sábado, 6 de febrero de 2021

Overlord Gaiden c3 p1

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Traductor: Erb
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Capítulo 3
Cinco años de preparación


Parte 1

Los Liches Nocturnos eran seres que habían absorbido una gran cantidad de mana, y al hacerlo trascendieron el estado de Liches Ancestrales. Tales sucesos eran extraños incluso a lo largo de la historia, por lo que los vivos estaban agradecidos.

Esto se debía a que los Liches Nocturnos eran muy poderosos.

Estaban bien versados en el uso de hechizos de nivel increíblemente alto más allá del reino de la humanidad: el llamado sexto nivel. En una pelea estaban a la par de Dragones incluso ancianos. Además, también poseían muchas habilidades especiales, hordas de seguidores nomuertos, un gran grado de inteligencia y residían en bastiones inexpugnables de muchas capas.

Eran capaces de gobernar naciones, como reyes nomuertos.

En verdad, había tres Liches Nocturnos conocidos:

El Dragón Lich Nocturno, Guphandera=Argoros.

El Titán Lich Nocturno, Siyern.

El Lich Nocturno sin nombre, un señor de las sombras conocido como Fear.

Gobernaban un dominio que era del tamaño de un país pequeño, y las naciones circundantes los conocían como figuras de terror.

Por esa razón, el nombre “Lich Nocturno” solo se pronunciaba en voz baja y asustada. Se podría decir que eran seres mitológicos míticos comparables a los desastres naturales.

Y ahora mismo, frente a uno de esos terroríficos Liches Nocturnos, el que se apartó del mundo y permaneció en la oscuridad —Kunivela— un  par de figuras aparecieron de repente como si a partir de la nada.

Una de ellas estaba en túnica. La otra también vestía una túnica, pero sus estaturas eran muy deferentes entre sí, como si de un adulto y un niño se tratase.

Su investigación había sido fructífera, poseía un vasto conocimiento mágico, y era bastante famoso en su campo. Comprendió que probablemente había un noveno nivel de hechizos en el mundo, un hecho que muchas personas en el mundo probablemente ni siquiera sabían. Sin embargo, ni siquiera él tenía idea de lo que había sucedido.

Kunivela hizo su guarida en una casa en una ciudad destruida, en un sótano que había cavado debajo de ella.

Nadie, ni siquiera la organización, debería  haber sabido sobre este lugar. Y tenía esbirros nomuertos desplegados por toda la ciudad. ¿Cómo habían evadido sus ojos y pasado todas sus trampas mágicas para llegar a este lugar? Después de todo, Kunivela también había usado magia de adivinación para protegerse.

Aun así, Kunivela no había sentido nada antes de que aparecieran repentinamente ante él.

Sin embargo, su confusión se desvaneció rápidamente. Lo que lo reemplazó fue el miedo.

Es este mundo, los Liches Nocturnos era algunos de los seres más poderosos que existían. Así como los seres superiores despreciaban a los demás, les sería imposible tener miedo de los demás. Esto era particularmente cierto para aquellas personas que entendían su abrumador poder.

Suponiendo, por supuesto, que esto hubiera sucedido hace un año.

Un solo pensamiento apareció en la mente de Kunivela.

Era “Están tratando de matarme”.

No tenía la intención de hablar con las dos personas que habían aparecido de repente. Kunivela inmediatamente lanzó  un hechizo. No escogió un hechizo ofensivo o defensivo, sino Teletransportación.

Abandonaría esta ciudad y se teletransportaría a una base distante que pensaba era segura —también había pensado que este lugar era seguro— sin ninguna duda.

Luchar no era una opción. Ésa era la única opción que no podía tomar. En realidad, hacerlo, habría sido una tontería absoluta.

Era cierto que ninguno de los dos emitía un aura de poder. Ni siquiera podía sentir mana de ellos.

Pero por eso eran tan temibles.

En circunstancias normales, los habría recibido con un hechizo de ataque para enseñarles la estupidez de pararse frente a él.

Sin embargo, estas dos personas habían atravesado la red de vigilancia del Lich Nocturno Kunivela. Por esa razón, era sensato asumir que ambos estaban tan por encima de Kunivela que él ni siquiera había podido sentirlos.

Seguramente los nomuertos  de la organización se habrían burlado de Kunivela si hubieran escuchado que el Lich Nocturno Kunivela lo abandonaría todo y había escogido huir de inmediato. Sin embargo, solo habría obtenido esa reacción hace un año.

