viernes, 5 de febrero de 2021

Overlord Gaiden c2 p3

http://overlord-es.blogspot.com
Traductor: Erb
____________________


Capítulo 2
La partida de los dos
Parte 3

—Así que vamos a viajar… Keno-san, ¿tienes experiencia viajando?, perdona, quiero decir, ¿yendo al extranjero?

—Me disculpo, Satoru-sama. Cuando era joven —más joven de lo que soy ahora— creo que fui a varios lugares dentro del país, pero apenas puedo recordarlo ahora.

—Ya veo… en ese caso, no sabrás qué traer.

—Somos nomuertos. No necesitamos comer ni beber. Seguramente estará bien si no tenemos nada, ¿verdad?

—Bueno, ése es el caso. Pero de acuerdo a lo que dijiste, Keno-san, los nomuertos son enemigos de todos los seres vivos, y deben ser destruidos cuando son vistos, ¿me equivoco? Vivir abiertamente en un mundo lleno de enemigos… bueno, no estoy seguro que cuente como vivir, pero incluso si solo existimos, siento que necesitaremos disfrazarnos hasta cierto punto.

—¿Un disfraz? Te refieres a llevar máscaras como el Príncipe de Fenia, ¿es eso?

Los ojos de Keno se iluminaron. Era la primera vez que la veía hacer eso desde que la conoció.

¿Se había permitido relajarse? ¿Había sido liberada, más o menos? ¿O ésta era su mirada de anticipación sobre el mundo exterior? No era algo malo, así que no comentó al respecto, pero, ¿quién era este Príncipe de Fenia? Aún así, tenía la sensación de que hablaría sin parar si se lo preguntaba. Podía resolver cualquier duda que tuviera durante el viaje, por ahora simplemente podía tomarse las cosas como vinieran. Solo más tarde se enteró de una de esas historias cortas de ella.

—Ahhh, no. La gente sospechará que no estamos haciendo nada bueno si usamos máscaras… tal vez no sea tan malo… no, sospecharán de nosotros.

—¿Es así?

La mirada de deleite infantil en el rostro de Keno desapareció, algo que Satoru Suzuki encontró a la vez extraño y nuevo, pero ocultó sus sentimientos y siguió hablando.

—Si bien disfrazarse implica cambiar de apariencia física, también implica no hacer cosas que harían que otros sospechen de ti. ¿No crees que la gente sospechará si no comes una sola comida con ellos?

Había objetos que podían hacer eso, por supuesto, pero si tenían que explicarle esto a cada persona que conocían, podrían terminar delatando su identidad por accidente. En cambio, sería mejor no despertar sospechas en primer lugar.

—Fingiremos comer y dormir como otros viajeros, pero lo más importante es tomar un baño de vapor para limpiarnos de la mugre del camino.

—¿Un baño de vapor? ¿Quieres decir un sauna de niebla?

—¿Ahhh, ¿los tienen aquí también? Así es, un sauna, o un baño.

Los nomuertos no tenían metabolismo, así que no producirían desechos, pero la tierra, el polvo y similares todavía podían ensuciarles la piel. Aunque no le molestaba mucho, se sentía mejor estar limpio que sucio.

—¿Pero seremos capaces de entrar en una ciudad, Satoru-sama?

Satoru Suzuki se tocó la cara.

—Tendré que pensar en esa parte. Sin embargo, estoy buscando a personas con conocimientos. Estoy seguro de que encontraré alguna forma de entrar en una ciudad usando magia, para entablar contacto amistoso con ellos.

Keno asintió varias veces en aprobación.

—Por lo tanto… bueno, supongo que necesitamos algo para gastos de viaje y peajes. Por supuesto, tengo dinero propio, así como gemas y objetos que se pueden vender.

Satoru Suzuki casualmente tomó una gema de su inventario. Keno tragó saliva al ver el rubí que era del tamaño de su palma. Una breve sombra cruzó el bonito rostro de Keno, pero el cambio había sido tan sutil que Satoru Suzuki pensó que podría haber estado imaginando cosas. Además, ¿por qué una gran piedra preciosa la pondría triste?

—Aún así, no sé si esto será suficiente.

—No sabemos cuánto tomará este viaje, y probablemente tendremos que hacer regalos cuando conozcamos a estas personas con conocimientos, y podríamos tener que comprar objetos costosos. ¿No es así?

—Sí. Entonces, si es posible, ¿podemos llevarnos toda la riqueza de este país o esta ciudad? Por supuesto, tú la administrarás, Keno-san. Podemos pagar nuestro propio viaje durante el viaje.

—¿Todo?

—En efecto. Me disculpo por decir esto, pero ¿esas personas que ahora son nomuertos no necesitan dinero o sí? Quién sabe, algún país podría enviar a sus tropas a apoderarse de toda su riqueza también. Por lo tanto, deberíamos hacer uso efectivo de él. —Satoru Suzuki no pasó por alto la expresión de dolor en el rostro de Keno—. ¿Te desagrada?

—¿Ehhh? ¡Ah! Lo siento mucho. Eso no es lo que quise decir. Si eso es lo que piensas, entonces te apoyaré, Satoru-sama.

Keno ajustó inmediatamente su expresión y puso una sonrisa ganadora.

—Keno-san.

El cuerpo de Keno tembló.

—Ah, ah, por favor perdóname, Satoru-sama…

—Ahhhh, está bien, no estoy enojado, Keno-san. Somos compañeros de viaje, y como somos compañeros, creo que deberíamos ser honestos entre nosotros. Eso es todo. Puedes decirme si tienes una opinión sobre el asunto, ¿sabes?

Sin embargo, Keno bajó la cabeza después de que él dijo eso.

Esto era bastante frustrante para Satoru Suzuki. Keno era la que tenía una mejor idea de cómo funcionaba el mundo, así que si ella no hablaba de inmediato, podría provocar una falla letal.

—¿Qué sucede, Keno-san?

Keno vaciló por un momento, y luego su rostro se tensó antes de que una expresión de dolor cruzara su rostro.

Y luego, habló en voz baja. Era como si el tiempo se hubiera invertido y ella hablara de la misma manera que lo hizo cuando se conocieron. Sin embargo, el agudo oído de Satoru Suzuki aún logró captarlo.

—Yo, no soy tu igual, Satoru-sama… No tengo ningún derecho de decir nada ya que estoy confiando en tu misericordia, Satoru-sama…

De hecho, ése era el caso.

Aprender sobre el mundo era el pago de Satoru Suzuki por destruir al ser nomuerto en la ciudad. Eso ya no podía servir como términos de intercambio. Además, después de viajar por más de un año, él habría adquirido suficientes conocimientos. Después de eso, ya no tendría ninguna razón para seguir ayudando  a Keno, y tampoco se beneficiaria de hacerlo.

