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domingo, 1 de noviembre de 2015

Overlord v6 c8

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Traductor: Erb
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Volumen 6 - Capítulo 8
Los Seis Brazos


Parte  1
Mes de Fuego Bajo (9no Mes), Día 4, 21:51

En el Reino era normal dormir cuando el sol se ocultaba, porque mantener prendida una lámpara costaría dinero. En el campo, donde la mayoría era pobre, tal práctica era la norma. Sin embargo, las ciudades eran el polo opuesto del campo. Especialmente alrededor del centro de la ciudad, donde todo tipo de tiendas y gente se encontraban activas como animales nocturnos. El lugar al que Climb se dirigía era un poco diferente. En lugar de una calle iluminada y bulliciosa, era un callejón engullido por la oscuridad.

Climb caminaba por las calles silenciosas sin ninguna lámpara. Esto se debía a que podía navegar las oscuras calles gracias a su 'Yelmo de Visión Nocturna. El rango máximo que tenía era de 15 metros, pero la vista que tenía a través de la rendija del casco era como la del mediodía. Además, a diferencia de las armaduras hechas de hierro, las que estaban hechas de mithril no hacían demasiado ruido.  A no ser que se tratara de alguien con un oído extremadamente agudo o que un ladrón extraordinariamente hábil estuviera prestando atención, nadie podría suponer siquiera que Climb estaba caminando en armadura completa.

Era por eso que se había unido al equipo de exploradores.

Vieron su objetivo al salir del callejón. Unas paredes altas rodeaban el perímetro como para separar el interior del exterior. Daba la impresión de ser una fortaleza o una prisión. ¿Qué tipo de actividades ilegales podrían estar sucediendo dentro? Climb pensó en todas las oscuras actividades que podrían estar llevando a cabo. La luz mágica colocada a cada lado de la puerta no servía para alejar la oscuridad que parecía estar filtrándose al exterior desde la estructura. Aunque desde el exterior no podía ver el edificio descrito en el plan.

"Es ahí. No hay duda," murmuró Climb mientras se agachaba para ocultarse. Una voz a su lado le respondió.

"Eso parece, líder. La atmósfera encaja también. Iré a explorar."

Era la voz de uno de los antiguos aventureros de rango orichalcum, uno que poseía las habilidades de clase de un ladrón. Brain respondió en lugar de Climb.

"Ten cuidado. Hay guerreros que pueden detectar la invisibilidad."

"Por supuesto, después de todo se trata de los Ocho Dedos. Planeo actuar como si hubiera un lanzador de magia o un ladrón de mi nivel. Bueno, ambos, deséenme suerte."

Con eso, la presencia a su lado se desvaneció. Climb no podía oír nada, pero un ladrón de un calibre similar podría haber oído el sonido de los pasos dirigiéndose hacia la mansión.

Los únicos que se quedaron fueron Climb y Brain.

La razón por la que habían dejado atrás a todos los demás era porque los otros no estaban acostumbrados a actuar sigilosamente. Las armaduras completas eran ruidosas y habrían dado a conocer su escondite. Y ya que la batalla podía dar inicio en cualquier momento, tampoco podían quitarse las armaduras para acercarse.

Así que ellos dos habían venido en lugar de los demás.

Ambos eran guerreros así que no podían imitar a un ladrón. Sin embargo, a ambos les era posible actuar en la oscuridad; en el caso de Climb, era gracias a la magia imbuida en su armadura, y en el de Brain, porque podía usar artes marciales incluso en la oscuridad. Aunque, a partir de este punto quedaba en manos de los profesionales. Había una razón para que ambos se hubieran acercado tanto a pesar del peligro: Si el ladrón era descubierto, ellos tendrían que decidir con rapidez si su grupo debía atacar o retirarse. Ahora era el momento de esperar y ver, pero no tenían idea de lo que se desarrollaba al interior. Mientras pasaba el tiempo, lo único en lo que podían pensar era en cosas negativas.

"¿Estará bien?"

Brain respondió a las preocupaciones de Climb:

"No lo sé... pero lo único que podemos hacer es confiar en él. Después de todo es un antiguo aventurero de rango orichalcum."

"Sí. Es bastante experimentado, supongo."

Ambos perdieron la noción de cuánto estaban esperando. Entonces, de repente, Brain tomó su katana. Siguiendo el ejemplo de Brain, Climb también buscó su espada y oyó la sobresaltada voz de un hombre a su lado.

"Espera, espera. Soy yo, estoy de vuelta."

Era el ladrón que había ido a explorar.

"Ah, eres tú. Te acercaste pero no hiciste nada... ¿Estabas probando si realmente podría detectarte con mis artes marciales?"

"Sí, perdón por eso. Fue mi error querer poner a prueba al renombrado Brain Unglaus."

"No importa. Si se invirtieran nuestros roles, yo habría hecho lo mismo. De cualquier forma, ¿podrías decirnos qué hay dentro?"

Climb pudo sentir una corriente de aire y a alguien sentándose junto a él. Miró a su lado y no vio a nadie, pero podía sentir la extraña sensación de una débil presencia en ese lugar.

"Parece que el lugar ha sido preparado como algún tipo de campo de entrenamiento. El patio parece haber sido preparado así. Di una breve mirada por el edificio y había una gran cantidad de cuartos. Creo que es seguro afirmar que el edificio le pertenece a la División de Seguridad de los Ocho Dedos. Había un par de áreas en las que la seguridad era tan fuerte que no podía correr el riesgo de acercarme.  Además, hay malas noticias, líder."

El tono de sus palabras cambió la atmósfera, haciéndola muy tensa.

"Estos son los aspectos importantes. Hay una prisión al interior del edificio y una mujer está atrapada allí. Además, dentro del recinto hay personas que concuerdan con la descripción de los Seis Brazos."

Aun si la presencia de la mujer era un hecho imprevisto, ellos ya estaban preparados para la presencia de los Seis Brazos. Así que, ¿cuál era el problema? La pregunta que hizo Brain respondió a la curiosidad de Climb:

"¿Cuántos son? Teniendo en cuenta que dijiste 'personas', debe de haber más de uno."

"Cinco. Como ya tenemos al 'Diablo de las Ilusiones', eso probablemente significa que todos los demás se encuentran reunidos allí."

En otras palabras, ésta era una fortaleza inexpugnable. El peor lugar posible. Pero—

"Esto podría ser malo para nosotros, pero bueno para los demás. Si todos ellos están reunidos aquí, eso significa que los otros lugares serán mucho más fáciles."

Era el lado positivo de ésta, la peor situación.

"¿Entonces qué haremos, líder?"

"No hay nada que hacer. Este lugar será imposible de tomar. Nos retiraremos."

"¿Eso estará bien, Climb?"

"No, no realmente, pero ¿qué opción tenemos? Si todos los Seis Brazos están reunidos aquí, entonces éste debe ser uno de los dos lugares importantes y ni siquiera podemos asegurarnos de eso. Sin embargo, teniendo en cuenta la diferencia en nuestras fuerzas, es inevitable."

"Eso es cierto."

"¿Entonces deberíamos ir dentro y ver si podemos obtener algún documento antes de retirarnos?"

"No, es demasiado peligroso. Lo mejor sería retirarnos mientras ellos aún no saben que estamos aquí. ¿Qué les parece?"

"Sí, estoy de acuerdo. ¿Entonces qué haremos ahora? ¿Ir a ayudar a los demás en los otros puntos?"

"Ésa sería la mejor opción. ¿En ése caso, puedes informarle eso a los que nos están esperando? Nosotros nos quedaremos a ver si alguien nos sigue."

"Supongo que ser cuidadoso no hace daño. Lo dejo en sus manos entonces."

El ladrón, todavía invisible, hizo ruido intencionalmente al caminar para garantizarle a Climb que se dirigía hacia el lugar en el que esperaba el resto del grupo.

"...Parece que nadie lo sigue, Climb."

"¿Entonces debemos unirnos al resto y dirigirnos al siguiente punto?"

"Sí—  ¿eh? Mira allá, Climb."

Cuando se dio la vuelta, pudo ver a la persona que habían conocido ayer, acercándose al edificio que estaban vigilando.

"¿Es Sebas-sama? Por qué está..."

"...Es difícil pensar que es una coincidencia... ¿Qué está pasando? ¿Es uno de ellos?"

"No creo que ése sea el caso. También dudo que usted realmente pensara eso."

"Es verdad. Tal vez si él fuese alguien realmente bueno actuando, pero no creo que sea alguien así."

"Deberíamos llamarlo—"

Tan pronto como dijo eso, Sebas los miró directamente a ambos. Climb y Brain estaban escondidos en las sombras a una gran distancia para vigilar el edificio. No deberían de ser fáciles de detectar. Podría haber sido una coincidencia que él haya mirado en dirección suya, pero Climb no pensaba que ése fuera el caso.

Sebas se acercó a paso ligero.

Era una velocidad extraña. Cada vez que parpadeaban, él ya había se había acercado una increíble distancia, como si se estuviera teletransportando. Aunque sencillamente caminaba con normalidad, se movía a una velocidad que el cerebro se rehusaba a registrar.  Entonces llegó al callejón. Para ser más precisos, casi voló por sobre las cabezas de los dos hombres escondidos en la entrada.

"Vaya. Qué coincidencia verlos a ambos. Entonces, ¿qué están haciendo aquí?"

"N-No, eso es algo que nosotros deberíamos preguntarle... pero planeábamos atacar ese edificio, el cual le pertenece a los Ocho Dedos."

"...¿Sólo están ustedes dos?"

"No, hay más detrás de nosotros."

Climb le hizo una pregunta a Sebas, que estaba murmurando:

"¿Qué está haciendo aquí, Sebas-sama? ¿Tiene algo que hacer en ese edificio...?"

"Sí, para ser honesto, la mujer de la que les hablé ayer fue secuestrada y ahora está siendo retenida en ese edificio. Se pusieron en contacto conmigo, así que aquí estoy."

"¡¿Es así?! Hablando de ello, nuestro camarada, que exploró de antemano, dijo también que en ese lugar había una mujer."

"...¿Dónde está él?"

"Debería volver pronto... Ah, justo a tiempo."

El antiguo aventurero regresó sin su invisibilidad. Se mostraba cauteloso del anciano de aura caballerosa que no encajaba con la situación.

"Éste es Sebas-sama. Él nos ayudó ayer a capturar al 'Diablo de las Ilusiones'. Parece que conoce a la mujer de la que hablaste antes. Él es alguien en quien podemos confiar, no te preocupes demasiado."