En este momento, los miembros de la organización respaldarían unánimemente la elección de Kunivela y habrían avalado la justicia de su decisión.

***

Había una organización llamada “Corpus del Abismo”.

Era un grupo compuesto por lanzadores de magia nomuertos. Originalmente, se formó para trabajar para su mutuo beneficio y para evitar conflictos.

La razón de esto se debía a que cuando los nomuertos —como seres con una esperanza de vida ilimitada— estudiaban magia juntos, se tendía a desarrollar fricción.

Sin los tres grandes impulsos —por la comida, el descanso, y el sexo— los seres nomuertos invariablemente desarrollaban poderosos deseos, y en el caso de lanzadores de magia nomuertos, generalmente tendían a una sed de conocimientos. Por esta razón, un vez que comenzaba un conflicto por el conocimiento, tendía a intensificarse. Ninguna de las partes se detendría hasta que se convirtiera en una batalla de exterminio que terminaría con la aniquilación de uno de los lados.

Si los tres grandes impulsos de los vivos se concentraban en un único impulso, seguramente ese único deseo se volvería incontrolable. Era muy común que los nomuertos fueran destruidos de esta manera, hasta el punto en que los vivos podían destruir a ambas partes mientras estaban absortos en su enemistad.

Por esa razón, eventualmente surgieron nomuertos que entendieron que era más sabio hacer intercambios y cooperar dentro de lo razonable, en lugar de luchar hasta la extinción mutua por el conocimiento y los objetos mágicos. Al final, se hizo una lista de nombres.

Era una tablilla de piedra no encantada que estaba inscrita con los nombres de los participantes por medio de magia desconocida, que más tarde se conocería como la Inscripción Granisle.

En ese momento, solo contenía los nombres de cuatro Liches Nocturnos y tres Liches Ancestrales. Había pocas reglas y los que las rompían serían atacados por los otros. Tal era la soltura de su relación.

Pero 200 años después de eso, gradualmente se convirtió en una organización completa.

Gracias a un número cada vez mayor de miembros nomuertos, los siete crecieron en 48, convirtiéndose en una gran organización con 55 miembros, con los siete originales siendo criaturas nomuertas cada una con una calificación de dificultad de 150.

Sin embargo, poca gente conocía esta organización.

Sus miembros podrían dividirse aproximadamente en dos tipos.

Un tipo cultivaba su influencia entre los vivos y los usaba para lograr sus objetivos. El otro no tenía nada que ver con los vivos, trabajando silenciosamente para sus propios objetivos en el mundo.

Muy pocos pensaban como los primeros, así que la mayoría de sus miembros pertenecían a la última categoría. Como resultado, no causaban muchas repercusiones en la sociedad viva.

En cuanto a aquellos que planeaban cimentar su influencia entre los vivos, junto con ello vino un aumento en el número de enemigos. En particular, dado que los nomuertos eran enemigos de todo lo que vivía, Hubo momentos en que los vivos formaban alianzas internacionales para exterminarlos. Debido a esto, había incluso menos miembros de los grupos anteriores. Por supuesto, también estaban aquellos que habían echado raíces en la oscuridad del mundo de los vivos, pero esos hábiles nomuertos eran pocos y distantes entre sí.

Al final, “Corpus del Abismo” se convirtió en un grupo que existía solo en los rumores. La razón por la que no intentaron obligar a los tres Liches Nocturnos antes mencionados a unirse a ellos fue para evitar que llamaran la atención cuando lo hicieran.

Fue por eso que el problema tardo tanto en descubrirse.

El primero en notar ese problema fue uno de los miembros más antiguos del círculo interno. Fue uno de los fundadores de la organización, Benjeli Ansis, también conocido como “Abismo”.

Era un Lich Nocturno de seis brazos y dos cabezas, que dominaba los hechizos arcanos del sexto nivel y los hechizos de sexto nivel de otras tradiciones, y un ser temible que la humanidad no podía superar. Si hubiera estado dispuesto a emerger en el centro de atención, los tres Liches Nocturnos mencionados anteriormente se habrían convertido en cuatro.

Ese día, se dirigía a la fortaleza de Granz Locke, un miembro del círculo interno y un practicante del octavo nivel.

