sábado, 4 de mayo de 2019

La princesa vampiro del pais perdido - prologo

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Traductor: Erb, Asbeltrion
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La princesa vampiro del pais perdido
Prologo



Mientras se sentaba en el trono, Momonga ignoró la ligera satisfacción y la redoblada vergüenza que sintió por un instante y miró alrededor de la habitación,  donde vio a Sebas y las criadas de pie e inmóviles en la esquina. La rigidez con la que estaban de píe le hacían sentir un poco solitario.

Recordó que había un comando para esto. Momonga recordó el comando que había visto antes, y luego extendió la mano antes de agitarla suavemente de arriba hacia abajo.

—De rodillas.

Albedo, Sebas y las seis criadas (Pléyades), todos cayeron de rodillas ante él de la forma en la que los súbditos se postrarían ante su señor.

Eso estuvo bien.

Momonga levantó su mano izquierda, y miró su reloj.

23:55:48, 49, 50, …

Debería estar justo a tiempo.

En este momento, los Administradores del Juego probablemente se encontraban transmitiendo sin parar y otros estaban fuera disparando fuegos artificiales. Sin embargo, Momonga, que había bloqueado todas estas cosas,  no sabía de ellos.

Momonga apoyó la espalda contra el trono, y, lentamente, levantó la cabeza hacia el techo.

Él había construido Nazarick, una de las mazmorras más difíciles del juego, con sus amigos. Por esa razón, Momonga había pensado que un grupo de jugadores podría pensar en desafiarlos en el último día del juego

Momonga esperó. En su posición de Líder de Gremio, daría la bienvenida a cualquier retador.

Aunque había enviado mensajes a los antiguos miembros, las personas que finalmente vinieron se podían contar con los dedos de una mano.

Momonga esperó. En su posición de Líder de Gremio, daría la bienvenida a cualquiera de sus amigos que regresara.

—Una reliquia del pasado, ¿eh? —Pensó Momonga.

Aunque actualmente su gremio no era más que un cascaron vacío, ser miembro le había traído momentos agradables en el pasado.

Movió los ojos para contar las gigantescas banderas que colgaban del techo. Había 41 en total, el mismo número de miembros que había en el gremio, y cada bandera tenía los símbolos únicos de los miembros. Momonga señaló a uno de ellos con un dedo esquelético y blanquecino, y permitió que despertaran las memorias en su mente… pero, su mano se detuvo en mitad de la acción.

«…¡Ahora no es el momento para este tipo de cosas!»

Momonga pensó sobre cierto plan qua había preparado para hoy. Un plan para un glorioso final: Para celebrar con sus amigos que habían venido en el último día de operaciones, para hacer algo grande con ellos justo en el mismo final, Momonga había ido a un distrito de compras que casi nunca visitaba, y compró grandes cantidades de objetos, con el objetivo de usarlos para realizar un evento.

Sin embargo, aunque varios de sus amigos vinieron hasta el gremio, lamentablemente ninguno de ellos se quedó hasta el final.

Esos amigos que vinieron en particular… por supuesto, pusieron sus vidas reales primero. Del mismo modo que Momonga había visto a muchos de sus amigos dejar el gremio por la misma razón, era una conclusión que él hubiera podido anticipar.

Aun así, Momonga seguía sintiéndose terriblemente solo, y terriblemente frustrado al mismo tiempo.

Era debido a que estas dos emociones llenaban su corazón que se había olvidado por completo de su intención original de tomar parte de un evento con sus amigos. No, tal vez se debió a que no quería recordarlo.

Tal vez pudo haber otro final, es decir, olvidar el evento, y quedarse sentado en el trono hasta el final. Sin embargo, ahora ya lo había recordado.

En ese caso… De pronto Momonga se puso de pie.

«¡Tengo que ir! ¡No importa si sólo soy yo! ¡Tengo que darle a toda esta cosa un final glorioso, incluso si sólo estoy yo! »

No había más tiempo.

Momonga soltó el Báculo de Ainz Ooal Gown que había estado sosteniendo firmemente, y de inmediato canalizó el poder en el anillo de su dedo anular derecho, el anillo de Ainz Ooal Gown.

Mientras operaba el anillo de Ainz Ooal Gown, apareció una lista de destinos de teletransportación.

Sin embargo, el primero era su propio cuarto. ¿Por qué demonios estaba configurado para ir a un lugar como ése? Momonga se quejó de algo que normalmente nunca le hubiera molestado, y se desplazó entre las opciones de selección.

—¡Lo tengo! —Momonga no pudo evitar gritar de alegría.

Luego de encontrar el destino de teletransportación más cercano a la superficie, Momonga estaba a punto de seleccionarlo cuando dudó por un momento.

Los ojos de Momonga se posaron sobre el Báculo de Ainz Ooal Gown. Siendo un Arma de Gremio, su destrucción significaba la destrucción del gremio. Desde este punto de vista, dejarla era la decisión más segura que podía tomar. Sin embargo, ¿acaso Momonga no había tenido cierto pensamiento más temprano antes de tomar el báculo?

«Es cierto, acompáñame, ya que eres la prueba de que el gremio de Ainz Ooal Gown existió alguna vez.»

