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Traductor: Erb
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Mes de Fuego Bajo (Mes 9), Día 6, 08:45
Las sirvientas estaban formadas en filas ordenadas frente a Sebas. Había 41 en total, y todas eran Homúnculos. A la cabeza se encontraba la sirvienta en jefe con cabeza de perro, Pestonya S. Wanko. Así pues, el personal de limpieza de Nazarick se había reunido.
"Todas, ésta es la nueva sirvienta."
"Me llamo Tsuareninya, encantada de conocerlas."
Como la representante de todas las demás, la sirvienta en jefe saludó a Tsuare, que mantenía la cabeza agachada.
Tsuare no mostraba ninguna señal de miedo luego de hablar con las sirvientas.
Aparte de las costuras que recorrían la mitad de su rostro, Pestonya teína ojos bondadosos y una expresión amable. Adicionalmente, todas las sirvientas detrás de ella eran humanoides, sin ninguna característica aterradora en el rostro.
Aun así, a juzgar por la condición de Tsuare, parecía que su miedo hacia los demás nunca desaparecería del todo. Aunque parecía estar llevándose bien con las demás, se debía a que sabía muy bien cuál era el tipo de situación en la que se encontraba y estaba intentando distraerse de ello, esforzándose para trabajar duro.
(Si no la observo con cuidado, podría quebrarse.)
Mientras Sebas meditaba estas preguntas, la sesión de los saludos y las presentaciones llegó a su fin, y una de las sirvientas la condujo afuera. En el camino, Tsuare se volteó para mirar a Sebas. Él asintió hacia ella con la cabeza, y ella le respondió de la misma manera antes de darse la vuelta y marcharse.
"Sabas-sama, ¿cuánto entrenamiento necesitará esa chica wan?"
"Entrénala hasta que califique para ser una sirvienta de Nazarick. Sin embargo, sólo es humana, así que cuando la entrenes, por favor no le exijas más allá de sus límites."
"Entendido wan."
La cara de perro de Pestonya se inclinó a un lado, revelando sus caninos. Aunque su expresión hacía que se viera como una bestia saltando sobre su presa, sus ojos estaban llenos de calor.
"Creo que para ella, ser una sirvienta será sólo el primer paso."
"¿Qué quieres decir?"
Pestonya le respondió a Sebas, que no lo había entendido del todo y se estaba preguntando de qué hablaba.
"...Wan. Es decir, me refería a que probablemente se retirará después de casarse wan."
"¡¿Qué?!"
Mientras la cara de Sebas se paralizaba, la suave risa de Pestonya hacía eco a lo largo del noveno piso de la Gran Tumba de Nazarick.
♦ ♦ ♦
Mes de Fuego Bajo (Mes 9), Día 7, 16:51
Luego de asegurarse de que no había invitados presentes y de que la hora era la correcta, Climb abrió las puertas hacia los aposentos de Renner.
La princesa estaba sentada en su lugar habitual; su habitación teñida de rojo por los rayos del ocaso del sol, iluminándola como un reflector.
"Bienvenido, Climb."
Esa dulce belleza tranquilizó el corazón agitado de Climb, y sintió como si hubiera sido sanado. Climb tensó su relajado rostro y se acercó al lado de Renner.
"Ven, toma asiento, Climb."
"Gracias, pero no es necesario, Renner-sama. Dentro de poco tengo que ocuparme de las repercusiones del ataque demoniaco."
Los ojos de Renner brillaron. Era ella la que originalmente había dado esa orden, así que responderle de esta manera parecía ser lo correcto.
La siguiente tarea de Climb era reemplazar al personal de seguridad responsable de proteger el Gremio de Magos.
Eso se debía a la presencia de cierto objeto.
Aunque aún no tenían el panorama completo de la invasión demoniaca, un objeto mágico sumamente alarmante había sido descubierto en un almacén. El Gremio de Magos todavía lo seguía analizando y estudiando, pero teniendo en cuenta que había sido imbuido con magia excepcionalmente poderosa, y por la información que Yaldabaoth había dejado escapar, era muy probable que se tratara del objeto que había estado buscando.