Después de pagar varios precios, tenía la intención de saber cómo Granz había alcanzado el octavo nivel. Pero Granz no había aparecido ese día. Por lo tanto, Benjeli fue a la fortaleza de Granz.

No era inusual que los nomuertos, que no tenían una vida máxima, se perdieran en la investigación. A Granz debía haberle pasado eso, pensó Benjeli mientras llegaba a su destino. Sin embargo, cuando Benjeli desmontó de su Dragón Nomuerto, su guardaespaldas y montura, se congeló donde estaba debido al extraño humor del aire en la fortaleza de Granz.

Granz tenía docenas de Liches Ancestrales de guardia y los manejaba con dureza como sus sirvientes. Por lo general, uno de ellos habría aparecido de inmediato para mostrarle el camino a Benjeli después de que él apareciera, pero nadie vino incluso después de que esperó un rato.

Benjeli convocó a sus propios secuaces y entró con cautela en la fortaleza, donde inmediatamente se dio cuenta de lo que había sucedido.

Todo había sido tomado. Su investigación y su riqueza desaparecieron sin dejar rastro.

Los nomuertos eran enemigos de los vivos, por lo que no era inusual que los nomuertos fueran destruidos. Incluso seres nomuertos tan poderosos eran ocasionalmente asesinados por seres vivos aún más poderosos. Pero lo extraño era que no había señales de batalla. Parecía como si él de repente hubiera salido.

Granz era un Lich Nocturno. En otras palabras, era del orden más alto de los nomuertos. ¿Podría alguien así haber sido destruido sin oponer resistencia?

Con una extraña inquietud en su corazón, Benjeli verificó el estado de todos los miembros de la organización.

Y luego, la organización tembló.

De sus 55 miembros, 21 de ellos eran completamente incontactables. Esto no se limitó solo a los miembros del círculo externo, sino incluso a los miembros fundadores del círculo interno.

Antes de que nadie se diera cuenta, aproximadamente el 40% de los miembros del grupo habían sido destruidos. Esto produjo escalofríos a los nomuertos, que no deberían haber conocido el significado del miedo; la idea de que sus miembros —que podían destruir naciones— ni siquiera habían dejado ningún mensaje o información, significaba que habían sido aniquilados unilateralmente.

Como individuos poderosos, cada uno podía destruir una nación por sí mismo. Todos estaban poseídos por tal arrogancia, que era el porqué rara vez trabajaban juntos y “Corpus del Abismo” nunca había trabajado juntos como equipo. Sin embargo, ya no podían darse el lujo de no hacerlo.

Aun así, su número siguió disminuyendo.

Un ser desconocido estaba cazando lenta y gradualmente a los miembros de la organización.

Estos seres, que tenían más de un siglo, conocieron el miedo por primera vez.

En este punto, ya no les importaba las apariencias o la reputación.

Habían comenzado a reunirse mensualmente al principio, pero a medida que disminuían sus números, ahora se reunían una vez cada dos días. Ver a todos los presentes en esas reuniones los tranquilizaba, pero si faltaba alguien, se preocuparían de ser el siguiente y, por lo tanto, vivirían cada día con miedo. Algunos de ellos incluso habían comenzado a permanecer juntos.

A pesar de que hicieron todo lo posible para recopilar información, todo lo que encontraron fue misterios.

No sabían por qué los estaban atacando. ¿Era por odio o por venganza o alguna otra emoción? ¿O era por los frutos de sus investigaciones, o bienes materiales como el dinero y cosas por el estilo? Pero la pregunta más importante era…

…¿Quién estaba haciendo esto?

Sus objetivos eran ahora irrelevantes. La nueva conclusión para su plan de acción actual era una rendición incondicional seguida de rogar por sus vidas. Si bien algunos habían sugerido luchar, al principio, para este punto todos habían perdido la voluntad de pelear.

La organización de Liches Nocturnos conocida como "Corpus del Abismo" estaba ahora en las garras de un terror desconocido.

***

Fue bajo estas circunstancias que Kunivela decidió lanzar Teletransportación.

No había elegido rendirse porque pensó que podía huir. Más bien, fue porque él necesitaba organizar sus pensamientos lo suficiente para conversar con ellos. Además, no quería hablar con ellos solo. Sería mejor retirarse primero y luego rendirse como grupo, pensó Kunivela.

Sin embargo, un momento después de que la Teletransportación entró en vigor, Kunivela se congeló.

