sin Overlord T_T

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  5. *se pone de pie y aplaude* omg sin palabras

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  6. gracias por el ultimo capitulo. lastima que aun no haya noticias del volumen 10

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  7. Porque!! Jodete Ainz, que alguien me explique porque eliminan a Stronoff :(

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    1. Amigo vas a tener que explicarme jajajjaa

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    2. ahi mismo te dan la respuesta amigo pero ya que no lees pausadamente no la entiendes ah sido un gran conflicto donde han muerto mas de 70 000 personas (del reino) digo mas porque no menciona la cantidad de los que fueron pisoteados asi que cuando todo esto pase el rey ramposa III tendra que dar una explicacion a los nobles(faccion noble) y la muerte de stronoff es vital para que la faccion real aun pueda seguir al mando ya que stronoff es catalogado como el mas fuerte del reino y tambien el mas fuerte de la faccion real y el al morir le da una oportunidad al rey para poder suavizar las cosas osea le dice yo tambien eh pedido un poderoso soldado

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    3. Jajaja eso si lo entendí, pero tuve la esperanza que me dijeras "no te preocupes Ainz con su hechizo (en el arma de Stronoff) lo va a revivir" jajaja

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  8. Se ve que Ainz no queria matar a Gazef, pero el orgullo le pudo mas a Gazef y termino muerto. Muy buen cap, ahora como afrontaran la muerte de mas de 150000 personas en el reino, ¿sera que se ponen todos a servicio de Ainz?

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  9. Como me gustan los combates honorables donde se expresan respeto ambas partes y se le reconoce el esfuerzo hecho a la persona caida.
    PD: Good Game Gazet

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  10. Muchas gracias por este gran capitulo :)

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  11. Que bonito espectaculo, ojala lo hagan anime, seria lindo verlo =) que maginifica serie Overlord, ojala la continúen con el volumen 10 en el futuro.

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  12. Este. Final es digno. Se overlord estoy muy triste. Y emocionado por el cap 4 muchas grasiaz por esta gran entrega

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  13. A esperar... gracias por la traducción :')

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  14. Enri y su ejercito de cinco mil goblins por un lado, la reciente muestra de poder de Ainz, los conflictos del reino Dracónico, la teocracia que no quiere saber del tema de Ainz ni del reino Dracónico,...XD
    Lastima que tengamos que esperar meses para saber como seguirán las cosas a partir de ahora..XD
    Muchísimas gracias por tan fantástico trabajo.

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    1. Cuando se entere de q es un no-muerto, supongo q si q intervendra la teocracia

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  15. Excelente, gracias por la traduccion Erb

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  16. Excelente, me encanta como el autor hace para ponernos en la piel tanto de Ainz como de los Humanos. Ya no se a quien apoyo, ya no puedo imaginar como terminará esto. ¡Eso es lo que me encanta de esta serie! Juego de Tronos vete de vacaciones porque Overlord en 100 veces mejor ;-D

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    1. Probablemente Ainz se vuelva un no muerto por completo y empezara a odiar a todos los seres vivos incluso a los de Nazarick asi que a su gente no le quedara otra mas que luchar contra él y empezar una nueva leyenda de los 13 héroes, en el volumen 4~5 se le explica a Cliff que los que se vuelven Lich empiezan a perder toda traza de humanidad hasta que terminan odiando toda forma de vida además se le dice que la leyenda es de 13 héroes por que solo hay leyenda de ellos pero que fueron muchos mas quienes pelearon hace tanto tiempo (ya tenemos a Cocytos lider de los lagartos/Sebas-Tian quien derroto a los criminales, Enri general del ejercito Goblin, sin olvidar a Momon (actor de pandora puede tomar el lugar) y la belleza que lo acompaña Nabe, mas los que salgan) ... por supuesto todo esto mera especulación.