El ladrón asintió con la cabeza como señal de que lo entendía y habló extensamente sobre la información que había reunido, comenzando por la mujer. Luego de oírlo todo, Sebas dijo con tono agradecido:

"Entonces es así, lo entiendo. Gracias, ahora iré a rescatarla."

"No te preocupes, anciano. Por cierto, todos están listos para retirarse..."

El ladrón miró a Sebas como si sintiera pena por tener que retirarse y dejarlo solo a pesar de saber que alguien a quien conocía había sido tomado de rehén.

"Sebas-sama. En este lugar se encuentran reunidos los Seis Brazos, los más fuertes entre los Ocho Dedos... ¿Puede encargarse de todos ellos?"

El ladrón frunció el entrecejo ante la pregunta de Climb, y éste entendió lo que él podría estar pensando. Los Seis Brazos eran enemigos que igualaban en fuerza a los aventureros de rango adamantita. Sería imposible ganar contra cinco de ellos. Sin embargo, ignorando tales dudas, Sebas respondió despreocupadamente.

"Si se trata de cinco personas similares a ese hombre de ayer, Succulent, no debería haber problemas."

El ladrón parpadeó por un momento antes de llevar a un lado a Brain y a Climb. Mirando a Sebas con tristeza en los ojos, preguntó:

"...Líder, ¿ese hombre está loco?"

Cualquiera que hubiera escuchado a Sebas hace un momento estaría de acuerdo. Especialmente si conocía las habilidades de un aventurero de rango adamantita. Pero Climb, que había sido testigo de las habilidades de Sebas, sabía que eso que había dicho no era por exceso de confianza.

"No, él es así de fuerte."

El ladrón miró a Climb como si estuviera mirando a un demente.

"Brain-sama piensa lo mismo también."

"¡¿Qué?! Unglaus, ¿tú también?"

Brain sonrió amargamente al mismo tiempo que asentía con la cabeza hacia el ladrón.

"Así es. Incluso si Gazef y yo lucháramos contra él al mismo tiempo, no seríamos capaces de ganarle."

"E, eso es...  No, si es verdad, entonces es increíble..."

El ladrón seguía mirando a Sebas con incredulidad, pero lo único que podía hacer era confiar en lo que los otros le decían.

"Ya que estamos pidiendo la ayuda de Sebas-sama... podría ser un inconveniente, pero, ¿podrías hablarle sobre los Seis Brazos?"

El único momento en el que Sebas abandonó su aura de caballerosidad fue cuando oyó el sobrenombre de uno de los Seis Brazos.

"¿Dijiste 'Rey Inmortal' Davernoc...? Es un sobrenombre inmerecido para una criatura insensata."

Aparte de ese murmullo, el intercambio de información terminó sin inconvenientes. Climb preguntó entonces:

"Así que, Sebas-sama... ¿es posible que nos ayude?"

"Por supuesto. De todas formas vine a rescatar a Tsuare. Me haré cargo de los Seis Brazos."

"Es ese caso, Sebas-sama entrará por el frente y nosotros nos infiltraremos en secreto para rescatar a Tsuare-san. Perdón por dejarle toda la lucha a usted, Sebas-sama..."

"Está bien. También es favorable para mí, ya que serán capaces de rescatarla mientras ellos están distraídos y no podrán llevársela usando alguna ruta de escape secreta."

"Lo entiendo. Rescataré a Tsuare sin importar qué. Entonces, ¿quién quieres que nos acompañe? No creo que sea una buena idea si vamos todos como estaba planeado..."

"Hmm... Si tenemos que infiltrarnos, sería mejor hacer el menor ruido posible. Luego de rescatarla, podríamos tener que luchar para abrirnos paso. Si ése es el caso..." El ladrón miró a Climb y a Brain. "Si la magia de invisibilidad se pudiera usar indefinidamente, otra sería la historia... pero creo que sería mejor si vamos sólo nosotros tres."

"¿Estará bien que yo vaya con ustedes?"

"Por supuesto, líder. Mis camaradas guerreros realmente no son aptos para las infiltraciones porque sus armaduras les dificultan el movimiento."

"Entiendo, entonces nos infiltraremos con los presentes."

"Sería bueno también si nuestro lanzador de magia pudiera lanzar hechizos de cancelación de ruido...  Bueno, si sólo son tres personas, le pediré que use magia de invisibilidad."

"Invisibilidad..." Climb habló con tono preocupado. "Aun si todos vamos invisibles mi yelmo puede detectar la invisibilidad una vez al día... pero ¿qué hay de ustedes? Va a ser un problema si nadie puede ver a los otros y se pierde."

"No te preocupes Climb, tengo un objeto mágico que puede detectar la invisibilidad. Aunque es de un solo uso, no tendré problemas."

"No te preocupes por mí, líder. No hay forma de que se me escapen los pasos de ustedes dos."

"Entonces podremos comunicarnos sin problemas. Le daremos algo de tiempo a Sebas-sama antes de infiltrarnos."

"Cuento con ustedes."

Climb y Brain se inquietaron un poco al ver a Sebas agachando la cabeza. No habían hecho nada para merecer una reverencia de alguien como él. Básicamente lo estaban usando de la misma forma como habían hecho en el burdel el día anterior.

"No, somos nosotros los que deberíamos agradecerle. Ya que vinimos a atacar este lugar, estamos muy agradecidos de que se encargue de los Seis Brazos."

"En ese caso, supongo que estamos a mano."

No pudieron percibir ningún rastro de negatividad en la brillante sonrisa de Sebas. Climb se puso de pie sintiéndose aliviado.

"Entonces, nos retiraremos y volveremos luego de que nos lancen la magia."


Parte 2
Mes de Fuego Bajo (9no mes), Día 4, 22:15

Aunque ligeramente, Sebas se había adelantado unos cuantos minutos antes del tiempo indicado en el pergamino. Aunque estaba temprano, se paró frente a la puerta.

Era una puerta parecida a una cerca así que podía ver el interior, sin embargo, los árboles bloqueaban su campo de visión.

"Oye, llegaste a tiempo."

Un hombre de voz áspera apareció de entre los árboles. Por supuesto, Sebas sabía que el hombre había estado allí todo este tiempo ya que había activado una habilidad que detectaba todas las formas de vida dentro de un rango determinado. No podía verlas físicamente, y ya que era peligroso depender únicamente de esa habilidad, sólo la usaba bajo circunstancias determinadas.

"Por aquí. Sígueme."

Siguiendo la guía del hombre a través de la puerta, Sebas avanzó por el pequeño camino que atravesaba el jardín. Para ser la propiedad de una organización clandestina como los Ocho Dedos, el jardín no se sentía sombrío. Los árboles estaban podados hábilmente y Sebas podía intuir que debían tener un jardinero bastante talentoso. Siguiendo el camino, se encontraba un gran claro que daba la impresión de ser un campo de entrenamiento. Numerosas antorchas cubrían el suelo y las llamas rojas bailaban por doquier. Había alrededor de treinta personas, la mayoría hombres y algunas mujeres, todas sonrientes. Eran las sonrisas de quienes estaban acostumbrados a la violencia y que no podía imaginarse perdiendo jamás.

Sebas miró alrededor del espacio abierto. No pudo encontrar a nadie que pudiera presentarle un desafío adecuado, pero encontró a los Seis Brazos de los que le había hablado el camarada de Climb.

Uno vestía una túnica con capucha. Estaba teñida de negro y los bordes estaban bordados con hilo rojo como si estuvieran imitando una llama. No podía ver el interior de la capucha, pero el aura no le pertenecía a un ser vivo. El sobrenombre "Inmortal" no era un simple juego de palabras, sino a que era un no-muerto.

La única mujer entre los Seis Brazos estaba vestida en sedas finas. Tenía incontables brazaletes dorados en las muñecas y tobillos y cada vez que se movía producían un sonido metálico. En su cintura colgaban seis cimitarras.

El hombre al lado de la mujer era llamativo. Estaba vestido como un matador y sostenía un estoque cuya hoja parecía como si creciera desde una rosa. Incluso olía como una.

El último hombre estaba cubierto en una armadura poco notable de cuerpo completo y mantenía su espada enfundada.

Un total de cuatro personas — su líder, Zero, no se veía por ninguna parte. Tal vez estaba esperando su turno en algún otro lugar. Cuando los cuatro avanzaron, sus secuaces se movieron para rodear a Sebas.

"Viejo, he oído que eres bastante fuerte. ¿Los derrotaste a todos de un solo golpe?"

"Nosotros tuvimos que asegurar nuestras posiciones entre los Ocho Dedos utilizando sólo nuestras habilidades. Sería peligroso si perdemos aquí. ¿Succulent? Fue un idiota por perder frente al líder de la división del Tráfico de Esclavos, incluso si esa división ha caído por ahora."

"Entonces, tengo una pregunta para ti. Succulent dijo que perdió contra Brain Unglaus, ¿pero no habrá sido derrotado por ti y simplemente no quiso admitirlo?"

"Bueno, nunca luchamos directamente. Sólo intercambié saludos con él en la mansión y la siguiente vez que lo vi estaba inconsciente."

"Ya veo, supongo que es natural que perdiera. Si su oponente fue el renombrado Brain Unglaus, no hay forma de que hubiera podido ganar."

"Especialmente si se volvió más fuerte desde el duelo y está al mismo nivel que Gazef Stronoff, la derrota de Succulent era un hecho."

"Pero no es algo que podamos perdonar. Luego nos encargaremos de Unglaus y de ese subordinado de la Princesa Dorada. Pero tú viejo, tú que has instigado toda esta molestia, tú morirás primero."

"Te quebraremos. Si no pudiéramos, quedaríamos mal."

"Hablas de ese lugar."

Dirigiéndose con toda seguridad a los Seis Brazos, Sebas apuntó hacia el tercer piso del edificio.

"Mucha gente de alto rango ha venido de muchos lugares. Se han reunido para vernos matarte despacio y con calma."

"¿Allí también está alguien llamado Zero?"

"Bueno, tal vez."

Los cuatro sonrieron burlonamente como si estuvieran mirando a un debilucho. Sebas hizo un gesto con el dedo hacia el edificio y luego, ignorando a los confundidos Seis Brazos, bajó la mano.

"¿Qué fue eso? ¿Buscas pelea?"

"No se preocupen por eso. Así que, ¿dónde está ella?"

"¿De quién hablas?"

