sábado, 30 de enero de 2021

Overlord Gaiden c1 p1

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Traductor: Erb
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Capítulo 1
Encuentro en el país perdido

Parte 1
 

«Veamos», reflexionó Satoru Suzuki.

No tenía idea de qué tipo de persona era Keno. Sin embargo, definitivamente era una fuente importante de información. Debía hacer que baje la guardia para que estuviera más dispuesta a hablar.

Para comenzar, no era una jugadora, por sus reacciones, sino una residente de este mundo. Y aunque a él le gustaría verificarlo, no tenía idea de cómo hacerlo. Además, no podía saber si era digna de confianza. Por lo que sabía, podría terminar obteniendo información falsa. En este momento, lo que debía hacer era ganarse su confianza.

Con esos pensamientos en mente. Satoru Suzuki comenzó poniendo una sonrisa de hombre de negocios, pero luego se dio cuenta que no podía hacerlo en su presente estado. Por lo tanto, intentó suavizar su tono de voz. Aunque su voz no podía ser considerada simpática ni dulce, intentó hablar tan gentilmente como le fuese posible.

—Ah… yo… aunque te acabo de dar mi nombre, comencemos de nuevo. Soy Satoru Suzuki.

—¿Satoru… sama?

Satoru Suzuki no pudo evitar agrandar los ojos —aunque en este cuerpo parecería que un par de llamas habían ardido en sus cuencas oculares. Él no había esperado que ella fuese a tratarlo de inmediato por su nombre de pila. «Está comportándose muy familiarmente», reflexionó Satoru Suzuki. Y ella le dio su nombre también. «Será mejor que recuerde eso. Debía haber hecho lo que hizo para poner énfasis a ese aspecto.»

—Está bien si usas 'san'. Entonces… eres Keno-san, ¿tengo razón?

Ahora era el turno de la chica de poner ojos de plato. Satoru Suzuki se preguntó si había dicho algo inapropiado.

Keno Fasris Invern.

Keno debía ser su nombre de pila e Invern probablemente era su apellido. ¿O sería Fasris-Invern? Aunque no estaba seguro de cuál era la respuesta, la sorpresa en el rostro de la muchacha probablemente se debía a que ella se había dirigido a él por su nombre, pero en cambio Satoru Suzuki había usado su apellido. Tal vez ella pensaba que era un rechazo de sus buenas intenciones. ¿O era porque había añadido el honorífico -san a pesar de que se trataba de una niña?

—Ah, s-sí…

—En ese caso, por favor ponte de pie. Y luego… hablar aquí es un poco… cómo se dice... Bueno, sí. Podría crear una torre con magia… pero sería más grande que los edificios que nos rodean. Aunque tengo objetos con habilidades similares… Tú no quieres llamar mucho la atención, ¿verdad?

Keno apenas había logrado ponerse de pie luego de que Satoru le había ofrecido ayuda, y asintió tímidamente.

«Ya veo» — Satoru Suzuki hizo el equivalente mental a entrecerrar los ojos.

Eso significaba que Keno sabía sobre objetos mágicos. ¿Era éste un conocimiento común para la gente de este mundo, o era un conocimiento profesional que sólo ella poseía? ¿O ella era alguien conectada a Yggdrasil después de todo?

Sin embargo, él sentía que había algo malo en buscar alguna cosa en común con una chica nomuerta a la que había encontrado en una ciudad infestada de zombis.

Y en cuando a por qué quería evitar llamar la atención, ¿sería porque había otros nomuertos inteligentes en esta ciudad aparte de los zombis, o se debía a que había seres hostiles alrededor y a que este lugar no era seguro? Esto último sonaba más plausible.

—En ese caso, si conoces un lugar seguro, ¿podrías llevarme allí?

El cuerpo de Keno tembló. Él podía entender cómo se sentía. Por su parte, él no querría llevar a alguien que podría ser un PK (Player Killer - Asesino de Jugadores) —en este caso, un esqueleto sospechoso— a su refugio seguro. Por lo tanto, debía dar un paso atrás y conformarse con ir a un lugar en donde pudieran hablar en paz. ¿Sería posible que Keno no tuviera un escondite de reserva?

Sería fácil decir "No eres lo suficientemente cuidadosa" pero ya que no sabía qué era lo que Keno había tenido que soportar, no tenía el derecho de decirle algo como eso. Incluso Satoru Suzuki no habría continuado jugando Yggdrasil si no hubiera conocido a otros amigos. En otras palabras, las acciones de una persona estaban basadas en sus experiencias y en el pasado. Tal vez Keno no necesitaba ser tan cautelosa en su vida diaria.