Como resultado, el Gremio de Magos había reunido a un grupo de fuertes veteranos para vigilar el objeto hasta poder descubrir cómo deshacerse de él. Naturalmente, Climb era uno de ellos.
(Es tan molesto que no podamos castigar a los miembros de los Ochos Dedos que trajeron ese objeto a la capital...)
Aun frente a Renner, Climb no podía suprimir del todo la irritación en su corazón.
El objeto mágico, que había producido la tragedia en la capital, había sido encontrado en uno de los almacenes que ellos estaban seguros estaba relacionado a la división de contrabando de los Ocho Dedos. Siendo ése el caso, debieron de haberse movilizado de inmediato para destruirlos. Sin embargo, había una razón crucial por la que no podían hacerlo, y sólo unos cuantos tenían conocimiento de ello.
Habían iniciado la búsqueda del objeto debido a que Yaldabaoth había dejado escapar información sobre éste. De allí la insistencia de Renner. Yaldabaoth podría haber estado contando con que los humanos localizaran el objeto que sus tropas no habían podido encontrar, y era por eso que había filtrado la información en primer lugar.
Ya que todos entendían las implicancias de esa filtración, tenían que acallar toda la información sobre el artefacto, y por lo tanto, no podían usarlo como motivo para atacar a los Ocho Dedos.
"Trabajarás junto al Capitán Guerrero, ¿correcto? Ya veo, entonces todo estará bien. ¿Qué le paso a la gente que ayudaste? Debes haber estado ocupado protegiendo el palacio, pero seguro saliste al exterior por un momento, ¿correcto?"
El corazón de Climb se sacudió cuando Renner arrojó esa bomba sobre él.
"S-sí. Todos tienen la esperanza de poder expresarle su gratitud, Renner-sama"
"Qué maravilloso. Entonces debo ir a reunirme con ellos."
"¡No puede!"
Tan pronto como el grito abandonó sus labios, Climb se percato de inmediato de que había metido la pata. Agachó la cabeza y comenzó a hablar con rapidez, como tratando de cubrir todo lo que había dicho antes.
"Renner-sama, todos están ocupados y creo que su presencia los distraerá de su arduo trabajo y aunque desmerece su generosidad, espero que pueda entender lo que trato de decirle."
Mientras levantaba la cabeza, Climb se preguntó si el hermoso rostro de su señora estaría marcado por la tristeza, o por un puchero infantil inadecuado para su edad. Sin embargo, la expresión que vio no fue ninguna de esas dos.
Estaba sonriendo.
No se trataba de un simple movimiento hacia arriba de las comisuras de la boca, sino de una sonrisa completa, con todo el rostro.
Climb la había visto contenta muchas veces. Si rememoraba el momento en el que había sido más feliz, sería cuando había visto esa sonrisa en el rostro de Renner cuando ella lo había recogido. Sin embargo, la sonrisa que tenía ahora era un poco diferente de la que había tenido entonces.
Antes de que pudiera averiguar de qué se trataba, su expresión regresó a la débil sonrisa que mostraba usualmente.
"... Entonces, no hay nada que hacer al respecto."
Climb suprimió un suspiro de alivio mientras Renner aceptaba su explicación.
La verdad era que acababa de decirle un montón de mentiras a su señora. Climb no había oído ni una sola palabra de agradecimiento de parte de los ciudadanos que había encontrado. Por el contrario, lo habían colmado de toda clase de culpas y de desprecio. "¿Por qué nos salvaste sólo a nosotros?," y cosas similares.
Habían reunido su ira, ante la pérdida de sus familiares y de sus bienes, y habían derramado el tazón de su cólera sobre Climb.
Climb había soportado este resentimiento porque esas personas no tenían a nadie más a quién culpar, y también por la culpa que sentía al no haber podido cumplir las órdenes de Renner a la perfección.
Aun así, era doloroso oír esas palabras, especialmente después de haber luchado contra ese poderoso demonio para salvarlos.
El demonio que habían encontrado en el almacén estaba en un nivel completamente diferente al de todos los otros. Podría haber derrotado a Brain Unglaus y aún le sobrarían fuerzas, y era únicamente debido a sus muchas heridas que habían logrado obtener la victoria. Si ese demonio hubiera aparecido ante ellos completamente ileso, de seguro habrían sido derrotados. Luego de oír lo poderoso que había sido de parte de Lakyus, Climb agradeció en silencio que hubieran podido arreglárselas para triunfar contra él.