La respuesta vino con una sonrisa que claramente lo menospreciaba. Sebas respondió despreocupadamente.

"La mujer que secuestraron de la mansión. Tsuare."

"¿Y qué si digo que la matamos?"

"¿En verdad son tan generosos?"

"¡Jajaja! Es verdad. No somos así de generosos. Ella va a ser un regalo para Cocco Doll. La tenemos muy bien envuelta."

"Ya veo..."

Sebas sintió que uno de los cuatro miraba repentinamente a un lugar específico del edificio. Lo único que importaba era que no era el lugar en el que le habían dicho que se encontraría Tsuare. Incluso así, lo único que tenía que hacer era confirmarlo luego.

"Ya que todos están reunidos aquí, vengan a la vez. Sería una pérdida de tiempo y una molestia si Zero escapa."

"...Este humano no mide sus palabras."

"¿Tanta confianza tienes de poder encargarte fácilmente de nosotros? Parece que nunca has encontrado a un oponente realmente fuerte."

"Son palabras en verdad muy sabias. Deseo devolverte esas palabras... ¿pero podría preguntar algo? ¿Por qué creen que soy más débil que Brain?"

"Es una pregunta estúpida. Cuando te vuelves tan fuerte como nosotros, eres capaz de sentir que tan fuerte es tu oponente. Y tú, viejo, estás muy lejos de nosotros."

A excepción de Davernoc, los otros dos estuvieron de acuerdo.

"Ya veo..."

Sebas también podía estimar aproximadamente la fuerza del enemigo por su Ki, pero era difícil de hacer cuando estaba oculta por una habilidad o por magia.

"Así que te daremos una oportunidad. Lucharemos uno a la vez, así que—"

"—Soy fuerte." Sebas les indicó que vinieran por él. "Como dije antes, no hagan algo tan molesto como luchar uno a uno contra mí. Si vienen todos a la vez, es posible que duren diez segundos."

"No nos subestimes, humano."

Los hombros de Davernoc temblaron.

"¿Subestimarlos? No, son ustedes los que me subestiman. Mi nombre es Sebas. El que me otorgó este nombre es el guerrero más fuerte. El amo al que sirvo es un Ser Supremo... pero, puedo ver que es inútil hablar de él con criaturas bajas como ustedes. Me cansé de hablar. Terminemos con esto."

Sebas avanzó. Fue hacia la criatura con el sobrenombre que más le molestaba.

"Rey Inmortal" Davernoc.

Su verdadera identidad era la de un Lich Ancestral. Los no-muertos normalmente aparecían en los lugares en los que moría mucha gente y tendían a guardar un profundo rencor contra los seres vivos, enfocándose en matarlos. Sin embargo, unos cuantos no-muertos con consciencia suprimían su odio hacia los vivos y formaban relaciones con ellos. Davernoc era uno de esos no-muertos. El objetivo de su vida antinatural era dominar la magia que no podía usar cuando había aparecido por primera vez y también obtener diferentes habilidades más allá de la magia.

Si hubiera habido no-muertos parecidos a él, podría haber sido una historia diferente. En realidad, existía una sociedad secreta que consistía únicamente de lanzadores de magia no-muertos, pero desafortunadamente, Davernoc nunca tuvo la oportunidad de conocer a ninguno de ellos.

Y así, buscó riquezas para poder aprender más magia.

Al principio, mataba viajeros en el camino y tomaba su dinero, pero, luego de ser derrotado por aventureros que fueron enviados como fuerza de castigo, se dio cuenta de la estupidez de tales acciones y buscó nuevas formas de adquirir dinero. Entonces ocultó su verdadera identidad para unirse a una compañía de mercenarios, pero descubrieron que era un no-muerto luego de percatarse de que podía lanzar "Bola de Fuego" continuamente, y tuvo que escapar.

Fue Zero quien se acercó a él luego de que acabara de perder su forma de ganar dinero.

Zero le presentó a alguien que le enseñaría algo de magia y le ofreció una cantidad razonable de dinero a cambio de trabajar para él. Era el tipo de ayuda que Davernoc nunca hubiera esperado. Si continuaba reforzando sus poderes mágicos, existía la posibilidad de que un ser inmortal como él pudiera algún día poseer la fuerza suficiente para destruir toda la vida. Zero habría estado apoyando a alguien que en el futuro representaría un peligro para la humanidad.

Sin embargo—

Sebas se acercó a él como una tormenta, dobló los dedos formando un puño y golpeó. Sebas hizo pedazos la cabeza de Davernoc sin darle tiempo a esquivar o a defenderse. Su vida antinatural fue extinguida antes de que pudiera entender qué tipo de ira había provocado. Sebas escupió con un rencor que no era propio en él.

"Sólo hay un ser que puede usar ese título. Aquel que está por encima de todo. Cómo se atreve a usarlo un no-muerto inferior como tú."

Mientras Sebas agitaba su puño derecho como para quitarse los pedazos de hueso, el cuerpo de Davernoc se desintegró y los numerosos objetos mágicos que había estado usando cayeron por todos lados. De entre la multitud congelada por el pánico, sólo los Seis Brazos se movieron. Sin haber experimentado las muchas matanzas propias de verdaderos veteranos, ellos no hubieran podido ser capaces de reaccionar. Esto era algo digno de admiración porque probaba que su reputación de ser capaces de enfrentarse de igual a igual contra aventureros de rango adamantita no era únicamente un rumor sin base.

El siguiente oponente de Sebas era la mujer.

"Cimitarra Danzante" Edstrom.

Las cimitarras tenían magia de 'Bailar' imbuidas en ellas. Justo como su nombre, las armas se movían como si estuvieran bailando y atacaban automáticamente, incrementando varias veces el número de ataques. Pero ya que la magia sólo permitía patrones simples, no era adecuada para usarse como arma principal. Sólo era útil para ataques sorpresa o de apoyo, y lo único que harían sería fastidiar al oponente si se usaba contra alguien de habilidad similar. Debido a que había un límite a los hechizos que podían imbuirse en un arma, era de sentido común usar un hechizo mejor que 'Bailar'. Por ejemplo, Gagaran de Rosa Azul únicamente usaba magia que incrementaba el poder de ataque de sus armas.

Sin embargo, para Edstrom, no había un hechizo más adecuado que 'Bailar'. Usualmente, este hechizo se activaba cuando el dueño del arma usaba su mente para darle órdenes, pero en medio de una batalla en la que uno arriesgaba la vida, era imposible hacer que un arma flotante hiciera otra cosa más que movimientos simples.

Pero era diferente para ella.

Era como si allí hubiera un guerrero invisible, uno que podía controlar el arma con movimientos naturales e iguales a los suyos. Eso se debía a la extraña forma en la que su cerebro estaba conectado, ella poseía dos habilidades en lugar de un talento innato.

Una de ellas era una percepción espacial casi anormal, y la otra era el poder usar sus manos independientemente la una de la otra para realizar acciones diferentes al mismo tiempo. Algunas personas eran capaces de esto a pesar de nunca haber aprendido a hacerlo, pero ella era mucho más hábil. Su cerebro era muchísimo más flexible, tanto que daba la impresión de poseer dos. Si únicamente poseyera una de estas dos habilidades, sería incapaz de manejar sus espadas con tanta libertad, así que el hecho de que poseyera las dos sólo podía describirse como un milagro.

De entre los nueve millones de ciudadanos del Reino, probablemente no había otra persona que poseyera ambas habilidades. Llevando a cabo su voluntad, las espadas abandonaron sus fundas y flotaron en el aire. En lo único en lo que ella necesitaba concentrarse era en su defensa. Las otras cinco espadas serían las que atacarían. Ésta era la prisión de espadas, una prisión en la que la muerte era segura.

Pero—

Incluso antes de que las cimitarras pudieran atacar, Sebas cerró la distancia y golpeó con el borde de la mano a una velocidad increíble. La mano de Sebas reforzada con Ki era más filosa que cualquier espada y la cabeza de la mujer voló instantáneamente. La sangre brotó de su cuello y su cuerpo colapsó un momento después. Sin embargo, las cinco cimitarras seguían flotando en el aire. El golpe de Sebas había sido tan preciso y rápido, que ella no había sentido su muerte. Probablemente tampoco ningún dolor. Siguiendo su voluntad, las cinco cimitarras se abalanzaron contra Sebas. Ignorándolas, Sebas se paró derecho y habló con tono de alabanza hacia la cabeza cercenada.

"Y pensar que puedes luchar incluso luego de perder la cabeza... aplaudo tu espíritu de lucha."

Los labios de la mujer se abrieron y cerraron. ¿Qué era lo que él le estaba diciendo? Ella no podía entenderlo, pero como sintiendo algo en sus palabras, sus ojos miraron alrededor y encontraron su cuerpo decapitado. Es mentira. Es una ilusión. Es imposible que pueda perder. No he perdido. La razón por la que no me puedo mover es probablemente porque alguien usó magia. Alguien diga algo. Cuando aceptó la verdad, su rostro se retorció por la desesperación. Su boca se abrió y cerró una vez más y las espadas que seguían a Sebas cayeron al suelo. No mostraron signos de que se moverían de nuevo.

"¡Vamos juntos! ¡Los dos podemos vencerlo!"

El grito vino del hombre vistiendo la armadura completa, que casi no podía contener el pánico. La armadura no lo podía proteger del miedo. Se dio cuenta no sólo con su cuerpo, sino también con todo su corazón, de que lo que Sebas había dicho había sido verdad, y de que éste era alguien a quien no debía de haber convertido en su enemigo.

"¡R-r-recibe mi 'Corte Dimensional'!"

Instintivamente sabía que moriría. Sabía que nunca podría vencer a Sebas. La razón por la que no había intentado huir era porque sabía que estaría muerto luego dar unos cuantos pasos. Si luchaba, moriría; si huía, moriría. Ya que ninguna era una opción, su actitud mostraba que a pesar de todo era un guerrero.

Sebas entrecerró los ojos. Era la primera vez que pensaba que necesitaría tener cuidado de un oponente. El creador de Sebas, el Campeón del Mundo, Touch Me, tenía una habilidad definitiva que podía desgarrar el tejido del espacio y del tiempo. No había forma de que su oponente pudiera ser capaz de usar ese tipo de ataque, pero incluso una burda imitación sería capaz de dañar a Sebas.

"Verdugo del Vacío" Pesylian.