En otras palabras, Keno no tenía nada que pudiera ofrecerle a Satoru Suzuki para comprar su ayuda. Después de ver la enorme gema que Satoru había sacado hace un momento, ella se había dado cuenta de que el mero dinero no sería suficiente para atraer a Satoru Suzuki.

—Aun así… ya no quiero estar sola. Comparado con eso… prefiero no decir nada en absoluto…

Esta vez fue el turno de Satoru Suzuki de contener la respiración.

Hubo momentos en los que sintió que esta chica era muy similar a él. Pero después de ver la expresión de tristeza que acababa de mostrar, se dio cuenta de que ella se sentía exactamente igual que él.

¿No se había sentido como ella cuando entró a Yggdrasil solo, quedándose en un Nazarick sin nadie dentro?

Satoru Suzuki se arrodilló, por lo que sus ojos estaban a la altura de los de Keno.

—Hagamos una promesa, Keno-san. No te abandonaré por motivos person… no, por mis propias razones.

—Sí.

«Quería que alguien me dijera eso.»

«Quería que alguien se quedara conmigo hasta el final.»

Podía ver las diversas emociones en los ojos de Keno.

—¿Realmente, realmente puedo creer eso?

—Ahh, como dije antes, somos compañeros de viaje. Así que… viajemos. Sí, en un viaje para descubrir lo desconocido. No necesitaremos ningún “solo un poco más”. Busquemos una manera de salvar a tus padres.

El silencio cayó sobre ellos y Keno inclinó la cabeza profundamente. Luego repitió, “Gracias, gracias”, una y otra vez.

—Ahora, ¿puedes levantar la cabeza?

Satoru Suzuki sacó una moneda de oro y se la mostró a Keno, que sólo la había mirado luego de que él se lo pidiera tres veces.

—Habrá momentos en nuestro viaje cuando ninguno de los dos esté dispuesto a ceder a la decisión del otro. Y por supuesto, habrá ocasiones en las que no podamos determinar quién tiene la razón, incluso después de intercambiar opiniones. En esos momentos…

Satoru Suzuki lanzó la moneda con su dedo y la dejó caer en su palma. Estaba bastante impresionado de cómo había aterrizado tan bien en una mano esquelética. Tenía que mantener en secreto el hecho de que se sentía más natural de esta manera.

—Lanzaremos una moneda. Usaremos los resultados del lanzamiento para determinar quien tiene la razón. ¿Qué te parece?

—¡Cómo podría! Si fuese posible…

—Está bien. Estamos viajando juntos, después de todo… sí, somos amigos.

Mientras decía la palabra “amigos”, los rostros de sus antiguos compañeros de gremio aparecieron de repente frente a él.

Amigos, Keno daba vueltas a la palabra una y otra vez en su boca.

—¿Qué te parece?

—Entiendo, Satoru-sama.

—Solo Satoru está bien. A su vez, te llamaré Keno.

—Pero tú siendo mayor que yo… —Keno comenzó a tartamudear—. A-Ah, ¿cuántos años tienes Satoru…sama…san?

—Mi edad, eh… —En términos de tiempo que pasó con vida, Keno sin duda era su superior—. Ah, creo que solo te llamaré “Keno-san”.

Ella debería entender con eso. Una mirada complicada cruzó el rostro de Keno, y murmuró “no me gusta”, antes de inflar las mejillas y golpearlas.

—Será Satoru y Keno, entonces.

—Ehhh, ¿quieres decir que “Satoru-san” no está bien?

—¡Bueno, eso también funciona! Aun así, como amigos, deberíamos hablarnos más familiarmente. Entonces, Keno, te lo preguntaré de nuevo. ¿No estás satisfecha con mi propuesta anterior?

Keno lo pensó un poco y luego asintió.

—Por toda la riqueza, ¿te refieres también al dinero de las casas de todos?

—Eso fue lo que quise decir, sí.

—¿Podrías no hacer eso, por favor? Eh, ¿Satoru… san? Después de todo, es de todos.

¿Había dicho eso porque estaba considerando la posibilidad de que todos pudieran ser restaurados? ¿O estaba hablando en su calidad de princesa que estaba por encima de la gente común? Satoru no sabía cuál era cuál, pero la verdad era que dedicar su tiempo a recolectar moneditas definitivamente no valía la pena.

Sería mejor dejar este lugar lo antes posible.

—¿Es así? Ya veo. No haré eso, entonces. ¿Pero qué hay del dinero en el castillo? ¿Crees que está bien tomarlo?

—Um… ¿Supongo que sí…?

Sonaba como si ella misma se estuviera haciendo la pregunta más que a Satoru Suzuki. Por lo tanto, Satoru Suzuki no dijo nada, pero esperó a que Keno legara a su propia conclusión. Y luego, un minuto después…

—Creo que debería estar bien, sí.

Quizás su forma rígida de hablar en ese momento había sido porque no podía medir la distancia entre ellos. En verdad, Satoru Suzuki también encontraba muy molestas a las personas que inmediatamente cerraban la distancia y se comportaban en plan amistoso con él.

Y desde el punto de vista de Satoru, incluso si los clientes que compraban los productos de su compañía decían, “Somos amigos, ¿verdad?” no le agradaría particularmente. Solo el tiempo podía resolver ese problema.

—Haremos eso entonces. Tomemos todo el dinero y los objetos de la tesorería… oh sí, ¿qué hay de los muebles?

—¿Eh?

—Te lo he mostrado algunas veces, pero puedo almacenar objetos en una dimensión de bolsillo. Por supuesto, hay un límite de peso a eso, pero fácilmente puedo colocar armarios y camas en su interior. No me importa si quieres traerlos contigo. Por supuesto, no podremos usarlos en nuestro viaje…

Pensó en su base de operaciones en el pasado.

Era una base maravillosa, una que había construido con sus amigos y que había llenado con todo tipo de objetos de las tiendas.

Le había dicho a Keno que estaba bien porque no quería que ella sintiera el mismo vacío que él había sentido frente a su pérdida.

—No, no es necesario. Eh, está bien. Pero quiero llevarme algunas cositas, eso debería estar bien, ¿verdad?

—Está bien. Entonces, vayamos a la tesorería.

Después de indicar que entendía, Keno le mostró el camino hacia la tesorería.

Mientras caminaban, Satoru Suzuki comenzó a pensar.