Luego de esa lucha de vida o muerte, el único agradecimiento que había recibido habían sido las quejas ya mencionadas. Aunque se dijo a sí mismo que ya se había acostumbrado a ello, las palabras seguían afectándolo profundamente.
En realidad, habría estado bien si Climb hubiera golpeado a esas personas con intenciones maliciosas. Nadie diría nada si Climb les regresaba los insultos que recibía en su posición de caballero personal de Renner, pero si lo hacía, entonces pondría en peligro la posición de Renner. Si el odio que sentían se volvía hacia la princesa y los llevaba a difamarla, él sería incapaz de sacar su espada contra ellos.
"Ahora bien, Climb. Tengo... noticias desagradables. Escucha con cuidado."
Climb cerró los ojos por varios segundos antes de abrirlos nuevamente.
"Las mujeres que tú y Sebas-san se esforzaron por salvar del burdel... fueron asesinadas."
Incapaz de comprender lo que Renner acababa de decir, su boca se abrió y se cerró mientras dejaba escapar algunos sonidos que podrían ser confundidos con palabras.
"Cómo... pero cómo... ¿cómo pudo haber sucedido eso?..."
Ahora que lo pensaba, las mujeres debían haber estado ocultas en un puesto de guardia y luego debían de haber sido enviadas a los territorios de Renner.
"Fue un error de cálculo de mi parte. Quería contratar aventureros para que hicieran de guardias, pero debido al disturbio, todos habían sido empleados por otros. Así que en su lugar usé mercenarios..."
Renner sacudió la cabeza, como diciendo que todo había sido su culpa.
"¡E-eso no es verdad! ¡Definitivamente no es su culpa, Renner-sama! ¡Los culpables son los que las atacaron!"
"¡No! ¡Si hubiera tenido más cuidado, y hubiera examinado las cosas más de cerca... si hubiera considerado que ese disturbio debilitaría la seguridad en la capital, si las hubiera dejado escapar cuando sentí el peligro, las cosas no habrían terminado así! Si hubieras estado allí, Climb, tal vez las cosas no habrían terminado así. Incluso los aventureros que recomendaron a los mercenarios se sorprendieron..."
Los ojos de Renner comenzaron a llenarse de lágrimas.
Climb sentía un dolor en el pecho como si corazón hubiese sido aplastado. Tal vez había sido un error por parte de Renner, pero ella había intentado obtener lo mejor de una mala situación. Entonces, ¿a quién culpar?
"¡Renner-sama, usted no hizo nada malo!"
Al oír la contundente declaración de Climb, Renner, conmovida por sus palabras, se puso de pie y lo abrazó con fuerza.
Para tranquilizarla, Climb llevó una mano a su espalda... no, eso sería peligroso.
"Pero, ¿cómo fue que la información...?"
"No tengo idea. La seguridad en la capital estaba en su punto más débil durante el disturbio; ¿tal vez se filtró en ese momento? Debieron haber sido trasladadas de inmediato..."
Él no podía descartar eso. Era posible que los atacantes hubieran seguido los lugares y las personas a las que Climb protegía hasta dar con el lugar en el que se escondían.
"¿En dónde encontraron los cadáveres?"
"En los distritos pobres de la capital, pero no conozco los detalles."
"¿Y qué les sucedió a los cadáveres?"
"Fueron enterrados. ¿Qué pasa con ellos?"
"Quería examinar las heridas, para ver qué tipo de pistas podía encontrar."
"... Climb, ya basta. Ya han sido ultrajadas lo suficiente. Por lo menos deja que descansen en paz. "
"... Entendido."
La bondad de Renner lo conmovió hasta lo profundo de su corazón. En efecto, sus palabras tenían mérito. Climb se sintió avergonzado por no haber considerado sus sentimientos, y el impulso de averiguar la verdad se hizo más fuerte en su interior.
"Por favor no te lo tomes tan a pecho. Esto definitivamente no fue tu... ah, parece que hemos intercambiado lugares."