Había recibido su sobrenombre por la habilidad mágica de desenvainar su espada de una funda de un metro de largo y ser capaz de golpear a un oponente hasta a tres metros de distancia. Sin embargo, no era un ataque que cortara realmente a través del vacío.

El secreto yacía en la espada.

Era un tipo de espada llamada Urumi. Era una espada larga, hecha de metal suave, que se doblaba y sacudía con facilidad. Lo que tenía era una espada laminada a una delgadez tan extrema, que sería más adecuado que lo llamaran el "Verdugo de la Espada Delgada". Tal vez una descripción más adecuada sería la de un látigo metálico, largo y delgado. Se había ganado el sobrenombre al agitar su espada a gran velocidad y matar a sus oponentes con sólo un destello de luz.

A comparación de los otros Seis Brazos, era más cercano a un truco que a una habilidad, pero el hecho de poder controlar un arma tan compleja era prueba de que era un guerrero muy habilidoso.  Incluso aquel al que llamaban el guerrero más fuerte, Gazef Stronoff, sería incapaz de manejar esta arma con tanta destreza como lo hacía Pesylian. Sin embargo, su verdadera fuerza yacía en el hecho de que no importaba que el oponente pudiera entender la naturaleza del arma. Lo aterrador del látigo era su velocidad extrema. Era difícil, o mejor dicho imposible, esquivarlo simplemente con mirarlo. Era un ataque ejecutado a una velocidad increíblemente alta. Para un ser humano que no supiera lo que era, parecería ser un ataque que cortaba a través del vacío.

—Pero.

La hoja de la espada, el ataque a velocidad extrema, fue detenida entre dos dedos. Lo hizo en un movimiento tan natural, que parecía como si hubiera estado recogiendo algo que se le había caído antes. Sebas observó el objeto metálico entre sus dedos y levantó una ceja.

"Qué es esto... Si estabas hablando de cortar atravesando dimensiones..."

"¡Shiaaa!"

Con un extraño sonido parecido al de un pájaro, un estoque voló hacia Sebas.

"Mil Muertes" Malmvist.

Su arma principal, Espina de Rosa, tenía dos encantamientos aterradores imbuidos en ella. El primero era 'Triturador de Carne'. En el momento en el que el estoque entraba en contacto con la piel, desgarraba la carne a su alrededor. Si la espada atravesaba la piel, dejaría una herida aun más grande con la carne destrozada alrededor. El segundo encantamiento era 'Maestro Asesino'. Era un encantamiento que convertía incluso un pequeño rasguño en una herida grave.

Estas habilidades por sí solas eran bastante destructivas, pero había un secreto más. Esta vez no era magia, sino veneno. La punta de Espina de Rosa estaba cubierta con un veneno especialmente potente, una mezcla de varios venenos mortales. Malmvist era originalmente un asesino más que un guerrero, así que también luchaba como uno. Era el tipo de lógica que dictaba que si uno estaba luchando para matar, lo mejor era matar al oponente rápida y eficientemente, sin importar el método. El resultado era un arma que podía matar incluso con un rasguño.

Si uno no había planeado las cosas, podría morir fácilmente, sin importar que se tratara de Gazef Stronoff o de Brain Unglaus.

Pero ésa era también su debilidad.

Debido a su forma de pensar, de poder ganar con sólo hacerle un rasguño a su oponente, la habilidad de Malmvist con la espada era bastante limitada. Sin embargo, su habilidad para atacar con estocadas era real y si se juzgaban únicamente las estocadas, serían más fuertes que los ataques de Gazef Stronoff. En otras palabras, eran las estocadas más fuertes del Reino. Adicionalmente, sus numerosas artes marciales podían igualar incluso a la antigua miembro de la Escritura Negra, Clementine.

Pero—

Sebas no lo esquivó. No necesitaba hacerlo.

"...!"

Malmvist, que acababa de atacar con una estocada usando todas sus fuerzas, se quedó sin palabras. Vio la punta de su arma, que podía matar a cualquiera con sólo un rasguño, siendo detenida por el dedo de Sebas. Así era. Sebas había bloqueado la punta del estoque con su dedo.

"...¿C-cómo lo hiciste?"

Parpadeando profusamente, lo único que Malmvist podía hacer era gemir luego de confirmar que no se trataba de una ilusión o de un sueño. Eso era todo lo que podía hacer. El sentido común le decía que era imposible. No había forma de que Sebas pudiera detener una estocada tan poderosa como para atravesar el acero. Su experiencia le decía a gritos que era imposible, pero la realidad le contaba una historia diferente. Incluso con todas sus fuerzas, Malmvist no podía apartar el dedo del viejo.

Espina de Rosa se estaba doblando. Intentó apartarla para poder atacar un lugar diferente, pero Sebas la sostuvo con firmeza entre sus dedos pulgar e índice. No podía mover su espada en absoluto. Era como si una montaña inamovible estuviese allí. Cuando Malmvist miró a su camarada, también estaba jalando su espada con todas sus fuerzas. En medio de todo ello, resonó una voz acerada.

"Entonces, aquí voy."

Un momento después, la cabeza de Pesylian estalló en pedazos.

Fue un ataque extraño de ver de parte de Sebas. Hasta ahora había atacado con elegancia, pero este ataque era un ataque irreflexivo provocado por la ira.

Sebas movió su mirada hacia su puño derecho, con el que le había atravesado fácilmente la cabeza, haciéndola volar en pedazos.

Su guante blanco estaba teñido de sangre y tenía un penetrante olor metálico.

"Eso fue impropio de mí..."

Sebas apartó los dedos del estoque y se quitó el guante empapado en sangre. En el momento en que éste cayó al suelo, Malmvist lo tomó rápidamente usando el estoque.

Malmvist podría sentirse orgulloso de su velocidad como de cometa, pero para Sebas, fue ridículamente lento. Tenía muchas formas disponibles de tomar el guante de vuelta, incluyendo aplastar el estoque y hacer volar la cabeza de Malmvist, pero siendo incapaz de entender lo que pretendía su oponente, Sebas preguntó con curiosidad genuina:

"Exactamente... ¿qué intentas hacer?"

"¡¡¡Es esto!!! Éste es el objeto mágico que te hace más fuerte, ¿cierto?"

Era un guante normal hecho de lino blanco.

Con voz quebrada, con espuma en las comisuras de la boca y ojos inyectados de sangre. Malmvist ya había descendido medio camino a la locura. Estaba intentando racionalizar las cosas increíbles que había presenciado.

"Sólo tienes que admitir que soy más fuerte que tú. Qué persona tan molesta... Si lo deseas, sigue pensando eso."

Sebas dirigió su puño hacia el hombre que reía como un demente. Luego de que la cabeza de Malmvist volara y de que su cuerpo colapsara, se hizo el silencio. Sebas sopló rápidamente sobre su puño como si allí hubiera una mota de polvo. Sus dedos, en los que había usado 'Piel de Hierro', no tenían ni un rasguño.

"Si no hubiera estado tan en guardia de algún ataque falso como los del 'Verdugo del Vacío', todo habría terminado en cinco segundos, pero los felicito por durar veinte contra mí."

Sebas apuntó hacia el edificio en el que la gente debía de haber estado viendo esta espantosa escena y le dio una orden al depredador oculto.

"Solution, es posible que tengan información importante, así que por favor captúralos vivos. Ahora..."

Miró con ojos fríos a los temerosos secuaces que lo rodeaban.

"Diez segundos para todos ustedes."


Parte 3
Mes de Fuego Bajo (9no mes), Día 4, 22:13

Climb caminaba apresuradamente por entre el pasillo vacío. Aun cuando habían lanzado Invisibilidad sobre ellos, gracias a su yelmo, podía ver a las dos personas que iban con él. Debido al yelmo, en cierto momento incluso llegó a pensar que no habían lanzado magia de invisibilidad sobre ellos. Sin embargo, si observaba cuidadosamente, los colores tenues confirmaban que ése no era el caso. Aunque debían tener cuidado de no hacer ruido, no podían permitirse el lujo de reducir la velocidad.

Tenían que rescatar a la mujer mientras Sebas distraía a los otros. Incluso si Sebas era más fuerte que Gazef Stronoff y Brain Unglaus juntos, sus oponentes eran los Seis Brazos, unos enemigos que podían hacer frente a aventureros de rango adamantita. Si ellos decidían atacar juntos a Sebas, las cosas podrían ponerse feas. Era por eso que debían rescatar a la mujer con rapidez y escapar con Sebas.

Luego de doblar varias esquinas y de descender un piso, el ladrón que iba al frente se detuvo.

"Perdón por detenerme de pronto, líder. Estamos aquí. La cárcel está justo al doblar la esquina y hay una mujer retenida allí."

Probablemente fue una coincidencia, pero en el momento en el que el ladrón habló, el hechizo que les otorgaba invisibilidad sobrepasó su tiempo límite y las siluetas de los tres se hicieron nítidas nuevamente. A la señal del ladrón, Climb dio un vistazo por la esquina y vio un corredor oscuro con grandes habitaciones con barrotes a cada lado.

"...No hay nada más aquí, justo como en el reconocimiento que hice antes."

No había otros prisioneros ni guardias. Era demasiado sospechoso como para explicarlo como solamente un "descuido". Era casi como una trampa. Pero pensándolo bien, quién se atrevería a infiltrarse en el edificio mientras los más fuertes entre los Ocho Dedos, los Seis Brazos, se encontraban reunidos allí. De no ser por otros factores, tales como Sebas distrayendo a todos, Climb no habría venido aquí. Los Seis Brazos podrían haber pensado eso también. Esos eran los factores a favor del grupo de Climb, pero tenían que estar en guardia.

"Terminemos rápido con esto."

Sintiendo algún tipo de camaradería luego de haberse expuesto juntos al peligro, Brain le preguntó al ladrón con familiaridad:

"¿Puedo preguntarte algo? ¿Qué hace esa puerta doble allí?"

Cuando él volvió la mirada hacia el lugar más en lo profundo, en el lugar se encontraba una puerta grande tal como había dicho Brain.

"Ah— Por mi experiencia, esto es más parecido a una celda de retención que a una prisión. Detrás de esa puerta... debería haber algún tipo de arena de combate. "

"Hablando de ello, puedo oler el hedor de animales viniendo de esos cuartos. He oído que en el Imperio, hacen luchar a monstruos entre ellos en una arena de combate... "

Climb olfateó el aire siguiendo el ejemplo de Brain. Pudo oler bestias, carnívoros, para ser más precisos.

Brain murmuró para sí mismo.

