Traductor: Erb
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Volumen 11 - Epílogo
Era de día cuando Enri se despertó. Salió de la cama sin hacer ruido, para no despertar a su esposo, que aún dormía a su lado. El aire del exterior era muy frío, e hizo que quisiera volver a la cama que seguía cálida por sus dos cuerpos.La cama crujió cuando se levantó, pero su esposo de hace medio año estaba demasiado cansado para reaccionar. Dormía como una marioneta cuyos hilos habían sido cortados.
Ahora que Enri se hacía cargo de su vida por él, él seguía una rutina más normal. Por lo tanto, su sueño profundo se debía simplemente a que así era él.
(...Aunque las cosas no solían ser así.)
Cuando recién se habían casado, él no dormía así de bien.
(Tal vez estaba nervioso... Pero ahora se ha acostumbrado, así que está bien.)
Enri bostezó y se estiró.
Sus pechos desnudos se sacudieron.
La cara de Enri enrojeció, y buscó una pieza de ropa tirada.
Naturalmente, sólo Enri y su esposo vivían en esta casa, pero estar así difícilmente era presentable.
Si su pequeña hermana Nemu estuviera aquí, ella definitivamente no estaría vestida así. Sin embargo, Nemu no despertaría aquí —en la casa Emmott— sino en la casa Bareare.
No molestemos a los recién casados, había dicho su suegra, Lizzie. Nemu, había obedecido porque habían decidido no reconstruir las casas Emmott o Bareare. Y así, esto había ocurrido.
Habían pasado dos años desde que habían perdido a sus padres. Sin embargo, Nemu seguía marcada por el incidente y no estaba dispuesta a dejar a su hermana mayor por la noche. Fue sólo por la gracia de algún instinto desconocido que había logrado aceptar la nueva disposición.
Ya que Enri vivía en un pueblo agrícola, a menudo veía a los animales realizando "ese tipo" de actividades. También era posible que hubiera oído lo que las parejas jóvenes hacían cuando desaparecían en el bosque después de dejar el círculo de baile durante las noches del festival de cosecha. Antes de darse cuenta, también había aprendido lo que los esposos y esposas hacían en la noche.
Sin embargo, nadie se lo había explicado antes en detalle. Enri y Nemu no tenían la edad suficiente como para haber escuchado tales cosas. Aun así, alguien tenía que enseñarle qué hacer, pero el conocimiento era tanto un veneno como una cura.
(Lupusregina-san dice tantas cosas extrañas...)
Todos en el pueblo trataban con respeto a la ayudante del gobernante de la nación. Enri era una de ellos también. Sin embargo, no podían aceptar todos los aspectos de su personalidad. Durante el largo tiempo en el que se habían conocido, Enri se había dado cuenta de una cosa: Lupusregina era una criminal que se deleitaba con las reacciones que los demás tenían ante sus crímenes, y era del tipo de personas que observarían a alguien cayendo en una trampa con una sonrisa en el rostro.
Enri tenía la sensación de que si no iba y le decía, "Por favor enséñame", Lupusregina no le enseñaría nada concreto.
Por otro lado, si no vigilaba a Nemu antes de hablar con Lupusregina, Enri presentía que ella le describiría con lujo de detalles todo tipo de cosas a Nemu.
"Cuando quieras puedo enseñarte todo tipo de cosas de adultos." Enri no había olvidado las palabras de Lupusregina.
Luego de decidirse a buscar a Lupusregina, Enri recogió la ropa que había caído al suelo, y se la puso.
Después de eso se dirigió a la cocina y abrió el grifo.
Recogió el agua que fluía en un pequeño recipiente. Una vez que estuvo lleno, giró la llave en la dirección opuesta, y el agua dejó de fluir.
En el pasado, había tenido que levantarse temprano para sacar agua del pozo. Ahora, ella podía usar este objeto mágico para obtener agua fresca. Su temperatura se mantenía constante incluso en las temporadas cálidas o frías.
Este objeto mágico, el Grifo de Agua Mineral, podía producir 200 litros de agua al día. Aparentemente, había sido diseñado por un sabio de cierto país.
Éste no era un objeto común, ni siquiera en las grandes ciudades. Ella había oído que había lugares en los que versiones gigantescas de este objeto servían como los suministros de agua de la ciudad.
Enri pasó una toalla húmeda por su cuerpo.
"Uuuu, hace frío."
Aunque la temperatura del agua era constante, de todas formas se perdería mucho calor corporal si el aire era frío. Sin embargo, Enri apretó los dientes y lo soportó, luego se frotó con la toalla. Ya lo había hecho antes de acostarse, sin embargo lo hizo de nuevo.
Enri seguía recordando aquél incidente —cuando Lupusregina la había llamado mientras tarareaba, con una sonrisa juguetona en la cara— y prometió que nunca bajaría la guardia.