Renner sonrió. Aunque sus ojos seguían rojos, ya no había más lágrimas en ellos.
"Sí, lo hemos hecho."
La expresión estoica de Climb se deshizo, y sonrió.
"Perdóname por retenerte. Entonces, Climb, ahora trabaja duro. "
Aunque Climb sintió una punzada de anhelo por el calor que se había apartado de su pecho, de inmediato puso fin a esos deseos.
♦ ♦ ♦
Mes de Fuego Bajo (Mes 9), Día 10, 09:08
Hoy era un día propicio para viajar, sin nubes colgando en los cielos azules de arriba.
La capa carmesí hondeaba libremente en viento, detrás de un hombre en una armadura de negro azabache. Evileye le hizo una pregunta.
"¿Regresarás?"
Era una pregunta extraña, pero Evileye sentía una sensación extraña. Se decía que los aventureros no tenían raíces, pero algunos aventureros tomaban ciertas ciudades como sus bases, al igual que Rosa Azul. Para Momon, su base sería E-Rantel.
"Q-quiero decir, hay muchos que querrían ir conti..."
Evileye no podía creer que estuviera haciendo esos sonidos bobos y lloriqueantes. Reflexionó que difícilmente era una colegiala enamorada suspirando por su amado, pero la sola mención de la palabra "amor" sumía su mente en el caos.
"... No te preocupes por eso."
Ésa fue su respuesta.
Fue fría, pensó Evileye.
Sin saber qué más decir, el viento sopló fuertemente entre ambos.
EL hombre que había estado esperando por este silencio, habló.
Evileye sintió que ésta difícilmente era una despedida adecuada entre un hombre y una mujer, pero no estaban solos. Nabe estaba detrás de Momon, y detrás de Evileye estaban las integrantes de Rosa Azul. Además también estaban los lanzadores de magia que enviarían a Momon de vuelta a E-Rantel.
"Nos hiciste un gran favor." Momon asintió en respuesta al agradecimiento de Raeven. "Su Majestad deseaba demostrarte personalmente su gratitud, pero..."
Durante el disturbio en la capital, el nombre de Momon se había vuelto famoso por toda la capital. Después de todo, se trataba del héroe oscuro que había desafiado a un duelo y vencido al archidemonio Yaldabaoth. Era natural que el rey quisiera expresarle su gratitud en persona. Si las cosas iban bien, incluso podría haber recibido un señorío. Sin embargo, Momon había rechazado esa última oferta y se había negado a reunirse con el rey.
Había algo malo con esa actitud.
Los nobles, que valoraban sus reputaciones, sintieron que no era más que arrogancia que un campesino sin nombre se comportara así ante el Rey, cuya posición estaba por encima de las de ellos.
Comenzaron a circular rumores de que Momon menospreciaba al Rey.
También hubo quienes estaban indignados de que un simple aventurero pudiera ser tan irrespetuoso.
Un grupo de nobles llegó a decir que Momon había cometido un error al no asestarle el golpe final a Yaldabaoth y en su lugar lo había dejado escapar, pero ya que Momon contaba con el apoyo de Raeven, mantuvieron la boca cerrada.
"Momon-san estaba trabajando para mí, así que si lo desafían a él, me están desafiando a mí," había dicho Raeven, en tono amenazante.
Y el mismo Momon había añadido, "Simplemente acepté una solicitud como aventurero, y la completé. No es nada que merezca la atención personal de un rey, y para ser honestos, todos los aventureros que participaron en esta batalla deberían recibir reconocimientos también." Eso había apaciguado a los nobles, y los rumores cesaron.
Pero, las llamas no se habían extinguido aún. Algunos levantaron las voces para criticar a Momon, ya que los nobles sentían que habían sido insultados.
Evileye recordó que Lakyus, una noble, se lo había contado.
Sin Momon, el disturbio en la capital no habría sido resulto, y no sería difícil imaginar la magnitud de los daños que habría causado. Sin embargo, debido a la difícil posición en la que Momon se encontraba, los únicos que habían venido a despedirlo eran las integrantes de Rosa Azul y el Marqués Raeven.