"¿Pero lo están usando con propósitos de entrenamiento, o para ejecuciones públicas? Si tienen otro uso, prefiero no pensar en ello. Tal vez es también para un espectáculo. Ah, estoy hablando de cosas inútiles. ¿Vamos?"

Climb asintió ante la sugerencia de Brain y el ladrón también estuvo de acuerdo. Con el ladrón al frente, Climb y Brain lo siguieron. Luego de llegar a una de las celdas al interior de la prisión, el ladrón examinó el suelo. Climb sacó una de las campanas de su bolsa, la hizo sonar, y con el poder de la magia, pudo oírse el sonido de algo desbloqueándose.  El ladrón se veía decepcionado, pero ya que no tenían mucho tiempo, Climb esperaba que pudiera entenderlo.

"¿Eres Tsuare-san?"

Climb le preguntó a la mujer al interior. La mujer, que estaba tendida en el suelo, se puso de pie. Llevaba las ropas de una sirvienta, y su apariencia concordaba con la descripción de Sebas. Teniendo en cuenta que no había tenido tiempo de cambiarse desde que había sido secuestrada, ésta definitivamente era ella. Climb sintió un poco de alivio. Su primer objetivo estaba completo. Ahora era el momento de su siguiente objetivo; escapar con ella.

"Sebas-sama nos dijo que te rescatáramos. Por favor ven aquí."

Tsuare asintió con la cabeza frente a Climb y luego mostró una expresión de asombro cuando vio a Brain y al ladrón en el momento en el que salió de la celda. Su mirada se detuvo especialmente en Brain.

"Esta puerta —la que está en la misma dirección que la arena de combate— no hay ningún ruido viniendo de detrás, pero atravesar un lugar en el nunca hemos estado antes es demasiado peligroso. Es mejor volver por donde vinimos."

Climb y Brain estuvieron de acuerdo. Teniendo en cuenta que ambos eran guerreros, pensaron que lo mejor era dejarle tales decisiones a un experto. Climb miró hacia abajo, a los pies de Tsuare, y confirmó que estaba usando zapatos. Correr no sería un problema.

"Entonces partamos antes de que venga el enemigo."

"Entendido. Yo iré al frente de nuevo, pero ya que no tenemos magia de invisibilidad esta vez, seré más cuidadoso. No se pierdan mi señales."

"Entendi... ¿qué sucede, Brain?"

"¿Hmm? ...Nada. Probablemente no es nada, Climb."

Brain frunció el ceño y no dijo más. Continuó mirando a Tsuare, pero Climb no podía encontrar nada malo en ella. Se veía como una sirvienta normal que había sido secuestrada.

"¿Listos? Entonces partamos."

El ladrón avanzó adelante, seguido por Climb, luego Brain y Tsuare, que iba última. Pasando a toda prisa frente a las puertas de las celdas, el ladrón disminuyó la velocidad cerca a una esquina para reconocer el camino a seguir, sin embargo alguien apareció doblando la esquina como si estuviera dando un tranquilo paseo y bloqueó el camino del ladrón. Ellos habían anticipado encontrar a algún enemigo, pero era difícil reaccionar ante algo tan repentino como esto. Climb se congeló ante el súbito suceso, pero el ladrón demostró una reacción digna de un antiguo aventurero de rango orichalcum. Sacó su daga y corrió hacia adelante con la intención de matar.

¡Crash!

Con un fuerte ruido, el ladrón voló hacia atrás. Fue como si hubiese sido embestido por un toro. Fue coincidencia, pero Climb detuvo su caída. Si el ladrón hubiera caído al suelo sin nada para suavizar el impacto, habría recibido una cantidad enorme de daño, pero afortunadamente Climb y el ladrón golpearon el suelo juntos al momento de ser enviados hacia atrás. La mente de Climb inmediatamente se concentró en el ladrón que gemía en agonía, pero tenía que prestar atención al hombre que había aparecido de pronto. Ese hombre debía ser el enemigo. Climb se percató súbitamente del nombre del hombre y gritó con sorpresa.

"¡Zero!"

Este hombre era parte de los Seis Brazos, era el líder de la división de Seguridad y el hombre más fuerte entre los Ocho Dedos.

"...Así es, chico. Tú eres el esclavo de esa perra. Hmph, y pensar que las hormigas se han arrastrado todo el camino hasta acá. Si dejas miel como cebo, parecen salir arrastrándose de todos lados. Verdaderamente repugnante."

Zero miraba únicamente a Climb y al ladrón, que estaban tendidos en el suelo, pero en realidad su atención estaba fija en Brain. Lo estaba estudiando, examinándolo de arriba a abajo para medir que tan fuerte era realmente como guerrero.

Climb dio gracias porque los verdaderamente poderosos no le prestaban atención y examinó el estado del ladrón.

"¿Estás bien? ¿Tienes algún método de curación?"

Climb hablaba en voz baja para que Zero no se diera cuenta, pero no hubo respuesta, sólo un gemido lleno de dolor. Sorprendentemente, había una abolladura con forma de puño en la armadura que cubría el pecho de ladrón. Era prueba de lo fuerte que había sido en verdad el ataque de Zero. El ladrón recobró la consciencia luego de varias sacudidas y Climb buscó alrededor de su cintura de acuerdo a lo que le dijo.

"Recuerdo tu cara. Brain Unglaus, eres el que luchó frente a frente con Gazef Stronoff. Tu postura no tiene puntos débiles. ¿Parece que entrenaste un poco luego del torneo? Ahora lo entiendo. La razón por la que Succulent perdió fue porque probablemente luchó contigo. Su oponente era demasiado fuerte. Creo que tendré que perdonar su derrota. Usualmente, mataría a cualquiera que me hiciera quedar mal, pero soy generoso. Haré una excepción para alguien de tu habilidad y manejo de la espada. Arrodíllate ante mí y jura ser mi subordinado. Si haces eso, te ayudaré a conseguir cualquier cosa que desees."

"¿Es buena la paga?"

"Jojo... ¿Interesado?"

"Bueno, preguntar no hace daño. Ya que vencí a Succulent, espero un buen trato."

"¡Jajaja! Eres codicioso. Y pensar que hablas de dinero antes de rogar por tu vida. No puedes llevarte el dinero a la tumba, ¿sabes?"

"¿Entonces, qué es lo que estás diciendo? ¿No puedes pagarme una buena suma? Parece que eres más pobre de lo que aparentas. ¿O estás acaparándolo todo para ti solo?"

"¿Qué?" Unos crujidos se oyeron del puño de Zero. "Parece que tu boca es lo único que funciona, Unglaus. Hay montones de espadachines que son mejores hablando que luchando, ¿eres uno de ellos? ¿O es que te sientes muy confiado luego de derrotar a Succulent? Si es así entonces me debería disculpar de que te sientas tan confiado luego de derrotar al más débil de los Seis Brazos."

Brain se encogió de hombros como para presumir. Probablemente estaba ganando tiempo para Climb y para el ladrón herido. Así que, ¿por qué Zero le estaba siguiendo el juego? ¿Se debía a que confiaba en que podía vencerlos incluso a los tres? ¿O era algo más?

(...¿Eh?)

Cuando Climb prestó atención a su entorno, vio a Tsuare acercándose lentamente hacia Brain.  Si estaba buscando protección, lo mejor habría sido moverse detrás de Climb y del ladrón. No había razón para enfrentar el peligro de pararse detrás de alguien que estaba enfrentando a Zero. Brain miró detrás de sí una vez. Fue un movimiento sutil, pero su mirada se dirigió hacia Tsuare y no era una mirada amigable. No, era más como si estuviera enfrentando a un enemigo.

(¿Eh? ¿Por qué allí? ¿Miró hacia acá? No, no fue eso.)

Algo estaba pasando. Climb se puso de pie sintiéndose inquieto.

"Hmph, parece que la hormiga finalmente se levantó. ¿Ya ganaste suficiente tiempo? Entonces oigamos lo que realmente piensas. No, las palabras no son necesarias. Arrodíllate o no lo hagas, sólo hay una elección. Ahora Unglaus, decide."

Brain resopló hacia Zero.

Eso fue todo.

"¡Entonces muere!"

Zero movió su mano izquierda hacia adelante y retrajo su mano derecha para hacer un puño. Redujo su centro de gravedad y esperó listo. Por la forma en que se expandieron sus músculos, casi se esperaría oír el sonido de la carne desgarrándose. Si en este momento se tuviera que describir a Zero de manera simple, entonces sería como una roca, no, como un toro furioso. Brain también agachó su postura. Era similar a la de Zero, pero también completamente diferente. Si Zero era como la corriente rápida de un río, entonces Brain era parecido al agua fluyendo tranquila y clara. Si Zero era el ataque, Brain era la defensa.

"Les dije que no mataran al viejo, pero ellos son muy inquietos. Podrían sobrepasarse y matarlo. Eso me pondría en una situación difícil, porque se supone que tengo que matar a ese viejo como un ejemplo de lo que le sucede a los que se atreven a oponerse a nosotros."

La cara de Zero se arrugó por la ira. Era como si su cara fuera la prueba de que la rabia podía volver fea a una persona.

"Unglaus, tu muerte será la prueba de que soy el más fuerte. ¡Tu tumba servirá de recordatorio para cualquiera lo suficientemente estúpido como para desafiar a los Seis Brazos! Y en cuanto al esclavo de esa puta, decoraré su cabeza y se la enviaré a ella."

La sed de sangre que inundó el corredor era suficiente como para hacer temblar el cuerpo de Climb. Sin embargo, comparado a lo que había sentido de parte de Sebas el día anterior, no era nada. Climb se volteó rápidamente y Zero mostró la más leve de las preocupaciones ante eso.

"¿Eso es todo? Muy bien. Zero, me enfrentaré a ti. ¡Climb, ocúpate del que está atrás de mí!"

Él único que no entendió a qué se refería fue Climb. Sin dudarlo, el ladrón arrojó un dardo hacia Tsuare. El dardo arrojado por el antiguo aventurero de rango orichalcum era afilado y rápido.

Sin embargo, de algún modo, Tsuare fue capaz de esquivar el dardo casi sin esforzase. Por la descripción de Sebas, Tsuare era una simple sirvienta. El movimiento que acababa de hacer hace un momento era demasiado ágil para que se trate de una coincidencia.

"¿Ya me descubrieron?"

Su apariencia era la de Tsuare, pero su voz era la del "Diablo de las Ilusiones" Succulent.

