Traductor: Cristhofer_Shadow
Editor: Bryan C
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Historia 1-2
Los Turbulentos y Agitados Días de Enri
Parte 3
"Ah, estoy tan cansada."
Enri arrojó la pequeña pizarra que sostenía en la mesa y la dejó caer, agotada. Se dio vuelta para mirar la fuente de la risa tranquila que se escuchaba y vio a Nfirea allí con una sonrisa que decía 'tal y como pensé' en su cara.
"Has trabajado duro, Enri."
"Es taaaan duroooo ~ No soy buena usando mi cabeza..."
"Hay que aprender a leer y escribir, ya sabes."
La respuesta de Enri fue un gemido lastimero.
Como el jefe de la aldea necesitaba un nivel básico de educación, era la razón por la cual personalmente Nfirea estaba enseñándole, pero Enri sentía que su cabeza se estaba rompiendo en pedazos.
"Estas estúpidas palabras, fueron hechas para darme problemas..."
"No digas eso. Ya has aprendido a escribir tu propio nombre, ¿no es cierto? Y Nemu-chan también".
"Mm... bueno, eso es interesante... ¿pero qué puedo hacer con eso?"
"¡Ay! Estos son sólo los conceptos básicos. Mírala de esta manera, sólo haz comenzado tu aprendizaje durante cinco días, ni siquiera hemos llegado a las partes importantes".
Una expresión de "estás de broma" apareció en el rostro de Enri.
"Ahhh, no hagas una cara como esa. Una vez que aprendas lo básico, te servirá también. Por eso son tan importantes".
"Hmph."
"Te ves muy cansada. Vamos, nos detendremos aquí por hoy. "
Como si hubiera estado esperando esas palabras, Enri se levantó de su asiento.
"¡Eso es maravilloso! ¡Vamos a terminar temprano mañana también! Gracias, Nfirea! "
Nfirea sonrió levemente antes de limpiar las letras que parecían arañazos de pollo frente a la pizarra.
"Entonces será mejor que te tomes un buen descanso. Mañana vamos a empezar de nuevo, a la misma hora".
"Estoy muy feliz de que estés tomando tiempo de tus experimentos para enseñarme todo esto. Pero no sé cómo agradecerte... "
"Mm. Bueno, así es como es. Dicen que es mejor para un maestro ser odiado por sus estudiantes que ser adulado por ellos".
"¡Eso es una mentira! ¡Es una total mentira! "
"Jajajaja. Ah, estoy retrasado. Buenas noches, Enri. "
"Mm. Buenas noches. No trabajes demasiado duro cuando vuelvas y duerme temprano”.
Nfirea sonrió para mostrar que entendía, y se fue por la puerta principal. Después de ver su luz mágica flotando sobre la paja desaparecer en la distancia, Enri regresó a su casa. En la oscuridad, se sentía especialmente solitaria.
"Ah- Estoy tan cansada ..."
Enri perezosamente se quitó la ropa y se acurrucó bajo las sábanas. Había estado tan ruidoso cuando estudiaba hace un momento, pero ahora lo único que podía escuchar eran los sonidos lindos de su pequeña hermana durmiendo. Enri se calmó y cerró los ojos.
Después de que su cerebro trabajara tan duro antes, Enri estaba segura de que iba a quedarse dormida de inmediato. Así como ella esperaba, se desmayó en cuestión de segundos después de cerrar los ojos.
No sabía cuánto tiempo había dormido, pero un sonido lejano la despertó de su sueño.
Tres golpes. Una pausa, y luego tres golpes más.
Al darse cuenta de lo que significaba esa señal, Enri se obligó a abrir los ojos en la oscuridad. Habiendo despertado con una velocidad anormal y darse cuenta de que todavía estaba en su casa, ella prácticamente saltó de la cama. En el mismo momento en que su hermana adormilada despertó también.
"¿Estás bien?"
"Mm".
Su voz tenía hilos de miedo en ella, pero sonaba que ella todavía podía moverse.
"¡Prepárate ahora!"
"¡Mm!"
Encender una lámpara sería perder demasiado tiempo, por lo que Enri se preparó para huir en la oscuridad.
A medida que el sonido de las campanas realzada por el viento, Enri y Nemu se prepararon rápidamente. La suya fue una velocidad nacida no sólo de simulacros de evacuaciones repetidas, era del viejo terror que se mantuvo desde que su pueblo había sido atacado en el pasado. Y después de escuchar las palabras de Agu, tenía una idea de lo que estaba por venir.
"¡Nemu! ¡Vete al punto de encuentro! ¡Iré a cuidar de los demás! "
Sin esperar la respuesta de su hermana, Enri agarró la mano de Nemu y salió corriendo por la puerta.
La campana seguía sonando con fuerza, lo que significaba que había una situación de emergencia. Esto era sin duda una señal de que un ataque estaba viniendo.
La secuencia de entrenamiento para la evacuación se repitió innumerables veces en su corazón, y no podía abandonar por completo su deseo de huir de la realidad y de esto, pero el frío en el aire lo negó. Era el mismo frío que estaba allí cuando los soldados atacaron la aldea.
Cuando se acercaban al punto de encuentro, Enri empujó a Nemu adelante.
"¡Muy bien, vamos!"
Nemu asintió muy ligeramente en respuesta, y luego corrió hacia el lugar de reunión.
Sin embargo, como jefe de la aldea, Enri tenía que considerar lo que le pasaría a todo el pueblo.
Los malos sentimientos que tenía antes de asumir el cargo ahora fluían sin control en su corazón.
"Es como si los dioses quisieran verme sufrir."
Sin pensarlo, Enri dejó que las palabras se deslizaran fuera de su boca. Este era el peor de los casos.
Un duende corrió hacia Enri.
"¿Qué pasó? ¿Qué está pasando?"
"Encontramos monstruos en el bosque. Hay altas probabilidades de que nos ataquen".
"¡Entendido, ahora vamos!"
Con el duende a la cabeza, Enri pronto llegó a la puerta principal. Vio que las barricadas nocturnas creadas y los duendes se estaban concentrando aquí. Haciendo uso de las armas y armaduras que Enri había comprado para ellos, parecían veteranos experimentados.
A medida que se acercó, podía oler el hedor en el aire, lo que dio un indicio a Enri de que había ogros presentes. Los ogros se aferraron a sus nuevos equipos, que parecían puntiagudos y amenazantes.
Junto con Enri, estaba Nfirea jadeando y los miembros de la fuerza de autodefensa dirigido por Brita se reunieron en la puerta principal. Agu y algunos de sus compañeros duendes, los que se habían recuperado lo suficiente de su terrible experiencia, estaban de pie con ellos también.
"¿Esta todo el mundo? ¿La Señora Lizzie? ¿Pasa algo con ella? "
La abuela de Nfirea, Lizzie era una hechicera notable en su propio derecho. No habría estado de más que ella formara parte en la defensa del pueblo.
"No, Obaa-chan no va a venir aquí. Ella está en el punto de encuentro. Ese lugar es importante también".
Los aldeanos asintieron al oír las palabras de Nfirea. Como los miembros de sus familias habían huido al punto de encuentro, tenían que mantenerlo seguro también.
"Todos aquellos que no pueden usar arcos ya están allí. Como ustedes son fuertes, ¿sería correcto que uno de ustedes fuera allá? "
"No podemos hacer eso."
Jugem negó rotundamente la petición de Brita.
Él no había hecho esto por malicia hacia los habitantes del pueblo con los que él había vivido y trabajado. La tensión en aumento hizo que Enri tragara por la garganta, mientras Jugem explicaba la situación.
"Hay un montón de monstruos. Y hay otros, además de ogros. Dividirnos sería muy peligroso”.
"¿Tienes una idea clara de sus números?"
"Brita-san, el enemigo estaba al acecho en el bosque. No hay manera de juzgar con exactitud su número. Sin embargo, nos las arreglamos para conseguir una estimación... siete ogros, varias serpientes gigantes, varios huargos, varios cosas que pensamos que podrían ser barghests y después algo grande detrás de ellos”.