Durante este incidente, los que habían recibido grandes elogios fueron los aventureros, el Rey, el segundo príncipe, y el Marqués Raeven. Entretanto, la opinión pública sobre los nobles fue menos positiva.
Por supuesto, los nobles no estaban de acuerdo. La capital estaba bajo la jurisdicción directa del rey, y siendo ellos mismos propietarios de tierras, aunque habría tenido sentido enviar tropas para prestar ayuda a la capital, ellos no tenían la obligación de hacerlo. De hecho, teniendo en cuenta que sus propios territorios podrían ser atacados por los demonios, para ellos era mucho más sensato proteger sus propias propiedades.
Durante este incidente, la Facción de los Nobles, que estaba a favor de su propia defensa, sostenía que había sido un error que el Rey revelara su identidad y que se debía a su arrogancia. Mientras tanto, la Facción Real afirmaba rotundamente que el Rey debería haberse ocultado en un lugar seguro y no debía haber ido al frente de la batalla. De esta manera, la lucha por el poder entre ambos grupos se había intensificado.
Y los residentes de la Capital Real que no tenían participación en esta lucha tenían otro tipo de descontento. "¿A qué se debe que estos nobles engreídos se preocupan únicamente por protegerse ellos mismos y no a nosotros?"
Por lo tanto, el respeto que sentían por los que realmente habían luchado por ellos había crecido, y las críticas continuaban acumulándose para los nobles que ya de por sí les desagradaban. Se convirtió en un círculo vicioso, y al final, los nobles terminaron culpando de ello a los aventureros.
"Después de todo sólo se trata de maniáticos del combate a sueldo que luchan hasta morir," y cosas así.
Y en este incidente, Momon, el más respetado de los aventureros de rango adamantita del Reino, se convirtió en un blanco. Como resultado, era obvio que ninguno de los nobles vendría a despedirlo. Aun cuando algunos se mostraban amistosos con él, estarían en una situación complicada debido a las pugnas de poder.
La única razón por la que Raeven era capaz de estar aquí era porque él revoloteaba de un lado al otro entre las facciones como un murciélago.
"Ésta es una carta de reconocimiento del Rey, del segundo príncipe, y de la tercera princesa. Y ésta es una placa que te exime de todos los impuestos de viaje dentro de las fronteras del Reino. Y además, una daga otorgada por el Rey. Por favor acéptalos."
Siendo una noble, Lakyus no pudo evitar suspirar, y Evileye sabía exactamente por qué.
Recibir una daga del rey tenía el mismo significado que recibir una medalla como un caballero u obtener el botín de una batalla como un noble. Durante estas intensas luchas por el poder, el regalo de la daga podría provocar muchos problemas si los nobles se enteraban. Aun así, todo lo que ella podía decir era que el regalo de la daga de parte del Rey era una jugada brillante.
(Y yo que pensaba que el Rey era un patético don nadie incapaz de causar problemas. Mi opinión sobre él ha mejorado un poco.)
Momon aceptó la daga de manera despreocupada y se la entregó a Nabe, que se encontraba detrás de él.
"No, como reconocimiento es suficiente, pero, ¿los nobles no tendrán algo que decir sobre esto?" dijo Evileye en voz baja.
Desde el punto de vista de los nobles, no sería un asunto de risa que alguien con carisma y poder se convirtiera en noble. Sería especialmente problemático si un guerrero más poderoso que Gazef se unía a la Facción Real. Como tal, si el Rey decidía que quería otorgarle un señorío a Momon, los nobles usarían el regalo de la daga como excusa para criticarlo. Aunque era el Rey el que se la había otorgado, era un regalo demasiado grande incluso como reconocimiento.
Los nobles no lo aceptarían sin hacer nada.
Evileye reflexionó esto en voz alta, pero fue refutada por la persona a su lado.
"... Eres demasiado ingenua, Evileye."
"Sip, ingenua. La Facción Real está un paso adelante esta vez."
"¿Por qué?"
"... Porque esa daga es algo otorgado a nobles y caballeros."