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    2. pero si te fijas tambien mencionan que hay algunos linch que no odian a los seres vivos que incluso llegan a hacer tratos con seres humanos y les dan objetos antiguos y sobre la leyenda de los 13 heroes aun siguen vivos 3 la anciana el dragon y evileye

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    3. Una lástima porque apenas esta por salir el volumen 10 y de aquí que consiguen raw para traducir va a tardar.

      Por otra parte la especulación de arriba totalmente errónea, a Ainz no le importan los humanos ni para mal ni para bien a menos que pueda usarlos ,su única preocupación son los Npc que le sirven por ellos es que hace lo que hace para proteger los y para estar cumplir las expectativas que ellos tienen de el(de hecho los más malvados son en su mayoría los npc de nazaric).
      Además que ellos sólo viven para servir a Ainz se ha dicho de toda la vida ,antes que traicionar a Ainz prefieren morir (obvio no cuenta lavado de cerebro como a shalltear)
      Otra cosa dices que Ainz es un linch,técnicamente lo es pero no aplica lo que decías ,porque cuando se referían a un linch lo hacían como un ser humano que corrompido su alma para alcanzar la inmortalidad como un no muerto ,en el cual Ainz nunca hizo eso el tiene su alma normal (satoru suzuki) nunca se dice que pierda su humanidad sólo que suprime sus emociones automáticamente como un no muerto (muchas veces para bien de el ) no aplica la regla de volverse malvado porque es un player no un no-muerto común.

      Por otra parte si se revelan contra el serían los humanos ,pero nunca con el apoyo de los Npc. Piensa que los humanos matan y esclavizan a los demihumanos y tratan igual de mal a su propia raza algunos demihumanos sólo ven como comida a los humanos,lo mejor que puede pasar es que ainz los gobierne a todos y una todas las razas en una .

      Pd. Además si hablas de malvados ese sería probablemente Demiurgo, Ainz no mata ni por placer ni a inocentes ,sólo cuando lo merecen o es neserario.

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  17. Aprender japonés, para cuando salga la novela 10, no creó que espere las traducciones....

    Muchas gracias por tan genial novela, ya esta en camino varios merch que compre de la serie, esperando las novelas en inglés que saldrán el próximo año, ya tengo los dos primeros mangas.... Así de atrapado quede con la historia.

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    1. te vas a volver loco con tantos kanjis, aunque depende de cuanto tiempo le dediques pero aun asi aprender numerosos kanjis podria demorar mucho... y con suerte encuentras la raw

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  18. bueno, hasta el año entrante hay más overlord T_T

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  19. Gracias por la genial traducción; dudo mucho que, Aiz-sama termine odiando la vida, sera que se mete demasiado en su papel, ademas estas muertes eran necesarias para que los 3 reinos no se revelaran y evitar tener que matarlos. (P.D: ¿como aguanto yo el mono hasta el capitulo 10?)

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  20. lo que sige es la boda de la princesa con brain XD

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  21. A Ainz lo tachan de malvado y un monstruo y por un lado puede ser asi pero por otro el solo se preocupa por el bienestar de Nazarik y sus habitantes, Lo que pase el resto le da igual. Si el emperador no hubiera enviado a los trabajadores a investigar la tumba, seguramente no habria llegado esta situacion... Ademas que el resto de paises no son unos santos! La Teocracia esclaviza, mata y odia a todo aquel que no sea humano,Y recordar cuando enviaron un escuadron que quemaron pueblos y masacraron a sus habitantes, solo para llamar la atencion de Gazef. El reino esta corrupto hasta la medula, y ambas facciones luchan por el poder cuando los que sufren por ello es la poblacion. Y el Imperio esta gobernado por un niño ¿creo? que usa a la gente como si fueran peones de ajedrez para llenar su ambicion.. esa es la cruda realidad por mucho que se empeñen que Ainz es un monstruo y que masacrara la humanidad.

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  22. Muchas Gracias !! , ahora a esperar paciente por el volumen 10 ! .

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  23. Muchas gracias Erb por la traducción y que descanse en paz Gazef-dono.

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