"La razón por la que no dijiste nada a aquellos que vinieron a rescatarte fue porque tu voz te delataría, ¿cierto? Pero si intentas pararte detrás de alguien, cualquiera sentiría sospechas. Incluso antes de eso tenía algunas dudas, considerando la posibilidad de que ella estuviera siendo controlada mentalmente o que alguien estuviera disfrazado de ella."

Con eso, Brain reveló el truco de Succulent al mismo tiempo que se concentraba en Zero.

"Se percataron de ello por la forma en que corría, pero no pudieron obtener ninguna prueba sólida hasta el final... Debo admitir que eres bastante bueno. No es de extrañar, aun estando herido, fuiste capaz de lanzar el dardo sin decir nada."

El ladrón se detuvo sólo por un momento y le mostró una expresión de gratitud a Succulent.

"Hmph. Succulent, parece que tus pequeños trucos han sido descubiertos. En ese caso el momento de los trucos ha terminado. ¡Ahora es cuando todo se decidirá por la fuerza! ...Succulent, encárgate de esos dos. Al menos puedes hacer eso, ¿correcto?"

"Por, por supuesto, jefe."

La figura de Tsuare se desvaneció y apareció Succulent. Sin embargo, seguía vistiendo el uniforme de sirvienta. Succulent entendió muy bien lo que Zero quería decir y miró fijamente a Climb.

"Nos volvemos a encontrar, chico."

Su voz era extrañamente tensa, teniendo en cuenta que el día anterior había vencido a Climb. Los Ocho Dedos no eran una organización misericordiosa, y no se tolerarían más fallas. Succulent estaba contra la pared y no podía permitirse dar ninguna tregua.

"¿Los Ocho Dedos habían sido eran capaces de liberar a alguien encarcelado directamente bajo las órdenes de la Princesa?" Climb sintió el alcance de la influencia de los Ocho Dedos al mismo tiempo que tomaba su espada. "...Esta vez no puedo perder."

La última vez, Brain había derrotado a Succulent de un solo golpe, pero ya que tanto Zero como Succulent estaban presentes, sería difícil que Brain pudiera enfrentarse al mismo tiempo a dos de los Seis Brazos. Tampoco podía confiar en que Brain vencería a Zero y enfocarse sólo en ganar tiempo. Climb sabía que Succulent era mejor que él. Con una determinación mediocre, sólo perdería como ayer.

Esta vez iba a ganar.

Climb se decidió a no retroceder y avanzó hacia Succulent.

"No te preocupes, no te preocupes. Te ayudaré."

El ladrón habló por detrás de él. Su tono de voz relajado fue probablemente para evitar que Climb se pusiera demasiado tenso. Climb estaba agradecido por el apoyo, pero el ladrón había recibido un ataque de Zero y aún no se había recuperado por completo, incluso luego de usar una poción. Climb tampoco estaba seguro de que tan buen apoyo podría brindarle el ladrón a alguien con quien nunca había luchado lado a lado antes.

El ladrón sonrió como si hubiera leído los pensamientos de Climb.

"No te preocupes, usualmente el rol que cumplo es el de apoyo. Te mostraré una forma de luchar diferente a chocar espadas."

"Gracias."

El ladrón tenía amplia experiencia. Climb no necesitaba adecuarse a él, en lugar de eso, el ladrón apoyaría los puntos débiles de Climb. Lo único que Climb debía hacer era luchar contra Succulent con todas sus fuerzas. Cuando reforzó su determinación y se dio la vuelta, Succulent estaba creando clones como la última vez. Había muchos Succulents, y Climb no podía decir cuál era el verdadero. Un sabor amargo se esparció en su boca. En el momento en que ambos se acercaban lentamente el uno al otro, una bolsita abierta voló desde atrás de Climb en dirección a Succulent.

"¡De esta forma luchan los ladrones!"

La bolsa explotó junto a los pies de Succulent y un polvo se esparció por todos lados. Succulent cubrió su boca para protegerse contra el veneno, pero no se trataba de eso, era un objeto mágico.

"Es 'Polvo de Fuego Fatuo'."

El efecto fue inmediato. De entre los cinco Succulents, sólo uno tenía una luz blanquecina y lechosa alrededor.

Succulent se dio cuenta de esto y sus ojos se abrieron por completo.

El 'Polvo de Fuego Fatuo' tenía la finalidad de ser usado contra oponentes sigilosos como ladrones o alguien que usara magia de invisibilidad. Únicamente reaccionaba contra seres vivos.

Ya que 'Visión Múltiple' hacía copias del cuerpo, incluso si se arrojaba tinta sobre él, el cambio sería reflejado inmediatamente entre los clones. A menos que alguien fuese verdaderamente bueno distinguiendo las cosas, era muy difícil identificar el cuerpo verdadero. Sin embargo, los efectos de los objetos mágicos no eran reflejados en los clones. Si se tratara de un hechizo de alta gama, sería capaz de engañar incluso a objetos mágicos, pero alguien como Succulent, que había entrenado para ser tanto Ilusionista como Esgrimista, no podía lanzar ese tipo de magia.

La espada de Climb se balanceó en dirección del cuerpo real de Succulent.

"Maldición."

Succulent se alejó de un salto, esquivando el ataque. Fue un esquive espléndido, sin embargo las ropas de sirvienta quedaron desordenadas como resultado.

Intercambiaron diez golpes más de esa misma forma.

El que estaba a la ofensiva era Climb. Esto no era un truco intencional de Succulent, sino la pura diferencia en sus habilidades. No había forma de que una persona se volviera extremadamente fuerte en el transcurso de un día, así que nada debía de haber cambiado desde ayer. Sin embargo, siempre había excepciones. Climb simplemente se había vuelto más fuerte y Succulent se había vuelto más débil.

En primer lugar, a diferencia de ayer, esta vez Climb tenía consigo su armadura, su escudo, su espada y otros accesorios. Su resistencia y defensa se habían incrementado y podía usar su estilo habitual de lucha. Por otro lado, a Succulent le habían quitado todos sus objetos mágicos cuando fue arrestado, y en este momento también estaba usando el incómodo atuendo de una sirvienta.

Debido al cambio de equipos, la diferencia entre ellos se había reducido, pero eso no era todo.

Otra de las razones era que Climb ya sabía cómo peleaba Succulent. Otra era que había un ladrón apoyándolo. La magia de ilusión de Succulent era inútil gracias a los objetos que el ladrón estaba usando. Era como si hubieran estado listos para hacerle frente.

En realidad el ladrón había reunido información sobre los Seis Brazos y se había preparado para enfrentar a cada uno de ellos. El hecho de que se hubiera preparado incluso para enfrentar a Succulent, que estaba preso, era sorprendente. Sólo alguien con una personalidad verdaderamente meticulosa podría haberse preparado para todo eso.

"¡Maldición!"

Aun antes de que la lucha empezara de verdad, Succulent dejó escapar un grito de frustración.

Al que tenía bajo su mirada era al ladrón, pero Climb siempre se movía para bloquear el camino de Succulent hacia su objetivo.  No podía permitir que Succulent lo atacara, y al estar protegido por Climb, el ladrón comenzó a provocar a Succulent:

"Oye, oye. No pongas una cara tan aterradora. Se supone que eres miembro de los Seis Brazos, alguien que está a la par de los aventureros de rango adamantita. Este tipo de desventajas deberían ser fáciles para ti."

El rostro de Succulent se arrugó de rabia. Los rasguños que tenía de los intercambios anteriores sangraron, haciendo su rostro aún más feo.

"¡Bastardo!"

Con una sonora maldición, Succulent se preparó para lanzar magia. Normalmente, un guerrero como Climb habría arremetido contra él para interrumpir el lanzamiento, pero no lo hizo esta vez. Cuando había intercambiado más de diez ataques con Succulent, había comenzado a confiar en que el ladrón haría lo apropiado en el momento adecuado.

Una botella voló desde atrás de Climb y se rompió a los pies de Succulent. Climb pudo ver el humo de colores esparciéndose por todos lados.

"¡Guh! Cof, cof"

Succulent tosía adolorido.

El ladrón había interrumpido el lanzamiento de la magia con un objeto alquímico, cuyos efectos se hicieron evidentes de inmediato.

Si Succulent se hubiera especializado únicamente en ser un lanzador de magia, este tipo de interrupción no habría sido nada, pero ya que había entrenado para ser un guerrero al mismo tiempo que un lanzador de magia, incluso una interrupción menor rompió su concentración, provocando que desperdiciara su mana.

Climb se apresuró con todas sus fuerzas hacia el distraído Succulent. No se trataba de la continuación de la pelea de hasta ahora. Era el tipo de avance lleno de la determinación de no dar un solo paso atrás. Dependiendo del observador, algunos podrían decir que era un movimiento prematuro en una apuesta por obtener una rápida victoria. Pero los instintos de guerrero de Climb estaban gritando.

Este momento determinaría el final del duelo.

Era verdad que Climb y el ladrón habían estado a la ofensiva hasta ahora, pero eso no garantizaba que podrían mantener la ventaja. Los objetos que el ladrón estaba arrojando eventualmente se agotarían, así que Climb tenía que acabar con esto mientras aún tenían las de ganar.

Lo que Climb activó fue un arte marcial original que había aprendido el día anterior.

Esta técnica no tenía nombre aún, pero si él fuera a darle uno en este momento, la llamaría "Romper Límite: Mente". Su efecto era remover todos los límites que el cerebro imponía al cuerpo, y como resultado todas sus habilidades se incrementarían en un nivel, incluyendo sus habilidades físicas.

La desventaja era que si la usaba por un periodo de tiempo prolongado le causaría fatiga física y desgarros musculares, pero si no intentaba terminar la pelea con rapidez, aun a costa de usar este tipo de métodos, no sería capaz de vencer a Succulent.

Mientras se activaba el arte marcial, pudo sentir algo encajando y cambiando en su mente.

Con un grito dejó escapar todas las emociones arremolinándose en su interior, y el rostro de Succulent se fue inundado de pánico como si se hubiera dado cuenta de algo. Tal vez sintió miedo y asombro, pero de cualquier forma, ésa no era la cara que alguien a la par de los aventureros de rango adamantita mostraría a otro que estuviera por debajo de su nivel.

Climb blandió su espada hacia abajo pero fue bloqueada. Bloquear una espada usando sólo una daga y sin ninguna ayuda mágica era verdaderamente digno de admiración. Sin embargo, por haber forzado a un esgrimista como lo era Succulent —a alguien que se especializaba en esquivar— a bloquear, el ataque de Climb también era admirable.