En Yggdrasil, las monedas de oro siempre estaban en una sola pila y no tenían peso. Había sido así ya que era un juego, pero él seguía disfrutando ese beneficio ahora. Pero, ¿serían las monedas en este mundo tratadas de la misma manera? ¿O se sumaría el peso de todas y cada una de las piezas? Eso podría ser problemático.

Si bien podía tomar las gemas e intercambiarlas por dinero y objetos, las cosas podrían ser diferentes a cómo eran en el juego, y podría necesitar esforzarse en las negociaciones.

La bóveda a la que fue conducido era pequeña según los estándares de Yggdrasil.

Las monedas no estaban amontonadas como en Nazarick, sino empaquetadas por separado en sacos. Ahí también había pinturas cuyo valor eludía a Satoru Suzuki y una gran cantidad de cubiertos, adornos y similares. También había muchas armas que parecían haber sido usadas antes. Le parecía que pertenecían a un museo y no a una galería de arte.

La imagen que Satoru Suzuki había evocado en su cabeza de la Tesorería de Yggdrasil se desvaneció.

—Ahora bien, Keno. Todo esto es tuyo, como princesa.

—¿Eh? ¿No lo necesitas, Satoru-sama, no Satoru-san? Son todos los tesoros de la familia real, así que no me importa ofrecértelos, eh, quiero decir, dártelos… no…

Satoru Suzuki le sonrió a Keno, quien no parecía saber qué decir. —No es necesario que te esfuerces en ser educada, sabes.

—En cualquier caso, esta es la riqueza que acumuló tu familia a lo largo del tiempo. Dadas las circunstancias, deberías guardarlo tú, como la única que retuvo sus sentidos, ¿no crees? Ponlo en esta mochila. Es un objeto mágico que puede ignorar hasta 500 kilos de peso. Te daré una.

—¿Ehh? ¿Pero no es un objeto de alta gama? No puedo tomarlo, Satoru-san.

«¿De verdad?» Satoru Suzuki comenzó a pensar en serio.

No era un objeto de alto precio en Yggdrasil. Más bien, era común utilizar varias de estas mochilas para organizar el contenido del inventario.

—No te preocupes por eso. No, si te preocupa, trátalo como un préstamo. Si no la quieres más; sí, si tenemos que separarnos, entonces devuélvemela.

—¿Q-qué pasa si estamos juntos para siempre?

—Entonces puedes usarlo para siempre, ¿no? Muy bien, tómala.

Satoru Suzuki obligó a Keno a tomar la mochila.

Probablemente debería haber comprobado que no hubiera nada adentro antes de prestarla. Era bastante común que los jugadores de Yggdrasil olvidaran los objetos mágicos de los monstruos muertos dentro de ellas.

Después de verla aceptarla sin quejarse, Satoru concluyó que debería asumir que los habitantes de este mundo no tenían espacios de inventario. Sin embargo, ella no se sorprendió por los efectos mágicos de la mochila, porque le habían hablado de tales objetos en el pasado.

«Parece que podría convertirme en algo así como un vendedor si pudiera hacer buen uso de mi espacio de inventario.»

Sin embargo, las cosas podrían complicarse muy rápidamente si usaba un poder que nadie poseía con fines de lucro.

Incluso alguien que sabia tan poco como Satoru Suzuki podía entender cómo usarlo con solo pensarlo un poco. Seguramente habría gente por ahí que era más inteligente que lo querría. Si se volviera un corredor de información, era muy probable que terminaría exponiéndose como un nomuerto, un enemigo del mundo. Por lo tanto, debía hacer todo lo posible por evitar usar esta habilidad para obtener cosas.

La observó colocar cuidadosamente varios objetos en la bolsa con una mirada amable en los ojos. Eso se debía a que los objetos en su interior no se dañarían entre sí, incluso si uno simplemente los arrojaba al azar. Pero seguramente un niño que no sabía eso los empacaría de esa manera.

Si bien quería ayudarla, esos eran los tesoros de su familia. Un tercero no debería interferir, ¿verdad? Él la ayudaría si ella pedía ayuda, pero dicho esto, Keno también era nomuerta. Su cuerpo no se cansaría, así que era muy poco probable que buscara ayuda.

—Keno. ¿Qué vas a hacer con las armas de allí?

Satoru Suzuki lanzó un hechizo para investigar y ver qué magia estaba imbuida en ellas. Todas eran mediocres y serían clasificadas como objetos mágicos de clase baja en YGGDRASIL. Si bien eran prácticamente inútiles, eran objetos mágicos de este mundo, y para Satoru Suzuki ahora eran extremadamente raros.

Por cierto, el guantelete de nivel de tesoro nacional era un objeto mágico de clase media. Sin embargo, la amplitud de la clase media era bastante amplia, y se encontraba entre los ejemplos más destacados de esa agrupación.

—¿Podemos… llevarlas?

— Esa será tu decisión. Pero dado que poseen poder mágico, deberían ser objetos mágicos. Si no te importa, ¿podrías dejarme tasarlos?

Después de recibir permiso de Keno, lanzó「Valorar Objeto Mágico」 para realizar un análisis más profundo.

Como pensaba, no eran mucho. El encantamiento de la armadura incrementaba la defensa, el de las armas incrementaba el poder de ataque, y así sucesivamente. Todos eran objetos mágicos aburridos.

—Keno, estos objetos parecen contener encantamientos que aumentan su efectividad como equipo de batalla. En cuanto a su valor, lamento decir que no estoy seguro.

Diciendo eso, Satoru Suzuki agarró una espada y ensayó un golpe con ella. Y luego, la espada cayó al suelo.

Vio a Keno mirar en estado de shock cuando escuchó el sonido del metal chocando.

—Q-qué…

— ¡Qué pasa, Satoru-sama! ¿Le pasa algo a la espada?

¿Su tono había vuelto a su rigidez anterior debido a la espada?

—Es, no es nada, lo siento. Parece que mi mano se resbaló. ¡Jajaja, mis palmas deben estar sudorosas!

¿Cómo diablos sudaban las manos huesudas? Satoru Suzuki se burló de si mismo mientras dejaba casualmente la espada sobre la mesa.

« La espada se deslizó de mi mano antes de que me diera cuenta. ¿Podría ser que este cuerpo mío no pueda equipar espadas? ¿Qué está pasando? »

—Ah, Keno. ¿Puedes equipar… no, espera, no, no es eso. ¿Podrías blandir esta espada?

—¿Eh? ¿Esta espada?

—Ah, así es… pero parece ser demasiado grande para ti, Keno…

Keno recogió la espada al instante.

Luego, la blandió con un zumbido.

Keno, del tamaño de un niño, estaba blandiendo una espada que era tan larga como ella era de alta, pero no perdió el equilibrio debido a ello.