"¿Huargos, serpientes y ogros gigantes? ¿Hay un druida detrás de ellos? "
Huargos eran monstruos que parecían lobos, pero más grandes. Ellos eran más inteligentes que los lobos y una mala noticia si los encontrabas en el bosque.
"Es muy probable. Las cosas van a ser muy malas si tienen a un hechicero de su lado. Probablemente podamos asumir que también tienen atacantes a distancia. Así que sería mejor reunir todo nuestro poder de combate aquí, ¿verdad? ¿Debo llamar a Obaa-chan de nuevo? "
"Eso... es difícil de decir, Ane-san. El punto de encuentro es uno de los edificios más fuertes de la aldea. Si algo le pasa, va a ser la línea defensiva final o en otras palabras, la fortaleza de la aldea. No podemos dejar sin protección ese lugar”.
"...¿Así que vamos a estar yendo hacia atrás mientras luchamos, entonces? ¿A dónde debo ir?"
"Brita-san va a dirigir la fuerza de defensa. Espero que puedas transmitir mis órdenes a ellos para que puedan entender. A continuación, actuaremos como la situación lo requiera".
"¿Así que vamos a utilizar la segunda estrategia contra los invasores? Después de atacar con flechas, usaremos barricadas para mantenerlos a raya mientras apuñalamos con las lanzas. No importa que tan inexperta sea nuestra gente, una vez que estén tan cerca".
"Ah, entonces te lo encargo. Sin embargo, los huargos y barghests son muy ágiles, y si los dejan solos, van a causar mucho daño. Además, cuando su druida aparezca, ¿Te importaría tener a la fuerza de defensa en la línea trasera? "
"No me opongo a eso, pero vas a tener suficiente gente en el frente sin nosotros?"
"... Si tenemos suerte, vamos a ser suficientes."
"Si es así... como yo pensaba, será mejor decirle a todos aquí que estén listos para morir. Por lo menos, si estamos en la parte de atrás no vamos a ser atacados, así nos podemos concentrar en atacar al druida. Usted sabe, yo he sido una aventurera, pero esta es la primera vez que he visto a estos aldeanos valientes... al menos, pensé mucho cuando los vi entrenar con los arcos. "
"En el pasado, la aldea fue atacada... y odiaba lo inútiles que éramos."
Enri, que había guardado silencio hasta ahora, la interrumpió con los sentimientos de todos los miembros de las fuerzas de defensa.
Sorprendentemente, no había nadie aquí que quisiera huir. No había manera de alejarse de esta lucha, no hay manera de no proteger a su pueblo y a sus seres queridos que se esconden detrás de ellos.
"Hablando de eso, una fuerza tan grande debe haber tenido algo de tiempo para avanzar. ¿Significa esto que han sido enviados por el gigante del Este o la Serpiente de Occidente? "
"Eso no es imposible."
Jugem suavemente confirmó las sospechas de Brita.
Si ese fuera el caso, significaría que Agu había atraído a los monstruos aquí. Por eso Jugem había bajado la voz, por lo que la fuerza de defensa no podría escucharlo a él y dirigir su agresión a Agu.
La existencia de monstruos como el Gigante de Oriente, la Serpiente de Occidente y su enemigo mutuo, la Bestia del Sur, ya se había dado a conocer entre los aldeanos.
Aunque la Bestia había sido domada por el Héroe Oscuro, su poderosa forma y presencia habían sido grabadas de forma indeleble en los corazones de los aldeanos. El miedo era la respuesta adecuada a la idea de la luchar contra algo en el mismo nivel que él.
"Entonces, ¿qué tipo de magia utiliza la Serpiente de Occidente? Maldita sea, es una molestia ".
Jugem asintió al murmullo de Brita.
"Por lo general, monstruos con hechizos innatos no tendrán más de diez de ellos, pero si pueden practicar y aprender la magia van a tener acceso a muchos más, lo que las hace problemáticas. Si ellos saben que la magia es un obstáculo para ellos... "
"Está bien si es Nfirea o los duendes, pero los usuarios de magia son unos bastardos engañosos."
Enri lo dijo con tristeza, dibujando sonrisas tristes en los aldeanos.
"... Pero no le digas a Gown-sama que dije eso, ¿de acuerdo?"
Ese sentimiento volvió esas sonrisas en risas.
Eso debería romper la tensión, pensó Enri. Aunque sería malo si estaban demasiado relajados, estar demasiado tensos también evita que la lucha sea eficiente. Ahora, el estado de ánimo parecía el correcto.
Jugem miró por suerte a Enri. Parecía que él entendía por qué ella había dicho lo que ella había dicho.
"No te preocupes. Sólo quédate atrás y dispara. Nos encargaremos de la parte frontal”.
Los duendes habían entrenado a la fuerza de defensa precisamente para este papel.
Un pequeño pueblo estaría en apuros si quería reunir armas y armaduras, y simplemente no eran suficientes para armar a las fuerzas de defensa. Y al final, todavía eran aldeanos. Puede ser que tengan brazos fuertes para trabajar los campos, pero eso no se tradujo en habilidades con la espada. Cualquiera que pudiera entrenarse como un guerrero y pueda derrotar a los monstruos en su tiempo libre entre sus tareas sería nada menos que un genio.
Con esos puntos en mente, los duendes se dieron cuenta que no podían convertir la fuerza de defensa en fuerza de avanzada. En su lugar, decidieron enseñarles tiro con arco para convertirse en la retaguardia.
Aunque su técnica había mejorado y podían alcanzar sus objetivos, sus arcos no tenían mucho poder de penetración, por lo que era difícil dar un golpe directo sobre los monstruos de piel gruesa. Sin embargo, si tenían suerte y disparaban al unísono, había una posibilidad de que pudieran golpear un punto vulnerable.
"¡Muy bien, al igual que entrenamos, el objetivo está al otro lado de la puerta, disparen en línea! Agu, tu tarea es mantener la puerta principal. Se dividirán y atacaran con lanzas. Obedece las ordenes de Brita-san como si fueran de Ane-san y escúchala".
"Ohhh! ¡Déjamelo a mí!"
"Ese es el espíritu. Ahora, escuchen. Te prohíbo correr. Lucha hasta la muerte".
"¡Claro! ¡Definitivamente, voy a devolver la amabilidad que mostró por salvarme! ¡De hecho ¿por qué no me pones en la primera línea con los ogros? "
"¡Estúpido niño! Si te dejo hacer eso, acabaras matándote. ¡Puedes decir eso una vez que te hagas más fuerte! "
Después de haber sido regañado por Jugem, el rostro de Agu se llenó de pesar y algunos de los miembros de las fuerzas de defensa fueron a consolarlo.
Enri suspiro de alivio al ver esto. Por un lado, los aldeanos no lo veían como el que había traído a los monstruos. Por otro, era una prueba de que Agu fue aceptado por los habitantes del pueblo.
Ellos fueron los últimos en ser forasteros en el pueblo. Aunque no eran rechazados o maltratados, todavía había una distancia entre ellos. Sin embargo, como se veían las cosas, esa brecha se desvanecería si ganaban hoy. Era irónico que el campo de batalla era el mejor lugar para construir lazos de camaradería.
Y era porque sentía esta brecha que Agu luchaba con tanta fuerza. Su objetivo era contribuir a la aldea y elevar el prestigio de sí mismo y de su pueblo. En la sociedad humana, el respeto se gana derramando sangre por ellos. Agu y su gente querían el bienestar de su pueblo en su mente, por lo que su pasión era natural.
“Nfirea, tengo algo que pedirte."
Enri estaba junto a Nfirea, y le susurró al oído.
"Oh, no, avanzar un poco - ah. Mm. Lo tengo. Entonces - Agu, tengo algo que confiarte a ti. Toma estos elementos alquímicos y úsalos bien".
Nfirea abrió su mochila. Dentro había muchas botellas y papeles.
"Usar estos y lanzarlos contra el enemigo. Te perderás si estás demasiado lejos, así que trata de utilizarlos en un rango medio. ¿Estás listo?"
"¡Déjamelo a mí! ¡Mírame cumplir mi misión perfectamente! "
Agu aceptó la mochila, y ya que estaban esperando, uno de los duendes les gritó.
"¡Están en movimiento! ¡Se dirigen hacia aquí! "
Si uno se pusiera a escuchar, podría oír los sonidos de los monstruos rasgar la noche.