Aun así, los objetos mágicos eran realmente geniales.
Enri había pensado eso en innumerables ocasiones.
El Pueblo de Carne ahora tenía muchos residentes.
Más del 90% de ellos pertenecían al Ejército Goblin que Enri había invocado, y el pueblo no podía mantenerlos a todos.
El primer problema era el alojamiento.
Los Goblins lo habían resuelto al talar troncos del Gran Bosque de Tob y al construir viviendas sencillas. Sin embargo, los problemas de la falta de alimentos y de agua fueron más difíciles de resolver.
La solución inicial a la falta de alimentos fueron los productos del bosque, pero no podían recolectar lo suficiente como para mantener a todos los Goblins. Por lo tanto, le habían pedido ayuda a Lupusregina, y a cambio recibieron asistencia alimentaria. Naturalmente, esa comida sólo era prestada y tendría que ser devuelta, aunque afortunadamente no había una fecha límite.
El siguiente problema era la falta de agua. En el pasado, el pozo del pueblo había sido suficiente, ya que no había habido tanta gente. Pero ahora que el número de personas se había incrementado tan drásticamente, tuvieron que crear una lista de turnos para sacar agua durante todo el día.
Incluso entonces, no podían recolectar agua suficiente, así que tuvieron que excavar nuevos pozos muy lejos. Si los excavaban cerca, estarían usando la misma fuente de agua, y no había forma de saber si los pozos se secarían.
Afortunadamente, los Enanos que se habían mudado al pueblo habían resuelto ese problema.
Ellos habían llegado en verano, y en el transcurso del otoño y del invierno, se habían vuelto amigos cercanos.
(¿Esas personas siguen creando nuevos objetos mágicos?)
Hasta hace dos meses, los sonidos de explosiones y los destellos de luz habían sido frecuentes, pero ahora todo se había calmado. Como mucho, algunos de ellos bebían afuera y se metían en peleas, pero eso era todo.
La existencia de los Enanos era ahora una parte integral del funcionamiento del pueblo.
En el pasado, no había herreros en el pueblo de Enri. Por lo tanto, ella tenía que ir a la ciudad para comprar herramientas, o rogarles a los muy ocasionales herreros viajantes para que las creen para ella.
Había habido un herrero en el ejército Goblin que ella había invocado, pero hacerle soportar la pesada carga de los trabajos de reparación del pueblo seguramente traería problemas. Y entonces, aparecieron los Enanos, y asumieron ese trabajo.
Lo más importante era que su lealtad hacia el Rey Hechicero rivalizaba con la de los humanos del Pueblo de Carne. Este pueblo había sido salvado muchas veces por el lanzador de magia que se había convertido en el Rey Hechicero, Ainz Ooal Gown. Cualquiera que oyera a otra persona hablando mal de Su Majestad, iría de inmediato y molería a golpes al transgresor.
Al parecer los Enanos sentían lo mismo, y a menudo decían cosas como, "Esa celebración hizo que nuevamente me sienta orgulloso de mí mismo" "¿Viste la envidia que sentían?" "¡Hora de beber!" y cosas así mientras bebían. Enri no entendía del todo las cosas de las que hablaban, pero en sus palabras se podía apreciar la gratitud que sentían hacia el Rey Hechicero, así que los pobladores abrieron sus corazones hacia ellos.
Luego de terminar, Enri se puso la ropa.
Su esposo no parecía haberse despertado aún, así que ella decidió terminar con los quehaceres.
Hasta hace poco, su esposo había estado encargándose de la creación de pociones. Pero recientemente, había dejado de trabajar en esas tareas. En lugar de eso, estaba involucrado en el almacenamiento y preservación de hierbas, que serían importantes para el futuro ahora que la población del pueblo se había incrementado. Además, también ayudaba con el trabajo de Enri como la jefa del pueblo. Él trabajaba arduamente por el pueblo, así que ella tenía que trabajar arduamente por él también.
Después de salir al exterior, el ambiente familiar —del creciente Pueblo de Carne— apareció frente a ella. Carne ahora era más grande que un pueblo normal porque los Goblins invocados le habían añadido sus propias viviendas.
"Bien entonces..."
Enri apretó un puño.
Para preparar el desayuno, tenía que obtener los ingredientes del almacén de comida.
"Buenos días, General-kakka."
La figura de un Goblin vestido de negro emergió de una sombra oscura.
Esto era algo que veía todas las mañanas, así que Enri respondió sin ninguna sorpresa:
"Buenos días. Buen tiempo el que tenemos."
"Es como usted dice, General-kakka. De acuerdo al Pronosticador del Tiempo Goblin, parece que todo el día será soleado."
"¿De verdad?"
Hacía mucho tiempo que Enri había abandonado cualquier resistencia a ser llamada General.