Momonga agarró el báculo con fuerza y activó el poder el anillo. La Teletransportación sucedió en un instante, y se vio transportado a una habitación enorme.

Había dos filas de féretros delgados de piedra usados para dar sepultura a cadáveres a cada lado de él, aunque ahora estaban desocupados. El piso estaba hecho de piedra caliza pulida. Atrás se encontraba un tramo de escaleras que daban hacia abajo, y al pie, un par de puertas dobles, puertas que llevaban al primer piso de la Gran Tumba Subterránea de Nazarick. Éste era el lugar más cercano a la superficie al que el poder de teletransportación del anillo podía traerlo.

El nombre  del lugar que se mostraba  indicaba que éste era el Mausoleo Central de la Gran Tumba Subterránea de Nazarick.

—¡Tengo que apurarme! —Gritó Momonga para sí mismo.

Miró el reloj en su mano izquierda, la hora era…

23:58:03

… No quedaba mucho tiempo.

Era como si el timbre del tren hubiera sonado, y la puerta del tren estuviera soplando aire en preparación para cerrarse.

Momonga usó Volar, como si fuese un asalariado corriendo hacia las estrellas.

A pesar del pánico, Momonga no se equivocó en absoluto en sus movimientos mientras se desplazaba por la consola y seleccionaba el hechizo de vuelo.

Cada hechizo tenía su lugar en la consola de hechicería.

Si él no supiera estas cosas, si cometiera algún error cuando necesitara lanzar hechizos, eso afectaría actividades tales como el combate. Es por eso que Momonga había pasado más de un año memorizando cada una de las posiciones de la consola. Aunque este esfuerzo dejaba estupefactos  a sus otros compañeros de equipo, de todas maneras Momonga no había logrado ganarle a Touch Me ni siguiera una vez a pesar de su gran esfuerzo.  Aun así, Momonga sentía que su buen record de PVP (Jugador vs Jugador) se debía a su diligencia práctica, y eso probablemente era cierto.

Momonga voló con todas sus fuerzas hacia el gran pantano que rodeaba la Gran Tumba Subterránea de Nazarick.

El control de la postura durante el vuelo era sorprendentemente difícil. Alguna vez había oído a alguien decir que era como jugar a un juego de cazas. Sin embargo, si lo único que hacía era volar en línea recta, entonces bastaban los movimientos simples. O mejor dicho, no era necesario controlar nada. Todo lo que tenía que hacer era no tocar la interface de control.

Una vez que dejara la porción de superficie de Nazarick —en otras palabras, el cementerio— detrás de él, se encontraría en las nieblas de la región pantanosa.

Por entre la niebla aparecieron las siluetas de monstruos, pero en este momento, todos los “mobs” habían sido desactivados, así que no atacarían en tanto él no los atacara primero.

El cambio a modo inactivo había sido implementado aproximadamente una semana atrás. Eso, combinado con la frecuencia de las actividades  de excursionismo* llevaron a muchos nuevos descubrimientos.
(*Se refiere a que van por ahí mirando cosas, si se les ocurre algo mejor me avisan, puede ser una frase no necesariamente una sola palabra)

Incluso Momonga no pudo evitar contener un suspiro de entusiasmo cuando vio los videos de esos descubrimientos.  Y en cuanto a los que no obtuvieron tal reacción de él, en su lugar obtuvieron maldiciones en su mente: ¿Cómo demonios alguien va a saber sobre esto? ¿Los desarrolladores son estúpidos?

«Pensé que alguien trataría de invadirnos con propósitos de excursionismo. Después de todo, podrían pasar a través del Pantano Grenbera sin gastar recursos. »

Pero nadie había venido.

Valía la pena celebrarlo, por supuesto, pero al mismo tiempo le hacía sentir solitario. Como si hubiese sido completamente olvidado por el mundo. Era algo así.

Momonga entrecerró los ojos, aunque su expresión no cambió. Había llegado a su destino, una isla flotante en el pantano. Era una inusual isla pequeña. No era muy grande, pero estaba cubierta de muchos objetos de forma cilíndrica, suficientes como para llenar toda su superficie.

Momonga sacó un objeto parecido a un palo con un botón de su dimensión de bolsillo,  y lo sostuvo en la mano que no sostenía el Arma del Gremio.

—¡Aquí voy!

Mientras gritaba esas palabras con un tono de voz fuerte que normalmente nunca usaría, Momonga presionó con fuerza sobre el botón. En ese momento, los cilindros, que  estaban tan cercanos el uno al otro que casi no había espacio entre ellos, dispararon bolas de luz arriba a los cielos. Éstas también estaban muy cerca, así que se veían como una bola gigante de luz.

Eran fuegos artificiales vendidos por los desarrolles de Yggdrasil, o tal vez por el equipo de operaciones, a bajo precio.

Momonga había comprado alrededor de diez mil fuegos artificiales y los había colocado en esta isla. Sin embargo, no había utilizado todos porque se había aburrido a mitad de la tarea. En este momento, Momonga probablemente tenía por lo menos un cuarto de esos fuegos artificiales en su inventario.