Todavía estaba frente a estas dos personas misteriosas. La Teletrasportación no había surtido efecto. Quizás algún hechizo la había negado.

Solo hoy, Kunivela ya había presenciado muchas cosas que nunca había visto antes. El miedo se elevó dentro de él una vez más, y sus ojos se agrandaron mientras estudiaba a la pareja frente a él.

La figura más alta con túnica extendió una mano.

Era una mano esquelética.

Los nombres de muchos hechiceros esqueléticos pasaron por su mente, pero todos eran bichos raros. Ninguno de ellos podría haber derrotado a Kunivela el Lich Nocturno. Entonces, ¿qué era este ser? Cuando sus pensamientos llegaron a ese punto, se congelaron.

Había sido dominado.

Ni siquiera pudo resistirlo.

Kunivela el Lich Nocturno había sido dominado como un Zombi o un Esqueleto. Su mente y alma ya habían reconocido al ser que tenia ante él como su controlador: su Amo. Lo que debería haber sido objeto de miedo se había convertido en un Amo al que le debía su lealtad.

Podía decir que ésta era una habilidad para dominar nomuertos, una que él también poseía. Sin embargo, esa habilidad solo era efectiva en nomuerto más débiles que él mismo, lo que significaba que su Amo era significativamente más poderoso que Kunivela. Una vez bajo su dominio, Kunivela no tendría oportunidad de deshacerse de él mientras la otra parte no quisiera ceder el control. Todo lo que quedaba ahora era rogarle a él, a su Amo, que mostrara misericordia.

Su amo se echó hacia atrás la capucha que ocultaba su rostro.

Reveló un cráneo huesudo. Basado en la mano esquelética que acababa de extender, no era una máscara, sino su rostro real.

Debía haber algún significado detrás de no matar a Kunivela, sino de elegir controlarlo. Sería mejor si ello se debía a que su Amo sintiera que era una lástima matarlo, eso sería lo mejor para mantenerlo con vida, pensó el dominado Kunivela.

—Ahora bien, comienza por entregar todas tus notas de investigación y tu tesoro.

—¡Dámelo!

La figura más pequeña al lado también se quitó la capucha.

Tenía cabello rubio y ojos rojos.

Parecía una niña humana, pero aparentemente era nomuerta. Dada su inteligencia y apariencia, concluyó que ella era un vampiro que había sido engendrado a partir de un humano. Como ella era una compañera de su Amo, él no se atrevía a albergar ninguna hostilidad hacia ella.

—Escucho y obedezco. Ahora empezaré con mi tesoro.

Kunivela usó una llave para abrir la tesorería de su habitación y sacó todos los sacos que había dentro.

Fueron 15 en total. Cada uno contenía mil monedas de oro, para un total de 15000 monedas, que pesaban 150 kilogramos en total. Si bien los nomuertos no necesitaban dinero directamente, había oportunidades en las que algunos de los vivos estaban dispuestos a tratar con ellos, típicamente gente del lado oscuro de la sociedad. Completar sus solicitudes los recompensaría con oro, y el oro también era un elemento valioso al tratar con ellos, así que naturalmente había ahorrado mucho.

También había una bolsa de piedras preciosas además de esas. La mesa también tenía pergaminos de hechizos, varitas encantadas y otros objetos mágicos.

— También tengo otras tres bases además de esta. La otra mitad de mis activos se encuentran allí.

Como estaba siendo dominado, reveló con sinceridad la ubicación de todo su tesoro escondido para maximizar la ganancia para su Amo.

—Jojo, eso es bastante.

—¡Realmente lo es!

—…Intruso Número Dos… ¿no crees que deberías mostrar un poco de moderación? Realmente te dejaste llevar, ¿no? Aunque lo he estado pensado todo este tiempo… hoy debo decirlo. ¿No deberías comportarte más como una princesa? Lo hacías cuando te conocí.

—Número Uno. Llevamos cinco años viajando juntos, ¿sabes? Luego de pasar por tanto, incluso un nomuerto cambiaria hasta cierto punto.

—Umu. Tengo mis dudas al respecto. Lógicamente hablando, lo nomuertos no deberían estar cambiando en un nivel mental… ¿significa eso también que nunca crecerán? Entonces, ¿eso significa que así es como siempre ha sido tu personalidad, Número Dos?

—A mi no me parece así… y cuando te pones a pensarlo, todo es por ti, Número Uno. Qué pasa con toda esa magia imposible, objetos mágicos que valen cada uno un reino entero, y convocar monstruos que parece que podrían arrasar un país entero por sí mismos...