—Se siente muy ligera. ¿Es porque tiene magia de aligeramiento en su interior?

—No… Keno, ¿siempre fuiste muy fuerte?

—¿Eh?

La expresión de Keno le dijo que la respuesta era no, y después de mirarla, Satoru Suzuki pensó “ya veo”. Parecería que había ganado esa fuerza después de convertirse en nomuerta.

Había restricciones sobre cuánta fuerza podía ejercer un ser humano, supuestamente para evitar que se desgarraran sus propias fibras musculares. ¿Se habían eliminado estas restricciones después de convertirse en nomuerta?

Eso podría ser posible, pero quizás había otra razón detrás de eso.

—Keno, ¿en qué raza te convertiste después de convertirte en nomuerta? Mientras que la gente de la ciudad se convirtió en Zombis de bajo nivel, tú no eres como ellos. Eres inteligente y no te vez podrida. Por otra parte, yo soy de la raza Overlord, pero tú no ganaste un cuerpo huesudo como el mío.

—No, no lo entiendo…

—¿No crees que averiguar tu raza podría ayudar a cambiar la situación actual? Con ese fin, ¿te importaría contestar algunas preguntas?

Aunque no sabía qué tan lejos podía llegar su conocimiento de Yggdrasil en este mundo, averiguar la raza de Keno probablemente no sería algo malo.

Después de algunas preguntas, llegó a cuál podría ser la respuesta correcta.

Ella era un vampiro.

Sin embargo…

«Los Vampiros de Yggdrasil se veían más repugnantes que esto, ¿cierto?... ¿o ella es algo como esa Shalltear que creó Peroroncino? ¿O es un Vampiro único a este mundo? Casi no hay cambios en su apariencia antes y después de convertirse en nomuerto, así que ¿podría ser un caso especial?»

Los vampiros en Yggdrasil eran típicamente de primera línea; de tipo guerreros.

Quizás era por eso que la fuerza de Keno había aumentado. Sin embargo, el hecho era que era un gran inconveniente que su altura se hubiera congelado. Tener corto alcance era muy desventajoso.

«Tal vez debería aspirar a ser una Esgrimista… ¿estaría mal dejar que Keno decida cómo quiere desarrollarse? »

Satoru Suzuki en la retaguardia y Keno en la vanguardia. No era una mala combinación. Sin embargo era un poco vergonzoso usar a un niño de escudo. Probablemente no le importaría si fuera en un juego como Yggdrasil…

«Honestamente. Solía ser del tipo de persona a la que no le molestaba ver los cadáveres de los huérfanos de las calles, ya que aparecían con tanta frecuencia que no eran nada raro, pero ahora…»

¿Había cambiado o estaba particularmente interesado en Keno?

—…Evaluaré esto más tarde. Lamento haberte molestado. Deberías darte prisa y vaciar la tesorería.

Satoru Suzuki aprovechó este tiempo para soplar el polvo del tesoro alrededor para que nadie pudiera decir que alguien había entrado.

—Ahora bien, hemos recolectado el contenido de la Tesorería, ¿hay algo más que quieras llevar contigo?

—Sí. Después de esto, todo lo que necesito son algunos objetos pequeños de mi habitación.

En algún momento había vuelto a su manera cortés de hablar. Satoru pensó «puedes ser más casual, ¿sabes?» mientras respondía:

—Confío en que entiendes que nos iremos pronto de este lugar. Después de eso, alguien podría venir  y llevarse todo lo que hay en el castillo o destruir todo lo que hay dentro.

En este momento, todavía no estaba seguro de por qué la gente de esta ciudad se había convertido en nomuertos. Quizás hubo una especie de plaga que convirtió a la gente en nomuertos. Si ése fuera el caso, las personas que vinieran aquí podrían pensar que quemarlo todo sería la mejor manera de lidiar con ello.

Si bien ella ya había pensado en eso hace mucho tiempo, escuchar a Satoru Suzuki decirlo puso una mirada de asombro en el rostro de Keno.

—Tampoco querrías ser atacada por nomuertos, ¿cierto? Entonces es posible que ellos puedan decidir que todos los nomuertos de la ciudad deban ser des… —Justo cuando estaba a punto de decir “destruidos”. Satoru Suzuki de repente se dio cuenta de que su fraseo era demasiado provocativo, por lo que cambió sus palabras:

—…Debería ser eliminados. Ésa sería la forma normal de pensar, ¿verdad? Después de todo, para los vivos, hacerlo eliminaría la amenaza de si los nomuertos en esta ciudad atacarían o no a los suyos.

—…Mm… entiendo lo que quieres decir.

—Por lo tanto… ya que has decidido marcharte, quiero que estés mentalmente preparada para esto. Después de todo, hoy podría ser la última vez que veas esta ciudad. Por esa razón, Keno, aunque hay un límite a las cosas que puedes llevarte contigo, debes asegurarte de no arrepentirte de las decisiones que tomas. En este momento, no estoy seguro de si los recuerdos de los nomuertos se desvanecerán, pero incluso si eso sucede, debes tener en cuenta el hecho de que podrías olvidar esto, y debes cuidar bien las cosas que quieres preservar. Mientras las preserves… mm, se convertirán en uno de tus recuerdos inolvidables.

Satoru Suzuki sacó una foto.

Era una foto conmemorativa que se había tomado cuando la Gran Tumba Subterránea de Nazarick todavía era llamada una tumba subterránea, en otras palabras, cuando fue conquistada por primera vez.

Lo que sacó fue una foto grupal de todos los miembros del grupo.

—Sí, algo que nunca se olvidará.

—¿Qué es esto?

—Estos son mis amigos. Es una foto que nos tomamos juntos. —Satoru Suzuki no pudo evitar sonreír al escuchar la pregunta de Keno—.  Oh sí, si tenemos tiempo durante nuestros viajes, te contaré las aventuras que tuve con mis amigos.

—¡Seguro!

Satoru Suzuki se rió entre dientes al escuchar su alegre respuesta.

—¡Bien! Entonces ve a recolectar algunas cosas que quieras preservar como recuerdos, Keno… desafortunadamente, tu cuerpo probablemente no crecerá más ahora que eres nomuerta, a menos que seas un nomuerto especial que nunca había visto antes. Por lo tanto, deberías poder usar tu ropa durante mucho tiempo.

—¡Seguro! …¿Eh? ¿Pero debería sentirme feliz por esto?

— ¿No es la eterna juventud el sueño de todas las mujeres?

—Me alegraría si pudiera crecer un poco más…

—¿Es así?

—¿No lo es?