—…Mañana necesito despertarme a las 4, eh.

Momonga observaba el decreciente resplandor en el cielo, murmurando perezosamente mientras miraba las esferas de luz elevándose lentamente en el cielo. Originalmente hubiese querido disfrutar esta escena con los amigos que hubiesen venido a celebrar el último día del juego con él. Sin embargo, ahora no había nadie a su lado.

Y entonces, una explosión gigantesca estalló en el firmamento. La luz se sobrepuso con más luz; ya no era una demostración de fuegos artificiales, sino algo más que casi era como el hechizo de supernivel Caída.

Las luces brillantes envolvieron a Momonga mientras volaba.

«Ah…»

Momonga no sabía cómo se sentiría cuando se apagasen los servidores de un DMMO. Esto debido a que Momonga, no, a que Satoru Suzuki no había jugado ningún otro juego más que Yggdrasil. Sin embargo, estaba seguro de que no terminaría de manera esperanzadora. Estaba seguro de que sería como un repentino corte de hilos y de que sería devuelto a la realidad a la fuerza.

Incluso así…

«Tal vez se sentirá mejor si termina mientras estoy rodeado de luz…»

Dentro de varios segundos regresaría al mundo real. Aun así, este momento se sintió como si estuviese hecho para mostrar vívidamente la alegría de Satoru Suzuki. Y entonces…

…Momonga comenzó a sentir miedo.

Había pensado que una vez que la luz se desvaneciera, sería bienvenido por la escena familiar de su habitación más allá de una lámina de vidrio. Después de todo, Yggdrasil iba a ser apagado, había pensado. Sin embargo, lo que vio en realidad terminó siendo algo completamente diferente.

—… ¿Qué es esto? —Murmuró Momonga para sí mismo.

No hablaba consigo mismo por soledad, sino a que había encontrado algo que no podía comprender.

Lo primero que le vino a la vista fue el cielo nocturno.  Alrededor de él, las constelaciones brillaban, y las lentas nubes parecían estar tratando de cubrir su luz. Momonga podía ver las elevadas cimas de las montañas a la distancia, y los negros bosques en las cordilleras ondulando como olas en el aliento del viento nocturno.

Era un paisaje que no podía ver en el mundo real —en otro lugar que no fuera una arcología— y era como si nunca hubiese dejado el juego.

Miró hacia abajo, y vio que estaba flotando en el aire.

Bueno, eso estaba bien. Después de todo, acababa de usar un hechizo de vuelo. Sin embargo, lo que había bajo sus pies no era un pantano.

… En su lugar había ruinas.

No se trataba sólo de uno o de dos edificios, sino que estaba en la escala de un pueblo. No, era más grande que eso. Momonga podía ver a la distancia un edificio que parecía ser un castillo, y un muro rodeando una ciudad. Estas ruinas habían sido alguna vez una ciudad bastante grande. De los variados restos, no parecía haber sido conquistada sino más bien abandonada por alguna razón.

Aunque se encontraba varios metros sobre la ciudad, él no tenía forma de saber con exactitud qué era lo que sucedía en su interior. Sin embargo, Momonga no podía evitar recordar Vilisyrteria, la ciudad subterránea abandonada con una planta de producción automatizada de muñecos.

«No, esto no es como Vilisyrtera. Se ve diferente… ¿Qué demonios es este lugar? »

Con un grado de tranquilidad sorprendente, Momonga miró el reloj de su mano izquierda.

00:03:45, 46, 47, …

«…¿Hah? »

Momonga observó sus alrededores nuevamente. El terreno no le era familiar. Por supuesto, era imposible que Momonga conociera cada centímetro cuadrado del mapa de Yggdrasil. Tal vez había un escenario como este escondido en alguna esquina del juego.

Sin embargo, éste ere el día final del juego. El juego estaba programado para terminar a las 12 de la medianoche. Y ahora ese momento había pasado. Era imposible que la pantalla tuviera algún error.

«¿Qué, qué es esto? »

El final de operaciones de Yggdrasil se había pospuesto. O tal vez le mostraban esto porque no había cerrado sesión por cuenta propia. Varias posibilidades le pasaron por la mente.

«¿Es que retrasaron el apagado del servidor? »

Lo más probable era que una cierta —e innegable— razón había llevado a un retraso en el cierre de los servidores. Si ése era el caso, Los Administradores del Juego habrían anunciado algo. Momonga se apresuró a abrir las funciones de comunicación que había cerrado hasta hoy… y quedó hecho piedra.

No aparecían los controles.

«¿Qué… sucedió? ¿Qué es esto? »

Una mezcla de ansiedad y dudas llenaron su ser, Momonga intentó activar otras funciones. Ninguna respondió. Era como si hubiese sido excluido por completo del sistema.

«…¿Qué está sucediendo? »

En lugar de pensar en qué hacer ahora. Dónde está la interface de control del hechizo Volar—al mismo tiempo que pensaba eso, Momonga se percató de pronto que no había necesidad de ello.

Momonga descendió lentamente.