Satoru Suzuki le habló como si fuese un jugador de Yggdrasil dirigiéndose a un jugador inexperto.

—No necesito que me lleves a tu base principal. ¿Sabes de algún lugar que consideres seguro, digamos, por ejemplo, casas cercanas o algo?

A decir verdad, él quería saber en dónde estaba su base de operaciones. Pero Satoru Suzuki, como si de un veterano canoso se tratase, estaba imbuido por la obligación moral de dar consejo a un novato, y así sugirió una alternativa sincera.

Además, Keno podría no ser la única en esa base. ¿O tal vez ese lugar era tan importante para ella como sus amigos lo eran para él? Satoru Suzuki podía entender por completo los sentimientos de no querer poner en peligro a sus amigos.

—Si no puedes decidirlo tú misma, entonces no me importa regresar después de que hables con tu supervisor. En ese caso, esperaré en un lugar cercano… en el que no haya nomuertos.

A pesar de que no quería que se le escape, tampoco quería presionarla y sacarle la información a la fuerza. No estaba mal dejar que confíe en él, declaró en su corazón magnánimamente Satoru Suzuki mientras su sentido del deber como jugador de alto nivel volvía a resurgir nuevamente.

Keno se alejó tímidamente, retirándose.

—Muchas gracias, Keno-san.

Los hombros de Keno se crisparon al oír a Satoru Suzuki decir esas palabras desde atrás de ella. Luego, se dio la vuelta rápidamente para mirarlo.

—¿Hm? ¿Qué, qué sucede?

—Ah, n-no es nada…

Keno murmuró en voz baja y se alejó.

Qué está sucediendo, se preguntó Satoru Suzuki. ¿Es que ella estaba siendo cuidadosa, o se debía a que él realmente daba tanto miedo?

De hecho, Keno había estado espiándolo desde un estrecho callejón, a pesar de que ella era nomuerta. ¿Debería asumir que habían sido enemigos alguna vez?

En ese caso, ¿qué tipo de ser nomuerto era ella?

Había muchos tipos de criaturas nomuertas con ojos rojos —incluido Satoru Suzuki, hasta cierto punto. Sin embargo, muy pocas se veían tan presentables como Keno. Aunque las palabras Novia Vampiro le vinieron la mente, no sentía que ella fuese una de ellas.

Fue en este momento que Satoru Suzuki se quedo mudo por su increíble ignorancia. Si éste realmente era otro mundo, entonces era completamente posible que pudiese contener nomuertos que fuesen únicos a él. Sin embargo, no podía decir que estaba completamente desconectado de Yggdrasil. De otra manera, no habría forma de explicar por qué Momonga podía usar sus habilidades y hechizos de Yggdrasil.

Satoru Suzuki abandonó pensamientos futuros sobre el asunto. Después de todo, considerando lo poco que sabía en este momento, no importaba lo mucho que lo pensara, no encontraría respuesta.

Afortunadamente, ninguno de los dos encontró zombis mientras caminaban en silencio por varios minutos. Keno se detuvo al llegar a los alrededores de los muros de la ciudad. En el lugar había una casa pequeña de un solo piso, con escaleras que llevaba hacia abajo. El arco en el camino tenía una malla metálica colocada en el lugar.

«¿Qué es esto? ¿Si lleva hacia un sótano bajo tierra no debería estar localizado dentro de la estructura? ¿Es un acueducto subterráneo? O no, ¿debería llamarlo una alcantarilla?»

Keno volvió la cabeza.

—Ah, éste es, el lugar.

Sus ojos miraban hacia abajo, como si estuviera avergonzada del mal estado de su vivienda. Era verdad que éste era difícilmente un lugar en el que una joven debería quedarse. Sin embargo, parecía que en el mundo de Satoru Suzuki los niños fugitivos también vivían en lugares similares.

—Ya veo. He escuchado que los cambios de temperatura bajo tierra son mucho menos extremos que en la superficie. Escogiste un buen lugar.

La mayoría de nomuertos tenía una gran resistencia al frío, y las caídas en la temperatura no deberían de presentarles inconvenientes. Por lo tanto, Satoru Suzuki se había devanado el cerebro por un rato antes de responder torpemente a sus palabras.

—¿Alguien más vive aquí además de ti?