"Así que en el futuro, cuando sea necesario promover a Momon-san, ellos usarán la daga para cerrarles la boca a los nobles. Nunca le sería otorgada a un plebeyo, sabes eso ¿no? Hay un señorío aguardando por él, o por lo menos eso es lo que da a entender."
"Ya veo... Y pensar que lo analizaste tan a fondo."
"Por supuesto."
"No subestimes a una antigua asesi- ...no subestimes a los ninjas."
"Entonces ya tenemos que partir, Marqués Raeven. Gracias por todo."
"No hay de qué. Espero que podamos continuar con nuestra relación cordial en el futuro."
"Siento lo mismo. Y para Rosa Azul, mis colegas aventureras de rango adamantita, espero que podamos mantenernos en contacto cercano. Estaré contando con ustedes por si algo sucede."
"Somos nosotras las que deberíamos decir eso, Momon-san. Después de presenciar tu poder, casi sentimos vergüenza de llamarnos aventureras de rango adamantita como tú, pero haremos nuestro mejor esfuerzo para alcanzarte. Ansío trabajar nuevamente junto a ti."
Lakyus y Momon asintieron con la cabeza el uno hacia el otro.
Y entonces, Evileye sintió que la mirada de Momon se movía hacia ella. No era un error. La prueba fue que Momon pareció estar a punto de decir algo, luego se detuvo a medio camino, luego quiso hacerlo de nuevo y finalmente terminó deteniéndose una vez más.
Evileye sintió que su corazón inmóvil latía en su pecho.
Si Momon le pedía que se convirtiera en su compañera, Evileye aceptaría sin ninguna duda. Sería una traición hacia sus camaradas con las que había estado en las buenas y en las malas, pero incluso así, Evileye quería serle fiel a su corazón.
Como confundido, Momon continuó mirándola y deteniéndose varias veces antes de suspirar finalmente y de darse la vuelta. La capa carmesí se arremolinó con su movimiento.
Al ver su espalda alejándose lentamente, Gagaran fastidió a Evileye.
"Te dejó."
"No, no es verdad. Es simplemente la clase de hombre que es."
Momon subió a la Tabla Flotante creada por los lanzadores de magia de Raeven y flotó lentamente hacia arriba, pero Evileye no apartó los ojos de él ni por un instante.
"¿Me pregunto si nos volveremos a ver?"
"Estaría bien si se tratara de una solicitud simple y tranquila, en lugar de un gran disturbio como éste."
"Puede que sea difícil."
"Exacto."
Las integrantes de Rosa Azul estaban de acuerdo en eso.
Si los aventureros de rango adamantita se reunían para un trabajo, definitivamente sería algo grande.
(*Me parece que está parte que sigue sobre Evileye no está muy bien traducida en inglés, o tal vez simplemente no la entiendo, espero que Nigel la corrija pronto.)
"Entonces una reunión normal debería estar bien, ¿cierto? Evileye sabe usar magia de teletransportación. Ir a E-Rantel no debería ser tan malo. Hablando de eso, ¿ir con Momon no mataría dos pájaros de un tiro? Ser protegida por él también significaría que no tendrías que preocuparte de los peligros al moverte."
Evileye había quedado sin palabras, mirando a Gagaran. Aunque estaba usando su máscara, su expresión cómica se vislumbraba por su actitud.
"Oye, oye, ¿no te has dado cuenta aún? Las relaciones a larga distancia nunca terminan bien... ¿O es que no están saliendo todavía?"
Gagaran miró hacia arriba, y la mirada de Evileye la siguió a los cielos también. A lo lejos, vio la figura de Momon alejándose.
"¡Uwaaaaaaaaaaa!"
El gemido de desesperación de Evileye fue como un grito de rabia, y las integrantes de Rosa Azul rieron a su alrededor.
♦ ♦ ♦
Mes de Fuego Bajo (Mes 9), Día 10, 18:45
La reunión de emergencia de los Ocho Dedos había sido inusual desde el comienzo. Para comenzar, no todos estaban presentes. Una de las personas que faltaban era Cocco Doll, Pero todos sabían que había sido arrestado, así que no era parte de las cosas. El problema era que la otra persona faltante era Zero.
Todos sabían que él no era un traidor. Eso sólo empeoraba las cosas.