«¿Qué está sucediendo? ¿Qué es todo esto? ¿Por qué puedo usar Volar? No, espera, eso no es todo, ¿verdad? »

De pronto Momonga había “comprendido” sólo por intuición como controlar el hechizo Volar. Ni siquiera era consciente de ello; era como si fuese perfectamente natural.

Esta situación era muy extraña.

Después de eso Momonga miró sus manos.

Su mano izquierda sostenía el símbolo del gremio, el Báculo de Ainz Ooal Gown. Su mano derecha sostenía el lanzador de los fuegos artificiales.

Era verdad que nada había cambiado. No había duda de que esas manos huesudas y blancas le pertenecían, justo como en Yggdrasil. Sin embargo, la sensación era diferente. Detallar esa diferencia con precisión era muy difícil, pero tenía una firme sensación de que ésas eran sus propias manos. Aunque eran las mismas manos de Yggdrasil, se sentían perfectamente naturales, como si estuviese mirando sus propias manos en el mundo real.

Sin embargo, era su habilidad de permanecer calmado a pesar de encontrarse en este tipo de situación lo que más le asustaba.

Inconscientemente, Momonga recordó las palabras que su amigo había pronunciado: El miedo es la semilla de la derrota, debes pensar lógicamente y mantenerte calmado en todo momento. Mantén la calma, amplía tu horizonte, no te dejes atrapar por los pequeños detalles y deja que tus pensamientos fluyan…

«Ahh, sí. »

Lo primero que debía considerar debería ser, ¿dónde está este lugar?

«Si tan solo hubiese alguien a quien poder preguntarle… no, lo mejor es que no haya nadie, ¿cierto? » —Pensaba Momonga mientras descendía al suelo. Tal vez debería investigar los alrededores con el hechizo Volar… o no. Esto podrá ser un montón de ruinas derrumbadas, pero todavía había muchas casas que seguían manteniendo su forma. Podría haber infiltrados allí. Y parecía que podría haber alguien escondiéndose en los pequeños callejones entre las casas destruidas mirándolo a hurtadillas.

Los espacios abiertos ofrecían un buen campo visual pero esencialmente era exponerse al enemigo.

Aunque no pensaba que hubiese nadie que siguiera pensando en hacerle PK (matarlo) en vista del incomprensible estado de eventos, y era posible que Momonga fuese el único que había terminado de esta manera, debería moverse con más sigilo hasta lograr desenredar este misterio.

Además, Momonga estaba sosteniendo la prueba del gremio, el Báculo de Ainz Ooal Gown. Eso debería reducir las probabilidades de que le hagan PK.

Siendo así, ésta era la primera medida que debería tomar.

—Perfecto Incognoscible —Momonga usó un hechizo. Éste era un hechizo de alto nivel que superaba por mucho a Invisibilidad. Ahora, debería ser invisible impidiéndole el uso de algunos hechizos especiales o habilidades. Aunque sería un obstáculo trivial para un grupo selecto de jugadores, también debería reducir las probabilidades de que le hagan PK.

Momonga miró sus manos huesudas y miró hacia abajo. Todavía podía verse a sí mismo, y no había ningún ícono que le dijera que era invisible. En definitiva, no tenía confianza en sí mismo.

Mientras descendía, los detalles de la ciudad gradualmente le fueron visibles. Los residentes debían haberla abandonado hace bastante tiempo, ya que podía ver signos de que una de las razones del colapso de las casas era que estaban podridas.

«¿Qué le sucedió a esta ciudad? Y más concretamente, ¿qué demonios está sucediendo? ¿Acaso Yggdrasil 2 ha sido lanzado? ¿O se trata de un evento escondido por los desarrolladores? ¿Digamos por ejemplo, ser teletransportado a la fuerza a este lugar si no salías a tiempo del juego al final? Pero en ese caso, ¿cómo explicar este realismo? »

No podía encontrar la respuesta, sin importar cuánto agonizara pensando sobre ello.

Mientras descendía, Momonga contempló el uso de una habilidad.

Había muchos tipos de habilidades, pero las habilidades de creación de nomuertos mientras se era invisible eran inservibles. Todo lo que provocarían serian exponer su posición. Aunque podía usarlas para colocar una trampa, bajo las circunstancias actuales podría hacer que alguien que hubiese podido se amistoso en su lugar comenzara a sentir sospechas.

«Debería cubrirme el rostro? No, se siente como que las personas que cubren sus rostros son sospechosas… que molesto…»

Momonga activó una de sus habilidades. Era la habilidad para detectar nomuertos.

En Yggdrasil, usualmente había nomuertos en lugares como este. Como tal, Momonga había usado la habilidad casi inconscientemente. Mientras lo hacía, la habilidad le comunicó una mala noticia.

«!»

Momonga originalmente había estado descendiendo lentamente, pero ahora se lanzó hacia abajo a gran velocidad y se escondió en un edificio de dos pisos cuyo techo había colapsado.

La velocidad de su descenso levantó una nube de polvo. Apresuradamente, Momonga movió el brazo para intentar disiparla, pero fue inútil.

Era un cuarto espacioso. Los muebles del interior habían sido aplastados bajo el techo colapsado, y después de estar expuestos a los elementos estaban podridos por completo.