"¡Fuerza de Defensa a sus posiciones! Ane-san, ¡cuidado! ¡Nfirea -san también! "
"¡Sí, sí, lo tengo! ¡No muera cualquiera de ustedes, por favor! "
"¡Claro!"
"Ahora bien, Enri, ¿de acuerdo?"
Nfirea corrió hacia Enri como su escolta. Su trabajo consistía en patrullar las casas para ver si alguien no se había dado cuenta de la emergencia.
Mientras observaban a Enri irse, los duendes de pie tomaron posiciones de batalla.
"La fuerza de defensa, a sus lugares - háganlo. El enemigo está entrando en la zona de objetivo".
No había línea directa de fuego a los monstruos en el otro lado de la pared. Disparar a un blanco invisible requeriría cierta experiencia, pero eso no era algo que cualquier aficionado pudiera hacer, el entrenamiento para ser capaz de hacer eso sería demasiado largo. Como resultado, los duendes habían decidido intentar algo más.
Ellos entrenaron a la fuerza de defensa con flechas especiales. Eso significaba aprender cuánta fuerza usar y practicar el ángulo necesario para disparar a fin de golpear con precisión un área específica. Estar entrenando eso era completamente inútil fuera de circunstancias muy específicas. Sin embargo, como el objetivo del enemigo era romper la puerta y reunirse enfrente de ella, solo con el propósito de atacar la puerta, el entrenamiento era muy eficaz.
La puerta principal tembló bajo los gritos aterradores de los monstruos, y las paredes cercanas se estremecieron también.
"¡Muy bien! ¡Los enemigos están en el área de objetivo! Que el Fuego de supresión - comience "!
"¡Comiencen!"
En respuesta al grito de Jugem, los arqueros duende en las atalayas - Shuringan y Gurindai - comenzaron a disparar. Siempre y cuando su objetivo estuviera dentro de su línea de fuego, los tiros de los duendes no se desperdiciaban. Gritos de agonía se oyeron desde el otro lado de la puerta.
La fuerza de defensa se estremeció de miedo y tensión, cuando fueron tragados por el aire que estaba lleno del terrible estruendo del campo de batalla. En medio de todo esto, Jugem gritó una vez más.
"Fuerza de Defensa - ¡esperen! ¡No levanten los arcos hasta que lo ordene! "
Se les dijo que no dispararan hasta que el enemigo llegue al lugar objetivo. Sin embargo, en el instante siguiente, cada uno de los que miraban las torres entendía por qué.
Los monstruos habían comenzado a lanzar piedras desde el otro lado de la pared. Cada una de ellas era del tamaño de una cabeza humana.
Aunque muchas se fueron por mal camino, incluso un golpe de suerte en las torres de vigilancia los hizo estremecer.
"¡Lanzadores de piedras confirmados! Los lanzadores de piedras enemigos tienen múltiples rondas por lanzar! "
"Cada uno tiene alrededor de 3 piedras, y aproximadamente 21 rocas en total - Whoa!"
Otra piedra lanzada golpeó una torre de vigilancia y la madera fue astillada.
Si ellos comenzaran a disparar, la fuerza de defensa se convertiría en objetivos también.
Era cierto que la fuerza de defensa estaba fuera de la vista del enemigo, y su exactitud sería baja. Sin embargo, si tuvieran mala suerte, un solo golpe podría matar a la gente. Incluso una roca débilmente arrojada podría lesionar gravemente a alguien.
La orden de las fuerzas de defensa de no atacar podría decirse que era una estrategia segura, porque demostró que Jugem no quería que nadie muera antes de que la batalla prolongada pudiera comenzar.
"¡No crean que no podemos golpearlos sólo porque están tirando piedras a nosotros!"
Gurindai gritó con enojo, y comenzó a disparar de nuevo, mientras que disparaba a través de la lluvia de rocas distantes. La fuerza de defensa guardo su imagen valiente en sus ojos, viendo la forma en que devolvió el fuego sin temor, sabiendo que iba a ser gravemente herido si fuera golpeado. Sin embargo, Jugem no estaba observándolo. Rápidamente observo su entorno y encontró nuevos enemigos en un instante.
"¡Kiumei! ¡Serpientes escalando en el flanco izquierdo! ¿Vas a estar bien tu solo? "
"¡No hay problemas, líder! ¡Déjamelo a mí!"
Kiumei, que había estado de pie junto a la parte trasera, espoleó a su lobo y avanzo. Delante de él estaban las serpientes gigantes que subían la pared.
"¡Quince, dieciséis! ¡Ustedes dos manténgalo un poco más! "
No había necesidad de palabras de Jugem. Ni una pizca de miedo se podía ver en las posiciones de tiro de los dos arqueros encima de la torre de vigilancia. Sin importarle si la torre se derrumbara bajo ellos, siguieron atacando a los monstruos y esquivando los ataques de piedras. En el flanco izquierdo, Kiumei parecía estar haciéndolo bien contra las serpientes.
Por último, la torre de vigilancia se inclinó y se rompió bajo la lluvia de las piedras lanzadas. Shuringan y Gurindai saltaron al suelo, rodando varias veces para dispersar el impacto de su caída.
"Fuerza de Defensa, Arqueros listos!"
En respuesta a la llamada, los arqueros prepararon sus arcos.
"¡Respiren profundo! ¡Dentro y fuera! - Preparen "!
Esta voz era como su formación, y por un momento, los arqueros de la fuerza de defensa se olvidaron de que estaban en el campo de batalla. Ignorando el sonido del crujir de las maderas, realizaron los mismos movimientos como lo hicieron durante la práctica.
"¡Disparen!"
Catorce flechas realizaron hermosos arcos a través del cielo y desaparecieron detrás de la pared, se escucharon más gritos de dolor de los monstruos.
"¡Increíble", Agu murmuró para sí mismo, pero Jugem no tenía intención de dar a nadie el tiempo para ver más.
"Segunda ola lista! - No se asusten - ¡Respiren profundo! ¡Dentro y fuera! - Preparen "!
En ese tiempo, Shuringan y Gurindai tomaron un respiro y se unieron a la ofensiva con la fuerza de defensa.
"¡Disparen!"
Una vez más, catorce flechas volaron adelante, seguidos poco después por dos más. La puerta crujió más fuerte que los gritos del enemigo que se intensificó. Las flechas habían conseguido que enloquecieran- por lo que los golpes a la puerta se hicieron más intensos.
"¡Apoyo! ¡Cambien las armas! "
La fuerza de defensa se movía como un grupo detrás de las barricadas colocadas detrás de la puerta principal. Cualquier persona que atacara se quedaba atascados en las barras sólidas y picos de obstáculo. La disposición era en forma de L, lo que llevaba a los atacantes a donde Jugem y los ogros les esperaban. Para los intrusos, atacar la puerta sería como saltar dentro de un sartén ardiendo.
"Si hay hechiceros, salgan de su línea de fuego!"
"¡Líder!"
"¿Qué te pasa, Agu?"
“Nfirea -san me dio algunos elementos alquímicos y hay pegamento dentro de ellos, ¿dónde los lanzo?"
"Va a ser absorbido por el barro?"
"Sí, pero él dijo que sólo acorta su duración efectiva."
"Si es así, entonces esperar una buena oportunidad y atasca la entrada."
Después de mostrar que entendieron, Agu y su tribu se alejaron como uno. Kiumei regresó después de derrotar a las serpientes y de inmediato se dirigió al clérigo duende para recibir curación.
Se oyó el ruido de astillas de madera, y un lado de la puerta principal cayo. Los Ogros enemigos entraron por la brecha.
"Kuku, un montón de idiotas sin cerebro."
Jugem se burló de los enemigos que entraban. Habían cometido un error fatal.
Los monstruos sólo habían entrado por un lado de las puertas. Una vez que ese lado cayó, ignoraron el otro lado y se abrieron paso, sobre todo porque tenían miedo de ser golpeado por las flechas si permanecían afuera. Sin embargo, con sólo un lado de la puerta abajo, sólo podían venir de uno a la vez, lo que significaba que un montón de enemigos estaban atrapados a través de la entrada. Además, ser atrapados en el ángulo de una emboscada en forma de L, en el que todos los defensores podrían centrar sus ataques en un pequeño número de atacantes a la vez.