Les había dicho incontables veces que no era un General, pero no les llegaba el mensaje. A estas alturas, ser la Jefa del Pueblo era prácticamente lo mismo que ser la General, así que había decidido aceptarlo.
Por otra parte, había una unidad llamada La Unidad de Apoyo de Retaguardia Goblin. Estaba compuesta de personas con profesiones poco comunes. Aparte del Pronosticador del Tiempo Goblin, estaban el Estratega Goblin, el Herrero Goblin, entre otros, para hacer un total de 12 profesiones.
"Oh, General-kakka, parece que su guardaespaldas ha llegado. Su sirviente se retira ahora."
El Goblin vestido de negro se desvaneció nuevamente en las sombras, y el familiar Gorra Roja tomó su lugar al lado de Enri.
Personalmente, a Enri no le gustaban los Gorras Rojas. Tenían una mirada malvada en sus rostros; en pocas palabras, daban mucho miedo.
En el pasado, Jugem la había acompañado, pero como el antiguo líder de la tropa, él ahora era uno de los muchos dirigentes de la considerablemente ampliada fuerza Goblin.
En realidad, después de su partida el trabajo de escoltarla a ella debería haber recaído en los Goblins de armadura plateada, pero por varias razones, los Gorras Rojas habían terminado ocupando ese papel.
(Francamente, no hay necesidad de escoltas ni nada.)
Ella no creía que alguien pudiera ser capaz de evadir los ojos de los Goblins y llegar al corazón del pueblo, pero no podía ignorar por completo sus preocupaciones.
Seguida por el Gorra Roja, se dirigió a la despensa que colindaba con su casa.
Abrió la puerta y vio un lugar angosto repleto de barriles y botellas, con muchos frascos de vidrio que cubrían las repisas. Al fondo había una pequeña montaña de grano, y colgando de las vigas había fardos de hiera y carne seca.
La razón por la que tenían tanta comida era porque los Goblins se habían esforzado mucho en arar la tierra y construir nuevos campos.
Actualmente, había muchos campos de cultivo rodeando el pueblo en un gran radio. Aunque sería difícil pagar de vuelta la comida que habían recibido, por lo menos este año serían autosuficientes. Además, habían capturado monstruos parecidos a gallinas e intentaban hacer que se reproduzcan. Si todo iba bien, serían capaces de poder pagar por completo la comida que se habían prestado.
Luego de seleccionar los ingredientes para la comida de hoy, Enri se dirigió de vuelta al exterior.
Había una enorme pared en una esquina de su campo de visión.
Podría estar dentro del pueblo, pero la pared no estaba hecha de madera. Servía para proteger los talleres de los Enanos, y haciendo guardia en su interior se encontraba el Caballero de la Muerte que había matado a los caballeros que habían aterrorizado al Pueblo de Carne en el pasado.
La pared que rodeaba los talleres de los Enanos había sido personalmente levantada por el gobernante de esta nación y el salvador del pueblo, el Rey Hechicero Ainz Ooal Gown. "Su propósito es minimizar el daño provocado al pueblo en el caso de que fallen los experimentos," había dicho.
Ella se había preguntado si no podrían simplemente construirlas al exterior, pero obviamente no podía decirle tal cosa a Su Majestad.
"¿Me pregunto en qué objetos mágicos estarán trabajando ahora los Enanos?"
"¿Deberíamos investigar?"
"Ya te lo he dicho antes, no pueden."
Aunque nadie le había dicho en qué estaban trabajando los Enanos en sus talleres, ella estaba segura de que no perjudicaría al pueblo. Enri podía aceptar eso.
¿Debería intentar reunir información sobre ellos a escondidas? Los Goblins habían sugerido eso muchas veces en el pasado, pero Enri siempre había rechazado esas sugerencias con irrefutable firmeza.
El salvador del Pueblo de Carne, Ainz Ooal Gown, había dicho que quería que el pueblo aceptara a estos Enanos. Al mismo tiempo, les había dicho que eso en lo que trabajaban era de absoluto secreto.
Aun si era un ser no-muerto que odiaba a los vivos, seguía siendo el lanzador de magia que había salvado muchas veces al pueblo, así que ellos confiaban en él más que en cualquier persona viva.
Justo entonces, el Gorra Roja se deslizó frente a Enri. Sólo hacían eso bajo circunstancias determinadas.
Enri movió la mirada y vio la figura familiar de una hermosa mujer, rodeada por cuatro Gorras Rojas.
"Hola, En-chan. Cómo estás~"
"Ah, buenos días, Lupusregina-san."
Las cosas habían sido así desde que la persona llamada Lupusregina había conocido a los Goblins. Los Gorras Rojas eran pocos en número, pero siempre que Lupusregina llegaba, ellos aparecían en grupos. Además, portaban armas que normalmente no llevaban consigo.