Momonga mantuvo su hechizo de Volar así que sus pies no tocaban el suelo. Había considerado la posibilidad de que el piso pudiese colapsar. Si continuaba observando la situación de esta manera, debería ser capaz de obtener más información.

Sin embargo, Momonga tenía algo más importante sobre lo que meditar…

"… ¿Qué demonios está sucediendo? ¿Por qué esta área está llena de reacciones de nomuertos? A dónde diablos he sido teletransportado?"

El hecho era que, Momonga había mirado hacia un área que contenía  una respuesta de nomuerto antes de esconderse en esta casa, y definitivamente había visto una figura de apariencia humana en el lugar. Sus movimientos poco coordinados definitivamente no eran los de un ser vivo.

Momonga permaneció quieto al mismo tiempo que se apretaba contra la pared y enfocó todas sus energías en espiar el exterior. A pesar de que podía detectar a los nomuertos, no podía determinar su fuerza. Las criaturas nomuertas más poderosas incluían seres que podían ver a través de Perfecto Incognoscible.

En este instante, había dos cosas que Momonga debería hacer.

Una de ellas era marcharse —para ser más precisos, alejarse— de este lugar hasta que desaparezcan las reacciones  de nomuertos.

La otra era investigar el nivel y demás de las criaturas nomuertas, y si eran de un nivel que podía manejar, averiguar exactamente en dónde estaba.

Entonces debía escoger una de ellas.

Sin embargo, no había garantías de que estaría seguro marchándose. En ese caso, lo mejor sería quedarse aquí e investigar las reacciones de nomuertos. Adicionalmente, Momonga también era un nomuerto, así que era muy probable que no fuera atacado siempre y cuando él no tomase acciones hostiles.

«Bueno, eso asumiendo que allá afuera sólo hay nomuertos»

Momonga recordó la sensación de usar el hechizo de Volar, y se llenó de confianza.

«Todo saldrá bien. No sé por qué, pero confió en que también puedo usar hechizos de ataque sin ningún problema… en realidad esto se siente un poco mal. Ya no me siento como yo mismo… No. Luego pensare sobre ese problema. Lo más importante es que, tendré muchas formas de escapar siempre y cuando pueda usar el hechizo de Teletransportación. »

Momonga miró alrededor, luego al piso —que se encontraba cubierto de los restos del techo colapsado— y luego a las ruinas del techo.

—…No colapsará, espero. —Hablar consigo mismo era una señal de inquietud.

El personaje llamado Momonga estaría bien incluso si el techo le caía encima. Pero eso era así sólo  en Yggdrasil, e incluso si podía usar sus hechizos y habilidades con normalidad, no había ninguna garantía de que su cuerpo funcionaría de la misma manera que lo hacía en el juego.

«Pero, ¿y estos ojos? También puedo usar mi visión oscura con normalidad. ¿Debería asumir que mis habilidades pasivas también están funcionando con normalidad? Hablando de ello, ¿el nivel de tecnología no es un poco bajo? »

Este edificio no usaba ni barras de acero ni concreto. Los escombros esparcidos a sus pies eran difíciles de identificar ya que habían sido pulverizados por completo, pero parecían estar hechos de madera y ladrillos.

«¿Esto sigue… sigue siendo Yggdrasil después de todo? No, aunque se siente como si la respuesta debería ser algo cercana a ello…»

Sin importar cómo lo pensara, éste simplemente no era el mundo real. Pero aun si ése era el caso, seguía dejando muchas dudas sin respuesta.

Momonga dejó de lado esa pregunta por el momento y utilizó un hechizo. Comenzó con Mensaje. Debería ver si era posible contactar a alguien más, ya fuera un Administrador del Juego u otra persona.

Luego de un tiempo, comenzó a refunfuñar.

—No puedo hacer conexión, eh…

No podía contactar con nadie ni tampoco podía cerrar sesión. Era como si estuviera atrapado en este mundo.

«Lo siguiente es… tratemos de mirar en los alrededores para recabar información. En ese caso, usaré…»

—Visión Remota.

Creó un sensor mágico y lo dejó flotar en el aire.

Ésta era una apuesta. Sería un fastidio si había nomuertos que pudieran ver a través de la invisibilidad, pero sería peor si los enemigos tuvieran formas de interferir con hechizos de detección o incluso formas de contraatacar hechizos de adivinación.

Sin embargo, lo que Momonga sintió luego fue confusión.

—¿Qué demonios es esto…?

Lo que veía ahora era completamente diferente a  Yggdrasil. En Yggdrasil, usar Visión Remota crearía una pantalla en la esquina de su visión. Una pantalla cuyo tamaño era ajustable a voluntad, pero fundamentalmente sería representada como una imagen diferente.

Sin embargo, esta vez era otra cosa.

Era como si él hubiese abierto un nuevo par de ojos, y con ellos, un nuevo campo de visión.

No sabía si llamarlo fascinante o bizarro. Sin embargo, no era un problema. Él lo sentía natural, y podía manejar el hechizo con normalidad. Incluso sentía que había cambiado por completo.

Momonga ignoró su breve confusión y usó Visión Remota para divisar a la criatura nomuerta.