"Bienvenidos a la zona de muerte. Hora de morir."
Los ogros armados en el lado del pueblo tendrían una ventaja en un enfrentamiento en contra de sus contrapartes salvajes, y las fuerzas de defensa tenían sus lanzas para ayudar. Cualquier ogro que tratara de romper las empalizadas serían tomados por la flecha de fuego, magia y objetos alquímicos de Agu. Los duendes manejaban a las bestias mágicas que atacaban en medio del caos.
La situación táctica era abrumadoramente favorable para ellos y todavía estaban los jinetes de lobos esperando en la parte trasera. Si el enemigo no tenía ningún hechicero, su victoria estaría asegurada. Sin embargo-
"-¿Qué es eso ?!" El pánico se escuchó en la voz de Jugem. "¿Eso de ahí es un troll?"
Se veía diferente de un ogro, pero era casi del mismo tamaño. Se tambaleó rígidamente hacia los defensores, emitiendo una presencia opresiva cuando llegó. En su equipo, llevaba una gran espada con un aire poco natural.
Una sustancia pegajosa fluía en medio de la hoja. Eso debía de ser alguna forma de magia.
"¿El jefe entro a la batalla? ... ¿Podría ser... el gigante de Oriente? "
Sin duda parecía de esa manera. Su fuerte cuerpo parecía que había sido entrenado hasta que era tan duro como el acero y era completamente diferente a cualquiera de los trolls que Jugem conocía. A primera vista, podía ver cómo estaba a la par con la Bestia del Sur.
Sólo un troll requeriría a todos los duendes para manejarlo. Era un enemigo de un nivel que jamás habían enfrentado antes.
"Si ese es el caso…"
Jugem pensó qué hacer.
Parecía desesperado. La mejor manera sería cubrir la huida de Enri. Si ella no quería, entonces incluso si tuvieran que forzarla-
"... No, esa no es la mejor manera. Esa es la peor manera, y nuestro último recurso".
Habiendo renunciado a ese curso de acción, Jugem habló a sus tropas duende.
"... Oi, muchachos, ahora cada uno de nosotros va a morir. Ni siquiera piensen en cosas infantiles como sobrevivir. ¡Asegúrese de que la marca de sus muertes heroicas quede en los ojos de todo el mundo! "
Los duendes respondieron con un rugido lleno de espíritu de lucha. En un instante, los enemigos y aliados por igual parecían congelarse.
"¡Aquí vamos, muchachos! ¡Vamos a mostrarles el poder de los chicos de Ane-san! "
♦ ♦ ♦
Después de dar una vuelta a la aldea, Enri confirmó que nadie se quedó atrás y dejó escapar un suspiro de alivio. Justo en ese momento, el sonido de algo de última hora llegó desde el frente. Fue seguido por gritos de batalla de ambos lados y el sonido grave y profundo la hizo estremecer.
Ese era probablemente el sonido de la puerta rompiéndose y los duendes que se unían a la batalla. Casi vomito por el estrés, pero Enri se obligó a calmarse. El sabor amargo se mantuvo en su boca, pero lo ignoró al mirar a Nfirea.
“Nfirea. Debemos dirigirnos a la puerta".
"Entendido. Pero hay que ir al punto de encuentro y calmar a todo el mundo, ¿de acuerdo? "
Las palabras de Nfirea tenían la intención de no interrumpir en el camino de los demás.
Aunque Enri había entrenado en el uso de un arco, ahora que la puerta había sido destruida, la batalla se habría cambiado a lugares cerrados. Para ser honesto, incluso si Enri fuera ahí ahora, no habría mucho que pudiera hacer.
"No puedo hacer eso. Elegí guiar a los duendes y a los habitantes del pueblo, y siempre y cuando sea capaz, tengo que hacerlo. Aunque retroceder sea correcto, no es lo que voy a hacer".
Ella tenía que estar en la primera línea y ver cómo se libraba la batalla. Después de ver la convicción en los ojos de Enri, Nfirea endureció sus facciones y asintió.
"Es verdad. Entiendo. Yo te protegeré."
La expresión seria en el rostro normalmente tranquilo de su amigo de la infancia hizo que latiera el corazón de Enri de manera extraña y maravillosa.
"¿Mm? ¿Qué pasa, Enri? Lo sé, no soy tan bueno como Gown-san, pero no voy a dejar que mueras".
"... No digas morir."
"Ah, lo siento. Eso eso…"
Cuando vio a su amigo de infancia luchar con las palabras que utilizaba, como siempre lo hacía, Enri sonrió.
"Vamos, Nfirea!"
"¡Ah, sí! ¡Cierto, no tenemos tiempo para perder hablando! "
Los dos corrieron a la puerta principal. Debido a que habían comenzado a correr desde la puerta trasera, que estaba más alejada, aunque corrieran a toda velocidad, les tomaría un tiempo llegar allí. Y sin aliento, no había manera de que pudieran empezar a luchar de inmediato. Con el fin de no dejar que la prisa los cansara, iban a una velocidad moderada.
Sin embargo, sólo corrieron durante unos segundos.
Los dos escucharon un sonido que revolvió su estómago y detuvieron sus pasos.
Mirando hacia atrás, observaron a alguien que miraba desde arriba.
Era anormalmente enorme, mucho más grande que un ser humano. No podían comprenderlo en el momento que lo vieron, pero esa era su verdadera forma. Tenía una mano en la puerta trasera, que estaba a cuatro metros de altura.
"-Eso, ¿Qué es eso? ¿Un gigante?"
"¡No lo sé! Ah- "
Las palabras de Nfirea se cortaron a media frase, y su boca se quedó abierta. Enri frenéticamente volteo para mirar lo que le había sorprendido y terminó haciendo la misma expresión.
Algo estaba subiendo lentamente la pared.
Algo que era demasiado grande como para ser un ser humano.
"Podría ser un troll?"
Cuando Nfirea oyó esas palabras, Enri se quedó mirando al monstruo que emergía.
"¿Qué es eso?"
"A pesar de que es la primera vez que he visto a uno, es exactamente cómo he oído que se ven. Si eso es realmente un troll estamos en problemas... Los trolls son oponentes que incluso los aventureros rango oro tendrían problemas. Honestamente hablando, Jugem y los otros probablemente tendrán un momento difícil”.
Enri sintió que su sangre se desvanecía cuando se enteró de algo que era más fuerte que el ser más poderoso en el pueblo.
El troll fue revelando su silueta masiva y resopló, comenzó a buscar alrededor de su entorno.
Agarrando a Enri de la mano, Nfirea la arrastró hacia las sombras de una casa cercana. Ahí, él cerró la boca y susurró directamente a su oído en un volumen casi inaudible.
"Enri, los trolls tienen narices muy sensibles. Está bien por ahora ya que estamos a favor del viento, pero es demasiado pronto para estar tranquilos. Tienes que salir de aquí... y luego reunirte con los duendes”.
Enri se acercó a Nfirea y le susurró al oído.
"No puedo, Nfirea. Si dejamos que eso vaya a la puerta principal, todo el mundo va a morir en un ataque de pinza".
"Ese podría ser el caso, pero en este momento, que puedo-"
"-Somos los únicos aquí. Eso significa que depende de nosotros detenerlo”.
Entre la brecha de su pelo, los ojos de Nfirea miraron a Enri como si hubiera visto a un loco. Admitió, que Enri se había dado cuenta de que acababa de pedir algo imposible para él y ella, pero para ser honesto, no había otra manera.
"No necesitamos ganar o derrotarlo. Sólo tenemos que retrasarlo. Nfirea, por favor préstame tu fuerza".
"-¿Cómo Vamos a retrasarlo? ¿Atraemos a ese tipo lejos aquí? Supongo que podría luchar directamente... pero dudo que pueda darle un solo golpe efectivo a él".
Las tranquilas palabras de Nfirea revelaron una determinación y calma interior. En respuesta, Enri expuso su plan.
"Tengo un plan. Para empezar, vamos a crear a algunos ogros".