Como hombre, Satoru Suzuki no lo entendía del todo. Sin embargo, es posible que ella tuviera cierta resistencia a la idea de parecer una niña y no volver a crecer nunca más.

—Muy bien, entonces, ¿por qué no empiezas eligiendo ropa?

—¡Bien! ¡Lo haré!

«Dicho esto, no creo que una princesa vaya a tener ropa adecuada para viajar. En cuanto a mí, bueno, obviamente no tengo ninguna.»

En Yggdrasil, era perfectamente natural que la gente caminara completamente armada y blindada, pero dado su atuendo y los nomuertos que había visto en la ciudad —en otras palabras, el atuendo civil ordinario— su túnica destacaba demasiado. Siendo ése el caso, necesitaría cambiarse a ropa que pudiera mezclarse mejor en una ciudad ordinaria, pero él no tenía ninguna prenda ordinaria y sencilla.

Incluso si lo hiciera, sería equipo débil con baja capacidad de datos. Podría ser muy peligroso una vez que se metiera en una pelea.

En otras palabras, necesitaba algo con una defensa y dureza aceptables, sin dejar de verse sencillo. Y con Keno incluida, necesitaría dos juegos de esa ropa.

Después de comprobar los valores de HP de Keno con 「Esencia de Vida」, se dio cuenta que eran muy bajos. Incluso podría terminar siendo asesinada por el daño de área de un hechizo de efecto de área.

«Dicho esto, realmente no quiero luchar batallas que sean lo suficientemente grandes como para que ella se vea atrapada en ellas…»

Desafortunadamente, Satoru Suzuki no estaba dotado para la magia de adivinación, e incluso si mantenía un cierto nivel de alerta con magia, no estaba seguro de poder protegerse contra el 100% de ataques furtivos del enemigo.

Probablemente lo mejor sería darle objetos como esos. Sin embargo, si le daba objetos de alto nivel y eso la convertía en un objetivo para otros, eso sería lo contrario de lo que él quería.

«Hay demasiadas cosas en las que necesito pensar. Tal vez pueda preparar dos juegos de equipo, uno para cuando nos acerquemos a una ciudad y otro para cuando viajemos… no, si no estoy equivocado, creo que tengo una túnica de cambio rápido… olvídalo, no pensaré en esto por ahora.»

—Vamos a tu habitación, Keno.

—Está bien… eh, pero… este tipo de cosas, ah, no, eh, tal vez debería preguntar. A riesgo de ofenderte, eres un hombre, ¿no es así, Satoru-san?

—Pero por supuesto. Claro que, sé que no luzco el papel.

«Claramente estoy hablando con la voz de Satoru Suzuki, ¿por qué me haces una pregunta tan extraña como esa así de repente? ¿Hay mujeres en este mundo con voces como ésta?»

—Ah, es un poco irrespetuoso decirle esto a un benefactor, pero mi habitación siempre ha estado prohibida a todos los hombres excepto a mi padre, ejem, ésa es la regla establecida.

«¿Oh?» Satoru Suzuki estaba algo sorprendido.

Podría ser una niña, pero todavía era la princesa de un país, y parecería que estas reglas eran bastante estrictas.

—Ya veo. Bueno, una regla es una regla. Esperaré afuera, entonces… puedes manejar las cosas tú sola, ¿verdad, Keno?

Pensó en los nomuertos con uniformes de sirvienta dentro del castillo. Debería haber una sirvienta para ayudar a Keno con sus tareas diarias.

—Um, eso tampoco es un problema… oh sí, como mi salvador, es natural para mí invitarte a mi habitación. No, por favor entra… ¿o preferirías no hacerlo?

Keno tiró de la túnica de Satoru Suzuki mientras le hacía esa pregunta.

— Ah, no, no tengo ninguna razón para negarme.

Solo había dicho que no entraría en la habitación de Keno porque ella había dicho que no se permitían extraños. En verdad, a Satoru Suzuki no le importaba entrar o quedarse afuera.

Usó Vuelo para llegar a la habitación de Keno y la siguió adentro para echar un vistazo alrededor. Era mucho más elegante que la habitación de Satoru Suzuki, pero a su vez palidecía a comparación de la habitación de Momonga.

Sin embargo, una vez que ella abrió su gabinete, encontró una gran cantidad de vestidos dentro. Eso ciertamente parecía la habitación de una princesa. Sin embargo, sus colores y decoraciones eran mucho más simples que los de Yggdrasil; o más bien, la ropa de Yggdrasil era mucho más lujosa.

Keno revisó los vestidos, aunque algunos ya se habían decolorado, y luego volvió la cabeza hacia Satoru Suzuki para hacerle una pregunta.

—¿Cuál crees que es el más adecuado?

¿Quién era el que había dicho que un “cuál te gusta más” viniendo de la boca de una mujer era una de las preguntas más difíciles del mundo? ¿Había sido Touch Me?

Satoru Suzuki tenía muchas ganas de decir: “Tengo un sentido estético terrible, por favor no me preguntes”. Pero se lo había preguntado por que confiaba en él, y le debía una respuesta seria.

—Si bien creo que todos te quedan muy bien, llevarlos todos será muy problemático. Por ejemplo, si hay una organización detrás de ese ser nomuerto, podrían enviar refuerzos, lo cual expondría tu presencia. Y nos vamos de viaje, así que no creo que nadie vaya a caminar por allí con atuendos como esos, ¿verdad?

—Así que es así… no, ¿verdad?

Él no conocía las practicas comunes de este mundo, por lo que todo lo que Satoru Suzuki pudo decir fue “es lo más seguro”. Sin embargo, sintió que probablemente no estaba muy alejado de la verdad.

—Además, no puedes andar vestida como miembro de la familia real si quieres mantener un perfil bajo…  Oh sí, Keno. Lo siento pero se me ocurrió un problema. ¿La gente en otras ciudades, o tal vez otros países, conoce tu rostro?

—No estoy segura. Quizás alguien pueda tener una impresión de mí, eh, supongo. La realeza de otros países debería conocerme. Recuerdo que una vez hubo un intercambio de retratos.

—Ya veo… aunque probablemente deberías tener cuidado, ha pasado bastante tiempo desde que te convertiste en nomuerta. En ese caso, no es probable que te encuentres con personas como esas. Muy bien, nos quedaremos con eso. Dejando de lado la pregunta de si deberías o no usar un vestido mientras viajas o lo que dijimos hace un momento, deberías ir a recolectar los recuerdos que quieras quedarte. En cualquier caso, si volvemos después de varios años y nadie ha limpiado el lugar, podemos llevarnos todo con nosotros. Por ahora, elije algunos vestidos que más te gusten y vámonos.