Un hombre estaba dando tumbos, con un tambaleo poco inteligente. Había ojos nublados bajo los párpados abiertos, y no mostraba señales de parpadeo.

Daba la impresión de que éste no era un ser nomuerto de alto nivel. Más bien, era uno de bajo nivel. Un zombi. Sólo que, la apariencia de un zombi típicamente era bastante grotesca, pero ése no era el caso de este ser nomuerto. No parecía que hubiese sufrido daños mayores o que estuviera demasiado podrido. Se veía como un cadáver limpio moviéndose por allí.

«Un ser nomuerto como este… si esto fuese Yggdrasil… no, ¿por qué pienso sobre esto como si no fuese Yggdrasil? Esto podría ser una gran actualización de software… ¿pero después de que cerraron los servidores? ¿Cómo puede ser eso? »

De pronto Momonga se dio cuenta de algo, y gritó con una voz que no agitaría a los zombis en las cercanías:

—¡Esto es ilegal! ¡Es confinamiento ilegal! ¡Déjenme salir de aquí!

Si realmente estaba en un juego, y si alguien lo estaba controlando, entonces lo más seguro era que esas palabras serían grabadas. El casco estipulado por la Ley del Computador que Satoru estaba usando también lo grabaría. Si la compañía se daba cuenta, probablemente tomarían algún tipo de acción. Sin embargo, él no vio ningún tipo de respuesta en ese sentido.

«Como pensé… ¿esto no es Yggdrasil después de todo? Tampoco creo que la compañía ganara nada al cometer deliberadamente un crimen contra mí… Pero que el juego se haya convertido en realidad o algo así es imp… ¿o no es imposible? Además, el hecho de que esté usando estas habilidades y hechizos como si fuesen parte de mi también es extremadamente raro…»

Momonga agitó la cabeza.

Eso también era muy importante, pero su prioridad ahora era evaluar la situación a su alrededor. Tenía que protegerse primero. Si moría, ¿el juego terminaría con él cerrando la sesión, o simplemente sería el final porque ésta ahora era su realidad?

Momonga dejó que el sensor creado por el hechizo flotara pasando por los ojos del zombi.

No hubo respuesta. El hombre continuó tambaleándose hacia adelante.

«No pudo verlo… ¿puedo estar seguro de que es un zombi? »

Mientras veía marcharse al hombre, Momonga dejo que la Visión Remota continuase por el camino.

Encontró más de diez seres nomuertos en el camino, y en todos los casos era lo mismo — zombis.

«Sin embargo, realmente hay muchos de ellos»

Algunos estaban caminando en círculos dentro de sus casas, y otros iban y venían por las calles. Parecía como si toda la ciudad estuviera bajo el dominio de los nomuertos.

Dicho eso, esto no era nada extraño en Yggdrail. En verdad, allí había muchas ciudades subterráneas que eran gobernadas por nomuertos. Entre ellas se incluían lugares que podían ser convertidos en bases luego de derrotar a los monstruos jefes en el interior. Aunque Momonga no había estado en tales lugares antes, los videos de ello que habían sido compartidos en la red retrataban una hermosa ciudad paradisíaca.

En poco tiempo Momonga terminó de explorar los alrededores. Todo lo que había aprendido era que no había otras criaturas nomuertas que no fueran zombis, y que toda el área estaba en ruinas, sin sobrevivientes.

Momonga exhaló con un “whew” —aunque no tenía idea de cómo era que su cuerpo esquelético y sin pulmones había podido hacerlo— y disipó sus hechizos de Visión Remota y Perfecto Incognoscible.

Había estado preocupado sobre qué era lo que iba a hacer si encontraba jugadores —especialmente PKs (Asesinos de jugadores)— alrededor, pero parecería que había estado malgastando sus esfuerzos. Además, dependiendo de la situación, puede que no sea imposible que pueda levantar los brazos para rendirse al momento de ponerse en contacto con otras partes para obtener información sobre ellos.

Luego de un periodo de reflexión, Momonga verificó que podía teletransportarse con normalidad, luego dejó la casa y fue hacia las calles.

Si bien no se atrevía a confiar demasiado en su fuerza, no debería haber ningún problema si podía usar los mismos hechizos que usaba normalmente. No, incluso si las cosas iban mal, él todavía debería poder escapar.

De ser posible, le hubiera gustado medir su fuerza matando a un zombi, pero eso sería demasiado peligroso. Si bien esto se basaba en su conocimiento de YGGDRASIL, los nomuertos de poca inteligencia como los zombis verían a Momonga como uno de ellos y, por lo tanto, no iniciarían ataques contra él. Sin embargo, las cosas serían diferentes si él lanzara un ataque en su lugar. Incluso podría provocar una respuesta hostil de todos los zombis circundantes en una reacción en cadena, hasta que todos los nomuertos en toda la ciudad lo consideraran un objetivo válido de ataque.

Algo como eso que sólo debilitaría su fuerza y aumentaría el número de sus enemigos sería un último recurso. Actualmente, debía priorizar la recopilación de información.