Enri arrojó la pequeña pizarra que sostenía en la mesa y la dejó caer, agotada. Se dio vuelta para mirar la fuente de la risa tranquila que se escuchaba y vio a Nfirea allí con una sonrisa que decía 'tal y como pensé' en su cara.
"Has trabajado duro, Enri."
"Es taaaan duroooo ~ No soy buena usando mi cabeza..."
"Hay que aprender a leer y escribir, ya sabes."
La respuesta de Enri fue un gemido lastimero.
Como el jefe de la aldea necesitaba un nivel básico de educación, era la razón por la cual personalmente Nfirea estaba enseñándole, pero Enri sentía que su cabeza se estaba rompiendo en pedazos.
"Estas estúpidas palabras, fueron hechas para darme problemas..."
"No digas eso. Ya has aprendido a escribir tu propio nombre, ¿no es cierto? Y Nemu-chan también".
"Mm... bueno, eso es interesante... ¿pero qué puedo hacer con eso?"
"¡Ay! Estos son sólo los conceptos básicos. Mírala de esta manera, sólo haz comenzado tu aprendizaje durante cinco días, ni siquiera hemos llegado a las partes importantes".
Una expresión de "estás de broma" apareció en el rostro de Enri.
"Ahhh, no hagas una cara como esa. Una vez que aprendas lo básico, te servirá también. Por eso son tan importantes".
"Hmph."
"Te ves muy cansada. Vamos, nos detendremos aquí por hoy. "
Como si hubiera estado esperando esas palabras, Enri se levantó de su asiento.
"¡Eso es maravilloso! ¡Vamos a terminar temprano mañana también! Gracias, Nfirea! "
Nfirea sonrió levemente antes de limpiar las letras que parecían arañazos de pollo frente a la pizarra.
"Entonces será mejor que te tomes un buen descanso. Mañana vamos a empezar de nuevo, a la misma hora".
"Estoy muy feliz de que estés tomando tiempo de tus experimentos para enseñarme todo esto. Pero no sé cómo agradecerte... "
"Mm. Bueno, así es como es. Dicen que es mejor para un maestro ser odiado por sus estudiantes que ser adulado por ellos".
"¡Eso es una mentira! ¡Es una total mentira! "
"Jajajaja. Ah, estoy retrasado. Buenas noches, Enri. "
"Mm. Buenas noches. No trabajes demasiado duro cuando vuelvas y duerme temprano”.
Nfirea sonrió para mostrar que entendía, y se fue por la puerta principal. Después de ver su luz mágica flotando sobre la paja desaparecer en la distancia, Enri regresó a su casa. En la oscuridad, se sentía especialmente solitaria.
"Ah- Estoy tan cansada ..."
Enri perezosamente se quitó la ropa y se acurrucó bajo las sábanas. Había estado tan ruidoso cuando estudiaba hace un momento, pero ahora lo único que podía escuchar eran los sonidos lindos de su pequeña hermana durmiendo. Enri se calmó y cerró los ojos.
Después de que su cerebro trabajara tan duro antes, Enri estaba segura de que iba a quedarse dormida de inmediato. Así como ella esperaba, se desmayó en cuestión de segundos después de cerrar los ojos.
No sabía cuánto tiempo había dormido, pero un sonido lejano la despertó de su sueño.
Tres golpes. Una pausa, y luego tres golpes más.
Al darse cuenta de lo que significaba esa señal, Enri se obligó a abrir los ojos en la oscuridad. Habiendo despertado con una velocidad anormal y darse cuenta de que todavía estaba en su casa, ella prácticamente saltó de la cama. En el mismo momento en que su hermana adormilada despertó también.
"¿Estás bien?"
"Mm".
Su voz tenía hilos de miedo en ella, pero sonaba que ella todavía podía moverse.
"¡Prepárate ahora!"
"¡Mm!"
Encender una lámpara sería perder demasiado tiempo, por lo que Enri se preparó para huir en la oscuridad.
A medida que el sonido de las campanas realzada por el viento, Enri y Nemu se prepararon rápidamente. La suya fue una velocidad nacida no sólo de simulacros de evacuaciones repetidas, era del viejo terror que se mantuvo desde que su pueblo había sido atacado en el pasado. Y después de escuchar las palabras de Agu, tenía una idea de lo que estaba por venir.
"¡Nemu! ¡Vete al punto de encuentro! ¡Iré a cuidar de los demás! "
Sin esperar la respuesta de su hermana, Enri agarró la mano de Nemu y salió corriendo por la puerta.
La campana seguía sonando con fuerza, lo que significaba que había una situación de emergencia. Esto era sin duda una señal de que un ataque estaba viniendo.
La secuencia de entrenamiento para la evacuación se repitió innumerables veces en su corazón, y no podía abandonar por completo su deseo de huir de la realidad y de esto, pero el frío en el aire lo negó. Era el mismo frío que estaba allí cuando los soldados atacaron la aldea.
Cuando se acercaban al punto de encuentro, Enri empujó a Nemu adelante.
"¡Muy bien, vamos!"
Nemu asintió muy ligeramente en respuesta, y luego corrió hacia el lugar de reunión.
Sin embargo, como jefe de la aldea, Enri tenía que considerar lo que le pasaría a todo el pueblo.
Los malos sentimientos que tenía antes de asumir el cargo ahora fluían sin control en su corazón.
"Es como si los dioses quisieran verme sufrir."
Sin pensarlo, Enri dejó que las palabras se deslizaran fuera de su boca. Este era el peor de los casos.
Un duende corrió hacia Enri.
"¿Qué pasó? ¿Qué está pasando?"
"Encontramos monstruos en el bosque. Hay altas probabilidades de que nos ataquen".
"¡Entendido, ahora vamos!"
Con el duende a la cabeza, Enri pronto llegó a la puerta principal. Vio que las barricadas nocturnas creadas y los duendes se estaban concentrando aquí. Haciendo uso de las armas y armaduras que Enri había comprado para ellos, parecían veteranos experimentados.
A medida que se acercó, podía oler el hedor en el aire, lo que dio un indicio a Enri de que había ogros presentes. Los ogros se aferraron a sus nuevos equipos, que parecían puntiagudos y amenazantes.
Junto con Enri, estaba Nfirea jadeando y los miembros de la fuerza de autodefensa dirigido por Brita se reunieron en la puerta principal. Agu y algunos de sus compañeros duendes, los que se habían recuperado lo suficiente de su terrible experiencia, estaban de pie con ellos también.
"¿Esta todo el mundo? ¿La Señora Lizzie? ¿Pasa algo con ella? "
La abuela de Nfirea, Lizzie era una hechicera notable en su propio derecho. No habría estado de más que ella formara parte en la defensa del pueblo.
"No, Obaa-chan no va a venir aquí. Ella está en el punto de encuentro. Ese lugar es importante también".
Los aldeanos asintieron al oír las palabras de Nfirea. Como los miembros de sus familias habían huido al punto de encuentro, tenían que mantenerlo seguro también.
"Todos aquellos que no pueden usar arcos ya están allí. Como ustedes son fuertes, ¿sería correcto que uno de ustedes fuera allá? "
"No podemos hacer eso."
Jugem negó rotundamente la petición de Brita.
Él no había hecho esto por malicia hacia los habitantes del pueblo con los que él había vivido y trabajado. La tensión en aumento hizo que Enri tragara por la garganta, mientras Jugem explicaba la situación.
"Hay un montón de monstruos. Y hay otros, además de ogros. Dividirnos sería muy peligroso”.
"¿Tienes una idea clara de sus números?"
"Brita-san, el enemigo estaba al acecho en el bosque. No hay manera de juzgar con exactitud su número. Sin embargo, nos las arreglamos para conseguir una estimación... siete ogros, varias serpientes gigantes, varios huargos, varios cosas que pensamos que podrían ser barghests y después algo grande detrás de ellos”.
"¿Huargos, serpientes y ogros gigantes? ¿Hay un druida detrás de ellos? "
Huargos eran monstruos que parecían lobos, pero más grandes. Ellos eran más inteligentes que los lobos y una mala noticia si los encontrabas en el bosque.