De la información que habían reunido, habían confirmado la muerte de Zero. Ese mismo día, los subordinados que había llevado a una misión de "matar a todos los que nos han insultado" también habían sido masacrados.
Las pérdidas habían sido demasiado grandes. Aunque los subordinados que había llevado eran prescindibles, la muerte de Zero, el hombre más fuerte entre los Ocho Dedos y el líder de la división de seguridad, no era algo que simplemente podían ignorar.
Cada una de las divisiones competía la una contra la otra, pero seguían perteneciendo a la misma organización. Esta pérdida tendría repercusiones para todos.
Comenzaron a debatir entre ellos.
¿Qué debían hacer sobre la vacante dejada por la muerte de Zero? ¿Y sobre Cocco Doll?
Bajo circunstancias normales simplemente recomendarían a uno de los suyos para esas posiciones, pero había una razón por la que no podían hacer eso.
Era porque debido a la invasión de demonios en la capital, las consecuencias de ese incidente no tenían buen aspecto. Aunque sus escondites habían sido atacados el mismo día, una de esas pérdidas resaltaba por encima del resto. En particular era una pesadilla para el jefe de la división de contrabando.
Muchos de sus almacenes habían sido saqueados, y luego de revisar los que quedaban intactos, más de la mitad del contrabando había desaparecido.
"De cualquier forma, tenemos que trabajar juntos hasta que logremos recuperarnos."
"¿Y no es lo hemos estado haciendo hasta ahora?"
"Basta de tonterías. Esta vez es realmente necesario que cooperemos. Creo que deberíamos reorientar nuestras actividades hacia el exterior de la capital. ¿Qué les parece?"
"No. Por el contrario, creo que es ahora cuando deberíamos estar trabajando en la capital. Éste es el momento de meternos al bolsillo al capitán de los guardias. Si escapamos de aquí, eso significaría abandonar la capital y todo lo que hemos logrado."
"Mm. Ciertamente es una posibilidad. Sin embargo, con la división de seguridad... con nuestra fuerza de combate hecha añicos, ¿no sería una jugada peligrosa seguir operando en la capital?"
Los cinco líderes de división analizaron el problema, luego se dirigieron hacia la líder que no había dicho ni una sola palabra hasta ahora.
"Hilma, ¿qué te parece?"
El cuerpo de la mujer tembló.
Ella nunca había mostrado esta reacción en sus reuniones anteriores.
Los círculos oscuros bajo sus ojos era imposibles de ocultar con maquillaje, y transmitía el aura de un muerto en vida.
"¿Qué sucede? Escuché que tu mansión también fue atacada... pero lograste huir a través de tu túnel de escape, ¿cierto? ¿Hubo algo que te asustó?"
Todos los líderes de división tenían guardias detrás de ellos, pero Hilma estaba sola.
"..."
"¿Bueno, de qué se trata?"
La puerta de la sala de reuniones se abrió al mismo tiempo que Hilma abría la boca.
"¡Muy bien! ¡Eso será todo por ahora!"
La alegre voz fue seguida por un niño Elfo Oscuro ingresando al cuarto, éste a su vez seguido por una niña Elfa Oscura de apariencia nerviosa.
Todos los presentes estaban sorprendidos.
Si hubieran sido adultos, tal vez habrían reaccionado de manera diferente, pero el par de niños frente a sus ojos estaban completamente fuera de lugar en un cuarto como éste. Los líderes seguían intentando averiguar desesperadamente si se trataba de enemigos.
"Bueno, ahora todos ustedes se convertirán en sirvientes de nuestro gran Señor~"
De su silencio, era probable que no hubieran entendido ni una palabra de lo que el niño decía, así que lo repitió de nuevo.
"Mi gran Amo ha concluido que en lugar de tomar el control de los dirigentes de este país, sería más efectivo tomar el control de todos ustedes. Así que perdonaremos sus muchos pecados y les permitiremos ser nuestros sirvientes... hm, ¿esclavos? ¿Marionetas? Ah, bueno, ¿a quién le importa? ¡De cualquier manera, felicidades!"
El niño Elfo Oscuro comenzó a aplaudir, seguido en breve por su nerviosa hermana, que sostuvo su bastón bajo el brazo para aplaudir también.