Momonga dejó la casa en ruinas. Dar su primer paso afuera requirió de mucho coraje e hizo que su corazón se acelerara —aunque no tenía un corazón del qué hablar— pero el primero zombi con el que se topó no reaccionó con hostilidad, y se alejó de Momonga como si nada hubiera pasado. Con eso, Momonga se liberó del tremendo peso que sentía sobre sí mismo. Luego de investigar las calles circundantes, llegó a una conclusión.

Para empezar, la tecnología de este lugar no era particularmente avanzada. No había ninguna señal de electrodomésticos y en cuanto a las técnicas modernas de construcción, no contaban con cemento, y los ladrillos tenían formas desiguales. Era posible que hubiera líneas eléctricas enterradas en el piso, pero en ése caso sería totalmente imposible continuar con la vida diaria. Además, esta era la primear vez que había visto estufas fuera de Yggdrasil. También…

«¿Esto es Yggdrasil? No, es demasiado diferente. ¿Pero realmente podría ser? »

Poco a poco, Momonga se dio cuenta que no era posible que esto fuese un juego.

Pero entonces, ¿Cómo se explicaba a sí mismo?

Para comenzar, ¿cómo era que un cuerpo compuesto completamente de huesos se estuviera moviendo por allí? Él no tenía músculos ni nervios. Se estaba moviendo como si esto fuese el tipo de criatura que siempre había sido, y tales cosas sólo aparecían en juegos. No, si pensaba sobre ello, ¿qué había sobre el poder, el principio llamado “magia”?

Momonga caminaba por una calle principal. La base de conocimientos que había estado construyendo para sí mismo hasta este día había sido destruida, pero no había podido ser capaz de reconstruirla.

—En cualquier caso, todo lo que puedo hacer es continuar recopilando información.

«Tal vez se debe a que es una calle principal, pero el número de zombis de pronto ha aumentado. »

Para evitar chocar con los zombis, Momonga utilizó una vez más su hechizo de Volar y continuó moviéndose a una altitud ligeramente más elevada. Parecería que éste era uno de los caminos principales de esta ciudad, ya que cuando miraba de frente podía ver las puertas de la ciudad, que estaban abiertas.

En la otra dirección yacía un castillo de aspecto elegante. Tal vez se debía a que la manera de su construcción era diferente, pero no parecía estar tan dañado como la casa de antes.

«Probablemente encontraré algún daño por la intemperie si doy un vistazo de cerca. Si hay daño por los efectos del clima, lo mejor sería asumir que esta ciudad ha estado abandonada por un largo tiempo… ¿no me digan que la gente de este otromundo (supongo que tendré que pensar en ello como en otro mundo) no puede derrotar ni siquiera a zombis? ¿O es como ese cliché de las películas de zombis donde todos los vivos han muerto? »

¿Podría ser que no pudieron ni siquiera derrotar a zombis, los más débiles de los nomuertos en Yggdrasil? ¿O este lugar es diferente a Yggdrasil y los zombis aquí son extremadamente poderosos?

Tenía que responder estas dos preguntas lo antes posible.

Justo cuando Momonga estaba reflexionando sobre el apocalipsis zombi que había tomado esta ciudad y cómo podría haber comenzado, Momonga registró una reacción.

—¿Qué?

Entre la masa de reacciones nomuertas que le rodeaban, una de ellas se alejaba gradualmente de él.

«…Qué es esto»

Momonga entrecerró los ojos. Podía sentir cierto grado de inteligencia en esa acción, una cualidad que los zombis no poseían.

—¿Es un jugador? ¡No voy a dejar que escapes, fuente de información!

Flotó ligeramente en el aire. Dada la completa falta de vacilación de la otra parte a la hora de moverse, debía estar muy familiarizado con el diseño de la ciudad. Sin embargo, el terreno no tenía importancia para alguien que podía utilizar Volar.

Mientras Momonga volaba en línea recta por el aire, vio la forma de alguien.

La pequeña figura en un manto con capucha se volvió varias veces —de vuelta hacia el lugar en el que Momonga había estado— mientras corría a toda velocidad por los estrechos callejones.

«Usaré la Dominación Nomuerta… No, ése es el último recurso. Y además. Puede ser posible que no pueda dominarlo. »

Dominación Nomuerta era considerado un acto ofensivo. Si la figura frente a él estaba conectada a esos zombis, era muy probable que terminara volviendo agresivos a todos los zombis de la ciudad. Aunque no tendría que preocuparse por ello si la figura era un jugador, probablemente acabaría creando un enemigo todavía más peligroso.

Momonga aterrizó frente a la figura. Dicha figura resultó estar mirando hacia atrás en ese momento y chocó con Momonga. Era un impacto ligero, y no significó nada para Momonga. Pero la pequeña persona no pudo resistir la colisión y cayó de plano.

Vagamente podía distinguir el cabello rubio debajo de la capucha.

—…Buenas noches. Hoy realmente es una noche estrellada…

—Eeee…

La figura no respondió el saludo de Momonga. Todo lo que él podía oír era una súbita ingesta de aire.

¿Eran incapaces de hablar, o no entendían el japonés? Sin la información suficiente para formar una conclusión, Momonga continuó hablando.