Pese a ello, el ataque no terminó allí. Climb continuó con una patada.

Cuando Succulent intentó proteger su estómago, su rostro se contrajo.

"¡Arrrrgggghhhh!"

La cara de Succulent palideció y se tambaleó hacia atrás al tiempo que apartaba la cintura.

El ladrón se apartó de la sombra de Climb.

Había pateado a Succulent entre las piernas con una bota de hierro, y aunque Climb llevaba un protector, de todas formas pudo sentir un dolor imaginario viajando hacia sus pies.

Luego de eso, Climb le asestó el golpe final.

La sangre salpicó y Succulent se derrumbó en el suelo. Sin bajar la guardia, Climb permaneció alerta. En especial prestó atención para evitar que nada pudiera acercarse al ladrón y confirmó que no se trataba de una ilusión.

Ésta era una gran victoria. Incluso si había sido dos contra uno, significaba mucho. Climb miró a Brain. Se preguntó si podía ayudar, pero rápidamente abandonó esa idea.

Esa pelea estaba en un nivel completamente diferente.

El sonido también era distinto. Aun cuando se trataba de una katana chocando contra un puño, se oían sonidos metálicos. Su pelea no mostraba señales de acabar. La katana y los puños golpeaban el uno contra el otro sin darse tiempo para respirar.

El que especialmente atraía su atención era Zero. Sus golpes estaban desgastando la pared y dejaban marcas como si la pared hubiera estado hecha de arcilla blanda.

"Mierda... Decían que los monjes de alto nivel tenían puños de acero, pero ese bastardo va mucho más allá de eso. Por lo menos son de mithril, no, de orichalcum." Murmuró el ladrón que se encontraba a su lado.

Durante un minuto completo, en una batalla en la que Climb habría muerto al instante, ninguno de los dos sufrió ni un rasguño. El rostro de Zero mostró señales de profundo respeto.

"Unglaus... Eres mejor de lo que pensaba. Eres el primero que ha bloqueado mis ataques de esta forma."

Brain mostraba señales similares de respeto en el rostro.

"Tú, también... Ésta es la segunda vez que veo a un monje de este calibre."

"¿Ah sí?"

Zero mostró curiosidad.

"Y pensar que hay otro monje del mismo nivel que yo. Nunca he oído de él. ¿Cómo se llama? Ya que no podré oírlo cuando estés muerto."

"Probablemente está viniendo hacia acá mientras hablamos. Luego de haber derrotado a tus Seis Brazos."

Zero frunció el ceño antes de sonreír.

"Je, ¿estás hablando de ese viejo? Por desgracia, mis cuatro confiables subordinados le darán la bienvenida. Puede que ellos no sean tan fuertes como yo, pero son mucho más fuertes que Succulent. No hay forma de que logre llegar acá."

"¿Es crees? Ya casi puedo verlo doblando la esquina en cualquier momento."

"Oooh, estoy tan asustado. Supongo que en ese caso debería pelear más seriamente."

Los ojos de Climb se abrieron ante esas palabras. Si Zero estaba conteniéndose durante un intercambió de este tipo de golpes, entonces ¿cómo sería su verdadera fuerza? También estaba impresionado de que Brain no mostrara señales de sorpresa.

(¿Ambos están luchando sin usar todas sus fuerzas? ¡Ésta es realmente una batalla entre hombres a la altura de los mejores de la humanidad, los aventureros de rango adamantita!)

"Eso sería lo mejor. Esos dos de allá ya terminaron, así que no quiero que esto se prolongue demasiado. Perderás aquí, Zero."

Brain envainó su katana y lentamente agachó su postura. Era la misma postura de ayer, cuando venció a Succulent de un solo golpe. Antes de que Climb pudiera siquiera preguntarse si Brain derrotaría a Zero con un solo golpe, Zero saltó hacia atrás. Había saltado con facilidad una distancia que superaba por mucho los límites de la fuerza ordinaria de un humano.

"Edstrom puede crear una barrera con sus espadas, pero tú pareces tener un tipo diferente de barrera. Si me acercaba descuidadamente, habría sido cortado en dos."

No había podido entender por completo el arte marcial original de Brain, pero ser capaz de adivinar de qué tipo de técnica se trataba era prueba de que las habilidades como guerrero de Zero eran verdaderamente superiores.

"Pero... Es una técnica que no puedes usar sin tener que asumir una postura primero."

Zero golpeó el aire con el puño. Podría haber parecido un movimiento inútil, pero el cuerpo de Brain tembló al ser golpeado por la onda de choque creada por el puño.

"Puedo ganar con sólo atacarte desde lejos de esta forma. ¿O tienes alguna forma de cortar a alguien que se encuentra bastante alejado?"

"No, no puedo." Brain respondió con honestidad. "Si luchas así, entonces todo lo que necesito es no asumir esa postura."

Zero le hizo una pregunta en voz baja a Brain en una atmósfera que casi no iba con él, en un estado profundo y de calma:

"Brain Unglaus, ¿es ésa tu carta del triunfo?"

"Por supuesto. Es mi carta del triunfo que sólo ha sido derrotada... una vez."

"Qué aburrido. Si ya ha sido derrotada, entonces ésta será la segunda vez."

Zero retrajo lentamente el puño hacia atrás y asumió una postura.

"Te destrozaré de frente. Destruiré esa pequeña técnica tuya y ganaré. Primero te venceré a ti, Brain Unglaus, y un día haré que Gazef Stronoff se arrodille ante mí. Entonces seré el más fuerte del Reino."

"Si crees que vas a usarme como trampolín para tu ambición, vas a dar un mal paso. Realmente no debes tener nada que hacer, Zero."

"Hablar es verdaderamente lo único en lo que eres bueno... No, ya que llegaste hasta aquí, eso no es estrictamente cierto. Sin embargo, date cuenta en tu tumba de que soy mejor que tú. ¡De que fue una estupidez desafiar al gran Zero! ¡Aquí voy!"

La parte superior del cuerpo de Zero tenía tatuajes de varios animales, que estaban emitiendo una luz tenue. A comparación, Brain no se había movido. Simplemente estaba esperando como una estatua. Climb podía intuir que estaba a punto de sentir una descarga masiva de poder de parte de ambos hombres.

Era un lugar en el que nadie podía interrumpir, un lugar en el que el poder puro colisionaba contra el poder puro.

Y súbitamente, pudo oírse una voz que estaba fuera de lugar:

"Así que éste es el lugar en el que todos estaban reunidos."

Todos estaban sorprendidos y se volvieron para ver al intruso. Incluso Zero y Brain, que no podían darse el lujo de apartar los ojos el uno del otro, lo hicieron. Un anciano se encontraba parado allí, era Sebas. Se había presentado alguien a quien Zero nunca habría esperado ver en ese lugar.

"¿Qué? ¿Qué sucedió? Los Seis Brazos deberían estar encargándose de ti... ¿Te escabulliste de ellos?"

Sebas negó con la cabeza.

"No. Todos tus camaradas han sido derrotados."

"...No digas tonterías. Podrán ser más débiles que yo, pero siguen siendo los Seis Brazos. Es imposible que hayas llegado acá sin un rasguño luego de enfrentarlos."

"La sorpresa a menudo acompaña a la verdad."

"¡Sebas-sama! ¡La Tsuare de aquí era falsa! Era Succulent disfrazado con una ilusión. ¡Debemos rescatarla ahora!"

"Ah, gracias por preocuparte por ella, Climb, pero no hay necesidad de eso.  Ya la rescaté. Estaba en un lugar diferente del edificio."

Sebas miró por sobre su hombro y Climb siguió su mirada hasta encontrar a una mujer cubierta en una manta junto a la entrada.

"¡Ah!"

Climb miró rápidamente a Succulent. Sus ropas de sirvienta se habían rasgado en varios lugares y estaban empapadas de sangre. No había forma de entregárselas, ni tampoco las querrían recibir.

"No es necesario que te preocupes por eso, Climb. Es sólo un traje de sirvienta ordinario, así que es desechable."

Climb se sintió aliviado al escuchar las palabras de Sebas, que sonreía con amargura.

"Oye oye oye. Llegar y simplemente ponerte a parlotear, ignorándome... Ciertamente tienes agallas."

Zero, que no podía moverse descuidadamente debido a que Brain estaba frente a él, apenas se movió en donde estaba para mirar a Sebas con una expresión cargada de odio.

"Viejo, te lo preguntaré de nuevo. ¿Qué les sucedió a mis subordinados?"

"—Los maté a todos."

Era un tono de voz casual, como si estuviera recogiendo una flor, pero también estaba lleno de frialdad.

"¡I, imposible! ¿Piensas que te creeré?"

Sebas sonrió ante el grito de Zero. Lo único que se sentía en la sonrisa de Sebas, desprovista por completo de cualquier rastro de hostilidad, era honestidad.

"...Brain Unglaus. Pospondremos un poco nuestro encuentro. Necesito mostrarle a este viejo el poder de los Seis Brazos."

"Muy bien. Sólo trata de no ser destruido demasiado rápido. Bueno, de todas formas no creo que llegue mi turno."

"¡Cierra la boca! ...Viejo, pagarás por tus mentiras con tu vida."

Sebas sonrió amargamente, pero el hombre que se había autoproclamado el más fuerte no podía soportar esa sonrisa. Los tatuajes de Zero emitieron un brillo débil.

El jefe de la división de Seguridad y el líder de los Seis Brazos, "Demonio de Batalla" Zero.

Si hombres como Gazef Stronoff y Brain Unglaus lucharan contra él desarmados, morirían en un instante. E incluso si estuvieran armados, el resultado del encuentro sería incierto.

Una de las clases que había conseguido era "Adepto Chamánico". Esta clase hacía uso de la fuerza de los espíritus animales e incrementaba las habilidades físicas propias. Había un límite a que tan seguido se podía usar esta técnica, pero incrementaba las habilidades del usuario hasta convertirlas en las de una bestia salvaje. Que un animal físicamente superior usase las artes marciales de los seres humanos, realmente era una combinación temible.

Zero activó sus técnicas. Usualmente sólo activaba una para conservar su fuerza, pero se había dado cuenta de que Sebas era un oponente bastante fuerte.

Aunque no creía que realmente hubiera derrotado a cuatro de los Seis Brazos él solo, teniendo en cuenta que se había abierto paso por el frente, debía haber alguien más con él. Lo más seguro era que se trataba de Rosa Azul. Hasta que pudiera reunir información más detallada, todo lo que Zero podía hacer era destruir a Sebas con todas sus fuerzas y postergar el duelo con Brain Unglaus.