"Fe-felicida-"
"¡¿Es una broma?!"
Los líderes seguían tratando de averiguar si eran enemigos o aliados. Era demasiado pronto para concluir que eran enemigos, pero la vida en el bajo mundo les había enseñado a no pensarlo demasiado, en su lugar buscar su propia seguridad primero y luego se preocuparían por matar a sus enemigos.
Ellos no entendían las verdaderas intenciones de los Elfos Oscuros, pero ya que había interrumpido descaradamente su reunión, eso probablemente significaba que podían luchar contra todos en este lugar. Si eso era así, entonces ni siquiera los mejores guardaespaldas que cada líder de división podía contratar sería capaz de vencerlos. Ya que ningún enemigo sería tan estúpido como para irrumpir si existía la más mínima posibilidad de perder, parecería que lograr escapar a salvo era la mayor prioridad en este caso.
Cada uno de los líderes de división no dudaría en usar a sus propios guardias como escudos. Todos pensaban lo mismo, y pasaron a la acción.
Sin embargo, ya era demasiado tarde.
Lo primero que notaron al intentar levantarse fue que no podían moverse.
"¡¿Ah? ¿Oghhhaaaah? ¿Ahhhh?!"
Sus cuerpos estaban completamente inmóviles, y ni siquiera eran capaces de mover la lengua. La saliva se derramó por los costados de sus bocas.
El niño que acababa de suspirar, comenzó a reír.
"Entonces, los llevaremos a todos a un lugar divertido~"
"S-sí. P-por favor vengan."
El cuerpo de Hilma comenzó a temblar violentamente.
"¡E-esperen! A mí no, ¿cierto? Les ayudé, ¿no?"
Mientras se daban cuenta de quién los había traicionado, los hombres volvieron la mirada hacia la única mujer que podía moverse.
"¡Por favor! ¡Se los ruego! ¡No puedo soportarlo! ¡No puedo soportarlo más!"
"Hmmmm~ ¿De qué hablas?"
"C-creo que se refiere a ser llevada a la habitación de Kyouhukou, donde sus órganos eran constantemente devorados por dentro."
El niño Elfo Oscuro retorció el rostro con un "uwah~"
Hilma debió haber recordado algo. Se abrazó fuertemente, sosteniendo su cuerpo con ambas manos, y tembló violentamente. Una de sus manos cubrió su boca mientras las lágrimas brotaban libremente de sus ojos. Por el tono verde de su rostro, parecía a punto de vomitar.
"A-adem-"
"Basta. Curamos todas sus heridas con magia. Así que es natural que sea una buena niña. Aunque, es extraño que no la hayamos matado..."
"S-sí. Ya tenemos muchos cadáveres, y la necesitamos para que dirija la organización."
"Ya veo. Bueno, tiita, buena suerte~ Si nos traicionas, te encerraremos más tiempo en ese lugar~"
"¡Hiiii!"
Hilma asintió varias veces con la cabeza, conservando el tono verde de su cara. Estaba claro que era la expresión de alguien cuya voluntad para resistirse había sido completamente destruida, y que obedecería sin dudarlo cualquier orden que se le diera.
"En cualquier caso, antes de que sepamos que harán lo que se les ordena, puedes tomarte tu tiempo con ellos. ¿Bien?"
"¡E-entendido! ¡Déjemelo a mí! ¡Definitivamente podemos encontrarles un uso!"
Del patético y desesperado gesto de sumisión de Hilma, los hombres se dieron cuenta de que ellos también experimentarían los tormentos que los transformarían en algo parecido a ella, y palidecieron.
"Entonces, ya he traído a unos cuantos de mis chicos para ayudarte. Has buen uso de ellos. Hay unos cuantos más que por ningún motivo puedes matar o luchar en su contra, luego te lo explicaré."
El niño Elfo Oscuro era todo sonrisas.
"Entonces, ya hemos completado la mitad del trabajo de apoderarnos de este país. Pero... ¿qué era lo que Demiurgo decía sobre plantar las semillas de un reino...? Ah, ¿a quién le importa? ¡A continuación, algún otro lugar!"