—Me disculpo por esto, pero en este momento estoy bastante confundido. Hay muchas cosas que me gustaría preguntarte. ¿Te importaría?

La otra parte podría ser un jugador como Momonga, lo que significaría que su edad actual podría no ser acorde a su edad aparente. Con ese punto en mente, Momonga hizo su petición de manera educada. Por supuesto, no se le olvidó inclinar la cabeza para indicar que estaba saludando.

Momonga cruzó miradas con las pupilas carmesí debajo de la capucha.

«¿Se visten como niños? ¿Éste es uno de los residentes de este mundo? Tampoco parece ser un NPC… ¿hm? »

Inconscientemente, Momonga recordó la Gran Tumba Subterránea de Nazarick y a los NPCs que se habían arrodillado ante él. ¿Qué les había sucedido a ellos? Por lo que sabía, era posible que hubiese perdido un lugar maravilloso, uno que había sido construido por sus amigos.

Sin embargo… Momonga agitó la cabeza. En este momento no tenía el tiempo para contemplar este tipo de cosas.

Momonga estudió a la persona frente a él, teniendo cuidado de no mirarla de forma grosera.

Era una niña bonita, probablemente mayor de 10. Sus ojos, abiertos por la sorpresa, eran del color carmesí de la sangre.

Lo que había pensado era un manto con capucha era, en una inspección más cercana, simplemente un pedazo de tela asegurado con una cuerda. Seguramente solo un nomuerto ataría algo tan descuidadamente a su cuello.

La ropa debajo de la capa estaba desgastada por el uso y descolorida en donde le había caído tierra y la arena. Parecía ropa de mujer, pero las mangas sueltas estaban atadas con una cuerda, y lo que una vez había sido una falda estaba atada en lo que parecía ser un par de pantalones. Eran prendas totalmente utilitarias.

Si bien no tenía idea de cómo era que su cuerpo esquelético podía oler algo, esta chica no olía a podrido, como los otros zombis. Tal vez la falta de olor corporal a pesar del estado desaliñado de su ropa se debía a que los no muertos carecían de procesos metabólicos.

—…Lo digo de nuevo, tengo muchas cosas que me gustaría conocer. ¿Confío en que no haya ningún problema? Ahh, me disculpo, —dijo Momonga mientras extendía una mano esquelética hacia ella. Sin embargo la chica sentada en el suelo no mostró señales de querer tomarla. ¿Seguía sintiendo sospechas de él? —En ése caso, no te importa si pregunto, entonces?

La chica asintió.

Momonga se sorprendió un poco cuando vio que podía usar el lenguaje para comunicarse normalmente. Ya que podían interactuar verbalmente, ¿significaba eso que ella era un jugador?

—Para comenzar, sí… yo soy… Satoru Suzuki. ¿Podría saber tu nombre?

Las pupilas carmesí parecieron formar círculos perfectos.

—…Ah, uu… ah… ah…

Había hablado en una voz muy ronca. Él no podía distinguir en absoluto lo que ella le decía.

«¿Eso no es japonés? ¿Eso significa que es una residente de otro mundo o no?, ¿Se trata de un jugador demasiado inmerso en un juego de rol? No tengo idea. »

Momonga, no, Satoru Suzuki, le respondió, teniendo cuidado de usar un tono profesional, como de negocios.

—Me disculpo con sinceridad. Parece que tu voz es un poco suave. ¿Podría molestarte para que lo repitas?

—…Ah, uu… ah… ah…

Era lo mismo de antes, después de todo.

—¿Entonces, tu nombre es Ahuuahah? Qué nombre tan extraño… ¿hm?

La chica negó con la cabeza. Él ahora podía estar seguro. Ella definitivamente era capaz de entender el japonés.

—¿No lo es? Entonces, ¿podría ser que no puedes hablar?

Ella negó con la cabeza una vez más.

Estaba haciendo lo mejor que podía para vocalizar, pero Satoru Suziki no podía entender nada significativo de su respuesta.

—Entonces, deja que cambie de tema. ¿Eres un jugador?

Una expresión de desconcierto cubrió la cara de la chica.

—No eres un jugador ¿entonces? Ya veo. Entonces, tus padres…

A mitad de la oración Satoru Suzuki recordó de pronto que ella era nomuerta. Era imposible que tuviera padres. Sin embargo, la reacción de la chica fue algo extraña: Agachó la cabeza, y la agitó. Era una respuesta que sugería que alguna vez los había tenido, pero que ya no.

«¿Qué debería hacer? »

¿En ése caso debería simplemente disculparse y marcharse? Sin embargo, ella era una  valiosa fuente de información.  Sería un desperdicio terrible.

Satoru Suziki miró a la chica que hacía ruidos extraños y se estaba perdiendo en sus pensamientos cuando de pronto oyó una voz muy suave.

—…no …srith Inbe…

Las palabras que estaba repitiendo finalmente se habían vuelto lo suficientemente distintas para que Satoru Suzuki pudiera entenderlas.

—Mi nombre es Keeno* Fasrith Inberun.

Ése era el nombre de la chica.

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*Se lee Kino
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