Keno asintió suavemente con la cabeza en respuesta a su pregunta.

—Ya veo… por favor indícame el camino, entonces.

Keno empujó la rejilla metálica hacia un lado. No parecía que hubiese usado la fuerza de un nomuerto o ninguna habilidad o hechizo en particular; simplemente había estado abierto. Y el hecho de que supiese que estaba abierto también era prueba de que ella trataba este lugar como su base de operaciones.

Keno continuó hacia abajo por las escaleras frente a  ella.

Aunque la luz de la luna se desvaneció rápidamente, no era ningún impedimento para ninguno de los dos. Después de todo, los nomuertos poseían la habilidad de visión oscura.

Llegaron al pie de las escaleras, y parecía que realmente era una alcantarilla. Sin embargo, Satoru Suzuki se percató a lo largo del camino que en este lugar no había mal olor. De hecho, no corría nada de agua, sólo se sentía una ligera humedad en el aire. Tal vez esto se debía a que había pasado un largo tiempo desde que los residentes de esta ciudad se habían convertido en nomuertos. Aunque el agua de lluvia entraba ocasionalmente, hace mucho que no habían pasado aguas residuales por este lugar. Probablemente era por ello que Keno no olía mal a pesar de que su hogar estaba ubicado en las alcantarillas.

De pronto, una punzada de emoción recorrió a Satoru Suzuki.

La lluvia era acida y mal oliente en la era en la que él vivía. Sin embargo, el cuerpo de Keno no llevaba ningún hedor acido, lo que implicaba que el agua de lluvia de este mundo seguía siendo pura y limpia como lo había sido en el pasado.

—Tal vez Blue Planet-san se sentiría sentimental si estuviera aquí.

Keno se dio la vuelta al escuchar a Satoru Suzuki hablando consigo mismo, y lo miró con una expresión de timidez en el rostro.

—Perdona, sólo hablaba conmigo mismo.

—Ah, oh, yo, entiendo.

Mientras las palabras de Keno se hacían gradualmente más fáciles de entender, Satoru Suzuki podía oír en ellas el miedo que ella le tenía.

«Y he sido bueno con ella todo este tiempo», Satoru Suzuki no pudo evitar quejarse. Por supuesto, no había olvidado los efectos de su apariencia esquelética. Las primeras impresiones eran difíciles de cambiar, después de todo.

Justo cuando estaba considerando si cubrir o no su rostro, los dos llegaron a su destino. Sin embargo, no se debía a que hubiera estado pensando por mucho tiempo, sino a que el lugar no estaba muy lejos de donde habían entrado a las alcantarillas.

Después de ingresar a las alcantarillas, habían recorrido aproximadamente 20 metros, giraron a la izquierda y luego avanzaron otros 20 metros antes de llegar a una puerta que estaba a un lado. Ella abrió la puerta que parecía que estaba hecha de metal, y crujió.

—Éste, es el lugar.

Satoru Suzuki siguió a Keno al interior del cuarto.

No era muy espacioso. Este cuarto probablemente se había utilizado para almacenar las herramientas necesarias para realizar las reparaciones del alcantarillado, y había una pila de picos y otras herramientas en la esquina. En el lado opuesto había un trozo de tela algo sucio —no por manchas sino por la edad— que había sido colocado en el suelo. También había una mesa vieja y sencilla en el lugar. Eso era todo lo que había en el cuarto en lo referente a muebles. No parecía en absoluto un lugar adecuado para vivir. Se podría decir que era una habitación que carecía de cualquier forma de entretenimiento o artículos para el hogar.

Aunque él podía entender el razonamiento que ella había seguido, ya que era nomuerta, a Satoru Suzuki no le gustaría quedarse ni por un minuto en un lugar tan desolado y solitario. «Un segundo…»

Una súbita oleada de afinidad surgió en su interior. Si lo pensaba, su hogar en la vida real era casi igual a este.

Sin embargo, lo que le llamaba la atención en esta habitación era el montón de libros y pergaminos. Los libros tenían símbolos escritos en sus lomos que Satoru Suzuki no había visto jamás, pero el hecho era que él básicamente no conocía otros idiomas que además del japonés.

—¿Necesitas luz o una silla?

Sacó una lámpara de estilo europeo de su inventario y abrió las persianas, permitiendo que la luz blanca inundara los alrededores. Éste era un objeto mágico que había sido imbuido con Luz Continua.