El Amo ignoró a la chica parloteante y abrió un saco, luego sacó varias monedas de oro.

—… ¿Entonces todos están negociando con divisas? Eso me ayuda mucho. Después de todo, intercambiar una gran suma de dinero es bastante problemático.

Calcular el contenido de oro de las monedas de oro de cada país era muy complicado, por lo que para facilitar los intercambios, Kunivela solo usaba estas monedas.

—¿Es por eso que has estado usando monedas refundidas de Yggdrasil todo este tiempo, Numero Uno?

—Las has visto antes, ¿no? Es exactamente por ese motivo, Numero Dos. Ahora bien, al corazón del asunto. Mi primera pregunta es, ¿Cuáles son los movimientos de tu organización? ¿Cuán cautelosos son conmigo?

— Somos cautelosos contigo, por supuesto, pero todo el mundo está básicamente preparado para rendirse incondicionalmente en este momento. Parece que algunos de ellos también han huido del grupo.

— Nómbralos.

Kunivela recitó una lista de ex miembros que se habían escapado. Había media docena en total.

—¿Qué piensas, Número Dos?

La niña consultó el papel que tenía en la mano y asintió.

—Parece que dos de ellos se escaparon. ¿Qué debemos hacer, Número Uno?

—Perseguirlos y matarlos. Si no los arrancamos de raíz, nunca podremos dormir bien.

—¡Eso es maravilloso, Número Uno! ¡Has mejorado contando chistes! ¡¿Vez?, los nomuertos también pueden crecer! ¡A continuación, tendremos que trabajar en tu sentido común para ponerle nombre a las cosas!

—…No estaba bromeando.

—Ah, um…

El Amo no habló. La niña se mordió el labio y miró al Amo.

La falta de respeto contra su Amo era  intolerable, pero a Kunivela no se le había permitido atacar.

Y además…

«¿Los dos que habían escapado, ¿eran afortunados o desafortunados? Dada la conversación de hace un momento, no parece que vayan a perdonarlos... »

— ¿Los nombres que elijo son realmente de tan mal gusto?"

—Hablando francamente, lo son. Ah pero “Zoológico Heteromórfico“ fue bastante bueno. Fue divertido.

—Divertido, eh…

— ¡Sin embargo, “Rubia” fue terrible! —La niña plantó las manos en las caderas—. ¡Esos guardias me miraban de forma extraña en ese entonces y fue tan vergonzoso!

—Pero no dijeron nada…

—Eso es porque los nombres tienen diferentes significados entre las diferentes razas, y ser asesinado por burlarse del nombre de alguien no es nada nuevo. La gente es más sensible a ese problema en ciudades con poblaciones mixtas. Pero no pudieron ocultar lo que estaban pensando...

—Pero no volvimos allí después de eso…

—¿Disculpe, Amo? —preguntó Kunivela nerviosamente.  Ambos pares de ojos —a Kunivela solo le importaban los de su Amo— se volvieron hacia él—.  Todos los lanzadores de magia nomuertos pertenecientes a “Corpus del Abismo” están dispuestos a rendirse ante usted, Amo. ¿Eso le complace?

—Oh, es verdad, arreglemos las cosas en este extremo primero. Si bien es de mala educación responder con otra pregunta, sigo teniendo que preguntar: ¿Por qué tendría que aceptarlo?

Kunivela tragó saliva ante la actitud “dubitativa” de su Amo.

—Ustedes solo hablan de la boca para afuera sobre la idea. ¿Por qué debería perdonarlos? Solo al arrancarlos de raíz eliminaré los problemas futuros.

—Nunca haríamos tal cosa. Ni siquiera podíamos pensar en desafiar...

—Ah, ya he oído suficiente de eso. Entonces, ¿qué pasaría si ustedes se enteraran de nuestra debilidad?

No podía ocultar nada de las demandas de su Amo.

—Si nos beneficiara destruir a nuestro enemigo una vez que nos apoderamos de su debilidad, lo haríamos.

—¿Lo ves?

—Solo con respecto a los elementos que el Amo considere dañinos al tomarnos como vasallos, seguramente seremos útiles. Por ejemplo, puedo garantizar que podemos superar a cualquier grupo de expertos siempre que trabajemos juntos y, por supuesto, podemos servir como tropas contra sus enemigos. Amo, si bien su poder es inigualable, seguramente los números pueden ser una ventaja…

Kunivela luchaba desesperadamente por demostrar su valía.