Se decía que había otros Goblins presentes en los alrededores además de los Gorras Rojas, pero Enri nunca los había visto antes.
Incluso Enri podía darse cuenta de que la razón por la que llegaban a tales extremos era porque los Gorras Rojas — no, los Goblins en general, desconfiaban de Lupusregina. Dicho esto, Lupusregina podría ser un misterio, pero Enri no pensaba que ella le haría nada a un pueblo que albergaba una estatua de bronce de su amo. Además, ella había salvado las vidas de Enri y Nfirea en el pasado.
Por el contrario, Enri no podía sino preocuparse de que esto pudiera molestarla a ella.
Enri había hablado con el Estratega Goblin y él le había dicho que hablaría con ellos, pero no parecía que hubiera logrado nada hasta ahora.
Lo único rescatable era que cuando ella le había hablado a Lupusregina sobre esto, ella le había dicho a Enri que no le diera importancia.
"Acabo de llegar y ya hay gente precipitándose. Pobre de mí~"
"Es imposible no estar en guardia contra ti cuando llegas de esa manera. Deberías saber eso."
La respuesta vino de uno de los Gorras Rojas que rodeaban a Lupusregina.
Su voz sonaba calmada, pero había una sensación clara de desconfianza en ella.
"¡Ah!" Enri levantó la voz porque le pareció que la situación estaba desarrollándose por mal camino. "De cualquier forma, ¿cómo fue exactamente que llegaste aquí?
"¿Hm? Tomé el Escarcha 05 de las Aerolíneas Vampiro de Pecho Plano, de Nazarick a Carne~"
"¿Eh? ¿Aerolíneas Vampiro de Pecho Plano?"
"Sip. Es el nombre de la persona a cargo de todo el movimiento al exterior."
"Pettan Ketsuki Koukuu-san, ¿entonces?"
"Sip. Básicamente. Oh, y si la llegas a conocerla en persona, sólo dile que fui yo quien lo dijo. O más bien, espero que menciones mi nombre. De otra forma, quién sabe lo que podría pasarte~"
Mientras miraba el rostro desconcertado de de Enri, Lupusregina sonrió.
"En-chan, realmente eres muy graciosa. En verdad, eres muy interesante..." Los ojos de Lupusregina se entrecerraron en un instante. "En serio~"
La brillante lengua roja de Lupusregina asomó por la ligera abertura de su boca y se lamió los labios.
No fue un gesto seductor. Sin embargo, Enri sintió que algo se arrastraba por su espalda baja.
En ese momento, el Gorra Roja de pie junto a ella entró en acción.
Tiró de Enri hacia atrás y se deslizó en el espacio —frente a Lupusregina— que había aparecido.
En esta atmósfera altamente tensa, Lupusregina se encogió de hombros, mostrando su rostro serio que raramente se veía.
"...No le haré nada~ ¿Eso es suficiente para calmarte? Sin embargo, si no me crees, ¿por qué no vienen todos al mismo tiempo y lo intentamos? De esa forma, podré encargarme de todos ustedes sin contenerme."
El Gorra Roja agachó la cabeza, y regresó a su posición original.
"—Y eso es todo. Por cierto, Escarcha se refiere a los Dragones de Escarcha."
"Dragones— ¡¿Dragones de Escarcha?! Quieres decir los Dragones de las leyendas, ¿cierto? ¡Asombroso! ¿Esos Dragones también son sirvientes de Gown-sama?"
"Sip. El transporte aéreo está floreciendo en el Reino Hechicero~"
"¡Eso es increíble!"
Los ojos de Enri brillaban.
Los Dragones en cuestión eran monstruos increíblemente poderosos de los que cantaban las leyendas. Cualquiera que pudiera dominarlos no era un lanzador de magia ordinario.
"¡Gown-sama es realmente increíble!"
"...Bueno, eso es verdad."
Una expresión de preocupación cubrió el rostro de Lupusregina.
"Un Dragón como ése... hm~ alguien como yo... Bueno, está bien~"
Hubo algunas cosas que Enri le quiso preguntar, pero ya que parecía haber aceptado las cosas, estaba bien. Probablemente.
"Ah, ¿por qué viniste hoy?"
"Ah, sí, sí. Hm... Es posible que no pueda volver por algún tiempo. Vine a decirte que espero que puedas cuidarte tu sola."
Se habían conocido desde hacía más de un año, pero ésta era la primera vez que ella decía algo así.
"¿Qué sucedió?"
"Hm~ Supongo que está bien decírtelo, En-chan. En realidad, parece que Ainz-sama fue derrotado en batalla y murió."
Enri reflexionó el significado de esas palabras, y entonces lo captó.
Su respuesta fue igualmente comprensible.
"¡¿EHHHHHHHHHHHHHH?!"
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