"Es muy probable. Las cosas van a ser muy malas si tienen a un hechicero de su lado. Probablemente podamos asumir que también tienen atacantes a distancia. Así que sería mejor reunir todo nuestro poder de combate aquí, ¿verdad? ¿Debo llamar a Obaa-chan de nuevo? "
"Eso... es difícil de decir, Ane-san. El punto de encuentro es uno de los edificios más fuertes de la aldea. Si algo le pasa, va a ser la línea defensiva final o en otras palabras, la fortaleza de la aldea. No podemos dejar sin protección ese lugar”.
"...¿Así que vamos a estar yendo hacia atrás mientras luchamos, entonces? ¿A dónde debo ir?"
"Brita-san va a dirigir la fuerza de defensa. Espero que puedas transmitir mis órdenes a ellos para que puedan entender. A continuación, actuaremos como la situación lo requiera".
"¿Así que vamos a utilizar la segunda estrategia contra los invasores? Después de atacar con flechas, usaremos barricadas para mantenerlos a raya mientras apuñalamos con las lanzas. No importa que tan inexperta sea nuestra gente, una vez que estén tan cerca".
"Ah, entonces te lo encargo. Sin embargo, los huargos y barghests son muy ágiles, y si los dejan solos, van a causar mucho daño. Además, cuando su druida aparezca, ¿Te importaría tener a la fuerza de defensa en la línea trasera? "
"No me opongo a eso, pero vas a tener suficiente gente en el frente sin nosotros?"
"... Si tenemos suerte, vamos a ser suficientes."
"Si es así... como yo pensaba, será mejor decirle a todos aquí que estén listos para morir. Por lo menos, si estamos en la parte de atrás no vamos a ser atacados, así nos podemos concentrar en atacar al druida. Usted sabe, yo he sido una aventurera, pero esta es la primera vez que he visto a estos aldeanos valientes... al menos, pensé mucho cuando los vi entrenar con los arcos. "
"En el pasado, la aldea fue atacada... y odiaba lo inútiles que éramos."
Enri, que había guardado silencio hasta ahora, la interrumpió con los sentimientos de todos los miembros de las fuerzas de defensa.
Sorprendentemente, no había nadie aquí que quisiera huir. No había manera de alejarse de esta lucha, no hay manera de no proteger a su pueblo y a sus seres queridos que se esconden detrás de ellos.
"Hablando de eso, una fuerza tan grande debe haber tenido algo de tiempo para avanzar. ¿Significa esto que han sido enviados por el gigante del Este o la Serpiente de Occidente? "
"Eso no es imposible."
Jugem suavemente confirmó las sospechas de Brita.
Si ese fuera el caso, significaría que Agu había atraído a los monstruos aquí. Por eso Jugem había bajado la voz, por lo que la fuerza de defensa no podría escucharlo a él y dirigir su agresión a Agu.
La existencia de monstruos como el Gigante de Oriente, la Serpiente de Occidente y su enemigo mutuo, la Bestia del Sur, ya se había dado a conocer entre los aldeanos.
Aunque la Bestia había sido domada por el Héroe Oscuro, su poderosa forma y presencia habían sido grabadas de forma indeleble en los corazones de los aldeanos. El miedo era la respuesta adecuada a la idea de la luchar contra algo en el mismo nivel que él.
"Entonces, ¿qué tipo de magia utiliza la Serpiente de Occidente? Maldita sea, es una molestia ".
Jugem asintió al murmullo de Brita.
"Por lo general, monstruos con hechizos innatos no tendrán más de diez de ellos, pero si pueden practicar y aprender la magia van a tener acceso a muchos más, lo que las hace problemáticas. Si ellos saben que la magia es un obstáculo para ellos... "
"Está bien si es Nfirea o los duendes, pero los usuarios de magia son unos bastardos engañosos."
Enri lo dijo con tristeza, dibujando sonrisas tristes en los aldeanos.
"... Pero no le digas a Gown-sama que dije eso, ¿de acuerdo?"
Ese sentimiento volvió esas sonrisas en risas.
Eso debería romper la tensión, pensó Enri. Aunque sería malo si estaban demasiado relajados, estar demasiado tensos también evita que la lucha sea eficiente. Ahora, el estado de ánimo parecía el correcto.
Jugem miró por suerte a Enri. Parecía que él entendía por qué ella había dicho lo que ella había dicho.
"No te preocupes. Sólo quédate atrás y dispara. Nos encargaremos de la parte frontal”.
Los duendes habían entrenado a la fuerza de defensa precisamente para este papel.
Un pequeño pueblo estaría en apuros si quería reunir armas y armaduras, y simplemente no eran suficientes para armar a las fuerzas de defensa. Y al final, todavía eran aldeanos. Puede ser que tengan brazos fuertes para trabajar los campos, pero eso no se tradujo en habilidades con la espada. Cualquiera que pudiera entrenarse como un guerrero y pueda derrotar a los monstruos en su tiempo libre entre sus tareas sería nada menos que un genio.
Con esos puntos en mente, los duendes se dieron cuenta que no podían convertir la fuerza de defensa en fuerza de avanzada. En su lugar, decidieron enseñarles tiro con arco para convertirse en la retaguardia.
Aunque su técnica había mejorado y podían alcanzar sus objetivos, sus arcos no tenían mucho poder de penetración, por lo que era difícil dar un golpe directo sobre los monstruos de piel gruesa. Sin embargo, si tenían suerte y disparaban al unísono, había una posibilidad de que pudieran golpear un punto vulnerable.
"¡Muy bien, al igual que entrenamos, el objetivo está al otro lado de la puerta, disparen en línea! Agu, tu tarea es mantener la puerta principal. Se dividirán y atacaran con lanzas. Obedece las ordenes de Brita-san como si fueran de Ane-san y escúchala".
"Ohhh! ¡Déjamelo a mí!"
"Ese es el espíritu. Ahora, escuchen. Te prohíbo correr. Lucha hasta la muerte".
"¡Claro! ¡Definitivamente, voy a devolver la amabilidad que mostró por salvarme! ¡De hecho ¿por qué no me pones en la primera línea con los ogros? "
"¡Estúpido niño! Si te dejo hacer eso, acabaras matándote. ¡Puedes decir eso una vez que te hagas más fuerte! "
Después de haber sido regañado por Jugem, el rostro de Agu se llenó de pesar y algunos de los miembros de las fuerzas de defensa fueron a consolarlo.
Enri suspiro de alivio al ver esto. Por un lado, los aldeanos no lo veían como el que había traído a los monstruos. Por otro, era una prueba de que Agu fue aceptado por los habitantes del pueblo.
Ellos fueron los últimos en ser forasteros en el pueblo. Aunque no eran rechazados o maltratados, todavía había una distancia entre ellos. Sin embargo, como se veían las cosas, esa brecha se desvanecería si ganaban hoy. Era irónico que el campo de batalla era el mejor lugar para construir lazos de camaradería.
Y era porque sentía esta brecha que Agu luchaba con tanta fuerza. Su objetivo era contribuir a la aldea y elevar el prestigio de sí mismo y de su pueblo. En la sociedad humana, el respeto se gana derramando sangre por ellos. Agu y su gente querían el bienestar de su pueblo en su mente, por lo que su pasión era natural.
“Nfirea, tengo algo que pedirte."
Enri estaba junto a Nfirea, y le susurró al oído.
"Oh, no, avanzar un poco - ah. Mm. Lo tengo. Entonces - Agu, tengo algo que confiarte a ti. Toma estos elementos alquímicos y úsalos bien".
Nfirea abrió su mochila. Dentro había muchas botellas y papeles.
"Usar estos y lanzarlos contra el enemigo. Te perderás si estás demasiado lejos, así que trata de utilizarlos en un rango medio. ¿Estás listo?"
"¡Déjamelo a mí! ¡Mírame cumplir mi misión perfectamente! "
Agu aceptó la mochila, y ya que estaban esperando, uno de los duendes les gritó.
"¡Están en movimiento! ¡Se dirigen hacia aquí! "
Si uno se pusiera a escuchar, podría oír los sonidos de los monstruos rasgar la noche.
"¡Fuerza de Defensa a sus posiciones! Ane-san, ¡cuidado! ¡Nfirea -san también! "
"¡Sí, sí, lo tengo! ¡No muera cualquiera de ustedes, por favor! "
"¡Claro!"