Pasara la que pasara, seguramente no podrían vigilar este lugar durante muchos años.

Keno, se tomó un tiempo —un poco más de lo que Satoru Suzuki había esperado— para escoger cuatro vestidos y luego comenzó a ordenar las cosas más pequeñas de su habitación.

Porque mover cualquier cosa dejaría rastros y daría pistas a las personas sobre el hecho de que algo había estado allí alguna vez, ella decidió reordenar todo en los alrededores para cubrir esas marcas.

—¿Es eso todo lo que necesitas traer? En cualquier caso, pondremos a tus padres y sirvientas en un cuarto en las alcantarillas. De esa manera podrán escapar de la atención de cualquiera que venga a esta ciudad.

—Muy bien… ésa debería ser… la mejor forma.

—Si conoces alguna otra manera de que los forasteros encuentren su escondite, podemos seguir tu sugerencia.

Keno negó con la cabeza.

Entonces no hubo nada que hacer. Simplemente tendrían que arreglárselas.

—Ahora, Satoru-san.

—¿Hm?

—Ya que saldremos, ¿podrías ayudar a cortarme el pelo?

—¿Eh?

El cambio de tema fue una sorpresa tal que Satoru Suzuki respondió de una manera torpe.

—Um, es así, por favor mira esto. —Habiendo lanzado Vuelo, Keno se deslizó hacia un lado de la habitación y sacó ágilmente un libro del estante—. Éste es el libro 3 de las Crónicas del Príncipe de Fenia. En este libro, cuando la princesa se embarca en un viaje, se corta el largo pelo.

Keno parecía un poco avergonzada, pero sus ojos brillaban.

—Ejem. Está bien, no me importa…

Justo cuando Satoru Suzuki estaba dudando sobre si estaría bien cortarle el pelo por esa razón, Keno volvió frente a Satoru Suzuki con un par de tijeras.

—Entonces, ¡haz los honores!

—Yo, ah… nunca le he cortado el pelo a nadie antes, así déjame decir esto primero, no tengo ninguna confianza de poder darte un bonito corte de pelo. Tal vez si tuviera una maquinilla para cortar el pelo podría hacer un trabajo aceptable… Pero antes de eso, tengo algo que quiero decirte.

Satoru Suzuki tomó las tijeras, recogió un mechón del cabello de Keno, y cortó parte de él. El cabello cortado aterrizó en la mano de Satoru Suzuki, en donde envejeció y se degradó como si hubieran pasado cien años, hasta volverse una nube de ceniza, desapareciendo limpiamente igual que los nomuertos cuando eran destruidos.

—Keno, voy a lanzarte un hechizo. No lo resistas, ¿de acuerdo?

—¿Eh? Bien. Debería estar bien.

Él le devolvió las tijeras, y mientras aún sostenía el mechón de cabello de Keno, lanzó el hechizo ofensivo「Rayo de Energía Negativa」. Si bien la energía negativa dañaba a los vivos, en lugar de eso curaría a los nomuertos.

Al recibir el “ataque” mágico, el cabello de Keno —para ser precisos, el mechón en la mano de Satoru Suzuki que había sido recortado— recuperó su longitud original.

Así fue.

En el momento en que uno se convertía en nomuerto, la apariencia de uno se fijaba. En ese caso, ¿qué pasaría a las personas que les faltaban miembros o que estaban mutiladas cuando se convierten en nomuertos? Esa pregunta le pasó por la mente, pero no pudo pensar en una respuesta y habría sido inútil de todas maneras, así que desterró el pensamiento de su mente.

—Keno, creo que cortarte el pelo se consideraría un daño hacia ti.

—¿Ehhh? ¡¿De verdad?!

Al menos podría ahorrarse la molestia de limpiar el cabello cortado.

—Entonces, incluso si me equivoco, puedo empezar de nuevo una y otra vez… Así que voy a hacer un trabajo descuidado esta vez.

—¿Descuidado?

Satoru Suzuki ignoró el grito de sorpresa de Keno y lanzó「Esencia de Vida」, luego cortó el cabello de Keno hasta los hombros.

—Está bien. El daño es mínimo, hasta el punto que puedes ignorarlo.

—¿Eh? ¡¿Ehhhhh?!

Fue solo después de sentir el cabello detrás de ella que logró calmarse.

—¡Satoru-san! ¡Cuando dijiste que lo ibas a cortar descuidadamente me llevé la sorpresa de mi vida!

Después de escuchar el tono de reproche en la voz de Keno, (« Eh, ¿debería disculparme entonces? ») Satoru Suzuki comenzó a considerar seriamente el asunto. Nada bueno saldría de arruinar su relación con un futuro compañero de viaje.

—Fue mi culpa, Keno.

—Ah, no, está bien, ejem… ahora está bien…

“Entonces, ¿por qué estabas tan ansiosa por culparme hace un instante?” Satoru Suzuki apenas se contuvo de decir.

«Keno es solo una niña… ¿eh? ¿Una niña? ¿No me digas que es una mujer mayor?»

Satoru Suzuki de repente comenzó a pensar en eso… pero lo abandonó al final. En cualquier caso, le cortó el resto del cabello hasta aproximadamente la altura de los hombros. Luego, utilizó un peine prestado —en verdad, no tenía ninguna confianza en sí mismo— para peinarla.

—Está hecho. O más bien… creo que está hecho.

Keno caminó frente al espejo de cambio, pero estaba cubierto de polvo y no podía reflejar la imagen de Keno. Justo cuando estaba a punto de limpiar el espejo, su mano se detuvo a mitad del camino al recordar la razón por la que estaba usando un hechizo de Vuelo. Luego, se volvió hacia Satoru Suzuki.

—¿Cómo se ve?

—Te sienta. Mm, te favorece, —respondió Satoru Suzuki.

—¿De verdad? Eso me hace feliz.

Keno le dio una sonrisa encantadora.

Parecía estar de buen humor. Satoru Suzuki no sabía nada sobre qué era bonito, lo que no era, las sutilezas de los peinados de las mujeres y cosas por el estilo. Pero parecía que lo que había dicho lo había jugado a lo seguro.

—E-entonces ahora, pasemos al siguiente paso.

***

Después de llevar a los padres y a la sirvienta de Keno a la habitación de la alcantarilla que había sido la base de Keno, él esposó la puerta con cadenas oxidadas para que no se abriera.

Si bien los nomuertos sin sentido como los Zombis no podían abrir puertas por sí mismos, probablemente era mejor bloquearla por si acaso.

Keno tenía sentimientos encontrados mientras miraba la puerta de la habitación, y Satoru Suzuki le habló.

— Muy bien, a continuación... ¿cómo quieres viajar, Keno?