Por supuesto, él tenía objetos mágicos de iluminación de mayor calidad a la mano. Sin embargo, Satoru Suzuki decidió que no había necesidad de presumir nada más poderoso. No era el momento de revelar sus cartas. Además, uno de ellos podía irradiar una luz que era similar a la del sol, la cual podía aplicar efectos de estado negativos a los Vampiros. Si Keno era un Vampiro, podría juzgarlo como una acción hostil. Por lo tanto, no podía sacar eso bajo ninguna circunstancia.

La luz de la lámpara iluminó el rostro de Keno, pero ella no pareció demasiado sorprendida. Sin embargo, él no sabía si era porque ya antes había visto objetos mágicos como ese, o si era porque entendía el hechizo de Luz Continua.

Después de eso, Satoru Suzuki lanzó un doble Crear Objeto Superior.

El propósito de este hechizo originalmente había sido producir armas, pero Satoru Suzuki tenía la ligera sospecha de que en este mundo —asumiendo que era diferente al mundo en el que había vivido previamente— este hechizo tendría aplicaciones más amplias. Los resultados del hechizo confirmaron sus predicciones.

Como esperaba, aparecieron un par de sillas negras.

Keno puso los ojos como platos mientras observaba esta milagrosa ocurrencia. Su expresión era una de sorpresa. Satoru Suzuki se dirigió a la joven con su tono de voz más afectuoso.

—Ah… estos son simplemente un par de objetos sin importancia que cree con mi magia. Por favor siéntate en ellas como gustes.

Keno hizo todo lo posible por negarse dando rodeos, pero finalmente se sentó. Fue solo después de que ella se sentó que Satoru Suzuki tomó asiento, porque la etiqueta de negocios de dejar que el cliente tome asiento primero estaba completamente arraigada en él.

Sin embargo, se dio cuenta que había cometido un error justo después de sentarse.

La sensación metálica bajo su trasero era muy incómoda para algo que supuestamente era una silla, pero él no había aprendido ningún hechizo que le permitiera conjurar cojines.

Antes, había pensado que tomar asiento él solo era terriblemente descortés, que era el porqué había conjurado dos sillas. Cuando pensaba en cómo la había convencido para que se sentara en esa silla fría y dura se sintió tan avergonzado que quería encontrar un agujero y meterse en él.

Lo único rescatable ahora era que él no había comenzado diciendo que las sillas de la habitación se veían muy buenas o algún otro tipo de amabilidades huecas. Si realmente hubiera dicho eso, probablemente hubiera arruinado cualquier tipo de relación que quisiera establecer entre él y Keno.

Satoru Suzuki produjo apresuradamente una túnica de su inventario, una que se sentía lo suficientemente suave, y comenzó a doblarla mientras hablaba.

—Lo siento terriblemente. Estas sillas son demasiado duras. Por favor usa esto como cojín.

Keno se quedó sorprendida ante la túnica que Satoru Suzuki le había ofrecido, y luego sacudió la cabeza vigorosamente.

—Eh, pero, ropas tan finas como éstas, no es necesario. Yo, yo tengo una, manta que, uso normalmente.

—No no, no son necesarias tantas formalidades, es algo pequeño.

La túnica podría parecer elegante, pero eso era todo. Era un objeto que no contenía ningún cristal de datos poco común.

Y así, se desarrolló otro intenso intercambio entre Satoru Suzuki y Keno. Al final, Keno aceptó con cautela las buenas intenciones de Satoru Suzuki y plantó su pequeño posterior sobre la túnica doblada.

—Entonces ahora, por favor discúlpame por ir directo al grano. Me gustaría que me dijeras lo mejor que puedas qué es lo que le sucedió a esta ciudad, Keno-san. Por supuesto, no tengo ninguna intención de hacer de esto una interacción unilateral. También te mostraré pruebas de mi propia sinceridad. Dicho esto, aunque normalmente estaría intercambiando información de igual valor contigo, lamento decir que conozco muy poco sobre la situación, así que tengo la intención  de pagarte con objetos mágicos o monedas en su lugar. ¿Puedo saber qué te parece ese arreglo?

Keno se mordió el labio, y luego miró fijamente a Satoru Suzuki con lo que parecía ser odio en los ojos.

Satoru Suzuki no pudo evitar su sorpresa. No había esperado ese tipo de reacción de ella. Sin embargo, antes de que pudiera preguntarle la razón de ello, Keno miró al suelo y comenzó a hablar con una voz  débil y temblorosa.





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