"Ahora bien, Enri, ¿de acuerdo?"
Nfirea corrió hacia Enri como su escolta. Su trabajo consistía en patrullar las casas para ver si alguien no se había dado cuenta de la emergencia.
Mientras observaban a Enri irse, los duendes de pie tomaron posiciones de batalla.
"La fuerza de defensa, a sus lugares - háganlo. El enemigo está entrando en la zona de objetivo".
No había línea directa de fuego a los monstruos en el otro lado de la pared. Disparar a un blanco invisible requeriría cierta experiencia, pero eso no era algo que cualquier aficionado pudiera hacer, el entrenamiento para ser capaz de hacer eso sería demasiado largo. Como resultado, los duendes habían decidido intentar algo más.
Ellos entrenaron a la fuerza de defensa con flechas especiales. Eso significaba aprender cuánta fuerza usar y practicar el ángulo necesario para disparar a fin de golpear con precisión un área específica. Estar entrenando eso era completamente inútil fuera de circunstancias muy específicas. Sin embargo, como el objetivo del enemigo era romper la puerta y reunirse enfrente de ella, solo con el propósito de atacar la puerta, el entrenamiento era muy eficaz.
La puerta principal tembló bajo los gritos aterradores de los monstruos, y las paredes cercanas se estremecieron también.
"¡Muy bien! ¡Los enemigos están en el área de objetivo! Que el Fuego de supresión - comience "!
"¡Comiencen!"
En respuesta al grito de Jugem, los arqueros duende en las atalayas - Shuringan y Gurindai - comenzaron a disparar. Siempre y cuando su objetivo estuviera dentro de su línea de fuego, los tiros de los duendes no se desperdiciaban. Gritos de agonía se oyeron desde el otro lado de la puerta.
La fuerza de defensa se estremeció de miedo y tensión, cuando fueron tragados por el aire que estaba lleno del terrible estruendo del campo de batalla. En medio de todo esto, Jugem gritó una vez más.
"Fuerza de Defensa - ¡esperen! ¡No levanten los arcos hasta que lo ordene! "
Se les dijo que no dispararan hasta que el enemigo llegue al lugar objetivo. Sin embargo, en el instante siguiente, cada uno de los que miraban las torres entendía por qué.
Los monstruos habían comenzado a lanzar piedras desde el otro lado de la pared. Cada una de ellas era del tamaño de una cabeza humana.
Aunque muchas se fueron por mal camino, incluso un golpe de suerte en las torres de vigilancia los hizo estremecer.
"¡Lanzadores de piedras confirmados! Los lanzadores de piedras enemigos tienen múltiples rondas por lanzar! "
"Cada uno tiene alrededor de 3 piedras, y aproximadamente 21 rocas en total - Whoa!"
Otra piedra lanzada golpeó una torre de vigilancia y la madera fue astillada.
Si ellos comenzaran a disparar, la fuerza de defensa se convertiría en objetivos también.
Era cierto que la fuerza de defensa estaba fuera de la vista del enemigo, y su exactitud sería baja. Sin embargo, si tuvieran mala suerte, un solo golpe podría matar a la gente. Incluso una roca débilmente arrojada podría lesionar gravemente a alguien.
La orden de las fuerzas de defensa de no atacar podría decirse que era una estrategia segura, porque demostró que Jugem no quería que nadie muera antes de que la batalla prolongada pudiera comenzar.
"¡No crean que no podemos golpearlos sólo porque están tirando piedras a nosotros!"
Gurindai gritó con enojo, y comenzó a disparar de nuevo, mientras que disparaba a través de la lluvia de rocas distantes. La fuerza de defensa guardo su imagen valiente en sus ojos, viendo la forma en que devolvió el fuego sin temor, sabiendo que iba a ser gravemente herido si fuera golpeado. Sin embargo, Jugem no estaba observándolo. Rápidamente observo su entorno y encontró nuevos enemigos en un instante.
"¡Kiumei! ¡Serpientes escalando en el flanco izquierdo! ¿Vas a estar bien tu solo? "
"¡No hay problemas, líder! ¡Déjamelo a mí!"
Kiumei, que había estado de pie junto a la parte trasera, espoleó a su lobo y avanzo. Delante de él estaban las serpientes gigantes que subían la pared.
"¡Quince, dieciséis! ¡Ustedes dos manténgalo un poco más! "
No había necesidad de palabras de Jugem. Ni una pizca de miedo se podía ver en las posiciones de tiro de los dos arqueros encima de la torre de vigilancia. Sin importarle si la torre se derrumbara bajo ellos, siguieron atacando a los monstruos y esquivando los ataques de piedras. En el flanco izquierdo, Kiumei parecía estar haciéndolo bien contra las serpientes.
Por último, la torre de vigilancia se inclinó y se rompió bajo la lluvia de las piedras lanzadas. Shuringan y Gurindai saltaron al suelo, rodando varias veces para dispersar el impacto de su caída.
"Fuerza de Defensa, Arqueros listos!"
En respuesta a la llamada, los arqueros prepararon sus arcos.
"¡Respiren profundo! ¡Dentro y fuera! - Preparen "!
Esta voz era como su formación, y por un momento, los arqueros de la fuerza de defensa se olvidaron de que estaban en el campo de batalla. Ignorando el sonido del crujir de las maderas, realizaron los mismos movimientos como lo hicieron durante la práctica.
"¡Disparen!"
Catorce flechas realizaron hermosos arcos a través del cielo y desaparecieron detrás de la pared, se escucharon más gritos de dolor de los monstruos.
"¡Increíble", Agu murmuró para sí mismo, pero Jugem no tenía intención de dar a nadie el tiempo para ver más.
"Segunda ola lista! - No se asusten - ¡Respiren profundo! ¡Dentro y fuera! - Preparen "!
En ese tiempo, Shuringan y Gurindai tomaron un respiro y se unieron a la ofensiva con la fuerza de defensa.
"¡Disparen!"
Una vez más, catorce flechas volaron adelante, seguidos poco después por dos más. La puerta crujió más fuerte que los gritos del enemigo que se intensificó. Las flechas habían conseguido que enloquecieran- por lo que los golpes a la puerta se hicieron más intensos.
"¡Apoyo! ¡Cambien las armas! "
La fuerza de defensa se movía como un grupo detrás de las barricadas colocadas detrás de la puerta principal. Cualquier persona que atacara se quedaba atascados en las barras sólidas y picos de obstáculo. La disposición era en forma de L, lo que llevaba a los atacantes a donde Jugem y los ogros les esperaban. Para los intrusos, atacar la puerta sería como saltar dentro de un sartén ardiendo.
"Si hay hechiceros, salgan de su línea de fuego!"
"¡Líder!"
"¿Qué te pasa, Agu?"
“Nfirea -san me dio algunos elementos alquímicos y hay pegamento dentro de ellos, ¿dónde los lanzo?"
"Va a ser absorbido por el barro?"
"Sí, pero él dijo que sólo acorta su duración efectiva."
"Si es así, entonces esperar una buena oportunidad y atasca la entrada."
Después de mostrar que entendieron, Agu y su tribu se alejaron como uno. Kiumei regresó después de derrotar a las serpientes y de inmediato se dirigió al clérigo duende para recibir curación.
Se oyó el ruido de astillas de madera, y un lado de la puerta principal cayo. Los Ogros enemigos entraron por la brecha.
"Kuku, un montón de idiotas sin cerebro."
Jugem se burló de los enemigos que entraban. Habían cometido un error fatal.
Los monstruos sólo habían entrado por un lado de las puertas. Una vez que ese lado cayó, ignoraron el otro lado y se abrieron paso, sobre todo porque tenían miedo de ser golpeado por las flechas si permanecían afuera. Sin embargo, con sólo un lado de la puerta abajo, sólo podían venir de uno a la vez, lo que significaba que un montón de enemigos estaban atrapados a través de la entrada. Además, ser atrapados en el ángulo de una emboscada en forma de L, en el que todos los defensores podrían centrar sus ataques en un pequeño número de atacantes a la vez.
"Bienvenidos a la zona de muerte. Hora de morir."