—¿Eh?

—Somos nomuertos. No nos cansamos, no necesitamos comer y no necesitamos dormir. Podemos salir ahora mismo sin llevar nada más con nosotros. Pero cuando eso suceda, la gente empezará a hacer preguntas cuando entremos en los pueblos o ciudades. Por lo tanto, me gustaría hacer algo que no despierte sospechas.

—Como por ejemplo, ¿llevando mucho equipaje con nosotros?

—¿Eso no hará que la gente sospeche?

En verdad, Satoru Suzuki no tenía idea de cómo viajaba la gente de este mundo. Por lo tanto, no tenía idea de cómo evitar sospechas.

Keno volvió la cabeza a un lado y dijo que no lo sabía.

—En ese caso, ¿qué prefieres, entre tomar un carruaje o ir a pie?

—No me molesta ninguno… está bien. Después de todo, no tenemos el concepto de fatiga. Ah, pero yo  camino muy lentamente, así que…

—Está bien, no te preocupes. Voy a igualar tu ritmo, Keno.

Dicho esto, ya que eran nomuertos, ¿no podrían simplemente correr a toda velocidad todo el tiempo? Ahora bien, seguramente ver a un adulto corriendo con una niña a su lado dejaría una mala impresión en los demás.

—Iré a buscar un carruaje, entonces…

—¿Pero que hay de los caballos…? ¿Hm? ¿Cómo conseguiremos uno?

—Ah, es cierto. En cuanto a los caballos…

Satoru Suzuki miró por la ventana. No pudo ver ninguna señal de caballos, pero pudo ver Zombis. Incluso si había caballos, probablemente serian Caballos Zombi, y las otras personas en la ciudad no aguantarían ver a un Caballo Zombi tirando de un carruaje por la ciudad. Eso definitivamente estaba descartado. De repente, en ese momento, Satoru Suzuki tuvo una idea.

—No te preocupes. Haré algo sobre los caballos. Solo relájate y déjamelo a mí. El problema es el carruaje. Vagones cubiertos, vagones de carga, vagones con caja, ¿bajo qué motivos vamos en nuestro viaje?

—¿Eh?

—¿Vamos a ser una princesa y su seguidor lanzador de magia? En ese caso, tal vez una especie de carruaje con forma de calabaza. Ese podría ser el mejor escenario para nosotros.

Satoru Suzuki lo había dicho en un tono ligeramente en broma, pero Keno dijo nerviosamente, “¿…Qué tal un amable lanzador de magia y su seguidora?”

—…Por si acaso, quiero comprobar algo pero ¿yo soy el amable lanzador de magia en cuestión, mientras que tú eres la seguidora?

—Sí.

—Entonces esa sugerencia es rechazada.

Satoru Suzuki no pensó que pudiera hacer uso completo de Keno  como su seguidora para guardar las apariencias. “En ese caso” dijo Keno, y luego se quedó pensando. Después de eso, habló distraídamente.

—¿Qué hay de amigos?

—Amigos, eh… así que somos compañeros de viaje… está bien, ¿nuestro trasfondo es que somos amigos?

Después de tomar en consideración la diferencia de edades, a muchas personas probablemente les resultaría extraño que fueran amigos. Sin embargo, Satoru Suzuki no lo sentía así. A menudo había visto a niños que acababan de graduarse de la escuela primaria trabajando junto a él, y era muy difícil saber la edad de alguien por su apariencia en Yggdrasil.

De hecho, el líder de un gremio que había rivalizado con Ainz Ooal Gown había sido un niño en la vida real. Y por otro lado, había jugadores que parecían niños, pero cuyas edades eran más del doble que la de Satoru Suzuki. Cuando los oía hablar sobre sus nietos, Satoru Suzuki se congelaba en confusión por un momento. Todavía recordaba esos días con nostalgia.

Para este Satoru Suzuki, no había nada extraño en tratar a Keno como su amiga.

Por supuesto, Satoru Suzuki sabía que Keno era más débil que él, por lo que probablemente ambos eran protector y carga. Sin embargo, era muy común en Yggdrasil que los jugadores experimentados se unieran con jugadores novatos para subir de nivel, así como también unirse con miembros artesanos no combatientes del grupo para ir por allí.

—Aún así, necesitamos una explicación que convenza a la gente de que somos amigos cuando entremos a las ciudades. Supongo que podemos tomarnos nuestro tiempo para pensarlo durante nuestro viaje.

—Muy bien… aunque, cuando mencionaste un carruaje con forma de calabaza, ¿te referías al tipo comestible de calabaza? ¿Es un carruaje que se puede usar como raciones de emergencia cuando tenemos hambre?

—Ah, no, simplemente tiene esa forma…

Satoru Suzuki sintió que explicarlo verbalmente seria problemático, por lo que rebuscó en su inventario.

—Me pregunto si tengo una…

Sacó un álbum de fotos tomadas con sus amigos.

Satoru Suzuki lo hojeó rápidamente.

Las memorias recordadas por las numerosas imágenes llenaron de nostalgia a Satoru Suzuki. Aunque parte de él quería seguir mirándolas, se obligó a no hacerlo y continuó pasando las páginas.

La foto que estaba buscando no estaba en este álbum. Satoru Suzuki cambió a otro y luego a un tercero.

—Ésta. Keno, mira esta foto. El carruaje está en el mismo marco que una de mis amigas.

Keno se acercó desde un lado, y luego quedó con la boca abierta.

—¿Un Slime con vestido? ¿…una mujer? ¿Es una Princesa Slime?

Sobre el carro había una princesa con un vestido blanco, sosteniendo un escudo en alto: Bukubukuchagama. Había sido una foto para conmemorar la finalización del carruaje, pero Bukubukuchagama había terminado por convertirse en el tema de la foto. Eso también mostraba cual de los dos tenía una apariencia más llamativa.

—Jajaja, te contaré sobre esto durante nuestro viaje. Ahora, un poco más abajo está el carruaje de calabaza. He oído que esa forma es de la clase con que las chicas sueñan. Es por eso que está tan feliz.

Aunque su hermano había murmurado una vez: “No puedes llamarla chica a esa edad…”

—…

Keno la miró, visiblemente perturbada.

—Quieres decir, ¿como en pesadillas?

—Jajajaja… espera, ¿qué? —Satoru Suzuki estaba confundido.

Se había reído de genuina alegría, pero Satoru Suzuki sintió una sensación de incomodidad cuando su alegría fue sofocada.

«No me digas que la supresión emocional de los nomuertos no solo se aplica a las emociones negativas… no, cuando lo pienso, ése es el caso. No es malo no tener que comer ni beber, pero también significa que no puedes comer comida de mejoramiento. Tiene sus puntos buenos y malos…»

—¿Qué pasa? ¿Satoru-san?