Antes de irse tendría que mostrar una fuerza sobrecogedora a los espectadores. Zero decidió que éste sería el mejor plan de acción y consecuentemente preparó su técnica más fuerte.

Pantera en las piernas, halcón en la espalda, rinoceronte en los brazos, búfalo en el pecho, león en la cabeza; los activó todos. Sintió un poder explosivo surgiendo a través de él. Casi estaba preocupado de que su cuerpo se hincharía y explotaría.

"¡¡¡Gyyyyyaaaaaaaaaahhhh!!!"

Expulsando con un grito el poder acumulándose en su interior, dio un paso al frente.

El ataque del más fuerte entre los Seis Brazos, Zero. Era un golpe de puño recto. Sin falsedades, ni trucos, únicamente un puñetazo puro y recto. Pero la fuerza detrás de éste era inmensa. No sólo sus habilidades como Adepto Chamánico, sino sus otras habilidades como Monje, así como también sus objetos mágicos, incrementaban la fuerza y poder destructivo de su puño.

Era tan rápido que incluso Zero tenía dificultades para controlarlo. El hecho de que se tratase de un golpe recto con todas sus fuerzas hacía que fuera una técnica útil. No dudó en mostrar su golpe definitivo. Era una técnica simple, pero invencible. Confiaba en que ningún truco podría detenerla.

Zero sintió una sensación de superioridad sobre los demás al mismo tiempo que avanzaba rápidamente con la sensación de estar siendo arrastrado.

"Cuid—"

Alguien gritó.

Pero era demasiado tarde.

En un abrir y cerrar de ojos, el puño portador de un poder y peso extremos había llegado frente a Sebas y seguía impulsándose hacia adelante. Zero sólo podía reírse de Sebas, allí, de pie y rígido. Lamentaría luchar contra el más fuerte de los Seis Brazos.

"—Hrmph."

El puño encontró su objetivo en el estómago indefenso de Sebas. Fue un ataque perfecto.

Con una onda de choque explosiva, el cuerpo de Sebas voló hacia atrás como un muñeco de trapo. Golpeó el suelo, pero el ataque fue lo suficientemente poderoso como para hacer que su cuerpo siguiera rebotando de vuelta al suelo. Fue una muerte inmediata. No, era natural que fuese así.

Para estos momentos todos sus órganos internos se debían de haber transformado en líquido. El exterior era lo único que mantenía su apariencia de humano. Ésta era la técnica más fuerte de Zero. Una técnica demoniaca que era la verdadera expresión de la frase, "matar de un solo golpe".

O por lo menos eso era lo que se suponía que debía pasar.

Sebas se mantuvo firme y no se movió ni un poco. Había recibido el puño de Zero, con toda la fuerza en éste, usando solamente los músculos de su abdomen. Era una escena increíble para cualquiera; una escena que desafiaba todo sentido común.

La diferencia de fuerza entre sus apariencias era absoluta, pero el resultado fue todo lo contrario.

Zero era al que le costaba más creerlo. No existía una criatura que pudiera sobrevivir luego de recibir su golpe definitivo. Así era como había sido hasta ahora. Sin embargo, con un resultado como éste, ni siquiera se percató de que algo negro había pasado justo frente a sus ojos.

La pierna de Sebas se elevó a lo alto en el cielo. Pasó junto a la nariz de Zero en un movimiento fluido, y a continuación, cayó hacia abajo.

Una patada descendente con el talón.

Ése era el nombre de la técnica, pero la velocidad y la fuerza detrás de la patada eran anormales.

"...Quién eres tú."

Murmuró Zero, y las comisuras de los labios de Sebas se curvaron.

Espantosos crujidos se esparcieron por todos lados. Su cabeza fue hecha pedazos; su cuello y columna vertebral, rotos, como si hubiera sido aplastado por un objeto de varios cientos de kilos. Y el cuerpo de Zero cayó de rodillas.

El pasillo estaba envuelto en el silencio.

La atmósfera sólo podía ser descrita como "estupor". Sebas movió los pies como esquivando la sangre de la cabeza destrozada de Zero y limpió el lugar en el que lo había golpeado su puño.

"Uff, eso fue peligroso. Habría muerto si no fuera por tu advertencia."

¡Está mintiendo! ¿Qué advertencia?

Los tres hombres, y tal vez Tsuare también, no lo dijeron en voz alta, pero lo gritaron mentalmente.

"Sobreviví gracias a ti, Climb-kun."

"—Ehh... Ah, sí..."

Climb, que sólo había podido decir las primeras letras de "Cuidado", recibió rígidamente las gracias de Sebas. No sabía qué decir debido a la conmoción mental.

"Parece ser que fui sólo un poco más fuerte."

Sebas mostró un espacio diminuto entre dos de sus dedos. Probablemente quería decir que la distancia entre sus dedos era la diferencia entre él y Zero, pero no había forma de que alguien estuviera de acuerdo.

Sólo un poco mis narices.

Justo como antes, todos pensaron esto en su interior.

"De cualquier forma, ya que la rescatamos, lo mejor sería retirarnos."

"Eh, no, sobre los Seis Brazos... usted realmente..."

"Sí, los maté a todos. Fueron demasiados oponentes y muy fuertes. Lamento no haber podido darles tregua."

"Ya, ya veo. Fue inevitable, por favor no piense mucho en ello."

Las miradas de los tres se movieron hacia el cuerpo de Zero. Ninguno podía sugerir siquiera que estaba mintiendo.

"Por, por ahora, llamemos a los soldados."

Originalmente, los soldados estaban allí para registrar el edificio. El hecho de haber podido conquistar uno de los bastiones con Sebas fue un golpe de suerte increíble. Si lo que Sebas había declarado era verdad, y probablemente lo era, también estaba la ventaja adicional de haber destruido la fuerza de combate más poderosa de los Ocho Dedos.

Lo único negativo era no haber podido capturar a Zero, pero ya habían previsto que no podrían arrestarlo en primer lugar, así que no era una gran pérdida. Cualquiera que discutiera sobre los resultados tendría que ser un idiota.

Climb habló algo agitado, y Brain e incluso el ladrón asintieron con la cabeza como si fuera la decisión correcta, pero había alguien con una expresión sombría.

"¿Qué sucede, Sebas-sama?"

"N-no, no es nada. Es sólo que hay algo que no me sienta bien... Pero antes de eso, parece ser que el aire aquí no es muy bueno. ¿Les importaría seguirme al exterior?"

"Sí, por supuesto."

Mirando el cadáver de Zero y a Tsuare, todos estuvieron de acuerdo con Sebas.

Sebas se acercó a Tsuare, que se encontraba junto a la puerta de una celda, y la cargó como a una princesa. Sus pies blancos, que parecían no tener demasiada carne entre los huesos y la piel, patearon el aire por un momento y todos pudieron ver los delgados brazos de Tsuare aferrándose a Sebas.

Pudieron sentir que la relación entre ambos no era sólo la de un mayordomo y una sirvienta.

(Deberías dejar de entrometerte en su vida personal. No es digno de ti, Climb. No importa qué tipo de relación tengan.)

"Entonces vamos."

Climb habló y salió primero. Los otros tres lo siguieron. Podían comenzar con la investigación una vez que Sebas se hubiera marchado y no había muchas posibilidades de que alguien apareciera y atacara a Sebas, que tenía ambas manos ocupadas. Por un momento estuvo tenso, pero no había necesidad de ello.

El edificio, que había estado rebosante de actividad cuando se habían infiltrado inicialmente, no mostraba señales de que hubiera alguien allí. Lógicamente hablando, no habría nadie lo suficientemente valiente como para desafiar a Sebas cuando acababa de eliminar a los Seis Brazos. Lo más seguro era que todos hubieran huido, y si ése era el caso, Climb esperaba que el grupo de afuera capturara a cualquiera que intentase escapar.

Los hombros de Climb se sintieron ligeramente más livianos.

Sin embargo, alguien le dio unos golpecitos al hombro. Era el ladrón. Estaba mirando hacia un lugar completamente diferente y su expresión era similar a la que había puesto Sebas cuando derrotó a Zero de un solo golpe. Siguiendo su mirada, los ojos de Climb se abrieron cuando lo vio.

"¿Una muralla de fuego?"

Climb asintió ante el susurro de Brain. Si una casa se quemaba, entonces las llamas serían un suceso natural, y en ese caso Climb no se habría sorprendido tanto. Sin embargo, había aparecido una pared gigantesca de fuego de más de 30 metros de altura y rodeaba parte de la capital. En cuanto a su longitud, era de más de varios kilómetros de largo.

"¿Qué creen que pueda ser eso?"

Tres personas volvieron en sí mismas cuando escucharon la inquisitiva pero relajada voz de Sebas.

"¿Qué debemos hacer, líder? Parece ser el distrito de almacenes. ¿Qué grupo tiene a cargo ese lugar?"

"La líder de Rosa Azul, Alvein-sama... Tendremos que considerar esto como una emergencia, cancelar todos los planes y retirarnos al castillo real. Luego seguiremos las órdenes que vengan desde arriba."

"Ése parece ser el mejor plan de acción... Ah, Sebas-sama..."

"Llevaré a Tsuare a un lugar seguro, para que nada como esto vuelva a ocurrir.

"Entiendo, Sebas-sama. Gracias por lo de ayer y lo de hoy."

"No es necesario que te preocupes por eso. Nuestros objetivos simplemente coincidieron... Algún día les pagaré el favor por ayudarme a rescatar a Tsuare. Ahora, por favor, discúlpenme. "



8 comentarios :

  1. siento algo raro como que no encaja ..leo las letras :v pero como que no tienen sentido ..hmm quizas sea cosa mia . quizas no debi comer muchas mandarinas .o .. haber salido cuando dijeron que iban a fumigar bueno ...

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  2. jajajajaja las mandarinas sin duda

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  3. "ya habían calculado la presencia de “seis armas”"

    ¿"seis armas"? ¿En serio? ¿Es que nadie se ha dado cuenta de que se ha traducido mal, que debería ser "seis brazos"?

    Cuidado con los falsos amigos!!!!!

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    1. Estoy corrigiendo estos volúmenes. Ya casi termino con el vol5. Yo sólo traduje los volúmenes 1 al 4 y el 9.

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  4. Realmente quisiera ver animado esta parte XD

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