—Hm, eso es cierto. Tengo algo que necesito investigar. Pero según tus colegas que eliminé antes, nadie puede hacerlo. ¿Eso es cierto?

Todos tenían una idea aproximada de quién estaba estudiando qué dentro del grupo. Compartieron su información para evitar disputas por recursos debido a la duplicación de esfuerzos de los demás. Sin embargo, no había garantía de que cada persona dijera la verdad sobre el contenido de su investigación. El propio Kunivela estaba llevando a cabo una investigación secreta por su cuenta.

Quizás este material oculto podría utilizarse como material de negociación. Si dijera, "todos tienen sus propios temas secretos", entonces el Amo tendría que ir y cuestionar a todos, lo que significaría que podría intensificar sus ataques contra la organización. Quizás los demás también lo habían considerado, razón por la cual habían elegido morir sin decir una palabra. Esa podría haber sido la razón por la que el Amo no había planteado el tema.

—…Entonces, ¿qué pasaría si le ofreciéramos una suma fija todos los años? Con una gran cantidad de dinero podría contratar a más personas para que le ayuden a realizar la investigación.

—No necesito dinero.

—Mm.

La chica a su lado asintió.

—Entonces, ¿por qué me hizo entregarle mis tesoros primero?

¿No era muy extraño? En respuesta a la pregunta de Kunivela, su Amo se encogió de hombros con indiferencia.

—Solo estaba buscando cualquier objeto raro que tuvieras entre ellos. Ah, y también quería saborear el espíritu aventurero de obtener tesoros después de vencer una mazmorra.

Kunivela no pudo evitar preguntarse qué quería decir con "espíritu aventurero".

¿Iba a eliminarlos a todos solo por eso?

Seguramente habría luchado con todas sus fuerzas si no hubiera sido dominado. Por supuesto, eso no era más que una fantasía sin sentido.

—Tengo más preguntas para ti. Ya que estás bajo mi control, ¿los otros miembros de tu organización vendrán a salvarte, o esta fortaleza se autodestruirá después de un tiempo? Es decir, ¿Hay algún demérito para nosotros en quedarnos aquí?

Era difícil explicar cuáles eran esos deméritos.

Si Kunivela desaparecía, los demás asumirían que algo le había pasado. Pero, ¿quién diablos se arriesgaría así? Quizás vengan todos, pero probablemente no para rescatar a Kunivela o para atacar al Amo. Era más probable que se ofrecieran a rendirse o pidieran negociar.

En cualquier caso, no había nada que fuera inmediatamente desfavorable para su Amo. Sin embargo, no se podía pasar por alto ningún desarrollo desventajoso que podría surgir a partir de esto.

—No hay ninguno. Sin embargo, eso es solo para el día siguiente aproximadamente. Si pasan varios días… cuanto más tiempo pase, es más probable que alguien piense que algo está mal. Además, sigue habiendo nomuertos dominados en esta base. ¿Qué hay de ellos? Si siguen por aquí, podrían lanzar un ataque.

Kunivela podría haber sido dominado, pero era solo él. Los nomuertos que él había creado eran otra historia. Probablemente cumplirían sus órdenes de matar a todos los intrusos en el momento en que vieran a su Amo.

Por otro lado, ahora que Kunivela estaba dominado, los nomuertos que estaban bajo el dominio de Kunivela serían liberados de él. Esos nomuertos probablemente estaban tratando de huir en este momento y no intentarían comenzar las hostilidades.

—Ah, si son solo los nomuertos de aquí, entonces  puedo lidiar con todos ellos fácilmente incluso si me atacan todos a la vez. No hay necesidad de preocuparse por ello.

—¡Sí, Señor!

Kunivela inclinó la cabeza.

Él ya entendía esto, pero escuchar a su Amo hablar de su superioridad lo dejaba sin palabras.

—Ahora bien, explícale tus hallazgos a Número Dos. Que sea rápido.

—Entendido.

Para los miembros de “Corpus del Abismo”, el objetivo fundamental de su investigación era lograr un gran poder mágico. Aunque no creía que la niña lo entendería, se lo dijo de todos modos.

Durante este tiempo, su Amo almacenó todo el tesoro en una dimensión de bolsillo creada mágicamente.