Quizás fue porque sus preocupaciones habían sido sofocadas repentinamente, pero Satoru Suzuki respondió a la pregunta de Keno con un suave “Está bien”.

«Aun así, no suprimió por completo mi felicidad. Debería haber una forma de seguir viviendo mientras se busca la alegría.»

—Bien, entonces comencemos a buscar un carruaje. Idealmente, queremos un coche de viaje antiguo, del tipo que no haga que la gente sospeche cuando lo uses.

—¡Sí!

—Keno, cuando me dijiste que no tomara la propiedad de otras personas, ¿significa eso que tomar su carruaje sería algo malo?

Keno lo pensó un rato y luego respondió:

—Estará bien porque pagaremos por ello.

Luego, levantó su mochila.

—Ya veo… En ese caso, ¿puedo pedirte prestado algo de dinero, Keno?

—¿Eh?

—Como te lo mostré antes, tengo muchos fondos. Sin embargo, todas son monedas de oro que no están en circulación en este país. Parece peligroso pagar con ellas.

—¿Es así? Bueno, si sientes eso, entonces te puedo prestar… no, te puedo ofrecer… dar algunas.

—No, así no puede ser, Keno. Hasta cierto punto, ese dinero es la herencia de tus padres. No puedes simplemente entregárselo a otros.

—Ya, ya veo.

—Si bien es posible que no puedas estar de acuerdo en estas circunstancias, eso también incluye las reliquias de tus antepasados. No debes gastarlo a ciegas, ¿de acuerdo?

—Entendido.

Keno podría haber dicho eso, pero su expresión sugería que no lo entendía del todo. Quizás Satoru Suzuki simplemente estaba forzando sus puntos de vista sobre ella.

—…Entonces, ¿puedo pedir prestado algo de dinero? Te lo devolveré cuando venda las gemas que tengo a mano.

—¡Esta bien!

—Bien. Luego dividiremos el costo de la compra del vagón. Somos amigos, así que pondremos la misma cantidad.

—¡Por supuesto!

—¡Correcto! ¡Entonces busquemos un carruaje!

—¡Seguro!

Satoru Suzuki respondió a Keno con gran entusiasmo, y los dos deambularon por las calles.

En el camino, Satoru Suzuki puso las monedas de oro de este mundo que se había prestado de Keno en su dimensión de bolsillo.

Si bien estaban almacenadas en un lugar separado de las monedas de Yggdrasil, no parecían contar contra su límite de peso. Si lo hicieran, no sería capaz de almacenar nada en su inventario. Esta decisión de diseño era perfectamente racional para  un juego, pero ahora debería estar en un mundo real.

«Es muy útil, pero arruina el realismo en un lugar como este… ¿Realmente no estoy en un juego?»

Aunque su cuerpo de nomuerto le había confirmado a Satoru Suzuki que no estaba en un juego, la practicidad de su inventario lo hacía sentir como si todavía estuviera en un juego. Se sentía desagradable, como si el juego estuviera sobrescribiendo el mundo real.

Al final, sin embargo, Satoru Suzuki no obtendría una respuesta, sin importar cuánto pensara.

Más importante…

«Aún quedan muchas otras cosas por considerar.»

Habían encontrado varios carruajes, pero todos estaban muy gastados por la edad y parecía que se  harían polvo si uno intentaba usarlos. No quería perder demasiado el tiempo, pero buscar solo habría sido peligroso, así que trajo a Keno consigo en su búsqueda.

Después de mucho tiempo, finalmente encontraron un vagón cubierto útil en un pequeño cobertizo contiguo a una gran casa. Lo extraño era que este cobertizo tenía una cárcel de algún tipo en su sótano, y había innumerables mujeres Zombi dentro de la cárcel. Era un misterio insoluble, pero Satoru Suzuki fingió que no lo había visto. Después de todo, no importaba lo que hicieran ahora, sería demasiado tarde.

Satoru Suzuki empujó el carro con su fuerza sobrehumana para probarlo. El carro crujió pero parecía que los ejes no se iban a romper de inmediato. Parecía que el carro había sido encantado en sus áreas clave.

«Pero no lo encantaron todo. ¿A qué se debe?»

Aun así, no tenía sentido pensar en esas cosas. Satoru Suzuki creó un Portal frente al vagón y empezó a empujar.  Keno fue al lado de Satoru Suzuki y lo ayudó a empujar. La idea de invocar al Señor Grifo había sido expuesta, pero él le pidió que guardara su poder.

Si bien era difícil de decir si la fuerza de Keno fue de mucha ayuda, los dos empujaron el carro fuera de la ciudad. Mantuvo abierto el Portal, luego agarró la camisa del guardia de antes, que todavía estaba deambulando por los alrededores, lo arrastró y luego lo empujó por el Portal antes de disipar el hechizo.

—Ahora bien, prepararé un sustituto para un caballo.

Lo que Satoru Suzuki sacó fue una majestuosa estatua de un caballo con sus patas delanteras en el aire. Colocó la “Estatua de Animal: Caballo de Guerra” en el suelo, y al instante se expandió hasta convertirse en un poderoso equino.

—¡Guau!  ¡Es un caballo increíble! ¡Ni siquiera en nuestra casa teníamos algo tan bueno! ¡Eres increíble Satoru-san!

La sonrisa en el rostro de Keno podría haber sido la primera en coincidir con su edad que había visto hasta la fecha. Después de ver su reacción honesta, Satoru Suzuki se rió entre dientes.

Satoru Suzuki ordenó al caballo golem que se moviera al frente del carro, donde lo ató al carro con cuerdas.

Se sentó en el asiento del conductor y ordenó que avanzara, y el caballo golem obedeció.

Solo entonces Satoru Suzuki se sintió aliviado.

Este alivio se debió a que el caballo conjurado a partir de un objeto podía usarse para tirar de un carro.

Satoru Suzuki nunca se había montado en un caballo ni siquiera había tocado uno antes, por lo que no debería haber sido capaz de hacer que un caballo ordinario en este mundo tirara de un carro. Pero, afortunadamente, ese problema se había resuelto. Satoru Suzuki no pudo evitar sentirse asombrado por su rapidez mental.

—Ahora bien, Keno, vayamos a la ciudad vecina y veamos cómo están las cosas allá. ¡Entonces, algún día resolveremos el misterio de la zombificación y encontraremos una manera de salvar a todos!

—¡Sí! ¡Cuento contigo, Satoru-san!





No hay comentarios. :

Publicar un comentario