Los ogros armados en el lado del pueblo tendrían una ventaja en un enfrentamiento en contra de sus contrapartes salvajes, y las fuerzas de defensa tenían sus lanzas para ayudar. Cualquier ogro que tratara de romper las empalizadas serían tomados por la flecha de fuego, magia y objetos alquímicos de Agu. Los duendes manejaban a las bestias mágicas que atacaban en medio del caos.
La situación táctica era abrumadoramente favorable para ellos y todavía estaban los jinetes de lobos esperando en la parte trasera. Si el enemigo no tenía ningún hechicero, su victoria estaría asegurada. Sin embargo-
"-¿Qué es eso ?!" El pánico se escuchó en la voz de Jugem. "¿Eso de ahí es un troll?"
Se veía diferente de un ogro, pero era casi del mismo tamaño. Se tambaleó rígidamente hacia los defensores, emitiendo una presencia opresiva cuando llegó. En su equipo, llevaba una gran espada con un aire poco natural.
Una sustancia pegajosa fluía en medio de la hoja. Eso debía de ser alguna forma de magia.
"¿El jefe entro a la batalla? ... ¿Podría ser... el gigante de Oriente? "
Sin duda parecía de esa manera. Su fuerte cuerpo parecía que había sido entrenado hasta que era tan duro como el acero y era completamente diferente a cualquiera de los trolls que Jugem conocía. A primera vista, podía ver cómo estaba a la par con la Bestia del Sur.
Sólo un troll requeriría a todos los duendes para manejarlo. Era un enemigo de un nivel que jamás habían enfrentado antes.
"Si ese es el caso…"
Jugem pensó qué hacer.
Parecía desesperado. La mejor manera sería cubrir la huida de Enri. Si ella no quería, entonces incluso si tuvieran que forzarla-
"... No, esa no es la mejor manera. Esa es la peor manera, y nuestro último recurso".
Habiendo renunciado a ese curso de acción, Jugem habló a sus tropas duende.
"... Oi, muchachos, ahora cada uno de nosotros va a morir. Ni siquiera piensen en cosas infantiles como sobrevivir. ¡Asegúrese de que la marca de sus muertes heroicas quede en los ojos de todo el mundo! "
Los duendes respondieron con un rugido lleno de espíritu de lucha. En un instante, los enemigos y aliados por igual parecían congelarse.
"¡Aquí vamos, muchachos! ¡Vamos a mostrarles el poder de los chicos de Ane-san! "
♦ ♦ ♦
Después de dar una vuelta a la aldea, Enri confirmó que nadie se quedó atrás y dejó escapar un suspiro de alivio. Justo en ese momento, el sonido de algo de última hora llegó desde el frente. Fue seguido por gritos de batalla de ambos lados y el sonido grave y profundo la hizo estremecer.
Ese era probablemente el sonido de la puerta rompiéndose y los duendes que se unían a la batalla. Casi vomito por el estrés, pero Enri se obligó a calmarse. El sabor amargo se mantuvo en su boca, pero lo ignoró al mirar a Nfirea.
“Nfirea. Debemos dirigirnos a la puerta".
"Entendido. Pero hay que ir al punto de encuentro y calmar a todo el mundo, ¿de acuerdo? "
Las palabras de Nfirea tenían la intención de no interrumpir en el camino de los demás.
Aunque Enri había entrenado en el uso de un arco, ahora que la puerta había sido destruida, la batalla se habría cambiado a lugares cerrados. Para ser honesto, incluso si Enri fuera ahí ahora, no habría mucho que pudiera hacer.
"No puedo hacer eso. Elegí guiar a los duendes y a los habitantes del pueblo, y siempre y cuando sea capaz, tengo que hacerlo. Aunque retroceder sea correcto, no es lo que voy a hacer".
Ella tenía que estar en la primera línea y ver cómo se libraba la batalla. Después de ver la convicción en los ojos de Enri, Nfirea endureció sus facciones y asintió.
"Es verdad. Entiendo. Yo te protegeré."
La expresión seria en el rostro normalmente tranquilo de su amigo de la infancia hizo que latiera el corazón de Enri de manera extraña y maravillosa.
"¿Mm? ¿Qué pasa, Enri? Lo sé, no soy tan bueno como Gown-san, pero no voy a dejar que mueras".
"... No digas morir."
"Ah, lo siento. Eso eso…"
Cuando vio a su amigo de infancia luchar con las palabras que utilizaba, como siempre lo hacía, Enri sonrió.
"Vamos, Nfirea!"
"¡Ah, sí! ¡Cierto, no tenemos tiempo para perder hablando! "
Los dos corrieron a la puerta principal. Debido a que habían comenzado a correr desde la puerta trasera, que estaba más alejada, aunque corrieran a toda velocidad, les tomaría un tiempo llegar allí. Y sin aliento, no había manera de que pudieran empezar a luchar de inmediato. Con el fin de no dejar que la prisa los cansara, iban a una velocidad moderada.
Sin embargo, sólo corrieron durante unos segundos.
Los dos escucharon un sonido que revolvió su estómago y detuvieron sus pasos.
Mirando hacia atrás, observaron a alguien que miraba desde arriba.
Era anormalmente enorme, mucho más grande que un ser humano. No podían comprenderlo en el momento que lo vieron, pero esa era su verdadera forma. Tenía una mano en la puerta trasera, que estaba a cuatro metros de altura.
"-Eso, ¿Qué es eso? ¿Un gigante?"
"¡No lo sé! Ah- "
Las palabras de Nfirea se cortaron a media frase, y su boca se quedó abierta. Enri frenéticamente volteo para mirar lo que le había sorprendido y terminó haciendo la misma expresión.
Algo estaba subiendo lentamente la pared.
Algo que era demasiado grande como para ser un ser humano.
"Podría ser un troll?"
Cuando Nfirea oyó esas palabras, Enri se quedó mirando al monstruo que emergía.
"¿Qué es eso?"
"A pesar de que es la primera vez que he visto a uno, es exactamente cómo he oído que se ven. Si eso es realmente un troll estamos en problemas... Los trolls son oponentes que incluso los aventureros rango oro tendrían problemas. Honestamente hablando, Jugem y los otros probablemente tendrán un momento difícil”.
Enri sintió que su sangre se desvanecía cuando se enteró de algo que era más fuerte que el ser más poderoso en el pueblo.
El troll fue revelando su silueta masiva y resopló, comenzó a buscar alrededor de su entorno.
Agarrando a Enri de la mano, Nfirea la arrastró hacia las sombras de una casa cercana. Ahí, él cerró la boca y susurró directamente a su oído en un volumen casi inaudible.
"Enri, los trolls tienen narices muy sensibles. Está bien por ahora ya que estamos a favor del viento, pero es demasiado pronto para estar tranquilos. Tienes que salir de aquí... y luego reunirte con los duendes”.
Enri se acercó a Nfirea y le susurró al oído.
"No puedo, Nfirea. Si dejamos que eso vaya a la puerta principal, todo el mundo va a morir en un ataque de pinza".
"Ese podría ser el caso, pero en este momento, que puedo-"
"-Somos los únicos aquí. Eso significa que depende de nosotros detenerlo”.
Entre la brecha de su pelo, los ojos de Nfirea miraron a Enri como si hubiera visto a un loco. Admitió, que Enri se había dado cuenta de que acababa de pedir algo imposible para él y ella, pero para ser honesto, no había otra manera.
"No necesitamos ganar o derrotarlo. Sólo tenemos que retrasarlo. Nfirea, por favor préstame tu fuerza".
"-¿Cómo Vamos a retrasarlo? ¿Atraemos a ese tipo lejos aquí? Supongo que podría luchar directamente... pero dudo que pueda darle un solo golpe efectivo a él".
Las tranquilas palabras de Nfirea revelaron una determinación y calma interior. En respuesta, Enri expuso su plan.
"Tengo un plan. Para empezar, vamos a crear a algunos ogros".
gracias por la traducción, esta muy interesante.............
ResponderBorrargracias por la traducción, esta muy interesante.............
ResponderBorrarGracias por la traduccion, se puso buena la cosa, Go Enri despues de la lucha tu glorioso reino comenzara. =D no mueras... =(
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