—…Y eso es todo.

—Muy bien, gracias por tu arduo trabajo. Ahora, para la siguiente pregunta. Cuéntame todo sobre los miembros de tu organización. Sus habilidades, sus ubicaciones, puntos destacados y demás.

Así que eso era. Había usado este poder para dominar a los demás, luego hizo que le contaran todo antes de destruirlos uno por uno.

En el pasado, todos habían actuado individualmente, pero ahora que todos se estaban informando unos a otros de su estado, era como si todos estuvieran unidos por hilos invisibles. En lugar de recoger la cosecha cuando sintió que su presa se acercaba, todo lo que su Amo tenía que hacer era tirar de esa cuerda y acercarla.

No quería hablar, pero Kunivela le dijo todo lo que sabía. Gracias a los efectos de la dominación de nomuertos, no podía ocultar ni mentir sobre nada.

La chica le lanzaba preguntas puntuales de vez en cuando. Probablemente era para asegurarse de que coincidiera con lo que habían aprendido de los miembros ya destruidos.

—Gracias.

Aunque su Amo le había agradecido  a Kunivela por ser sincero, probablemente no lo decía en serio.

—Ahora bien, ésta es la última pregunta…

Las palabras “última pregunta” hicieron que Kunivela entrara en pánico. Todavía no había demostrado su utilidad, y si esto seguía así, sería para peor.

—…Basta,  Número Uno. —La chica interrumpió en un tono que sugería fatiga o una vitalidad vacía—. Eso es suficiente, Número Uno. Después de todo, he investigado mucho por mi cuenta y ahora lo comprendo… ¿Sabes lo que dije acerca de no engañarme más a mi misma hace dos años?

—…¿Esto es sobre la Doncella Celestial del Sol? Pero no es solo por ti, Número Dos. Ya te lo he dicho varias veces, que esto también es por mi propio interés personal. No es por ti, sino por mí.

La expresión del rostro de la niña era extraña; parecía solitaria y feliz al mismo tiempo. Kunivela no pudo entenderlo.

—Voy a preguntar entonces. ¿Sabes algo sobre cómo el país de Inveria fue destruido al hacer que toda su gente se convierta en Zombi?

Buscó en su memoria después de escuchar la palabra Inveria, pero todo lo que sabía de ella era que era un país lejano.

—No, no sé nada.

—¿Es así?... Entonces, conoces alguna forma de revertir a una persona que se ha convertido en un Zombi a la normalidad, es decir, a un ser vivo? No importa si es muy poco probable.

Si bien sintió que este era un buen momento para demostrar su valía, Kunivela no sabía nada sobre el tema. Si no hubiera sido dominado, probablemente habría intentado inventar algo para salvar su vida, o habría mentido diciendo que estaba a punto de comenzar una investigación sobre ese tema.

—No lo sé. Pero dicen que seres legendarios como los Lores Dragón deberían saber algo al respecto.

—Ese nombre aparece a menudo. El vasto ser que flota en el cielo, así como el Lord Dragón de la Brillantez.

—Además están…

Enumeró los nombres de todos los Lores Dragón que conocía. Pero agregó que no estaba seguro de dónde estaban o si realmente existían.

Kunivela sintió que ésta era su oportunidad y trató desesperadamente de venderse.

— Si me da tiempo, encontraré la ubicación de estos Lores Dragón de inmediato.

—Una buena sugerencia, pero de todas maneras  te destruiré.

La respuesta llegó de inmediato.

—¿Pero, pero por qué? ¿No le soy útil?

—Es porque permitir que otros sepan sobre nosotros tendría demasiados deméritos para nosotros. Es debido a que no nos conocías que no pudiste encontrar una forma adecuada de lidiar con nosotros.

—Pero sería imposible traicionarlo si usara su habilidad para dominar a todos.

—De hecho, es así. Pero, como sabes, existen límites para la dominación de nomuertos, tanto en los límites superiores como en el número total. Hay demasiados inconvenientes para que pueda permitirme el lujo de dominarte, siempre y cuando no haya forma de garantizar absolutamente que nunca me traicionarás.

—Nunca lo traicionarí…

—Te lo expliqué hace un momento, ¿no?

Kunivela se tragó sus palabras.

No había nada que pudiera mostrarle al nomuerto que tenía ante él que pudiera hacerle cambiar de opinión.

—Ahora bien, acabemos con esto.





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